MADRID.- Un MIR de profesores y profesoras. Esa es la propuesta que el ministro Íñigo Méndez de Vigo lanzó este sábado
en la Convención Nacional de Educación del PP como medida a incluir en
el Pacto Nacional por la Educación que se está debatiendo en el
Congreso. El Gobierno quiere un nuevo modelo de acceso a la docencia que
incorpore una especie de fase de formación profesional como la de los
residentes de Medicina, de dos años de duración y que tendría lugar tras
la formación del Grado y del Máster para el profesorado (en el caso de
los que pretendan ejercer en secundaria). Tras ella, habría "una segunda
prueba práctica" que sería la oposición y que evaluaría la aptitud
pedagógica, recuerda http://www.eldiario.es.
Para Voro Benavent, miembro de la confederacion sindical de trabajadores y trabajadoras de la enseñanza STEs, la de Méndez de Vigo
es una propuesta "poco estudiada" desde el punto de vista pedagógico.
"No escondamos detrás de una pretendida mejora de la formación docente
una precarización de la profesión que además podría perjudicar al
personal interino actual al desplazarlos. La medicina no es lo mismo que
la educación, es una propuesta que no es necesaria", sentencia.
"Ahora, si alguien se incorpora a la docencia, lo hace
tras un periodo de prácticas, pero se remunera convenientemente. Esto
nos parece un intento de abaratar esta etapa, y por tanto decimos
automáticamente que no". Destaca que no se ha negociado hasta ahora con
la comunidad educativa y académica, "y propuestas así no pueden salir
solo de la clase política".
Carmen Romero, como
presidenta de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de las
Universidades Públicas (CREU), es muy crítica con la medida en nombre de
su formación y de los estudiantes de Magisterio que forman parte de
ella y a los que en principio también les afectaría la medida: "Ellos
defienden que no necesitan un MIR después de 4 años de especialización".
"Los estudiantes sí buscan vías para que el sistema actual mejore,
porque de hecho son muy críticos con él: unas oposiciones no son el
mejor sistema pues depender de cómo un día te sale un examen no es la
mejor forma de evaluar las capacidades de un profesional", indica. La
propuesta que ellos han desarrollado consistiría en incorporar un método
de evaluación constante que llamarían Periodo de Comprobación de
Aptitudes de Educadores (PCAE), e incidir en la capacitación de
aptitudes durante la carrera para esa labor, "pero no se considera que
haga falta un MIR como el de los médicos: son cuestiones muy diferentes
las que desarrollan unos y otros".
Desde CREU también
critican que el ministro no haya dialogado ni haya tenido en cuenta su
opinión para elaborar la proposición, pero recuerdan que es "es su
tónica general".
"Lo que vemos es que no hay voluntad de diálogo con
estudiantes, que constantemente intentan legislar para conseguir
solucionar problemas de la educación superior sin tenernos en cuenta:
como ejemplo, él preside un órgano que es el Consejo de Estudiantes
Universitarios del Estado, con representantes de todos los centros de
estudios superiores, y nunca ha aparecido por ahí", apunta Romero.
Para Lucas
Gortazar, investigador en Educación en la Universidad del País
Vasco, sería que continúe la obligatoriedad del Máster previo para poder
impartir clase en secundaria lo más problemático del proceso: "No es ni
eficiente ni justo". Gortazar considera que provoca que "la carrera no
sea atractiva para un montón de gente a la que debería atraer", explica,
"porque estás poniendo una barrera al Grado que además pospone la
selección de profesorado uno o dos años".
Algo que muchos estudiantes
"no pueden permitirse" ni en tiempo ni en dinero. "El periodo
universitario no debería ser el punto de salida sino de entrada".
El MIR en sí mismo, en opinión de Gortazar, sí es una buena idea, pero
un sistema ideal sería una "prueba general" que evaluara aptitudes y
conocimientos adquiridos nada más acabar el Grado, que desembocaran en
un periodo de residencia formativo en centros especializados.
E,
incluso, un modelo en el que las prácticas comenzaran poco después del
primer curso en el caso de Magisterio: de esta manera se lograría que
las facultades no fuesen lo más importante en la formación sino que ese
papel recayese en los centros educativos.
El profesor de la UAM y uno de los autores de El libro blanco de la enseñanza Jesús
Manso no lo ve de manera tan negativa: "Todo lo que pueda suponer
avances son buenas noticias. La comunidad educativa está pidiendo
acuerdos y esto abre la puerta a uno, pero también teniendo en cuenta
que es solo una pieza dentro del conjunto de todo a lo que hay que
llegar a establecer en la profesión".
Entiende que
más que críticas habría que hablar de riesgos: "Si existe una
criba, siempre puede ser selectiva o incluso elitista, pero si el bien
es que la educación de los niños y niñas sea mejor, se legitima ese
riesgo".
"Lo importante es que prime una propuesta que consiga que
accedan los docentes con mejor posición para ejercer", continúa, "y a
estas propuestas hay que darles vueltas pero también necesitamos
avances. Porque lo contrario es seguir como estamos, y eso lleva costes
asociados incluso a la imagen que la gente tiene de la profesión".
Lucas Gortazar puntualiza algo si la medida se lleva a cabo finalmente:
"Que la concertada no se escape, que tenga también que contratar a
gente con residencia".