Expertos
nacionales han extrapolado a Cataluña los cálculos realizados sobre una
eventual salida de Grecia del Euro que estimaban que el primer año de
abandono de la Unión Europea perdería entre un 40 y un 50% de su PIB.
Estos datos se han conocido al tiempo que la Comisión Europea explicaba
que Cataluña se convertiría en un país tercero respecto a la Unión
Europea si declaraba su independencia y el Banco Central Europeo
aclaraba que ellos han amenazado a Grecia con expulsarles de la Unión.
Vayamos por partes. El especialita en finanzas internacionales, John
Plassard, como recogía recientemente el diario financiero La Tribune,
estimaba para Grecia la pérdida de entre el 40 y el 50 % de su riqueza
nacional el primer año como consecuencia de un eventual abandono de la
Unión Europea. Trasladado el efecto a cada griego, le podría suponer
de media dejar de ingresar 10.000 euros por habitante y año. El
segundo año todavía tendría un coste de otros 3.500 euros más por
habitante.
Algo más antiguo, el informe del Foro Europa Ciudadana, estimaba hace
dos años que Cataluña sufriría cinco graves consecuencias si decidía
secesionarse del resto de España. Las principales consecuencias
negativas serían la salida del euro, la pérdida del acceso a la
financiación del Banco Central Europeo, quedar fuera del Tratado de
Schengen, abandonar el mercado único y perder las ayudas de los fondos
de cohesión y de la Política Agrícola Comunitaria.
Y parecería inevitable que Cataluña tuviera que abandonar la Unión
Europea si optara por su independencia. Además de las declaraciones de
los líderes de la Unión, la Comisión Europea ha sido especialmente
clara la pasada semana al explicitar que "si una parte de un Estado
miembro deja de ser parte de ese Estado porque el territorio se
convierte en un Estado independiente los Tratados ya no se le
aplicarían".
Eran las palabras de Margaritis Schinas, portavoz del presidente de la
Comisión Europea pronunciadas la semana pasada. Es decir, la nueva
región se convertiría de hecho, debido a su independencia, en un país
tercero respecto a la Unión Europea que por supuesto "podría solicitar
su ingreso en el club.
Schinas recordaba que esta es la posición que la Comisión Europa ha
mantenido desde 2004, posición que el presidente Juncker ha defendido
durante su campaña para hacerse con la presidencia del Ejecutivo
comunitaria y en la que cree hoy. La Comisión, a diferencia de otros
líderes europeos, ha evitado aclarar si la salida de Cataluña de la
Unión Europea en el caso de que se independizara sería de forma
automática. De lo que no hay duda es que las consecuencias serían
muchas y graves. Aunque la Constitución garantiza que no se llegará a
la secesión.
De forma paralela a estas declaraciones de la Comisión reafirmando las
declaraciones de Cameron, Merkel, Hollande y Tusk se han producido
otras por parte del vicepresidente del Banco Central Europeo quien
reconocía que la amenaza a Grecia de abandonar la Unión si no
respetaba sus compromisos nunca fue en serio.
En declaraciones a la agencia Reuters, Vitor Constâncio, ha asegurado
ahora que la amenaza del ‘Grexit’, expulsión de Grecia de las
instituciones comunitarias, “nunca se había hecho de verdad, porque no
hubiera sido legal”.
Sorprende esta aclaración a estas alturas. Además de haberlo afirmado
el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble, en repetidas
ocasiones, el 30 de junio, solo tres días antes de que el primer
ministro griego Alexis Tsipras anunciara la convocatoria de un
referendo, Bênoit Coeuré, miembro del consejo de Gobierno del Banco
Central Europeo decía al diario financiero Les Echos que “la salida de
Grecia del euro, un objetivo teórico, desgraciadamente no hay que
excluirla”.
(*) Periodista