CARAVACA DE LA CRUZ.- Una delegación formada por unos treintena de caravaqueños y encabezada por el alcalde, José Moreno, y la hermana mayor, Elisa Giménez-Girón, viajó hasta la ciudad de Ávila para recoger la Cruz de Caravaca que acompañó a Santa Teresa de Jesús durante parte de su vida y luego fue hallada en su lecho de muerte.
La réplica en madera de la Cruz de Caravaca ha estado hasta la fecha 
custodiada en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de 
Bruselas.
Dentro de los actos del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa 
de Jesús, el prior de los Carmelitas Descalzos en Caravaca, el padre 
Pascual Gil, solicitó que la reliquia teresiana regresara temporalmente a
 la ciudad de donde partió hace casi cinco siglos. Finalmente, la Cruz 
llegó a Ávila en manos del padre Joseph Guicquel, carmelita descalzo 
francés, quien ha sido el encargado de transportar la Cruz desde Bruselas.
Esta reliquia teresiana estará en Caravaca hasta la segunda semana 
del mes de octubre. En primer lugar, permanecerá en el templo jubilar 
teresiano del convento de los Padres Carmelitas, hasta 16 de septiembre 
y, posteriormente, se expondrá para su veneración en la Basílica 
Santuario de la Vera Cruz, en una pequeña capilla junto al altar de San 
Lázaro.
Se trata de una cruz de madera, de doble brazo, de 8,5 x 4 
centímetros, con una placa metálica en la parte posterior, que lleva 
esta inscripción: "Esta cruz llevó nuestra santa madre Teresa de Jesús 
en vida y después de su muerte se halló en su cama".
El alcalde, acompañado de los ediles Enrique Fuentes y Óscar 
Martínez, manifestó que "esta peregrinación supone un acontecimiento 
importante para Caravaca, ya que la ciudad se une, aún más si cabe, al a
 la red de "Ciudades Teresianas y a la ruta turística y cultural Huellas
 de Teresa, iniciada con motivo del V Centenario". Por su parte, la 
hermana mayor de la Cofradía puso de relieve la emoción que ha sentido 
al tener la reliquia de la Santa en sus manos y mostró su agradecimiento
 a todos carmelitas que han hecho posible que la Cruz regrese a la 
ciudad en plena celebración del Año Teresiano.
En 1576 un grupo de beatas, tras escuchar la homilía de un jesuita, 
deciden encerrarse en una casa del municipio y solicitan a Teresa de 
Jesús la fundación de un convento. En ese momento la primera Doctora de 
la Iglesia se encontraba en Beas del Segura, pero la complicada 
orografía y los problemas con la fundación en Sevilla le hacen no poder 
estar presente en la de Caravaca y enviar a una de sus hermanas más 
fieles, Ana de San Alberto, quien llega a Caravaca portando la carta con
 las ordenes de la Santa para crear la XII Fundación de las diecisiete 
que crearía en vida.
Como agradecimiento, Ana de San Agustín envió una Cruz de Caravaca 
que Santa Teresa llevaría hasta el final de sus días. Fue su enfermera 
en sus últimos meses de vida, Ana de Bartolomé quien recoge la reliquia 
una vez fallecida la Santa. La monja fue trasladada a París, llevando 
consigo la Cruz de Caravaca y posteriormente fue la encargada de fundar 
convento en Bruselas, desde aquel momento la reliquia ha permanecido 
dentro de la clausura del convento en Bélgica.
El proyecto "Huellas de Teresa" reúne a las diecisiete ciudades 
españolas, entre las que se incluye Caravaca de la Cruz. El coordinador 
de la Asociación, Héctor Palencia, explicó que "cada vez son más los 
países que se interesan por conocer el proyecto turístico de "Huellas de 
Teresa". Un proyecto que, en palabras de Palencia, "no finalizará con la
 clausura del V Centenario, sino que seguirá realizando labores de 
promoción y se dilatará en el tiempo".

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