No son lobos solitarios. Son durmientes. Y les alimentan de odio
todos los días. Decía Efraín Huerta que conociendo a Van Gogh lo que
extrañaba es que no se hubiera cortado también la otra oreja. Escuchando
a Losantos o a Inda lo extraño es que en España no haya habido una
desgracia. El discurso de odio irracional justifica cualquier
barbaridad. Y lo que al principio parecia gracioso, maldita la gracia
que tiene.
A la derecha siempre le gustan las armas. Ahí está la Asociación
Nacional del Rifle tan celebrada por los que tienen erecciones mientras
ven cómo matan a un toro poco a poco. O Santiago Abascal, que dicen que
va armado porque querrá compensar cosas que cree que le faltan. Durante
la pacífica Transición la extrema derecha mató a 300 personas. Con
armas entraron en el Parlamento el 23 de Febrero de 1981 y con armas y
bombas desestabilizaron cada vez que convenía durante la Transición, no
fuera que la izquierda subiera en votos.
Detrás de cada fascista hay un
descerebrado que sueña con películas de Rambo o Tarantino.
El problema no es solo que los panfletos de extrema derecha en
España intoxiquen generando mentiras, rumores, medias verdades y
señalando objetivos, sino que la derecha parlamentaria, el PP o
Ciudadanos, se hagan eco de esas manipulaciones.
Porque locos como el
que quería matar a Pedro Sánchez lo ven mucho más fácil cuando le dicen
que tiene razón en la radio, en las redes o, incluso, desde la tribuna
del Parlamento. En nuestro país, se han cerrado ilegalmente medios de
comunicación porque, se decía, estaban señalando a objetivos que luego
ETA intentaría asesinar. Y como en esa lucha todo valía, hasta se ha
encarcelado a gente por la cara.
Y quedamos delante de Europa como un
país al que le huelen todavía los sobacos a franquismo. ¿Qué hace todos
los días OK Diario, Esradio, Libertad digital, Causa Aislada y todo el
entramado alentado por Steve Bannon, el gran manipulador del Big Data?
Losantos incluso ha dicho que usaría la recortada contra Podemos. ¿Tiene
que hacer un rap para que la justicia intervenga?
Después del 23F, el rey Juan Carlos salió diciendo que no había que
castigar a los militares responsables de dar un golpe de Estado con
tanques y metralletas. Según el código militar de la época les podrían
haber fusilado. Por fortuna no se hizo, aunque esos mismos militares
despidieron el franquismo fusilando.
Hoy, la derecha querría pasar por
las armas a los independentistas catalanes porque quieren romper España.
Aunque de momento, lo único que han hecho ha sido ser muy bocazas y
subirse a un coche para calmar a unas masas enfurecidas.
También quieren
ejecutar a Podemos porque quiere subir el salario mínimo. Igual ahora
más porque dicen que hay que salir a la calle contra los bancos y sus
mayordomos del Tribunal Supremo.
El problema es que este país nunca hizo
una limpia del franquismo. Y todos los días hay algún durmiente que
escucha en la radio a gente como Losantos o ve a Inda en las
televisiones y dice: he sentido la llamada. Y luego, a llorar.
(*) Profesor Titular de Ciencia Políticaen la UCM