En el sotanillo de la Moncloa donde Arriola y el entorno de Rajoy
estudian las encuestas electorales propias y ajenas se ha llegado a la
conclusión de que el panorama del PP es muy malo y que el ‘soldado
Bonilla’, es decir el líder andaluz del PP José Manuel Moreno Bonilla,
va a ser el último de los baluartes defensivos del partido.
Porque si, como dice la última encuesta de la Junta de Andalucía, Cs
va a superar al PP en los próximos comicios del Sur que Susana Díaz
prepara para el otoño, en ese caso la desbandada de votantes y
concejales del PP hacia Cs será, en toda España, como un rio revuelto y
en avalancha con vistas a las citas electorales de 2019, donde estarán
en juego los comicios municipales, europeos y los de 13 Comunidades
Autónomas.
O sea, o Bonilla frena la embestida de Ciudadanos en el Sur o el
desplome del PP en toda España se va a parecer a lo que les ha ocurrido
en Cataluña en los pasados comicios del 21-D, donde se quedaron con 4
diputados y sin grupo parlamentario.
Estas reflexiones le habrían llegado al presidente Rajoy quien, fiel a
su más que proverbial inmovilismo, les habría pedido a sus
colaboradores frialdad y, como dice el Cholo Simeone en el Atlético,
jugar ‘partido a partido’ esta súper liga de la política electoral que
culminará en las elecciones generales de 2020 si es que no se adelantan.
La verdad es que lo del adelanto electoral en Andalucía se va a
convertir en la prueba de resistencia del PP. Sobre todo desde que se
conoció semanas atrás la encuesta electoral de la Junta de Andalucía que
daba la victoria al PSOE con un 34,1%, seguido de: Cs 19,8%, PP 18,3%,
Podemos 10,5% e IU 8,3%. Lo que, de confirmarse en los comicios del
otoño, supondría todo un desplome del PP a nivel nacional y de
consecuencias desastrosas para los ‘populares’.
Naturalmente echarle la culpa a Bonilla de lo que está pasando en el
Sur o de lo que le pase al PP en toda España no es justo, porque el
deterioro electoral del PP tiene su origen en La Moncloa, como ocurrió
en Cataluña por causa de la que fue la respuesta blanda y tardía de
Rajoy al golpismo catalán.
Y precisamente por todo ello el PP ha convocado en Sevilla su
Convención de primavera para los primeros días de abril a ver si
refuerzan las posiciones de Bonilla y le suben la moral a sus militantes
y dirigentes del Sur español. Pero lo difícil para Bonilla y para Rajoy
es frenar a Cs en toda España y a corto plazo en el Sur y cambiar la
tendencia al alza y al parecer imparable de las huestes de Albert Rivera
que están subidas en el optimismo y con viento a favor, mientras en el
PP lo que prima es la incertidumbre y la desolación.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés