A la conclusión del primer semestre, la caja alicantina ha cerrado 60 oficinas, cumpliendo con las recomendaciones establecidas por el Banco de España para ajustar las redes al actual descenso del negocio. Para la segunda mitad del año las previsiones apuntan al cierre de otras 70 más, lo que supone un adelgazamiento importante y una ahorre de costos. El reto es optimizar al máximo los recursos y evitar la duplicidad de servicios.
Por otra parte, Caja Mediterráneo (CAM) abrió hasta mañana 22 de junio el plazo para que los suscriptores que así lo deseen puedan revocar las órdenes de suscripción de participaciones preferentes emitidas por la entidad, según informó la caja a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
La entidad cuenta ya con un sólo día hábil para la revocación de las órdenes después de que la agencia Moody's rebajase la calificación crediticia de la entidad, con lo que se une a Caja Madrid, Caixanova y 'la Caixa', que ya anunciaron la misma decisión.
La Caja Mediterráneo (CAM) anunció el pasado 10 de junio una emisión de participaciones preferentes por importe de 450 millones de euros ampliables a 850 millones. Las participaciones, con un valor nominal de 1.000 euros y un importe mínimo de suscripción de 10.000 euros, tenían una remuneración del 7,35% durante los dos primeros años, pagadera trimestralmente.
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