

Francisco Poveda
Mazarrón y Águilas están en el centro de la campaña electoral para las próximas elecciones en la Región de Murcia por la potencialidad de negocio urbanizador e inmobiliario amplio, que todavía encierran ambos términos municipales costeros al poseer un codiciado litoral casi virgen. Pero no son las únicas porque San Javier, San Pedro, Los Alcázares, La Unión, Cartagena, y hasta Lorca, son objetivos estratégicos a conquistar, o mantener por izquierda, centro y derecha, aunque sea con una ligera menor preferencia. El ladrillo y la especulación lo están condicionando todo de cara al próximo 27 de mayo, donde Diego de Ramón y la candidata del PSRM a la alcaldía de Murcia, María José Alarcón, pueden ser las dos grandes sorpresas de estos comicios tan disputados.
El PSRM, que lidera el profesor y economista pachequero Pedro Saura, y cuyo principal “cerebro” es el bioquímico de Ceutí, José Ramón Jara, parece haber diseñado una estrategia que prima el esfuerzo electoral en el dominio político de toda la franja costera murciana en primer lugar y, en segundo, los valles prelitorales del Guadalentín y Segura, así como la comarca del Campo de Cartagena y la propia capital autonómica, desde donde el líder de UDeRM, Diego de Ramón, libra su peculiar pugna en solitario contra la corrupción financiera regional y planta cara a la pirámide de poder que sostiene al títere de Valcárcel, en manos de especuladores, como Casanova u Olivo, acudiendo a la ayuda del Estado y de Bruselas.
Fundamentalmente en el primer valle, tiene que compartir esfuerzo el PSRM con una IURM capaz, no solo de mantener, sino de incrementar posiciones por lo renovado de su planteamiento con candidaturas preñadas de independientes, mujeres, jóvenes y universitarios al mejor “estilo Zapatero”. Las candidaturas destiladas por el líder, José Antonio Pujante, y su equipo, son ya del siglo XXI y muy representativas de una nueva izquierda auténtica en el seno de la sociedad murciana de este tiempo.
Casi la mitad de los escaños de la Asamblea Regional se sustancian en la circunscripción de la capital aunque la costera de Cartagena sea también muy importante y la que le sigue a continuación. Murcia es el feudo del PP pero su abundancia representativa da para mucho. Puede experimentar un vuelco y ahí estaría la victoria clara de las fuerzas que componen la llamada concertación democrática murciana (PSOE, IU y UDeRM) para la recuperación plena de los derechos civiles por todos los ciudadanos.
Si la evidente y muy corrupta derecha extrema, poco democrática, en que ha devenido el partido de Valcárcel no alcanza la mayoría absoluta, tendrá que abandonar San Esteban por falta de aliados a la vista. No cabe la más mínima posibilidad de entendimiento con UDeRM, precisamente por su combate frontal contra la corrupción desde un centro liberal que no se desea pringar con este emponzoñado PP valcarcelista, reducido hoy a los puros intereses del clan formado por Sánchez Carrillo, Carlos Valcárcel y el propio presidente de la Comunidad Autónoma. Pero volvamos a la batalla de la costa…
En Mazarrón, un renovado PSOE local, liderado por el pedagogo Francisco García tras arrojar por la borda todo un pasado de desencuentros y fiascos en sus propias filas, se apresta a conquistar la alcaldía gracias a las contradicciones internas de la alianza entre el PP de Francisco Blaya y el surrealista partido-apoyo-complemento-coartada de Domingo Valera, PIxM, la vergüenza de la política española y de la democracia nacional por los escándalos públicos protagonizados en su día por el líder en calzoncillos que todo el pueblo descubrió una noche en sus calles. Este “ninot” de la política mazarronera es un invento esperpéntico de caciques sin escrúpulos y sin el más mínimo respeto por el sistema y los propios vecinos de Mazarrón.
La corrupción y el pulso permanente a la democracia parecen, pues, haberse adueñado de la política local en Mazarrón al haber acabado el alcalde Blaya cuestionado en los tribunales de justicia por una presunta malversación de fondos a favor de su peculiar socio de gobierno. Urbanismo aparte (otro foco de presunta delincuencia), el desastre de la legislatura hace presagiar y prever una nueva correlación de fuerzas en este municipio costero tan conocido fuera de la Región gracias, en su día, al histrión, Domingo Valera, que reduce a banalidad un arte tan noble como difícil.
