ALBACETE.- El torero lorquino Paco Ureña, que el pasado viernes sufrió en Albacete una
gravísima cornada en el ojo izquierdo, fue sometido este lunes a la
primera exploración exhaustiva que determina que el espada murciano
posee «movilidad en el ojo y en el párpado», aunque todavía no se sabe
si recuperará o no la visión.
Así lo informó el doctor
Pascual González Masegosa, cirujano jefe de la plaza de toros de
Albacete, y que está en contacto directo con el equipo de Oftalmología
del Hospital General de Albacete, donde Ureña permanece ingresado.
No
obstante, y a pesar de esa esperanzadora noticia para la posible
conservación del ojo, Masegosa remarca que hay que seguir siendo
«excesivamente cautos», que lo importante es que «no se ha empeorado»,
pero, aún así, hay que ser pacientes y esperar el transcurso de los días
para ver cómo sigue evolución del paciente.
«La cámara ocular
sigue llena de coágulos y de momento sigue sin ver nada. No sabemos si
es por eso o porque definitivamente ha perdido la visión. Hay que
esperar por lo menos un mes o un mes y medio para que esa sangre se
reabsorba y podamos hacerle más pruebas que nos digan lo que hay
exactamente», asegura el galeno.
Además de la movilidad en el ojo,
Masegosa explicó que la córnea está «intacta» y que el nervio óptico
también está bien, pero eso no significa que con el paso de los días
puedan cambiar las tornas, de ahí la cautela que sigue pidiendo el
doctor.
«De momento las cosas no van a peor, que es importante. El
primer paso es que Ureña conserve el ojo, que aparentemente y
físicamente no sufra ningún cambio estético, aunque no tuviera visión; y
después ya veremos si se puede lograr el milagro de que pueda volver a
ver. Pero para eso hay que esperar todavía y no lanzar campanas al
vuelo», finalizó el doctor.
El percance de Ureña sobrevino en el
saludo capotero al cuarto toro de la corrida del pasado viernes en
Albacete, de la ganadería de Alcurrucén, el cual le propinó un certero
cabezazo a la altura del pómulo izquierdo, aunque, según algunas
fotografías que circulaban por las redes y medios digitales, se puede
apreciar cómo el pitón entra por debajo del ojo.
Rápidamente el
torero se lanzó al callejón, donde fue examinado en un primer momento
por los médicos de la plaza y, aunque el consejo fue que marchara
directo a la enfermería, Ureña, con el ojo muy inflamado, cerrado por
completo y visiblemente amoratado decidió volver al ruedo para dar
cuenta del animal.
Al finalizar la lidia fue por su propio pie a
la enfermería entre una gran ovación del respetable y posteriormente
remitido al Hospital General de Albacete donde fue intervenido de
madrugada por espacio de cuatro horas, y donde el equipo de oftalmólogos
lograron salvar, al menos, el globo ocular.