Su pequeña agenda de bolsillo  era, verdaderamente, una de las cosas que consideré más mágicas de  un gran empresario como él, cuyas sociedades movían miles de millones  al año. Pero me di cuenta pronto de que no necesitaba más, porque  era muy inteligente y meticuloso, con una gran capacidad de esquematizar,  por lo que cualquier apunte en esa agenda estaba ampliamente desarrollado  en su mente.
Se sentía orgulloso de su  familia y del gran grupo empresarial que habían logrado crear a lo  largo de cinco generaciones en aquellos momentos (él pertenecía a  la cuarta generación). Rehusó tener protagonismo en el libro “Huertas.  Un siglo de historia”, pese a que era el presidente del grupo.
Él quería contar el desarrollo  de sus empresas y agradecer a sus antecesores y a las nuevas generaciones  su trabajo y apoyo dentro de las mismas.
Bajo el lema familiar “labor  omnia vincit”, el grupo Huertas comenzó con un pequeño taller en  1900 y, como dejamos constancia en el libro, su creación y desarrollo  fue paralelo al de la historia de la automoción.
Ha sido, y seguirá siendo,  uno de los grandes empresarios que ha tenido esta Región. Su capacidad  de ver más allá en los negocios y su gran determinación, lo llevó  a implantar su criterio frente a la mismísima Mercedes Benz. 
Las instalaciones que inauguró  en Murcia sobrepasaban las dimensiones recomendadas por la Benz, establecidas  en todos los concesionarios europeos de esta marca, excepto en las murcianas  de Huertas, quien conocía a sus clientes y logró que Mercedes   autorizase las que él consideraba que se ajustaban a su clientela y  a las necesidades de su negocio.
Ginés Huertas combinaba a la perfección todo un carácter con una sencillez especial.
2 comentarios:
¡La de cosas que debía de saber del dinero negro que se ha lavado en esta región en estos últimos años adquiriendo vehículos de alta gama......! Descanse en paz.
Tengo entendido que era el principal proveedor de vehículos para uso oficial de la Comunidad Autónoma...
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