Cinco candidaturas, al menos, concurrirán por la alcaldía, tres de ellas conformando un centro-izquierda con programas de honestidad, progreso y plena garantía democrática de recuperar el libre mercado, al desterrar privilegios para los amigos de fuera y los caciques de dentro del municipio. Los abandonados habitantes de las pedanías y los sufridos residentes del Puerto de Mazarrón van a ser determinantes para pasar esa página negra de la corrupción, por reducción de la política local a toda una farsa. Se trata, pues, de recuperar el gobierno local por un equipo de progreso y con verdaderas perspectivas de progreso para todos.
Águilas es ahora el gran objetivo de todos los partidos y de todas las codicias. Dentro de esa batalla de la costa, en este lugar ya se libran las primeras escaramuzas premonitorias de lo que se avecina. Al menos cinco candidaturas también tendrán aquí que ser escrutadas en sus votos.
El actual alcalde del PP, Juan Ramírez, se encuentra contra las cuerdas e imputado por recalificar el paraje protegido de La Zerrichera junto a su aliado el MIRA, del tomatero-lechuguero Alfonso García. Se duda de que repita como candidato de un PP herido de muerte entre una sociedad tolerante pero muy libre de pensamiento para la necesaria reflexión preelectoral. Si así fuese, Ramírez hasta podría reaparecer como candidato del MIRA esta vez. “Alea jacta est” en la actual y podrida política aguileña.
Al igual que en Mazarrón, los funcionarios municipales se han tenido que poner de “motu propio” en contacto con la Fiscalía para comunicarle algunos extremos heterodoxos de la gestión municipal. El ambiente es irrespirable en el Ayuntamiento y la tensión acumulada ha hecho que se llegue a las manos entre concejales del PP. El secretario general y el alcalde, hace meses que no se dirigen la palabra. Interventor y depositario no quieren tampoco ser arrastrados por una dinámica a la que son ajenos pero que no presagia nada bueno para el equipo gobernante y saliente.
La corrupción desatada ha minado la vida municipal, hasta el punto de provocar varias expulsiones en el PSOE local, ahora muy renovado, y la aparición de una nueva formación fantasma y personalista, el MASd, liderada por el promotor inmobiliario Pedro Gil, hoy en el centro de un presunto delito de cohecho ya en manos de los juzgados, es un intento desesperado de perpetuar un pasado reciente de conspiraciones contra la democracia real y de un abultado tráfico de influencias, que terminará por salpicar a ilustres ciudadanos cómplices y acabará con algún político local, seguro entre rejas.
Al contrario que en Mazarrón, el poder económico aguileño comienza a mirar con cierto agrado la alternativa de regeneración que representa el geógrafo y bibliotecario Ramón Román, al frente de una candidatura rejuvenecida y de refresco por ausencia de pasado político bajo sospecha. Su apuesta, al igual que en Mazarrón, por un desarrollo sostenido y sostenible de la economía local, encuentra también el consenso de la mayoría, comenzando por los jóvenes con cierta conciencia ambiental. El toque social a la política, en ambos casos, suma posibilidades al cambio y a la recuperación, igualmente, del gobierno municipal mazarronero y aguileño.
En Cartagena, el profesor de la Politécnica y candidato no mayoritario del PSRM, Ignacio Segado, ha impreso a la política local un nuevo estilo y un ritmo desconocido. En compañía del ariete parlamentario de Valcárcel, la diputada Teresa Rosique, protagoniza una precampaña electoral atípica y difícil para lograr darle un vuelco a las preferencias del electorado. El eslogan “Adiós Pilar”, para referirse simbólicamente a la actual alcaldesa como una figura del pasado, está causando estragos en un muy dividido PP cartagenero liderado en la sombra por el exministro Federico Trillo, nada devoto de un Valcárcel al que considera ahora un necio de la política por la gran cantidad de errores acumulados durante su gestión y que puede costarle perder la Región entera.
