MADRID.- El agua
embalsada sigue en caída libre a solo un mes de que termine el otoño,
que es la estación más lluviosa en nuestro país. La reserva hidráulica
se encuentra al 37% de su capacidad total, un registro
solo superado a peor durante el periodo de sequía comprendido entre 1992
y 1995. Hasta hace unas semanas nuestra referencia era 2005, pero a
estas alturas del año (semana 47) hay que remontarse a 1994 (36,4%) y
1995 (26,84%) para encontrar valores por debajo de los actuales, según
los datos de reserva hídrica de 1990 a 2017 del Ministerio de
Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) que recoge Abc.
Se
trata del peor dato del siglo. Nunca a estas alturas del año los
embalses han almacenado tan poca agua en los últimos 17 años -hace un
año en estas mismas fechas los embalses estaban al 48,10% de su
capacidad y en 2010 llegaban al 66,56%-, y del tercer peor ejercicio de
los últimos 27 años, por detrás de 1994 y 1995. «La situación es
complicada porque a la falta de lluvias que
se han registrado ya y el descenso importante en las reservas de agua
embalsada, se une el hecho de que la previsión que señalan los modelos
climáticos para los próximos meses, hasta febrero, es de lluvias por
debajo de lo normal», explica a Abc Jorge Olcina, responsable académico del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.
Sequía ibérica
Este
año de sequía ibérica, como la llama Olcina, es muy similar al ciclo
padecido en 1995, 1983 y 1981, los años secos recientes más importantes
por los que ha atravesado nuestro país. Hasta el momento, matiza este
experto, «estamos en la peor sequía desde 1995, pues la de los años 1981-1983 fue más intensa. Pero si sigue la falta regular de lluvias este invierno, se podrá comparar con la de 1981-1983».
Lo cierto es que en los últimos tres años casi dos tercios del país están en situación de sequía meteorológica, explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La peor parte se la llevan Galicia, ambas mesetas, centro de Andalucía, Cataluña y Canarias. «No es lo mismo que la sequía hidrológica, que hace referencia a los recursos hídricos disponibles -abunda- pero cuando este índice es negativo durante más de un año se considera que empieza a afectar a las reservas hídricas».
Los expertos consultados coinciden en que ya estamos inmersos en un nuevo ciclo de sequía, algo habitual del clima mediterráneo. La causa última está en que estamos atravesando un ciclo positivo de la denominada «oscilación del Atlántico Norte» y en estas condiciones el anticiclón de las Azores está reforzado e impide el paso normal de las borrascas del Atlántico, que son las que dejan precipitaciones abundantes en España.
«Llevamos así desde el verano de 2016.
Estas secuencias de sequía suelen durar 2-3 años normalmente, de manera
que estaríamos en la mitad y nos quedaría un año y medio o dos para
salir de ella», se atreve a apuntar Olcina.
Del Campo no se atreve a dar
fechas porque este fenómeno llega «unas veces con más fuerza y otras
con menos».
Según el Ministerio de Agricultura, la situación de sequía hidrológica difiere mucho entre unas cuencas y otras, si bien las que están atravesando mayores dificultades son las del Júcar, Segura y Duero -estas tres cuentan con un Real Decreto de sequía en vigor, con medidas extraordinarias para paliar la situación-, todas ellas en alerta, al igual que las demarcaciones del Guadalquivir, del Miño Sil y del Ebro, mientras que las del Guadiana y del Cantábrico occidental están en prealerta.
Según el Ministerio de Agricultura, la situación de sequía hidrológica difiere mucho entre unas cuencas y otras, si bien las que están atravesando mayores dificultades son las del Júcar, Segura y Duero -estas tres cuentan con un Real Decreto de sequía en vigor, con medidas extraordinarias para paliar la situación-, todas ellas en alerta, al igual que las demarcaciones del Guadalquivir, del Miño Sil y del Ebro, mientras que las del Guadiana y del Cantábrico occidental están en prealerta.
Desde el Gobierno afirman que el suministro de agua para
abastecimiento está garantizado hasta final de año, y después habrá que
ver si es necesario restringir otros usos, pues el abastecimiento es
prioritario. Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción, cree que
«sin restricciones al regadío será imposible garantizar el
abastecimiento a muchas poblaciones en 2018».
Contaminación disparada
Mientras
tanto, la falta de lluvia y viento ha disparado la contaminación
atmosférica. La situación es preocupante en Madrid, donde hay vigentes límites de velocidad y prohibición de aparcar en la ciudad y
en cualquier momento se podría activar la prohibición de circular días
pares o impares según matrículas; mientras que la Generalitat de
Cataluña activó un aviso preventivo de contaminación atmosférica en
los 40 municipios de la conurbación de Barcelona, en la Plana de Vic y
en la zona de Ponent, que en total afecta a 224 municipios.