TAIPÉI.- El porcino español sigue a la conquista del mercado taiwanés, donde
hace apenas cinco años pasaba desapercibido pero que ahora se ha situado
en el segundo puesto en la lista de importaciones isleñas de este
producto, por detrás de Canadá.
Tras la apertura en 2014 del
mercado isleño al cerdo español y sus derivados el valor total de las
exportaciones españolas de porcino -casi todo congelado- han pasado de
1,7 millones de dólares a 46,7 millones (de 1,5 millones de euros a 41,2
millones), superando a competidores como Dinamarca y Estados Unidos.
El
cerdo español puede encontrarse en mercados tradicionales y en cadenas
de supermercados, conquistando el paladar de un exigente consumidor de
cerdo como es el taiwanés, que dispone de razas autóctonas y de calidad.
"La
carne de porcino es uno de los productos de mayor expansión actual en
la isla", indica a Efe el director de la Oficina Comercial de España en
Taiwán, José Luis Echániz.
Y un derivado del cerdo, el jamón
ibérico, se ha convertido en un producto de moda y estatus, que se
distribuye en restaurantes de lujo, tiendas especializadas y cadenas de
supermercados gurmé.
"Es un producto de moda" típico de la cultura
española, "muy diferente de la de Taiwán", relata Evonne Wang, de
J-Deli (la "J" es de "Jamón"), una de las empresas pioneras en la venta
de embutidos y quesos españoles de alta calidad.
En su opinión,
hay que conseguir que la gente lo coma "no sólo para llenar el estómago,
sino como arte, algo bello e importante".
Pero no todo son
alimentos, explica Echániz, que detalla que en Taiwán "también se venden
automóviles fabricados en España, medicamentos, artículos de piel, moda
de bastantes marcas, cerámicas y los tradicionales vino, aceite de
oliva y jamón".
En el campo del vino, los taiwaneses han elevado
sus conocimientos y exigencias, y del predominio de la exportación al
granel se ha pasado al embotellado, con precios y calidades al alza.
Los
vinos españoles son "los segundos" en ventas en Taiwán, y "gracias al
trabajo duro de los importadores y de la Cámara de Comercio (...), ahora
la gente sabe que la relación calidad-precio de los vinos españoles es
muy alta", asevera Kellie Chen de Shine Chenrg, importadora de
caldos hispanos desde hace 30 años.
Chen también apuesta por "combinar la cultura con los vinos" y "la comida súper buena" de España.
Los
cosméticos y productos de tocador hispanos han expandido sus canales de
distribución y ahora se exhiben en cadenas de perfumerías, grandes
almacenes, y ventas por internet y televisión.
"Antes, de
cosméticos españoles sólo veía una marca muy cara, pero ahora se
comercializan decenas de ellos en perfumerías y cada vez más en la
televenta", explica Alice Wu, una empresaria de Taipéi.
La
moda, zapatos y accesorios españoles también han diversificado su
presencia en la isla y ya no se reducen a las marcas más internacionales
sino que provienen de decenas de empresas, puntualiza Echániz.
"Para
mí, España es arte, pasión, vino, moda, bolsos y zapatos, y cuando voy
allí me vuelvo cargada", dice Joyce Lin, una guía local que habla
español.
Entre quienes impulsan en la isla la venta de alimentos y
bebidas españolas se cuentan el importador de vinos y alimentos catalán
Oriol Ayne, de la empresa Do Vinos Taiwán, y el somelier vallisoletano
Daniel Carretero, entre muchos otros.
"El consumidor taiwanés
necesita contacto directo y explicación para poder entender el valor de
los productos españoles, porque suelen conocer sólo los productos de
algunos países que considera los mejores, como Francia en los vinos",
señala Carretero.
Los vestidos de novia españoles asimismo se
puede ver en las numerosas tiendas de fotografía para bodas, así como
turrones, tortas, queso, embutidos y aceitunas en conocidas cadenas de
supermercados.
Muchos productos españoles "son aún grandes
desconocidos" ya que "no sabemos venderlos, a pesar de su calidad" y
"nos falta más actividad promocional", comenta Daniel Rodríguez,
director operacional de los hipermercados RT-Mart, que comercializan 154
productos hispanos.