MADRID.- El Gobierno ha apuntado a los trasvases de agua entre cuencas como
solución a los déficit hídricos de algunas de ellas, aunque ha incidido
en la importancia de un consenso suficiente para dar respuesta a largo
plazo y de garantizar siempre la preferencia de la cuenca cedente sobre
cualquier otro uso.
Así se pone de relieve en un documento, cuyo
contenido ha sido adelantado hoy por la Cadena Ser, que el Gobierno ha
compartido con el PSOE para avanzar en las negociaciones de un Pacto
Nacional del Agua, en el que se propone estudiar la viabilidad técnica,
ambiental y económica de las transferencias de agua entre cuencas.
El documento asevera que los nuevos
trasvases contarían con una regulación tanto técnica como jurídica y
económica, e insiste en la necesidad de ejecutar en cada una de las
demarcaciones hidrográficas aquellas infraestructuras "convencionales y
no convencionales" que aumenten las garantías para satisfacer las
demandas de agua en un escenario de cambio climático.
Entre las
medidas que plantea el documento que el Ejecutivo ha enviado al PSOE
figuran la de poner en marcha un programa de mantenimiento y
conservación de las infraestructuras hidráulicas ya existentes o
promover el uso eficiente del agua y el ahorro en todos los sectores y
en el uso doméstico.
Señala en este sentido la importancia de
poner en marcha esas medidas de ahorro y eficiencia en la agricultura
como principal consumidor de agua, "adaptando la agricultura de regadío a
los nuevos desafíos del cambio climático para garantizar la
sostenibilidad del sector".
El documento, que el Gobierno ha
enviado como "borrador", apuesta por impulsar los trasvases para mejorar
la garantía de suministro en un mismo ámbito de cuenca, con el objetivo
de disponer de una red de infraestructuras interconectadas para poder
suministrar más eficientemente desde cualquier punto.
Respecto a
los trasvases que ya están en funcionamiento en España, el documento
plantea avanzar en la creación de la comisión de gestión para cada una
de las transferencias, para disponer de un órgano que dé mayor
transparencia a su gestión.
En la actualidad existen varias
transferencias "que es preciso ordenar", como el Bitrasvase del Ebro o
la transferencia del Guadiana a las cuencas internas del
Tinto-Odiel-Piedras, de la que parte el trasvase de esa cuenca interna a
la del Guadalquivir.
Asevera el documento que, el ámbito de los
recursos hídricos, los efectos del cambio climático son "más severos y
evidentes" y que la reducción de los recursos será más grave a medida
que avance el siglo, y que el periodo 2070-2100 las reducciones de
escorrentías podrían ser de hasta el 24 por ciento.
Tras analizar
los avances que se han producido durante los últimos años en materia de
gestión del agua, el Gobierno considera que éste "es quizá el momento
más adecuado para impulsar un gran acuerdo político por el futuro del
agua".
Considera que ese Plan debería definir una política de
Estado "integradora, consensuada y solidaria, con vocación de
continuidad a largo plazo" y que asegure el equilibrio, la protección
ambiental del medio hídrico "y la atención a las demandas en todo el
territorio nacional".
Desde que en marzo de 2017 -recuerda el
documento- se presentara en el Consejo Nacional del Agua la "hoja de
ruta" para avanzar en ese objetivo, representantes del Gobierno han
celebrado más de 120 reuniones con todos los implicados en la gestión
del agua.
El documento incide en los aspectos medioambientales y
en la necesidad de identificar los espacios emblemáticos para garantizar
una protección a largo plazo de determinadas masas de agua asociadas a
los mismos, como Doñana, el Delta del Ebro, el Mar Menor, las Tablas de
Daimiel la Albufera de Valencia o la reserva de Urdaibai en el País
Vasco.
Señala también la transcendencia de avanzar en la mejora de
los caudales ecológicos para la preservación de los ecosistemas y
mejorar la salud de los ríos y, en la puesta en marcha "efectiva" de las
medidas de los planes de gestión de riesgos ante inundaciones.