La sentencia de la Gürtel ha tenido consecuencias políticas. El PSOE ha
cumplido lo que era ya un deber ineludible y ha estado a la altura de
las circunstancias presentando una moción de censura a Mariano Rajoy.
Bien encauzada, al proponer un gobierno de Pedro Sánchez que repare
algunas graves fracturas sociales, para, después, convocar elecciones.
Unidos Podemos le ha ofrecido "apoyo incondicional". Los números están
muy justos y obligan, en los diferentes bandos, a la flexibilidad. Es
esencial extremar la atención porque el problema de la corrupción no
acaba en el PP como partido.
Tenemos el país que tenemos, la sociedad que tenemos
profundamente afectada por tantos años de corrupción y de mirar para
otro lado. Hay infección y contagio. Muchas rémoras se arrastran y no se
ve un horizonte idílico, pero cualquier opción es mejor que vivir en
este estado que ha corrompido hasta la vida diaria. Es indispensable
saber que la trama viene actuando desde diversos flancos y que nuestra
única esperanza es la decencia. Nada menos. Y, por tanto, desactivar la
engrasada maquinaria corrupta que acompaña al PP, con información, con
denuncias, apelando a la ética, a la honestidad.
El PP ha reaccionado con las técnicas habituales. Las
conocemos. Acaba de pasar por el proceso Cristina Cifuentes como antes
lo hiciera José Manuel Soria, salvando las distancias. Es un protocolo
reglado. Minimizar la acusación (en este caso la sentencia), mentir sin
freno, agarrarse a presuntos eximentes: “casi no es una condena” –lo
dijo Hernando- y al voto particular de un magistrado. A continuación,
esparcir basura, atacar y despreciar a los oponentes políticos que les
critican, para seguir encandilando a los del “todos lo hacen”. Creer
este cuento a estas alturas, tras toda una vida de corrupción
institucionalizada -desde 1989 ha sido acreditada judicialmente-, no
cuela. No existe gente tan estúpida, tan corrupta en su permisividad,
sí.
El protocolo debe incluir ocuparse de
nombramientos judiciales. En 9 años de instrucción han sufrido los
rigores del PP en el poder policías, fiscales y jueces.
El magistrado del voto particular, el juez Ángel Hurtado, defendió que
estuvieran en el tribunal con él los constantes Enrique López y
Concepción Espejel, se opuso a que fueran apartados por su vinculación
al PP, intentó sin éxito que Rajoy no fuera citado como testigo y
retrasó la publicación de la sentencia hasta, casualmente, la aprobación
en el Congreso de los presupuestos.
Los más
destacados lavanderos del PP que operan en los medios quedan en
evidencia al leer la sentencia. Hay que saber que existen y valorar su
papel, son tentáculos del propio Partido Popular. La sentencia habla de
“corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la
contratación pública”.
Del procedimiento: “Mediante el inflado de
precios que se cobraban de las distintas administraciones públicas
afectadas”. De la finalidad “la obtención ilícita de importantes
beneficios económicos a costa del erario público”. Del alcance “La
sentencia acumula 28 delitos de prevaricación, 24 de cohecho, 26 de
blanqueo, 36 de malversación de fondos públicos y 20 contra la Hacienda
pública”. Es solo una parte de lo que extrae como hitos probados, el director de eldiario.es Ignacio Escolar.
El periodista Carlos Hernández sintetiza las coordenadas del PP:
“Rajoy ha mentido en sede judicial, en sede parlamentaria y en los
medios de comunicación”. “El PP ha hecho de la mentira su único medio de
supervivencia.” “El PP usó su caja B para pagar a periodistas
mercenarios”. Acreditado el caso de la empresa de Jimenez Losantos, la
ultraderechista Libertad Digital, ¿cuánto más habrá por lo que vemos con
solo abrir los ojos? Rajoy siempre estuvo ahí. Hay un M.Rajoy que
cobró. La Caja B esconde muchas mordidas en forma de sobre.
