MADRID.- Las bajas en Ciudadanos afectan ya al núcleo fundador. Francesc de
Carreras, uno de los 15 padres intelectuales del partido, se ha dado de
baja como militante por su discrepancia con el veto de la formación a
pactar con el PSOE. Fuentes de Cs confirmaron que De Carreras dejó de
ser afiliado “hace semanas” aunque lo anunció “después de que la
ejecutiva del partido decidiera por unanimidad no pactar con Sánchez”.
Su marcha se suma a un reguero de dimisiones, según recoge El País.
El veto de Albert Rivera a Pedro Sánchez ha fracturado a Ciudadanos
hasta la médula. La negativa del líder a reeditar ahora el acuerdo que
firmó con el PSOE en 2016 —avalada por una amplia mayoría por su
ejecutiva, aunque se ha roto por primera vez la unanimidad— ha terminado
por quebrar al mismo núcleo fundacional del partido.
El abandono de
Francesc de Carreras, uno de los 15 intelectuales que firmó el
manifiesto que dio origen a Ciudadanos en 2006, es especialmente amargo
para Rivera, a quien unió una cercana relación personal, aunque se había
enfriado hace tiempo.
El catedrático emérito de Derecho Constitucional y articulista de El País no es uno más de los 15 padres fundadores. Rivera llegó de su mano a
Ciudadanos: a través del jurista, que fue su profesor en la carrera de
Derecho, conoció y se interesó por la iniciativa que un grupo de
intelectuales lanzó hace trece años en Cataluña para combatir el
nacionalismo.
De Carreras apadrinó a Rivera, le ayudó en los comienzos y
en las primeras crisis en la andadura del partido en Cataluña.
El cofundador del partido empezó a manifestar sus discrepancias con
Rivera hace meses, cuando el líder de Ciudadanos lanzó la estrategia del
giro a la derecha, de la que se deriva el cierre a los acuerdos con el
PSOE y el acercamiento a Vox.
La ruptura del mentor con su discípulo se
evidenció el 14 de junio, en la dura tribuna que escribió en El País contraria
a la decisión de Rivera de no pactar con el PSOE. “Estás a tiempo de
rectificar. Si en 2016 acordaste con el PSOE un buen programa de
gobierno, no hay motivo para que ahora no se repita tal operación”,
afirmaba De Carreras en su análisis, en el que se dirigía a Rivera en
términos personales: “No entiendo que ahora nos falles, Albert, que nos
falle Cs, que el joven maduro y responsable se haya convertido en un
adolescente caprichoso”.
De Carreras considera que esa estrategia, sobre todo en lo que tiene
que ver con negarse a un acuerdo con Sánchez, “antepone supuestos
intereses de partido a los intereses generales de España”.
“Es ir contra
toda tu trayectoria política, contra la trayectoria de Cs. Se te
acusará, con razón, que por tu culpa arrojas al PSOE a pactar con
Podemos y con los nacionalistas, precisamente aquello que Cs debía
impedir”, opinó en la tribuna, titulada Querido Albert.
Su baja como militante, adelantada ayer por Vozpópuli, se
produjo hace varias semanas, según fuentes de Ciudadanos, aunque ya
había anunciado al partido que se iría. Lo hizo el pasado abril, tras
constatar el veto al PSOE con la votación de la ejecutiva del partido
que decidió de forma unánime que Ciudadanos se cerraba a todo acuerdo
con los socialistas.
De Carreras discrepó también de los pactos con Vox,
desde que el partido se apoyó en la extrema derecha en Andalucía, y se
opuso a la manifestación de Colón el pasado febrero que compartieron PP,
Ciudadanos y Vox para pedir elecciones anticipadas.
El abandono del cofundador se une al reguero de dimisiones que ha
provocado la estrategia de Rivera: en las últimas tres semanas han
dimitido tres miembros de la dirección, en la que ya es la mayor crisis
del partido desde su expansión nacional.
Se han marchado Toni Roldán,
portavoz económico y miembro de la ejecutiva permanente, el núcleo de
decisión; el eurodiputado Javier Nart y el cofundador y exlíder en
Baleares Xavier Pericay. También anunció su abandono el líder en
Asturias, Juan Vázquez.
El filólogo Xavier Pericay, otro de los fundadores, es el único que
no abandona por el veto al PSOE: su marcha está motivada por sus
diferencias sobre cómo gestiona Rivera la organización.
En una
entrevista en este periódico, Pericay lamentó que la dirección se
dedique a perseguir la discrepancia interna y el líder se haya
encastillado.
De Carreras no tenía ningún cargo orgánico en Ciudadanos, pero opta
por una ruptura total al darse de baja como militante del partido que
cofundó con otros intelectuales en 2006. Algo que —de momento— no ha
hecho el resto de dimisionarios.
El malestar es profundo en el partido y amenaza todavía con más
bajas: el responsable de fiscalidad, el diputado por Madrid Francisco de
la Torre, también se plantea abandonar la formación, según fuentes de
su entorno.
Rivera ha respondido a la crisis con una reforma estatutaria
para ampliar su dirección, lo que permitirá diluir a los críticos que
no se han marchado.