SANTOMERA.- La campaña arqueológica en el yacimiento del poblado ibérico de la
Sierra del Balumba, en Santomera se centra este año en la
excavación de viviendas y edificios funcionales con el fin de
profundizar en el conocimiento de la vida cotidiana en el Valle del
Segura durante la protohistoria, según informaron fuentes de la
Comunidad en una nota de prensa.
El poblado argárico e
ibérico, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona
Arqueológica en el año 2000, forma parte del proyecto 'Santomera
Milenaria', impulsado por el Ayuntamiento de en colaboración con la
Asociación Patrimonio y el apoyo de la Comunidad a través de la
Dirección General de Patrimonio Cultural.
El director general
de Patrimonio Cultural, Patricio Sánchez, y el alcalde de Santomera,
Víctor Martínez, han visitado este miércoles el yacimiento donde se
desarrolla la campaña arqueológica de 2025, iniciada el pasado 18 de
agosto.
Sánchez ha señalado que "es un yacimiento clave para
entender cómo vivían las comunidades en el Valle del Segura durante la
protohistoria. Estos trabajos aportan conocimiento científico y
refuerzan el vínculo de la sociedad actual con su pasado".
Asimismo, ha añadido que "con estas nuevas excavaciones, el proyecto
'Santomera Milenaria' avanza en su compromiso de excavar y musealizar el
yacimiento, y de contribuir a enriquecer la comprensión de las
costumbres y la organización social en el sureste peninsular en épocas
pasadas".
Por su parte, Víctor Martínez, que ha acudido a la
visita junto a la concejala de Patrimonio, María José Gil, ha avanzado
que el Ayuntamiento y la Comunidad solicitarán al Ministerio de Hacienda
la adquisición de los terrenos en los que se encuentra este poblado,
con el objetivo de poder optar a ayudas y subvenciones.
De
esta manera, el alcalde ha mostrado su "apuesta decidida" por el
patrimonio del municipio "para seguir haciendo grande el yacimiento",
según informaron fuentes del Consistorio en un comunicado.
En
esta línea, ha adelantado que el Ayuntamiento también trabaja para
adquirir la ermita de Los Mesegueres y el Molino Binader de El Siscar,
con el objetivo de "conservar estos espacios de gran valor cultural,
artístico e histórico para el municipio".
Asimismo, el primer
edil ha puesto en valor la importancia de la investigación y la
conservación de este sitio arqueológico y ha reiterado su apoyo a la
Asociación Patrimonio "para impulsar este importante enclave íbero y
seguir conociendo y divulgando nuestro pasado".
La intervención arqueológica de este año en la sierra de Balumba se
desarrolla en el sector D6, donde en 2024 se documentó una vivienda con
varias estancias. El objetivo en esta campaña es completar la excavación
del área para delimitar la estructura completa de la casa, conocer su
extensión y establecer sus posibles conexiones con edificaciones
próximas.
En esta ocasión participan una docena de estudiantes
de la Universidad de Murcia y de otras universidades españolas, en el
marco de un curso de formación organizado junto al Colegio Oficial de
Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de la Región
de Murcia.
Además de la excavación, el proyecto incluye
visitas guiadas, talleres escolares y teatralizaciones, iniciativas que
fomentan la difusión y la concienciación sobre el patrimonio histórico
regional.
Los trabajos se
iniciaron en la década de 1970, con excavaciones que documentaron restos
argáricos, cerámicas del Bronce Final e ibéricas, así como estructuras
murarias. Más recientemente destacan los hallazgos de tumbas en la
necrópolis (2022 y 2023) y los estudios en la Cueva de las Brujas.
La actual campaña sigue un protocolo sistemático de excavación
estratigráfica, registro y labores de laboratorio, además de la
formación de voluntarios de la UMU y otras universidades, consolidando
el yacimiento como espacio de investigación y aprendizaje continuo.
El enclave arqueológico está compuesto por dos sectores
diferenciados: el poblado argárico, con cistas de enterramiento, restos
de un taller de sílex y cerámicas del Bronce Final; y el poblado
ibérico, de unos 200-250 habitantes, con viviendas de pequeñas
dimensiones, muros maestros y materiales que reflejan su evolución desde
el Bronce Final hasta la etapa ibérica plena, con importaciones áticas y
cerámicas campanienses del siglo IV a.C.
Durante la visita ha estado también presente el presidente de la
Asociación Cultural 'Monteagudo, Frontera de Reinos', Juan José López,
quien ha anunciado que esta entidad ha otorgado la distinción de 'Rey
Lobo' a Víctor Martínez "por su constante labor durante años en la
recuperación y puesta en valor del denominado Poblado Íbero de
Balumba-Sector Ibérico de Cobatillas la Vieja".
"Unos
trabajos que, además, unen a dos municipios en la recuperación de la
historia y la cultura, en concreto con el denominado Sitio Histórico de
Monteagudo", ha declarado López.
Se trata de la máxima
distinción que otorga esta asociación a personalidades de relevancia
regional que reúnen las cualidades que representó esta figura histórica
para Murcia y que, con sus méritos, generan valor para la marca
'Frontera de Reinos'.
murciaconfidencial@gmail.com / "La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio" (Cicerón) "Toda verdad pasa por tres fases: primero, es ridiculizada. Segundo, se le oponen violentamente. Y tercero, es aceptada como auto-evidente." (Schopenhauer) * Newsletter de opinión e influencia, sin ánimo de lucro ni subvencionado con dinero público o privado, fundado en enero de 1984 por Francisco Poveda, periodista profesional licenciado en la Universidad Complutense desde 1976.
miércoles, 27 de agosto de 2025
El yacimiento de la sierra del Balumba revela cómo era la vida en el Valle del Segura durante la protohistoria
lunes, 27 de noviembre de 2017
El reducto murciano de los neandertales
lunes, 19 de enero de 2009
Hallan en Caravaca de la Cruz el enterramiento con mayor número de individuos de toda la Prehistoria peninsular
En concreto, el enterramiento supera los cerca de 300 enterrados en San Juan ante Portam Latinam en Álava, los algo más de 200 de Can Martorell en Barcelona, y los casi 170 de Carritx, en Menorca, según informaron el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, y el arqueólogo Joaquín Lomba, quienes presentaron hoy el hallazgo públicamente con motivo de la finalización de la excavación arqueológica.
Junto a los restos humanos, aparecieron unos 50 esqueletos completos de perros que debieron acompañar a los difuntos, y los arqueólogos recuperaron algunas vasijas cerámicas, unas 50 láminas de sílex y otras tantas puntas de flecha y varillas y punzones de hueso, además de algunas cuentas de collar, puñales de sílex, y una veintena de punzones, una punta y un puñal de lengüeta, según informaron fuentes del Ayuntamiento del municipio en un comunicado.
En cuanto al ajuar funerario, aunque es escaso en comparación con el elevado número de individuos enterrados, los arqueólogos consideraron que es "el habitual si lo relacionamos con el pequeño sector de esa población que debió considerarse como de alto rango, y que sin duda está también depositado en la cueva".
Desde esa perspectiva, Camino del Molino proporcionó "la mayor colección de punzones de cobre de toda la Región de Murcia y una de los mayores conjuntos de este tipo para enterramientos calcolíticos del sureste peninsular", explicó el Consistorio.
Además, destacó como pieza "excepcional" un puñal metálico de 32 centímetros de longitud, los puñales de sílex, dos de ellos con una factura única, y un punzón de cobre que aún permanece enmangado en un fragmento de tibia de perro.
Los datos disponibles permiten plantear que se trata de un yacimiento "excepcional" en el que, rompiendo la norma habitual, se entierra la práctica totalidad de la población de una comunidad que depositó a sus finados en la misma cueva a lo largo de 400 años, lo que permite hacer una estimación de población de 60 ó 70 personas para el poblado con el que se relaciona.