Segado tiene suerte porque las elecciones autonómicas se juegan en su campo. Por algo lo eligió Saura como candidato y renunció a posibles propuestas de figuras clásicas del enloquecido y anárquico socialismo histórico cartagenero. No es un independiente pero casi porque su independencia respecto al entorno se la da su condición de profesor de la UPCT. Tiene suerte, digo, porque Lo Poyo y Novo Carthago están en su término municipal. Y ahí está la clave de la caída política de Valcárcel en cuanto se pruebe en sede judicial la intervención de su hermano y de “Caja Murcia” en toda la trama, no sin el conocimiento y concurso de Pilar Barreiro. Aquí se librará el episodio más importante de esta singular batalla política de la costa murciana para volver a tener gran parte del gobierno local hasta 2011.
En Cartagena, la irrupción del Movimiento Ciudadano, dentro de la coalición regional de centro para las autonómicas que encabezará el líder de UDeRM, no es buena noticia para el PP porque supone un refuerzo de más amplio contexto para quienes aspiran a algún tipo de liderazgo regional para su ciudad, compartido con la capitalidad política de Murcia, y a la provincia dentro de un objetivo de máximos que, según algunos de sus ideólogos, se está impidiendo desde la planta noble de la sede central de “Caja Murcia” más que desde el propio San Esteban. Esta cuestión, y no otras, está retrasando la reforma del Estatuto de Autonomía, cuya iniciativa corresponde al gobierno que preside Valcárcel.
La Unión es un caso especial. Su alcalde socialista, el veterinario Manuel Sanes (amigo íntimo del exministro aznarista Pimentel), ha estado toda la legislatura en el punto de mira del concejal De Haro, el activo representante de IURM en este ayuntamiento. La anhelada regeneración de la bahía de Portmán ha sido el “caballo de batalla”, y no porque no se desee de años por todos los unionenses, sino porque beneficia a la especulación simbólica de la empresa “Portmán Golf S.A.”, tradicionalmente financiadora del PSRM hasta que Valcárcel, con el PP, llegó al poder político murciano. Sanes aspira a mantenerse como alcalde y tiene todas las posibilidades.
La historia de desencuentros y encuentros Sanes-Alfonso García durante las últimas legislaturas, ha cristalizado en el convencimiento de que sólo el desarrollo turístico sacará a este municipio deprimido de un “impase” que dura ya demasiado tiempo. Hasta el PP local hace cuerpo con Sanes frente al presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, el recalcitrante Adrián Ángel Viudes, para que la dársena que pretende en El Gorguel se aleje de la costa unionense porque se aspira a convertirla en turística de calidad, a imagen y semejanza del “resort” La Manga Golf. Eso ya parece estar posibilitando una nueva “luna de miel” entre Sanes y el controvertido promotor “pan de higo”, en su beneficio y en el de toda la sociedad unionense por deseosa de un modelo económico basado en los servicios.
La comarca del Mar Menor tiene un más difícil pronóstico. En Los Alcázares, el PSRM sigue teniendo más fuerza que el PP pese a las vinculaciones claras del ex alcalde Escudero con el presunto delincuente Roca. La renuncia a ser candidato de su sucesor en el cargo, abre la incógnita del cabeza de lista pero la renovación posible, de urgencia, hecha con cirugía por Jara, aventura que este partido gobernante se mantendrá al frente del ayuntamiento de la localidad bajo unos parámetros absolutamente distintos y hasta con un aumento de legitimidad y credibilidad que puede aportar una mujer libre de “malas compañías”.
En San Javier, las peripecias del alcalde del PP por fiscalías y juzgados, aún no terminadas, parece indicar que el PP perderá la confianza de un electorado curado de espanto a cuenta de los desmanes urbanísticos en La Manga. No está claro, pero parece que una coalición postelectoral del PSRM con los independientes, podría permitir conquistar el gobierno de este, también muy atractivo, término municipal costero, en el que se acaba de fijar el fiscal general del Estado, Conde Pumpido, porque “llueve sobre mojado” tras el escándalo urbanístico y ecológico de “Puerto Mayor”, otro “talón de Aquiles” del presidente Valcárcel por vía de Sánchez Carrillo, el socio de Tomás Maestre y del abogado Carlos Valcárcel en negocios inmobiliarios y especulativos, como “Lo Poyo” y “Novo Carthago”.
