
Es una estructura de una empresa británica, pero de bandera panameña, que está atracada desde hace varias semanas y que tras una parada técnica el martes será llevada por cuatro remolcadores al puerto francés de Brest.
Será empleada en un nuevo montaje de tubería, y ha sido necesario que setenta operarios descarguen material sobrante de una obra anterior y se aprovisionen de víveres para su nuevo trabajo. Es la tercera plataforma flotante más grande del mundo y, en su interior, parece una pequeña urbe en la que viven más de cuatrocientas personas en los momentos de mayor trabajo.
Hay holandeses, turcos, noruegos, ingleses, filipinos y españoles.
Hay holandeses, turcos, noruegos, ingleses, filipinos y españoles.
El laberinto de pasillos lleva a un restaurante, una cafetería, un gimnasio y una enorme ferretería de la que extraen todos los artículos para construir los gaseoductos. Las tres salas de control de motores son dirigidas por ocho personas. Se encargan de que el colosoo tenga siempre el suministro de energía que necesita.
El atraque ha sido gestionado por la consignataria cartagenera Internacional Viking. La enorme mole tiene 180 metros de eslora, 59 metros de ancho y 33,2 metros de alto. Dispone de cuatro grúas que sirven para cargar tubos de unos 12 metros de largo y 1,52 de diámetro, que son transportados en barcos.
Una vez a bordo, los unen de dos en dos formando tuberías de 24 metros, que luego bajan por el pontón hasta una profundidad de hasta 380 metros.
Una vez a bordo, los unen de dos en dos formando tuberías de 24 metros, que luego bajan por el pontón hasta una profundidad de hasta 380 metros.
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