Ahí siguen agitando sus puñitos los seguidores de esa pléyade de
periodistas y tertulianos, contratados para echar colonia sobre la
basura del PP y distraer de la verdad una y otra vez. Para hacer dudar
al menos a los que quieren creer, no saber. Hacen caja y las empresas
que los llaman hacen caja con ellos. Es uno de los principales daños que
estamos sufriendo. Cuando la opinión no es tal sino una venta de un
producto defectuoso.
Tenemos un buen surtido en pocas horas. Consignas del PP, tal cual, sin cambiar ni una coma, y las de cosecha propia. El Tribunal se ha excedido. A ver si lo arregla el Supremo. La recuperación económica del PP, que también es mala suerte recién publicado el informe del Banco de España que señala graves lagunas. Luego siempre ganan las elecciones, sin mencionar el dopaje de la corrupción. Penas durísimas, mayores que por violaciones o asesinatos.
Es falso.
Y llama la atención que se atrevan a decir eso por un
micrófono. La corrupción mata, viola, daña. Las opiniones decentes deben
hacer ver esa relación o al menos no disuadirla. Los recortes en
sanidad, matan. Los copagos farmacéuticos para quienes no pueden
costearlos, también. El frío también. La precariedad, la angustia por el
permanente temor a perder el empleo. Es repugnante que se desligue la
corrupción de sus consecuencias.
El portavoz del PP
Martínez Maíllo y el propio presidente Rajoy han insistido mucho en que
esta moción debilita a España. Las páginas de los medios
internacionales están llenas de la condena sin precedentes a un partido
político en el gobierno por sus sucias prácticas. Y deben sentirse
atónitos de ver las tragaderas morales de buena parte de la sociedad
española y algunos de sus políticos y periodistas.
Con aires de superioridad, ambos dirigentes del PP se han referido a la mochila con la que cargaría Pedro Sánchez:
los independentistas y Podemos. Los dos cocos para asustar a los
españolistas que traguen bien el robo del dinero de todos. Nada
deslegitima más a un partido que la corrupción, aprovecharse de los
cargos públicos para robar a los ciudadanos. Y de esos tienen unos
cuantos en el PP, además de su condena explícita como partido.
A Pedro Sánchez le han caído todas las iras. El PP se ha mostrado
irritado con su decisión. Cambia de opinión. Como Rajoy o Albert
Rivera, en modo extremo. Como Pablo Iglesias o Irene Montero. Pero el
ojo mediático derecho solo ve incoherencias en la izquierda. No ve,
parece, ni los daños sociales de la corrupción. Quizás porque forma
parte de ella.
Ciudadanos ha quedado descolocado. No
apoyará la moción de censura del PSOE. Le vienen mejor elecciones aunque
en Madrid no tomara esa postura. Un gobierno, más o menos progresista,
que corte el grifo a tanta corrupción, a tanta arbitrariedad, tanta
potenciación de la desigualdad, que devuelva la libertad de expresión al
menos a RTVE, dejaría muy en evidencia el mensaje único de Ciudadanos
del "ay, se rompe España", común al PP.
Parece un
sueño. Igual se queda en eso. Vistas las reacciones del clan dominante,
lo van a poner muy difícil. De momento, disponemos de una rara
oportunidad para limpiar las cloacas y desalojar a una derecha que nos
ha llenado de inmundicia la España que tanto dicen amar. Inconvenientes
habrá, los lavanderos mediáticos harán horas extra para presentar un PP
aceptable. Las armas electorales sucias ya se han visto desde el primer
minuto. La maquinaria trabaja a todo gas.
Para que
la Moción triunfe y se consolide, todos deberán aprender de errores
pasados. Y sumar, porque lo básico es salir del pozo. Quién sabe si con
aires más limpios, se recupera la dignidad y la decencia que no toda la
sociedad atesora. Muchos deberían hacerse ese favor, hacérnoslo a todos.
(*) Periodista