MURCIA.- Si el salir en una procesión se hace sin "la preparación y técnica
adecuadas, conlleva un alto riesgo de lesiones musculoesqueléticas" ha
afirmado el doctor Diego Giménez, jefe del Servicio de Traumatología del
Hospital Quirónsalud Murcia.
Según Giménez, las lesiones más
comunes en los estantes y costaleros son consecuencia directa del peso
sostenido durante largos periodos, los movimientos repetitivos y las
posturas forzadas, por esto "la zona lumbar, el cuello, los hombros y
las rodillas son las áreas que más sufren", han informado desde el
hospital en una nota de prensa.
Las dolencias más comunes son
las contracturas y sobrecargas musculares, especialmente en el cuello,
los hombros y la espalda, fruto de la tensión constante y las posturas
mantenidas, así como las lumbalgias agudas y las cervicalgias, causadas
por la presión del peso sobre la zona cervical.
A estas se suman
las tendinitis en hombros, rodillas y muñecas, provocadas por la
repetición de movimientos, además de esguinces en tobillos y rodillas,
muy comunes debido a las irregularidades del pavimento. Finalmente, no
faltan las ampollas, heridas y dermatitis por el roce y la humedad,
especialmente en pies y hombros.
Saber identificar los signos que requieren atención médica inmediata
es fundamental. El doctor Giménez recomienda acudir a urgencias "si se
presenta un dolor intenso repentino que no cede con el reposo,
imposibilidad de mover alguna extremidad o de soportar peso con ella"
también en caso de "inflamación notable o deformidad articular,
hormigueos, pérdida de sensibilidad o fuerza, que son síntomas de
posible afectación nerviosa, dolor lumbar que se irradia hacia las
piernas, así como mareos o dificultad respiratoria, que podrían alertar
de un problema cardiovascular".
"Ante cualquier síntoma que
limite la movilidad o cause un dolor incapacitante, lo mejor es
detenerse y buscar valoración médica para evitar complicaciones", ha
advertido el traumatólogo.
Por esto, Giménez
considera "fundamental iniciar semanas antes un programa de
entrenamiento específico que refuerce la musculatura del tronco,
especialmente el core, que incluye abdomen y espalda baja, así como el
cuello, los hombros y las piernas"
El especialista ha indicado
que "ejercicios como planchas, sentadillas, puentes lumbares o peso
muerto con cargas moderadas ayudan a mejorar la resistencia y la
estabilidad del cuerpo ante el esfuerzo sostenido".
También aconseja
realizar estiramientos dinámicos y ejercicios de movilidad articular
tanto antes como después de cada procesión.
Además del
entrenamiento previo, es importante "el uso de un calzado cómodo, ya
adaptado al pie y con suela antideslizante, que puede evitar numerosas
lesiones en pies y tobillos", también se recomienda el uso de una faja
costal, que "debe ajustarse correctamente: no demasiado apretada para no
dificultar la respiración, pero sí lo suficiente como para ofrecer
sujeción".
Ya durante la procesión, se debe mantener una
postura adecuada, la espalda debe permanecer recta, con la cabeza
alineada con la columna y la mirada al frente. Las rodillas deben estar
ligeramente flexionadas para amortiguar el peso, y es importante apoyar
completamente los pies en el suelo, evitando pasos bruscos o inestables.
"Además, la coordinación entre costaleros o estantes es fundamental
para distribuir el peso de forma equilibrada y prevenir movimientos
descompensados que puedan derivar en lesiones", ha añadido.
Por último, el doctor ha subrayado la importancia de la hidratación
antes, durante y después de la procesión, así como evitar el alcohol y
las comidas pesadas. Dormir bien entre jornada y jornada es esencial
para que la musculatura se recupere adecuadamente.
Y, sobre todo, escuchar al cuerpo, "si aparece dolor, es mejor detenerse a tiempo y pedir ayuda que arriesgarse a agravar una posible lesión", ha concluido.