Esto abre la posibilidad de estudiar, por primera vez, una población completa de un hábitat prehistórico de esas dimensiones en su totalidad, analizando cuestiones relacionadas con las edades en el momento del fallecimiento, sus patologías, sus enfermedades, sus dieta y diversos rasgos antropométricos.
Asimismo, el Consistorio explicó que es la primera vez que se documentan perros acompañando a los difuntos en una cueva de enterramiento, ya que, hasta ahora, los casos respondían siempre a pequeños enterramientos de la misma época pero ubicados en el interior de los poblados.
Cruz adelantó que, una vez que concluyan los trabajos de estudio de los restos, se programará una exposición itinerante titulada 'La vida y la muerte en la Prehistoria' con los restos más destacados del yacimiento caravaqueño.
El yacimiento se localizó en el casco urbano de Caravaca de la Cruz, en la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia durante las obras de construcción de una promoción de viviendas, cuando una pala excavadora, realizando unos desfondes, seccionó lateralmente el enterramiento y exhumó inadvertidamente huesos humanos.
En ese momento se paralizaron los trabajos y se informó a las autoridades competentes, de acuerdo a lo que la legislación vigente establece en relación a los hallazgos con valor de restos arqueológicos.
Así, el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz destacó "la sensibilidad e implicación del promotor de la obra en la conservación de los restos, cuya actitud, ejemplo a seguir, posibilitó la intervención mediante la denuncia del hallazgo y su continua disponibilidad durante la realización de los trabajos".
Se trata de una cavidad "en un contexto geológico de travertinos, formada por la acción del agua sobre una diaclasa y posteriormente acondicionada para su uso como lugar de enterramiento, probablemente por los habitantes del cercano poblado calcolítico de Molinos de Papel".
La cavidad, de unos siete u ocho metros de diámetro y una profundidad conservada de casi dos metros, alberga en su interior un enterramiento continuado de época calcolítica, acumulándose en su interior restos de al menos 1.300 individuos, depositados allí durante 350 ó 400 años.
Tres dataciones absolutas permiten situar el inicio del enterramiento en torno a 2400 antes de Cristo, finalizando su uso alrededor de 1950 antes de Cristo.
Los restos humanos, entre los que aparecen hombres, mujeres y niños, parecen haberse colocado en un primer momento en posición fetal y junto a las paredes, desplazándose algunos de ellos con posterioridad, o recolocándose desarticulados en el centro de la cueva, conforme se continuaban depositando más cadáveres, según las investigaciones.
Fruto de esa recolocación se produjo tanto la dispersión anárquica de buena parte de los huesos en la parte central de la cueva, como la acumulación de cráneos junto a las paredes de la cavidad.
Dada la excepcionalidad del hallazgo, fue necesario aunar esfuerzos desde diferentes instituciones con el fin de garantizar el correcto estudio del lugar, así como la preservación de toda la información posible para ulteriores investigaciones.
Así, el mantenimiento de la excavación correspondió a la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y al Ayuntamiento de Caravaca, con la colaboración del promotor de la obra en la que se localizó el hallazgo, y la Universidad de Murcia.
En total, participaron de manera continua en los trabajos diversos técnicos arqueólogos y una antropóloga, varios peones de arqueología, y un total de 18 estudiantes de la Universidad de Murcia, algunos de ellos con convenios en prácticas con el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, que intervinieron en diversos turnos.
En este sentido, los trabajos estuvieron a cargo de una dirección colegiada de la que forman parte Mariano López Martínez y Francisco Ramos Martínez por parte de la empresa encargada de los trabajos de campo, ArqueoWeb; y el profesor de Prehistoria de la Universidad de Murcia y especialista en el período al que pertenece el yacimiento, Joaquín Lomba Maurandi.