MADRID.- José Ignacio 
Goirigolzarri, presidente de Bankia, advertía hace menos de una 
semana en el Congreso sobre los riesgos del crédito al consumo, 
actividad cuyo descontrol estuvo ligado a la reciente crisis 
económica española. Lo hizo prácticamente al mismo tiempo que 
firmaba una 'joint venture' con una potente entidad francesa 
precisamente para entrar pisando fuerte en ese negocio. No hay 
contradicción, siempre que todo se haga bien, a juicio de Capital Madrid. 
¿Incoherencia?
 Parece que no. Pero en el sector financiero ya existen algunos expertos
 que la concesión de créditos  se está desbocando también en esta 
modalidad de préstamo, un retorno más a los caminos de la burbuja.
El acuerdo ha sido formalizado con Crédit Agricole, y la denominación
 de 'Joint venture' responde al carácter temporal de la alianza 
empresarial formada. De acuerdo con el diccionario de términos 
financieros del BBVA, "es una asociación estratégica temporal (de corto,
 mediano o largo plazo) de organización, una agrupación o alianza de 
personas o grupos de empresas que mantienen su individualidad e 
independencia jurídica pero que actúan unidas bajo una misma dirección y
 normas, para llevar adelante una operación comercial determinada, donde
 se distribuyen las inversiones, el control, responsabilidades, 
personal, riesgos, gastos y beneficios".
Bankia (participada aún por el FROB en una significativa 
participación) considera el crédito al consumo como un importante 
engranaje de su nuevo plan estratégico, de ahí la alianza. De hecho, 
contempla un crecimiento de este negocio del 16,2% en el próximo 
trienio.
Goirigolzarri se ha manifestado a favor de los nuevos criterios de 
control del BDE y no ha tenido reparos en anunciar que "es necesario 
vigilar el crédito al consumo", pero no es ajeno a las nuevas tendencias
 del mercado y sabe que, si no actúa rápido, será imposible hacerse con 
su parte del pastel.
Una nueva era para la financiación al consumo
Sea por la estereotípica tendencia al gasto o por las dificultades 
para llegar a fin de mes o por los insuficientes sueldos, el hecho es 
que el crédito al consumo vuelve a entrar masivamente en los hogares 
españoles.
Así se desprende de los datos hechos públicos por el propio BdE, que 
constatan que el 25% de la deuda de las familias corresponde a este tipo
 de préstamo. La deuda bancaria, eso sí, bajó un 3% en 2017, por lo que,
 de momento, no hay motivos para la alarma, siempre y cuando se mantenga
 la actitud 'vigilante' que mencionaba el presidente de Bankia. Es más, 
la riqueza de los hogares aumentó un 2,1% el pasado ejercicio, lo que es
 interpretado por numerosos analistas como un indicio de 'lección 
aprendida' tras los devastadores efectos de la crisis económica.
En cuanto a la banca, las cifras confirman que Goirigolzarri no hace 
sino adaptar la estrategia crediticia de la entidad que que preside al 
ritmo de la oferta. Según los datos del supervisor, la tasa de 
crecimiento del crédito al consumo el pasado año fue del 15%, con un 
volumen cercano a los 60.000 millones de euros a fines de diciembre.
En el resto de la Eurozona, este segmento del negocio también crece, 
pero a un ritmo menor, entre el 5% y el 10% interanual. Las 
particularísimas circunstancias del negocio bancario hacen que estas 
disparidades no sean extrañas, pero sólo el tiempo dirá si las 
advertencias de Goirigolzarri (y los reveladores datos del BdE) caen en 
saco roto.
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