A menos de un mes de que termine el plazo establecido por la
Constitución para la convocatoria de unas nuevas elecciones generales
que de celebrarán el próximo 10 de noviembre, todos los datos indican
que, efectivamente, no sólo habrá otras elecciones generales, sino que
estas serán inevitables, ya que el actual presidente en funciones Pedro
Sánchez, no se presentará a una segunda investidura, según le comunicará
al Jefe del Estado en la nueva ronda de consultas que Felipe VI se
celebrará, pasado el 15 de septiembre.
Ya durante el periodo de negociaciones que llevaron al fracaso de la
investidura, del 25 de julio, el candidato Sánchez ya anunció a quien
iba a ser su “aliado preferente”, Unidas Podemos, que su oferta de
Gobierno de Coalición tenía fecha de caducidad y que no habría otra
oportunidad ya que no estaba dispuestos a ir a una segunda, si fracasaba
la primera investidura.
Tanto en los plazos como en la oferta última de
una vicepresidencia social y de tres ministerios, ni Pablo Iglesias ni
su entorno, fueron capaces de intuir que, efectivamente, eso no se haría
realidad y, en vez de aceptar la última oferta, estuvieron forzando la
jugada, algo de lo que ahora se arrepienten a diario, sobre todo, la
pareja dirigente, Pablo Iglesias-Irene Montero.
Dos simples sucesos, ocurridos estos últimos días han dado la razón a
la postura del presidente español sobre la necesidad de una línea clara
de actuación de los partidos de cualquier coalición. La participación
de miembros de Podemos en las marchas antisistemas celebradas este fin
de semana en Biarritz, con ocasión de la Cumbre del G7 y, su choque con
el Gobierno en la política inmigratoria y en la forma de abordarla por
parte de la vicepresidenta Carmen Calvo, dan solo una idea de cómo sería
el “día a día” en un Gobierno de Coalición Podemos-PSOE.
¿Se imaginan, por ejemplo, lo que pueden decir los servicios secretos
de Estados Unidos. Francia, Alemania, Canadá, Italia, Reino Unido y
Unión Europea, de la presencia, de manifestantes antisistemas
organizados entre otros por los políticos del Podemos español? ¿Se
imaginan que en pleno funcionamiento de la Coalición, Podemos defienda
una política inmigratoria distinta a la que ha venido defendiendo el
Gobierno en el caso del barco español ‘Open Arms’.
Y esto no es nada, cuando en las próximas semanas, a partir de la
Diada del 11 de septiembre, comiencen a radicalizarse las posiciones
independentistas en Cataluña… Y, todos sabemos la posición de Podemos,
En Comù Podem y del propio Pablo Iglesias, sobre el independentismo
catalán, y sobre lo que ellos creen que son “presos políticos” y el
futuro de un inexistente derecho de autodeterminación.
Ajeno a la pasividad de Pedro Sánchez que, de nuevo, este lunes
empieza su actividad con nuevos contactos políticos con colectivos
sociales, sin que se sepa cuándo comenzará las entrevistas con los
partidos políticos. Podemos ha escrito a sus militantes para informarles
de que no están dispuestos a ceder y convertir todo, al final, en un
“trágala”, que supone, insisten, una falta de respeto.
Podemos y, sobre
todo Pablo Iglesias, se niegan a aceptar que no haya coalición, por lo
que no están dispuestos a apoyar a Sánchez en un Gobierno monocolor a la
portuguesa, apoyado por partidos de izquierda desde fuera y con un
programa político común.
Se habla de una nueva propuesta de Sánchez a Podemos, propuesta que
si no esta relacionada con una Coalición de Gobierno, será rechazada por
Iglesias, así que parece que todo está decidido, hacia unas nuevas
elecciones. En esas elecciones, los más optimistas entre dirigentes
socialistas es llegar hasta 150 diputados, aunque todos los sondeos dan
una recuperación del PSOE y PP y pérdidas de espacios importantes de
Podemos y Ciudadanos.
(*) Periodista y economista