MURCIA.- La prevista lluvia en la mañana del Viernes Santo sobre la ciudad de Murcia hizo súbita aparición poco antes del mediodía, recorrido ya más de la mitad del trayecto por la procesión de 1.500 metros de longitud, y mojó sin remisión las tallas de madera del imaginero Francisco Salzillo, en sus cinco principales pasos, precisamente en el tricentenario de su muerte y presumiblemente por la imprudencia o error de cálculo del hermano mayor y presidente de la Cofradía de Jesús, Rafael Cebrián, quien ordenó personalmente la salida del desfile pese al duro y probable pronóstico del tiempo, que él sí conocía.
Antiguos responsables de la Cofradía opinan que, dada la situación meteorológica existente el Viernes Santo por la mañana en Murcia, ellos se habrían pensado muy mucho ordenar la salida de los pasos de la iglesia de Jesús, aunque comprendan que es muy complicado tomar una decisión así en fecha tan señalada como el tricentenario del propio Salzillo y después de dos veces sin salir el cortejo, por lluvia, dentro de esta misma década.
La nueva Ley de Patrimonio aprobada por la Asamblea Regional en la legislatura que acaba de terminar, otorga mayor poder y participación a la Comunidad Autónoma en la conservación de los bienes culturales, aunque sean de propiedad privada como es el caso de las figuras de Salzillo pertenecientes a la vieja Cofradía de Jesús.
Ahora, la dirección general de Cultura de la Comunidad Autónoma, debido a que algunas de las más valiosas obras del patrimonio cultural de la Región de Murcia se han encontrado expuestas a la intemperie, las universalmente conocidas imágenes del murciano Salzillo, va a proceder hoy lunes a una inspección profesional del estado de las tallas para tomar decisiones pertinentes sobre una eventual restauración tras comprobar si se ha llegado a hinchar la madera por culpa de alguna filtración o bolsa acumulada de humedad.
Ya se ha ordenado a los técnicos del Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma que, aprovechando que hoy el museo, como todos los lunes, permanece cerrado, realicen una inspección exhaustiva para elevar un informe preciso urgente sobre el estado de las tallas, comprobar si el agua ha podido dañarlas y en qué medida.
Unos primeros análisis más superficiales pero sin emplear la tecnología más avanzada disponible en Murcia, parecen indicar que, aparentemente, no han sufrido desperfectos, aunque ahora se desea un estudio más cualificado y en profundidad por parte de los técnicos especialistas de la Comunidad Autónoma.
Según fuentes de la dirección del Museo Salzillo, nada más regresar los cinco primeros pasos a la iglesia de Jesús, fueron secados con papeles absorbentes suaves. El empleo de cualquier tipo de calor, directamente sobre las imágenes, podría perjudicar su conservación, por lo que se descartó de principio esa posibilidad en todos los casos para no correr el riesgo de alterar el estofado.
Desde la Cofradía de Jesús mantienen,igualmente, que ninguna de las imágenes ha sufrido desperfecto. Revelan también que los plásticos, preparados debajo de cada paso, se pusieron cubriendo todas las imágenes en cuanto comenzó a llover. Durante la mañana del sábado se revisaron de nuevo todas las tallas para localizar algún problema posterior que hubiese podido surgir al cabo de las horas y no detectado en un principio.
Según las mismas fuentes, la Cofradía de Jesús diseñó y tenía preparado un dispositivo de emergencia en el caso de que lloviera: todas las iglesias del recorrido estaban preparadas para resguardar los pasos si eso se producía, y se debían colocar los plásticos, que se portaban doblados bajo cada paso, ante las primeras gotas de lluvia que hiciesen su aparición.
Luego los cinco primeros no se pudieron resguardar en San Nicolás al no caber ninguno de ellos por sus puertas. La Cofradía también preparó itinerarios alternativos más cortos hacia la iglesia de Jesús. Al final, se hizo lo único posible a esa altura del desfile: resguardar los cuatro últimos pasos en Santa Catalina y Santo Domingo, y aligerar la marcha de los cinco primeros hacia el Museo, en algún caso atajando.
Lo mas curioso de todo es que, en el último cabildillo de mayordomos, cabos de andas y estantes, celebrado el día anterior, el comisario de la procesión, Manuel Marquina, explicó a todos los allí presentes que, en caso de que estuviera lloviendo a la hora de la salida o hubiera indicios claros de que podía llover durante las siete horas que dura, el desfile sería suspendido. Cebrián no actuó con esa previsión y ahora la Comunidad Autónoma tiene que tratar de paliar los efectos de su error humano, según testimonio de algunos mayordomos de diversas hermandades.- (NEM)
(En la fotografía, la Cena, al abandonar este año la plaza del cardenal Belluga)