Tuve el privilegio de recibir las enseñanzas y colaborar con el maestro Mendez, tanto en el Laboratorio Experimental como en Farmacología Clínica, nuestras familias fueron cercanas y convivimos en múltiples ocasiones en nuestros domicilios, en viajes en México y en el extranjero, y me hizo además la confianza y el honor de que fuera su médico de cabecera.
Estoy seguro que puede haber voces más autorizadas que la mía para esta encomienda, pues si bien pueden existir personas que le tengan el mismo cariño, respeto y admiración, no hay ninguno que los tenga más.
Para entender la polifacética personalidad del Dr. Mendez, del científico, del político, del intelectual, amigo y compañero de García Lorca, de Buñuel, de Dalí, de Moreno Villa, de José Clemente Orozco y de Sandoval Vallarta, con lo que va implícito su interés por la literatura, la cinematografía, la pintura y que recibió las enseñanzas directas de Ortega y Gasset y Unamuno en filosofía, hay que hacer referencia a su vida en España y en México.
A los 22 años obtuvo el grado de Doctor en Medicina en la vieja facultad de San Carlos. En la facultad había sido discípulo de Ramón y Cajal, y de Don Teófilo Hernando, de quien fue alumno Interno por Oposición en la Cátedra de Terapéutica y por cuya recomendación ingresó a la Residencia de Estudiantes, fundada por Cajal, en donde se relacionó con los personajes citados; su compañero de habitación fue nada menos que Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina, y comenzó a trabajar en Farmacología Experimental con su querido Maestro Don Juan Negrín.
A los 29 años de edad es Catedrático Numerario por oposición de Farmacología y Terapéutica de la Facultad de Medicina de Sevilla, el más joven de España.
Se forjó así la rara mezcla que configuró la personalidad de Don Rafael, un científico e investigador apasionado, preocupado e inquieto por su trabajo en sus horas de sueño y descanso, y un humanista involucrado en la literatura, la pintura, la arquitectura, la historia, el cine y todas las manifestaciones del intelecto humano.
Su contacto con Sevilla y sus relaciones familiares desarrollaron en el Maestro otro aspecto de su polifacética personalidad, su afición por la tauromaquia, el flamenco y los gitanos, y su amistad con las figuras en esos campos.
Cuantas veces pasamos en privado veladas inolvidables con Sabicas, Lola Flores, Manolo Caracol, la Contrahecha, Cagancho o Luis Miguel Dominguín, todos ellos lo sentían uno de los suyos y lo llamaba Rafaelito.
En 1936 los cuatro Jinetes del Apocalipsis desatan su furia en España, azuzados por la Bestia Fascista. El Dr. Mendez fiel a sus convicciones y por su lealtad a su maestro Negrín, participó activamente en el bando de la legalidad. Su actuación podría dar lugar a varios guiones para películas cinematográficas de acción.
Al volver a España, el joven científico fue nombrado Director General de Carabineros con cuarenta mil hombres a sus órdenes; imaginemos lo que eso sería para el hombre de paz y absolutamente desconocedor del arte castrense. Después fue Subsecretario de Gobernación, de él dependían la Policía, las fuerzas del interior y el servicio de inteligencia con su información secreta. Aprovechó ese puesto para salvar la vida de muchas personas.
Resulta todo ello tan inverosímil que él mismo decía que le costaba creerlo. Asimismo burla, burlando, hacía referencia a su derecho al trato de Excelencia que le correspondía, desde que el Rey de España le otorgó la Gran Cruz del Mérito Civil en 1981, como un reconocimiento a su labor y una rectificación a las acusaciones injustas.
Al terminar la guerra, marchó a Francia en donde se entabló contra él un proceso de extradición por el gobierno del cuartelazo, encabezado por Franco. Lo acusaba, o ironía de las ironías, de ladrón y asesino.
Nuevamente su carrera científica tomaba bases firmes y el porvenir parecía asegurado. Todo se disipó con la muerte de su adorada esposa, historia de amor que también podría servir como tema de una novela romántica. Quedó con dos niños Rafael de seis años y María de dos, una vez más todo se derrumbó.
En esa circunstancia, rodeado de nuevo por ruinas, recibió del Maestro Chávez el ofrecimiento, por indicación de Arturo Rosenblueth, de incorporarse al Instituto de Cardiología.
Llegó a México en 1946, en el remanso de paz, de amistad y de trabajo que le dio el Instituto, rehízo su vida. Conoció a Marga Blanco y se casó con ella, tuvo un hijo mexicano, Juan Pablo.
La obra científica del Dr. Rafael Mendez no necesita de elogios desmedidos, habla por sí sola y por el hecho conocido de que se le considera internacionalmente, como uno de los grandes investigadores y maestros de la farmacología cardiovascular.
Sus trabajos le permitieron elaborar todo un cuerpo de doctrina sobre los digitálicos y son los artículos sobre investigación con mayor impacto en la literatura médica, realizados en México.
Para la elaboración de dichos estudios desarrolló técnicas precisas y nuevos modelos experimentales.
Consideraciones semejantes podrían hacerse de su otra línea de investigación, la medicación coronaria y los receptores adrenérgicos.
La labor de enseñanza y de formación de farmacólogos del profesor Mendez continuó en México y fue el cimiento firme para la creación de la Farmacología Mexicana, que ocupa ahora un lugar destacado a nivel mundial.
Sería imposible mencionarlos todos, pero aún con la conciencia de ser injusto no puedo dejar de señalar a los aquí presentes: Juan José Mandoki, Pablo Rudomín, Jorge Aceves, Gustavo Pastelín y Fermín Valenzuela. A estos nombres añadiría los de Antonio Morales, David Erlij, Rafael Rubio, José Jalife y los de nuestros inolvidables Emilio Kabela y Carlos Mendez, cuya pérdida prematura nunca lamentaremos suficientemente.
Como ser humano Don Rafael fue modesto, alejado de cualquier exhibicionismo, y ayudó de manera callada, generosa y totalmente desinteresada a todos los que se le acercaron y prodigó su sabiduría, sin pedir nada a cambio. A esas cualidades se unían las que el Maestro atribuyó a Don Quijote, ''caballero del ideal, defensor de los humildes, crítico de los poderosos, resumen de los valores humanos de la libertad'';.
Agregaría yo, que todo ello bien pudo decir como el inmortal manchego al que tanto se parecía aún su físico, ''podrán hechiceros, malandrines y encantadores quitarme la ventura y la fuerza pero el ánimo nunca'';.
Fue Don Rafa un patriota, patriota de dos patrias, México y España. Por ello dispuso que la mitad de sus cenizas quedaran en México y la otra mitad en España.
Al recibir el Premio Nacional de Ciencias dijo: ''Por eso, los desterrados españoles nos hemos integrado totalmente a México, y por eso nos sentimos profundamente mexicanos.
Fe de erratas
En la revista Arch Cardiol Mex 2011;81(4):343-350, se publicó en el Artículo Especial: The production of articles on cardiology from Latin America in Medline indexed journals, la filiación de los autores Daniel J. Piñeiro y Wistremundo Dones como Área de Investigación de la Sociedad Argentina de Cardiología y la filiación correcta es Sociedad Interamericana de Cardiología.
(*) Investigador Emérito. Departamento de Servicios del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. México D.F. , México.