En un claro 
intento para presionar a un inmediato acuerdo, alcanzado según el 
ministro belgade Finanzas a primera hora de la mañana, una mayoría de 
países de la Unión Europea, con Alemania a la cabeza, amenzó a Grecia 
con un abandono temporal del Euro. En concreto fueron nueve los países 
liderados por Alemania los que defendieron esta opción como la mejor 
para que el Gobierno de Alexis Tsipras pueda poner orden en sus cuentas y
 evitar que las dudas sobre la viabilidad de su economía contamine al 
resto de países de la Unión.
La
 alternativa al 'Grexit', que se abrió pasó a lo largo de una larga 
noche de negociaciones del Consejo Europeo, fue la creación de un 
fondo de privatizaciones, vigilado por Europa, que sirviera como
 aval de las nuevas necesidades financieras griegas, que 
superaban los 82.000 millones de euros. La opción dle Grexit quedó 
aparcada en espera de una respuesta positiva del Gobierno heleno. 
Ésta, según un twiter del ministro belga, llegó poco antes de la 
apertura de los mercados.
También el Reino Unido hizo llegar su
 preocupación por los efectos en su mercado de la crisis griega y 
muy en especial del ‘Grexit’. Según avanzaba la edición on line del 
diario The Guardian, otros cinco países se mostraron indiferentes a 
lo que pueda suceder en la mesa de negociación de Bruselas, 
mientras los cuatro países restantes, liderados por Francia, 
trataron de evitar a toda costa la salida de Grecia del euro.
Las
 negociaciones del sábado y el domingo en Bruselas se han estado 
llevando a cabo dentro de la más absoluta desconfianza entre una 
mayoría de líderes comunitarios y los representantes del 
Gobierno heleno. El presidente de Francia ha tratado en todo 
momento de mediar e influir ante las duras exigencias de la 
canciller Angela Merkel.
Esta desconfianza generalizada ha
 llegado a tal punto, que el documento enviado por los ministros 
de Finanzas a los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión viene 
encabezado por el reconocimiento de la necesidad de 
reconstruir la confianza con las autoridades griegas como 
prerrequisito de cualquier futuro acuerdo.
E 
inmediatamente después les conminan a que el Parlamento griego 
apruebe antes del miércoles una serie de medidas sobre las que hasta 
ahora se ha dicho prácticamente lo mismo y lo contrario por las 
autoridades griegas desde que el Gobierno de Syriza ganara las 
elecciones.
Ahora sí hay concreción en materia fiscal, 
laboral y regulación de las pensiones. Solo a partir de que el 
Parlamento apruebe la nueva normativa se comprometerán los 
acreedores internacionales a ayudar a Grecia que tiene 
necesidades urgentísimas antes de que finalice este mes y que se
 agravan a mediados de agosto.
A partir de que el Parlamento 
griego apruebe los principios generales se entrará a discutir los 
detalle de una ayuda en la que participará también el FMI, pese a 
las reticencias iniciales de Atenas, necesidades financieras 
que se han aumentado a entre 82.000 y 86.000 millones de euros. La 
prensa griega recoge la versión de medios alemanes que aumentan 
estas necesidades hasta los 100.000 millones de euros.
Si no 
se llega a este acuerdo, Alemania, que cuenta con el apoyo de otros ocho
 países, es partidaria de que entre en acción el plan B que la 
semana pasada admitió su existencia por primera vez el presidente
 de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.
Con este más que 
incierto panorama este lunes está previsto que se haga la primera 
votación para elegir al presidente del Eurogrupo, puesto por el que 
se postulan el ministro de Economía y Competitividad español, Luis de
 Guindos y el de Finanzas holandés, Jeroen Dijsembloen.
(*) Periodista

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