MURCIA.- El politólogo y miembro de la Junta de
Gobierno del Colegio Oficial de Ciencia Política y Sociología de la
Región de Murcia, Carlos Abad Galán, ha reconocido que la ultraderecha
murciana tenía, hasta el momento, un carácter "residual" en la sociedad.
No obstante, ha advertido que el contexto socio-económico de la
Comunidad Autónoma puede "favorecer la propagación de su discurso
radical".
Abad ha remarcado que, a pesar de este
carácter "residual" en la Región, la ultraderecha murciana ha
protagonizado en los últimos tiempos "diversos episodios", algunos de
ellos "violentos como es el caso de la celebración del Día del orgullo
LGTBI del año 2017 o diversos altercados en las manifestaciones de
protesta por el soterramiento del AVE frente a grupos de extrema
izquierda".
En
estos casos, Abad puntualiza que "no ha sido un partido político el que
ha encabezado estos hechos, sino una asociación denominada Lo Nuestro
vinculada a Hogar Social Madrid, la que ha participado en estos
incidentes". A este respecto, este politólogo considera "significativo",
que Lo Nuestro "ha felicitado en sus redes sociales a Vox por el
resultado obtenido en las elecciones andaluzas".
Al
ser preguntado por la repercusión que puede tener la ultraderecha en
las próximas elecciones autonómicas en la Región, este politólogo ha
puesto de relieve el contexto socio-económico murciano.
Atendiendo
a este contexto, explica, "podemos observar que tanto en datos de
desempleo, como la alta tasa de riesgo de pobreza, superior a la media
nacional, no dan muchas razones para el optimismo".
Respecto al nivel de
la educación en la Región, según el Informe PISA elaborado por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Abad
señala que la Región de Murcia, pese haber mejorado en el ranking,
"obtiene un resultado por debajo de la media nacional".
"En suma, todos estos factores favorecen la propagación del discurso radical de derecha", ha ratificado.
Al
ser preguntado por el motivo del auge de la ultraderecha, que ha
quedado de manifiesto en las últimas elecciones andaluzas, Abad ha
remarcado que este tipo de movimientos "suelen crecer en momentos de
crisis económica, en los que la población sufre los efectos del
desempleo, la precariedad laboral, la escasez de recursos y en
definitiva, la falta de oportunidades, sobre todo por parte de las
clases sociales más desfavorecidas".
"Esta
situación se está produciendo en la mayoría de las sociedades europeas
actuales y es el caldo de cultivo idóneo para que se propague este tipo
de planteamientos radicales", tal y como ha indicado Abad, quien explica
que, si atendemos a cuáles son las razones de su éxito electoral,
"tenemos que fijarnos en el discurso político que desarrollan este tipo
de formaciones".
Teniendo en
cuenta en contexto de crisis económica actual, estos partidos "centran
su mensaje en una crítica permanente al sistema político general, a las
élites económicas y a los poderes financieros", según Abad. De esta
forma, "conectan con votantes cansados de la clase política tradicional,
salpicada de casos de corrupción y alejada aparentemente de las
necesidades de la población autóctona".
Estos
argumentos, según este politólogo, "forman parte de lo que se conoce
con las retórica anti-establishment y es común a todos los partidos
populistas".
Abad advierte que
"otro aspecto destacado de su discurso y que supone su elemento
movilizador es el mostrar un rechazo a la población extranjera a través
de un discurso xenófobo, en el que se culpabiliza a la inmigración de la
degradación del mercado laboral, por su supuesta competencia desleal
frente a los trabajadores nacionales, del colapso de los servicios
públicos como la sanidad o la educación, debido a un uso fraudulento de
los mismos o el deterioro de los barrios obreros tradicionales en las
grandes ciudades".
Por tanto y
para "enmascarar su mensaje xenófobo", Abad explica que este tipo de
partidos "ensalzan los valores nacionales en un marco de reconquista de
la verdadera patria, en favor de la población autóctona".
De esta forma,
explica que estos partidos "se erigen como supuestos defensores del
pueblo nativo, frente a la agresión que supone todo lo externo". Para
ello "se apoyan sus argumentos, en mensajes nostálgicos que tratan de
rememorar episodios históricos gloriosos de la nación".
Al
ser preguntado por las particularidades de este tipo de movimientos en
España, este politólogo ha recordado que, hasta el momento, se
consideraba como uno de los países "donde la ultraderecha no tenía una
presencia política significativa".
"Se
ha dicho en reiteradas ocasiones que nuestro país tenía una vacuna
frente al populismo radical de derecha", tal y como ha destacado Abad.
No obstante, ha aseverado que las elecciones en Andalucía "pueden
suponer el inicio del cambio de una tendencia".
Las
"principales razones" que han apoyado la inexistencia de la
ultraderecha en la política española, según este politólogo, han sido
"la relativa juventud de nuestro sistema político, que habría propiciado
que aún no se produjera en la población, cierto hartazgo frente a la
clase política".
Asimismo, Abad
cita entre las razones que justificaban la inexistencia de este tipo de
partidos "en la aplicación tardía de las políticas del estado de
bienestar que se dieron en nuestro país en los años 90 y que han
permitido salvaguardar la cohesión social".
Igualmente,
explica que la ultraderecha española "no ha sabido, hasta ahora,
establecer un discurso propio, alejado de los mensajes del régimen
franquista y que se encontraba englobada como una facción minoritaria,
dentro del Partido Popular".
Abad
también se ha referido a la respuesta apropiada a los movimientos de
ultraderecha. En términos generales, ha recomendado que la sociedad
"debe mostrar su repulsa hacia este tipo de planteamientos políticos,
puesto que, aunque en apariencia se presenten como los adalides de la
población nacional y defensores a ultranza de nuestra cultura, en
realidad, su discurso provoca discriminación social a través de la
propagación en muchos casos, de mensajes de odio".
Al
ser preguntado por la responsabilidad de los medios de comunicación en
el auge de este tipo de movimientos, Abad ha admitido que,
"evidentemente" se trata de un "agente socializador muy importante en la
medida en que crean opinión en la sociedad".
"Lo
importante aquí es que hagan su labor de manera objetiva, comunicando e
informando de forma veraz a la opinión pública", según este politólogo.
Otra
cuestión, añade, es lo que se observa en redes sociales e internet a
través de los múltiples casos de 'fake news'. De esta manera, estima
necesario que la ciudadanía "sea capaz de informarse de manera crítica",
para lo cual considera necesario "un proceso de análisis al que
internet no se presta, vista la inmediatez en la que se desenvuelve".
A
su juicio, los medios de comunicación deben actuar "con responsabilidad
y realizando su actividad informativa y comunicativa si cabe, de una
manera más honesta y objetiva". En este sentido, cree necesario que los
medios de comunicación "adopten una posición proactiva, para que la
opinión pública tenga instrumentos para contrastar la noticia. Para que
la ciudadanía sea libre, es necesario que esté informada", concluye.