San Pedro del Pinatar parece que seguirá en manos del PP si no se termina de probar un tipo penal en la vinculación de su alcalde, y senador, con el detenido jefe de la policía municipal de su confianza. El urbanismo desbocado no ha sido, en este caso, objeto de especuladores foráneos ni de grandes depredaciones del territorio. Mantener esa actividad mesurada y en manos de promotores locales, en equilibrio con otras dedicaciones, ha evitado que el progreso del municipio haya sido rentable solamente para unos cuantos. El PSRM no ha denunciado escándalos de envergadura y eso dificulta la reconquista del poder en un municipio moderado, al que sólo puede desencantar la deriva extremista en que ha caído el partido gobernante en Murcia y su escaso respeto por los espacios naturales dentro de su término, caso del parque regional de Las Salinas.
Resta saber qué pasará con los partidos independientes de Torre Pacheco y Fuente Álamo, dos agrupaciones de centro, localistas y regionales. En el primer caso, la crisis de “Polaris World” y el repliegue de Facundo Armero, tras sus anteriores incursiones para influir la política municipal a favor de sus intereses, hace pensar que el líder natural que es el abogado Cobacho (pariente del actual rector de la Universidad de Murcia y ex decano de Derecho) pueda volver a ser pieza clave en un nuevo consistorio, que sea más fiel expresión de los intereses generales de los pachequeros.
Que su paisano Pedro Saura sea el líder regional del PSRM puede facilitar en grado sumo un acuerdo postelectoral de gobierno para desalojar a un PP bajo sospecha en la Fiscalía, en connivencia con “Polaris” y bajo la protección del hermano del presidente Valcárcel, lo que “canta” demasiado respecto al diputado nacional Garre (de la más pura extrema derecha emboscada en el PPRM) y su pupilo y alcalde, Daniel García Madrid.
Fuente Álamo es una incógnita pero la recuperación de fuerza por parte de los independientes, dentro de la Coalición de Centro Regional que también lidera Diego de Ramón, alimenta la esperanza de un posible cambio de gobierno aunque el PP no ha sufrido aquí grandes desgastes por culpa de la corrupción. No parece muy probable un cambio de signo en el gobierno municipal aunque cabe la posibilidad de que esos independientes desempeñen un papel fundamental en la próxima legislatura, gobierne quien gobierne, para que este municipio no quede al margen del proceso general de regeneración de la vida pública en la Región de Murcia.
En otras comarcas, el PP mantendrá, incluso aumentará, su presencia, caso del Noroeste (con fuerte desembarco financiero y especulativo hasta en la socialista Calasparra mientras en Bullas se podrá mantener el PSRM), Río Mula, Altiplano, Valle de Ricote y Oriental, con alguna que otra excepción. La única sorpresa se puede producir en Yecla por la crisis interna y el papel que puedan desempeñar los independientes, pero Jumilla y Abarán las puede perder el PSRM fácilmente. No así Santomera mientras Beniel es una incógnita por la irrupción del PADE de Calero, como ocurre en Cieza por la gran actividad de IURM. Abanilla y Fortuna quedarán ancladas al pasado, al igual que Molina, Torres de Cotillas, Alcantarilla y Librilla. En Alhama puede haber sorpresa remota a favor del PSRM a cuenta de “Polaris”.
IURM está “pujante” en el Bajo Guadalentín
En la comarca del Bajo Guadalentín IURM está “pujante”, aparte de por el apellido del candidato a la Asamblea Regional y a la alcaldía de Lorca, José Antonio Pujante, porque mantiene concejales en Puerto Lumbreras, Águilas, Lorca, Totana y Mazarrón. Sólo no tiene en el pequeño Aledo (feudo del PP por los intereses directos de Valcárcel en este término municipal de Sierra Espuña).
Su coordinador comarcal, el totanero Juan José Cánovas, es el artífice del mantenimiento de posiciones políticas en las instituciones y del aumento ahora de posibilidades electorales en todos esos municipios y en la circunscripción, para poder aspirar a mantener presencia en la Asamblea Regional. La renovación y la inclusión de independientes aumentan la expectativa de esta izquierda auténtica, que colabora para que haya otro gobierno regional tras el 27 de mayo.
Pueden entrar en los gobiernos de progresos que se aventan en Águilas, Mazarrón y Totana, mientras en Lorca y Puerto Lumbreras las posibilidades son más remotas. El alcalde socialista lorquino quiere atender a su clientela más desde el centro, mientras las posibilidades del PSRM en Puerto Lumbreras están al 50% con el PP de un alcalde, que hoy es el vocero oficial de Valcárcel porque el oficioso es un bachiller lorquino de pluma fácil.