Mariano Rajoy ha aceptado el mandato del Rey para someterse a la
investidura en el Congreso de los Diputados ‘pero’ siempre y cuando
encuentre los apoyos suficientes para salir airoso de la prueba, lo que
constituye un ‘sí y pero depende’ de Rajoy al monarca en un sublime
alarde de galleguismo o del ‘arte de birlibirloque’ que el poeta José
Bergamín aplicó a la magia del toreo.
Y no le falta razón a Rajoy en condicionar su presencia en un proceso
de investidura a la necesidad de un acuerdo previo para salir elegido y
formar un gobierno estable en España. Lo que sin lugar a dudas es una
urgencia nacional vistos los compromisos europeos, la crisis del paro y
la economía, el desafío catalán, el Brexit y el terrorismo yihadista.
Porque lo que Rajoy, ni nadie, puede hacer en las graves
circunstancias españolas es acudir al Congreso de los Diputados y
convertir la sesión de investidura en circo y una tomadura de pelo al
candidato para así perder inútilmente el tiempo. O solo para que Pedro
Sánchez no sea el único político de la transición que fracasó en la
investidura, un récord que el querría compartir con Rajoy pero no lo va a
lograr.
Como no logrará Albert Rivera que Rajoy presente a la investidura a
otro candidato del PP que no sea él mismo, tal y como lo dejó claro el
líder del PP quien dijo a Rivera que nunca se ha atrevido a decirle cara
a cara que retire su candidatura a la presidencia del Gobierno porque
‘no tiene las manos limpias’ como va diciendo por ahí pero a espaldas de
Rajoy. Quien ha precisado que las urnas hablaron y que él ni el PP
consentirán semejante maniobra.
Luego a pesar del presunto misterio que rodea la conversación del Rey
Felipe VI con Rajoy las cosas –como dijo en su elíptica rueda de
prensa- están muy ‘claras’: Rajoy acepta el mandato del Rey de someterse
a la investidura, pero solo lo hará si consigue apoyos para la
formación del gobierno que urgentemente necesita España.
Y eso es lo que ocurre en los países europeos de nuestro entorno, que
el Jefe del Estado, cuando no hay mayorías para gobernar, nombra un
formador de Gobierno y si este no logra los apoyos suficientes regresa a
ver al Jefe del Estado y declina el encargo para que se busque a otra
persona u otro partido en pos de una solución. Y eso es lo que piensa
hacer Rajoy si no logra los apoyos para ser investido y poder gobernar.
Además el presidente en funciones puso el dedo en la llaga cuando
dijo que ni Sánchez, ni Iglesias, ni Rivera tienen ninguna otra solución
para sacar a España del bloqueo y de la crisis institucional. Iglesias
dijo eso de la mano tendida al PSOE pero sin ninguna convicción. Y
Sánchez se refugió en la cantinela de que Rajoy debe aceptar el encargo
del Rey, y Rajoy lo ha aceptado pero a su manera y no a ciegas como hizo
Sánchez y así le fue.
En cuanto a las últimas ocurrencias de Rivera dos cosas: si Rivera se
empeña en decir que no piensa votar a favor de Rajoy porque tiene las
manos sucias, lo que debería hacer Ciudadanos es votar en contra de
Rajoy y en ningún caso abstenerse porque con la abstención también se ‘mancharía’ C’s sus impolutas manos, al fin y al cabo la abstención
beneficiaría la presidencia de Rajoy; en cuanto a la gran coalición de
PP, PSOE y C’s con otro candidato del PP que no sea Rajoy ya recibió
Rivera la clara respuesta de Rajoy. Además está oferta fue rechazada por
Sánchez y carecía de un dato esencial para ser creíble: un gobierno
presidido por el PP pero sin Rajoy, sin Sánchez y sin Rivera. E incluso
así tampoco iba a prosperar.
Lo que quiere Rivera es que Rajoy sea investido -sin ‘mancharse’ él
las manos- para evitar las terceras elecciones que serían desastrosas
para C’s. Y eso Rivera no lo va a lograr si no vota a favor de Rajoy. En
cuanto a Sánchez, dicho está, lo único que pretende es que Rajoy
fracase en el Congreso como fracasó él, y no dice la verdad cuando dice
que votará ‘no’ a Rajoy y que habrá gobierno y no terceras elecciones. O
una cosa o la otra.
Es decir que al día de hoy estamos como estábamos, sin fecha para la
investidura de Rajoy quien anuncia nuevos contactos con el resto de
partidos para ver si logra los apoyos para formar gobierno, y si no lo
logra lo más probable es que Rajoy decline otra vez la oferta del Rey y
el fantasma de las terceras elecciones volverá a reaparecer.
(*) Periodista