SAN SEBASTIÁN.- Al Año Nuevo la Dirección General de Tráfico le ha pedido un único
deseo: reducir la siniestralidad en las carreteras del Estado. Para
ello, la DGT lleva meses trabajando en una batería de reformas tanto del
Reglamento de Circulación como del carné por puntos a través de la
modificación de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial que buscan contribuir
a que ese anhelo se cumpla, recuerda hoy Diario Vasco.
Desde que el pasado 11 de julio Pere
Navarro regresara a la dirección general de Tráfico, -ya ocupó ese cargo
durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero-, se han sucedido los
anuncios de las reformas que el organismo pretende implantar en el
próximo 2019.
Una
de las más recientes y que más controversia ha generado es la de
reducir la velocidad en ciudad de 50 a 30 kilómetros por hora, pero
también están sobre la mesa las propuestas de castigar más a los
conductores por las distracciones al volante y el exceso de velocidad o
proteger a los ciclistas y motociclistas, unos colectivos que llevan
años denunciando su vulnerabilidad en la carretera, o la inclusión en la
normativa de vehículos que han llegado hace muy poco al mercado y que
no cuentan con una normativa específica, como los patinetes eléctricos.
Navarro lo tiene claro. El carné por puntos ha cumplido 12 años y es
hora de renovarlo y hacer cambios.
En la ciudad, a 30. Esta
misma semana la DGT ha anunciado su propuesta para que la mayoría de
las calles del Estado reduzcan su velocidad de los 50km/h permitidos
actualmente a 30 km/h. El ministro del Interior, Fernando
Grande-Marlaska, anunció el lunes que Tráfico trabaja en la redacción de
un real decreto que modifique el Reglamento de Circulación.
El texto
reduce a esos 30 km/h la velocidad máxima en las calles de un sentido y
un solo carril, e incluso se podría reducir hasta los 20 km/h en zonas
de preferencia peatonal (actualmente limitadas a 30). El objetivo es que
los peatones recuperen la calle y que los ciclistas tomen un mayor
protagonismo en las calzadas.
A 90 en las convencionales.
Reducir las velocidades máximas es una de las principales armas de
Tráfico para luchar contra la siniestralidad. El equipo de Pere Navarro
contempla incluir en la reforma del Reglamento de Circulación la
reducción de 100 a 90 km/h la velocidad máxima en las carreteras
convencionales, aquellas que tienen un carril en cada sentido sin
separación física y que tienen un arcén de 1,5 metros de ancho. ¿La
razón?
En 2017, el 77% de los fallecidos en carretera en el Estado
murieron en vías interurbanas, tal y como recoge el Observatorio
Nacional de Seguridad Vial. El objetivo es que esta norma, que afecta a
turismos y motocicletas, entre en vigor a principios de año. Además,
también verán reducida su velocidad máxima a 80 km/h las furgonetas, los
autobuses y los camiones.
Proteger a ciclistas y motoristas.
Es una de las cuentas pendientes de la DGT que se ha propuesto enmendar
durante el primer semestre de 2019. Con el año aún sin terminar, las
previsiones estiman que, una vez más, los fallecidos considerados
vulnerables en accidentes de tráfico superarán a los que viajaban en
vehículos de cuatro ruedas.
Marlaska señaló que entre las medidas para proteger a ciclistas y
motoristas está la obligación de la asistencia a las clases para obtener
el permiso, premiar con puntos en el carné el haber seguido cursos de
conducción segura o, en el caso de las bicis, segregar sus carriles
físicamente.
Más puntos por chatear. A
partir del año que viene los despistes al volante y el exceso de
velocidad estarán más castigados. Eliminar el uso del móvil, en especial
de WhatsApp, es uno de los objetivos principales, ya que esta es ya la
tercera causa de accidentes tras el exceso de velocidad y el consumo de
alcohol o drogas. Por ello se quiere aumentar la pérdida de puntos por
esta causa de los 3 actuales a los 6. Asimismo Tráfico quiere aumentar
de 3 a 4 el número de puntos que se pierden por no llevar puesto el
cinturón de seguridad, el casco o las sillitas infantiles.
Cerco a la velocidad.
Otra de las medidas que se pretende implantar es la de sancionar más a
los conductores que rebasen la velocidad máxima permitida, quitando
puntos cuando se rebase en más de 20 km/h el límite en las carreteras
convencionales. Hasta ahora, solo acarrea una multa de 100 euros, ya que
solo se restan puntos si se supera en 30 km/h o más. Pero si la reforma
sale adelante y se aprueba la rebaja a los 90 km/h máximos, el
conductor que pase de 110 perderá dos puntos del carné, y así hasta 6 en
la medida que aumente esa diferencia de velocidad. Además, Pere Navarro
quiere también aumentar los radares.
Recuperación de puntos.
La reforma del carné por puntos no solo habla de la retirada de los
mismos, sino también de su recuperación. Los conductores infractores que
pierdan el carné podrán recuperar 8 puntos si superan el curso de
sensibilización y reeducación vial obligatorio, en lugar de los seis de
ahora.
Unos cursos que también serán revisados y regulados, tras cuatro
años de subida de la siniestralidad en el Estado. Además se unifica a
dos años el plazo para recuperar el saldo inicial de puntos, por lo que
desaparece la distinción entre dos años cuando se habían perdido por
sanciones graves y tres por muy graves.
Los patinetes eléctricos. La
DGT prepara un real decreto que establecerá los criterios básicos para
la circulación de estos vehículos que en el último año han irrumpido en
aceras, bidegorris y carreteras y que no tienen una regulación
específica. Se fijará una velocidad máxima de 25 km/h y se prohibirá su
circulación en las aceras.
Además, al ser clasificados como vehículos,
se le aplicarán medidas del Reglamento de Circulación, como son los
controles de alcohol y drogas o la prohibición del uso de auriculares y
dispositivos electrónicos.
No obstante, los ayuntamientos pueden imponer
medidas adicionales. En Donostia se prohibirá su circulación por las
aceras antes de fin de año y se estudia limitar su velocidad a los 20
km/h en los carriles bici.
Formación FP. Pere
Navarro también ha anunciado su intención de que los profesores de
autoescuela tengan una formación reglada, en concreto en la Formación
Profesional. Además, Tráfico propone una formación obligatoria de
seguridad vial en las autoescuelas, por lo que cada aspirante deberá
aprobar ocho horas de formación sobre los riesgos derivados del uso del
teléfono al volante.