Este 15 de Febrero, será el día más difícil en la vida de Pedro
Sánchez Pérez-Castejón, desde el 2 de Octubre de 2016, cuando se vio
obligado, ante la presión y oposición del Comité Federal del PSOE, a
dimitir de secretario general del partido, dos años y tres meses después
de ser elegido por querer celebrar un Congreso extraordinario y por
defender ideas parecidas a las de ahora, cuando está a punto de
abandonar la Presidencia del Gobierno y convocar nuevas elecciones
generales.
Tal como está previsto y, después de haber sido rechazados sus
Presupuestos Generales para 2019, este Viernes tras el correspondiente
debate del Consejo de Ministros, es posible que esas elecciones
generales se convoquen, frente a las reticencias de muchos barones y
dirigentes socialistas, para el 28 de Abril, a menos de un mes de las
elecciones autonómicas, municipales y autonómicas del 26 de Mayo y que
no coincidirán, precisamente por la oposición de los barones, con esas
Generales que para muchos se presentan como decisivas.
Como adelantaba ayer este cronista ( ver republica.com “Los barones no quieren elecciones generales ni el 26 de Mayo, ni el 28 de Abril”)
a Sánchez le va a ser difícil elegir una fecha a gusto de todos, por lo
que puede tener la tentación de decidir exclusivamente a gusto suyo o a
gusto de los que piensan que, todavía, tiene margen para permanecer en
la Moncloa hasta el verano o, hasta Octubre, limitándose este Viernes a
adelantar simplemente la fecha electoral como hizo Zapatero en el año
2011, cuando anunció unas generales para Noviembre de ese año y las
anunció a finales de Julio de ese mismo año.
Y como hizo igualmente
Felipe González, tras el anuncio de Jordi Pujol de rechazar el proyecto
de Presupuestos Generales en Diciembre de 1995 y el adelanto electoral
fue para Marzo de 1996, cuando fue desplazado del poder por José María
Aznar con la inestimable ayuda de Pujol y Convergencia i Unió.
En estos momentos Sánchez, que vive sus días más amargos, sigue
dándole vueltas a la fecha electoral. Para él el 28 de Abril no es mala
fecha. Coge al Partido Popular adaptándose a la nueva dirección y con el
sector “sorayista”, que todavía no sabe qué hacer y que espera el
resultado electoral más próximo para tomar posiciones. Simultáneamente
Vox sigue creciendo a su costa, y hay toda una ofensiva contra esa
derechización del partido Y tiene a Ciudadanos, que nunca pactará con él
después de la luna de miel del Pacto del Abrazo, al que puede desgastar
con la historia del trillizo reaccionario de la derecha y la foto de
Colón con el líder de Vox, Santiago Abascal…
Por otra parte el CIS de
Tezanos le da ganador... con diferencia aunque eso le debe estar
haciendo pensar. El último estudio electoral del que da cuenta uno de
los mejores expertos, Kiko Llaneras, a o partir de un estudio de todas
las encuestas publicadas hasta ahora, es que el partido socialista
estaría en un 24%, seguido del Partido Popular con un 21%, Ciudadanos
con un 18%, Unidos Podemos un 15% y Vox un 11%. El fenómeno Vox puede
descolocar todos los datos porque un quinto partido a repartir es un
fenómeno que nunca se ha dado en la política nacional.
Pero, para un sector del partido un fracaso electoral de Sánchez en
unas Generales de Abril, puede arrastrar al desastre al partido en las
elecciones del 26 de Mayo. “Ir a las europeas habiendo perdido el
Gobierno, provocaría una debacle electoral semanas más tarde, aparte de
una gran desmovilización, en unos momentos en los que el votante sigue
machacado por el “efecto Cataluña” y el desgaste político que la
posición del Gobierno ha producido en el votante socialista no se va a
compensar la ruptura de los contactos con el independentismo, en esa
mesa de partidos con un mediador internacional.
Dentro de este complicado escenario es posible un adelanto electoral
que no sea inmediato y que permita a Sánchez gestionar su salida,
teniendo en cuenta que va a ser muy difícil que pueda alcanzar un
acuerdo con Ciudadanos y un gobierno frankenstein, como el que ha sido
derrotado en el Parlamento no parece que sea una solución, es una
posibilidad. Lo hace muy difícil la inestabilidad política que eso
supone, una inestabilidad más acentuada que en la época de Felipe
González y Rodríguez Zapatero. A eso precisamente se refiere hoy el Financial Times cuando anuncia que se avecinan nuevas elecciones “tras quedar España atrapada en un ciclo de inestabilidad”.
“Poco ha durado en España el experimento del Gobierno socialista en
minoría con el apoyo de la extrema izquierda, y pocos han sido sus
logros, quitando el incremento del salario mínimo y la polémica creada
en torno a la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco. La
reciente crispación confirma que España ha quedado atrapada en un ciclo
de inestabilidad política. De haber elecciones esta primavera, serían
las cuartas generales en ocho años”
(*) Periodista y economista