MURCIA.- Hoy se cumplen 80 años exactamente de la entrada en la ciudad de Murcia de las tropas del general Franco. Eran militares de la IV Brigada de Navarra con el general Alonso Vega al frente. Y los murcianos los recibieron con júbilo por cansados de tres años de guerra civil. Ese mismo día se sacó a la calle la imagen salvada de la Virgen de la Fuensanta, oculta en la casa del barbero Fernando Monerri, cuñado del alcalde republicano y catedrático, Fernando Piñuela, en la plaza de Fontes. Sus devotos la pudieron ver al asomarla a un balcón del antiguo Gobierno Civil al final de la calle Trapería.
La IV Brigada de Navarra, bajo el mando del
general Camilo Alonso Vega, tomó la provincia de Murcia, el 31 de marzo
de 1939, sin apenas resistencia a finales de mes. La Flota
republicana huyó al Norte de África (puertos de Bizerta y Túnez) para
evitar su captura por los nacionales. El 1 de abril de 1939, la
contienda se cerró con el último parte de guerra de Francisco Franco. "En
el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las
tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La Guerra ha
terminado". Los nacionales celebraron el triunfo con un desfile militar por las calles de Madrid.
En 1939, las tropas nacionales ocuparon Cataluña en los meses
de enero y febrero, y el Ejecutivo republicano marchó al exilio a
Francia, tras cruzar la frontera de los Pirineos. En la provincia de
Murcia, la artillería de costa de Cartagena destruyó el buque nacional
Castillo de Olite el 7 de marzo, dentro del último mes de la guerra. Los sublevados realizaron sus últimas conquistas militares en marzo.
Las operaciones militares de la Guerra Civil entre nacionales y
republicanos sucedieron entre el 17, 18 y 19 de julio de 1936 y el 1 de
abril de 1939. La región de Murcia pertenecía a la III División Orgánica
del Ejército Republicano, con cuartel general en Valencia bajo la
dirección del general Fernando Martínez Monje. Esta región militar
permanecería bajo control republicano hasta el final de la contienda.
Las fuerzas republicanas de la provincia murciana estaban
formadas por: el 6º Regimiento de Artillería Ligera de Murcia; la base
naval de Cartagena, con el Arsenal, las flotillas de destructores,
submarinos y torpederos, el 3er Regimiento de Artillería de Costa y el
Regimiento de Infantería Sevilla nº34; la base de polimotores (aviones
de transporte adaptados para el bombardeo) de Totana; la base aeronaval
de San Javier, con cazas, hidroaviones y una escuadrilla de torpederos; y
el aeródromo de Los Alcázares, con la escuela de bombardeo y tiro.
Además, Los Alcázares era la capital de la 2ª región aérea del
Ejército del Aire republicano, comprendida por las provincias de Murcia,
Albacete, Granada y Jaén. Alcantarilla acogió la escuela elemental de
Aviación y El Palmar la escuela de Transformación de pilotos de caza. En
total, la provincia de Murcia contaba con 14 aeródromos. El Monasterio
de Los Jerónimos de Murcia fue un cuartel de instrucción del Ejército
del Aire. La pedanía murciana de La Ñora contó con una fábrica militar. Y
Archena acogió una base de tanques soviéticos de la URSS para preparar a los tanquistas del frente republicano.
La provincia de Murcia contribuyó al Ejército republicano con
la creación de tres Brigadas (la 6ª en Murcia, la 20ª también en Murcia y
la 23ª en Cartagena) y el 3er Batallón de Voluntarios. Este Batallón
recibió la visita del presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio,
en el Cuartel de Artillería Jaime I de Murcia antes de su partida al
frente. La 6ª Brigada Mixta combatió en los frentes de Madrid (1936);
Granada, Teruel y Belchite (1937); Ebro y Extremadura (1938). La 20ª
Brigada Mixta luchó en los frentes de Córdoba (1936) y Extremadura
(1937-39). Y la 23ª Brigada peleó en los frentes de Madrid (1936),
Jarama (1937), Ebro (1938) y Cataluña (1939). El Batallón de Voluntarios
estuvo destinado en el frente de Madrid durante la guerra.
En el aspecto sanitario, la ciudad de Murcia albergó cuatro
hospitales de sangre: en el Santuario de La Fuensanta, en el Campus de
la Merced, en los Maristas de La Merced en El Malecón y en la Finca del
Pino. Además, Las Torres de Cotillas fue sede de un Hospital de
Enfermedades Infecciosas y el Balneario de Archena, un hospital de
sangre. Esta red de hospitales estaba destinada para los heridos del
bando republicano, y muchos de ellos pertenecían a las Brigadas
Internacionales.
En la zona nacional, el general cartagenero Miguel Cabanellas
se convirtió en presidente de la Junta de Defensa Nacional el 25 de
julio de 1936. Esta institución fue el órgano de gobierno provisional en
la zona nacional, compuesta por un presidente y seis vocales militares,
hasta la proclamación de Francisco Franco como jefe del Estado y
Generalísimo de los Ejércitos el 1 de octubre de 1936 en Burgos.
A comienzos de la Guerra Civil, el Gobierno de la II República
ordenó a la flota de la base naval de Cartagena bloquear el estrecho de
Gibraltar, con el fin de impedir el traslado de las fuerzas sublevadas
en el Norte de África a la Península Ibérica. Los nacionales superaron
este obstáculo mediante la creación de un puente aéreo entre Ceuta y
Algeciras en julio de 1936. El éxito de la operación permitió a los
nacionales la conquista de Andalucía Occidental y la unión de las zonas
sublevadas en el Norte y en el Sur a través de Extremadura en agosto de
1936.
El presidente del Gobierno, José Giral, presentó su dimisión en
septiembre de 1936 debido a los fracasos militares del Ejército
republicano. Su sustituto fue el socialista Largo Caballero. La
liberación del Alcázar de Toledo por las tropas nacionales supuso el
paso previo al cerco de Madrid en noviembre de 1936. El Gobierno
republicano huyó a Valencia y encomendó al general José Miaja la defensa
de Madrid. Los republicanos lograron resistir el asedio nacional a la
capital de España.
En el primer año del conflicto destacaron en la provincia de
Murcia los bombardeos aéreos sobre Cartagena, principal base de la
Marina Republicana. La población civil construyó numerosos
refugios antiaéreos
para protegerse de las bombas de la Legión Cóndor alemana. Los
aviadores germanos procedían de la base aérea de Armilla (Granada).
Cartagena fue también protagonista de la
salida del Oro de Moscú
a través de su puerto, en octubre de 1936, en dirección a la Unión
Soviética (URSS), con el fin de evitar la caída de las reservas del
Banco de España en manos nacionales ante una posible capitulación de
Madrid. El Gobierno soviético de Josif Stalin se apropió de las reservas
españolas de oro en pago por la ayuda militar prestada al Frente
Popular. Además, la XI Brigada Internacional fue retirada desde el
frente de Madrid a Archena para su reorganización. En la Sierra de
Ricote, el falangista Fidel Hurtado creó una quinta columna de
resistencia contra los republicanos con medio millar de hombres.
En 1937, las tropas nacionales conquistaron la cornisa
cantábrica (Asturias, Cantabria y Vascongadas) y Málaga. El Ejército
republicano detuvo el ataque nacional en la batalla de Guadalajara, pero
fracasó en sus ofensivas sobre Brunete y Belchite en los frentes de
Madrid y Aragón. En Cataluña, comunistas y anarquistas protagonizaron
una guerra civil dentro del bando republicano en el mes de mayo. Estos
sucesos provocaron la dimisión del presidente Largo Caballero y su
sustitución por el socialista Juan Negrín al frente del Ejecutivo del
Frente Popular. En el bando nacional, Francisco Franco aprobaba la
disolución de las fuerzas políticas y la creación del partido único, la
Falange Española Tradicionalista (FET) y de las JONS. Además, Emilio
Mola, director del Alzamiento, fallecía en un accidente de aviación
cuando se dirigía al frente de la Sierra de Madrid.
El segundo año de la guerra resaltó en la provincia de Murcia
por el hundimiento del acorazado republicano Jaime I en la base naval de
Cartagena. El buque había sido trasladado desde Almería para su
reparación después del impacto de varias bombas. Una explosión interna
causó el
hundimiento del acorazado Jaime I
y la muerte de alrededor de 300 personas en el puerto de Cartagena el
17 de junio de 1937. Además, el Ejército republicano retiró del frente a
la XI Brigada Internacional a la ciudad de Murcia en la retaguardia
para dar descanso a sus combatientes. La XI Brigada estaba integrada por
el 1er batallón Edgar André (alemanes), el 2º batallón Communne de
Paris (franceses y belgas) y el 3er batallón Dubrowski (polacos,
yugoslavos y húngaros).
En 1938, la victoria decisiva del Ejército nacional en la
batalla del Ebro permitió a los sublevados llegar al Mediterráneo en
Vinaroz (Castellón) y cortar la zona republicana en dos áreas aisladas
(Cataluña por un lado y el Levante y Sur por otro). El Gobierno del
Frente Popular se trasladó desde Valencia hasta Barcelona. El Ejecutivo
republicano ordenó la retirada de las Brigadas Internacionales en el mes
de octubre para evitar una mayor internacionalización del conflicto.
El tercer año de la guerra destacó en la provincia de Murcia
por la batalla naval de Cabo de Palos entre las Flotas republicana y
nacional. En la madrugada del 6 al 7 de marzo de 1938, la Armada
republicana destruyó y hundió el crucero nacional Baleares durante el
combate sucedido a 70 millas del Cabo de Palos. Águilas sufrió los
bombardeos aéreos de la Aviazione Legionaria de Italia. La ciudad
costera era punto de partida de buques con suministros de alimentos para
los militares republicanos del frente y poseía talleres ferroviarios
donde se desarrollaba una incesante producción bélica. La aviación
italiana llevó a cabo sus ataques contra Águilas procedente de la base
aérea de Mallorca, en las Islas Baleares. En la Sierra de Ricote, medio
millar de guardias de asalto intentaron atrapar a la Columna Fidel, sin
éxito, durante el mes de noviembre. La Columna Fidel resistió con éxito
la persecución de las fuerzas republicanas hasta el final de la
contienda, según crónica histórica de Antonio Gómez-Guillamón Buendía.
