MADRID.- El veterano empresario inmobiliario alicantino, Trinitario Casanova, ha protagonizado una plusvalía exprés admirada en el renacido sector del ladrillo. Se trata de la operación Gran Vía 44 en la que el grupo Baraka, propiedad de Casanova, logró adjudicarse la golosa sucursal de Bankia en la emblemática avenida madrileña por 20 millones y la revendió en un mes con una ganancia inmediata de 2,6 millones, según las cifras oficiales que publica hoy 'El Mundo'.

Formalizó
en diciembre la venta de su local a Baraka por 20 millones antes de
impuestos a un precio oficial de 38.779 euros el metro cuadrado. Sin
embargo, un mes después, el 22 de enero, el grupo Hines adquirió a su
vez ese inmueble a la empresa de Casanova a 43.888 euros el metro
cuadrado. La calle no cambió en esas escasas semanas navideñas y la
diferencia son 2,6 millones de ganancia en un suspiro.
¿Cómo es posible? En el grupo Baraka señalan que lograron revalorizar el local en tiempo récord complementándolo con más superficie
y haciéndolo más atractivo. Señalan que aunque se formalizó en
diciembre, conocieron ya en septiembre ante notario que se imponían en
la subasta.
«Tras la compra seguimos trabajando y negociando para
adquirir la primera planta situada encima del local, lo que ayudó a
revalorizar enormemente el bajo y a conseguir un producto final más
relevante y acorde con las necesidades de una gran compañía», señalan en
el grupo inmobiliario. Lo que eran 517 metros pasaron a ser 900 y,
sobre todo, lo podían revender con un buen inquilino asegurado, puesto
que Baraka logró rápidamente embarcar al grupo de comida rápida Five
Guys. Es la cadena de más rápido crecimiento en Estados Unidos que ha
elegido Madrid para estrenarse en la Europa Continental y, en concreto,
Gran Vía 44.
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Fuentes
del sector coinciden en que las grandes marcas internacionales están
buscando emplazamientos emblemáticos en las grandes ciudades europeas y
no le fue difícil a la empresa de Casanova atraer a varias de ellas.
Ya
con tan fiable inquilino dentro, Baraka revendió todo el inmueble al
grupo inmobiliario estadounidense Hines por 39,5 millones. Los 517
metros cuadrados de Bankia valían ya de forma exprés 2,6 millones más.
Baraka no lo considera un pelotazo, sino «una operación de mucho trabajo y mucho esfuerzo de meses con la que se ha conseguido tener un producto final destacable por su tamaño y por su rentabilidad».
Señalan
que el inquilino asegura un 4% de rentabilidad. Todos ganan en la
operación. ¿También Bankia? En la entidad de Goirigolzarri, en la que el
Estado es accionista mayoritario, se muestran satisfechos con la venta a
Baraka al tratarse del mejor postor en la subasta de su oficina. Bankia
no cuestiona la labor de Haya Real Estate, la empresa contratada para
gestionar inmuebles de Bankia a la venta y que teóricamente tiene la
misma capacidad que Casanova para explorar el mercado y optimizar
cualquier venta.
Baraka no detalla el precio que pagó por la
superficie complementaria ni la indemnización al inquilino anterior para
poder acometer las actuales obras y dejar paso a Five Guys. No
obstante, expertos consultados en el sector consideran la operación como
una de las más espectaculares en los últimos meses y que muestran que
se puede volver a ganar mucho dinero con la compraventa rápida
inmobiliaria.
Sebastian Huergo, responsable del grupo comprador
Hines en España, explicó el pasado 23 de enero la transacción porque
«España representa actualmente un mercado atractivo con crecimiento
económico continuo». La actual incertidumbre política no frenó a Hines.
Trinatario Casanova compró la sucursal de Bankia de
Gran Vía, 44, de Madrid, por 20 millones de euros
La sucursal que tenía Bankia, en el número 44 de la Gran Vía
madrileña, fue adquirida por el empresario alicantino Trinitario
Casanova Abadía, que se hizo con este activo a través de la sociedad
Tecnolandia por un precio que está en el entorno de los 20 millones de
euros, en el último trimestre de 2015.
La empresa se impuso en la puja el pasado mes de agosto, aunque la
firma de la escritura definitiva se hizo posteriormente,
lo que permitió sacar de la sombra al empresario, que habría recurrido
a la fórmula conocida como inversor ciego para mantener su anonimato a
lo largo de este proceso.
Este sistema está siendo cada día más aceptado por compradores que
desean mantenerse en el anonimato, para evitar así que su nombre sea
utilizado para calentar un proceso de venta. Asesorama ha sido la firma
que defendió los intereses de Trinitario Casanova y Tecnolandia, la sociedad a
través de la cual se hizo hecho la oferta, y que habría actuado de pantalla
hasta que resultó adjudicataria.
El local tiene una superficie de 500 metros cuadrados, entre sótano y
planta baja, y ha sido una oficina de Bankia hasta
diciembre. Los 20 millones desembolsados elevan hasta cerca de 45.000
euros el precio de cada metro cuadrado de este chaflán, un importe que
muchos tachan de excesivo, pero detrás del cual se escondía una segunda
jugada.
Tecnolandia también se habría hecho con las entreplantas del número 44 de
Gran Vía, lo que significa que, en total, cuenta ahora con 900 metros
cuadrados en uno de los mejores esquinazos de esta arteria, lo que le
confiere una posición privilegiada para negociar un contrato de
alquiler con su futuro inquilino.
Trinitario Casanova estuvo negociando con varios
interesados, entre los que figuraban una cadena de moda inglesa, un grupo
de restauración y una importante insignia infantil. Ahora el elegido, deberá esperar hasta bien entrada la primavera para abrir las
puertas de su nuevo establecimiento.
Inicialmente, el empresario esperaba que Bankia hubiera cerrado su
sucursal de Gran Vía antes, pero la entidad ha esperado hasta la recta
final del año 2015, lo que, sumado a la obra de rehabilitación que debía
llevarse a cabo, dilatará hasta abril o mayo el arranque
de operaciones del nuevo propietario.
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