domingo, 15 de abril de 2018

El Corte Inglés, ¿quién fabrica sus marcas blancas?

MADRID.- Al igual que todos los supermercados, El Corte Inglés tiene sus marcas blancas que son fabricadas por otras empresas mucho más conocidas. Entonces, ¿Por qué son más baratas si son las mismas fábricas? Pues porque los anunciantes se ahorran parte de la publicidad y promoción, lo que les hace tener que invertir menos en el producto final y poder poner un precio mucho más económico, según https://www.merca2.es/el-corte-ingles-marcas-blancas/10/.

El hecho de saber que los productos de marca blanca están fabricados por otras de gran calidad, como es el caso de Casa Tarradellas y las pizzas de Mercadona, hace que los consumidores se animen más a probar estos productos que son más baratos y que prometen una calidad muy buena.
¿Quieres saber cuáles son las principales marcas blancas de El Corte Inglés? A continuación desvelamos quién fabrica las marcas blancas de El Corte Inglés. No te lo pierdas.
La leche de la marca blanca Aliada, que es el nombre que lleva la marca blanca de El Corte Inglés, es en realidad propiedad de la conocida marca de Central Lechera Asturiana. Es una de las marcas de leche más conocidas y comercializadas y es que, ¿Quién no se ha bebido nunca un vaso de leche de esta casa? Y ya no solo de leche, sino de batidos o de natas para cocinar.
Quizá es por eso por lo que la leche de Aliada tiene una fama bastante buena y muchas personas prefieren ir específicamente a este supermercado para meter en el carrito de la compra la marca blanca de Central Lechera Asturiana. Aclarar que solo tenemos información con respecto a la leche. No sabemos si el resto de productos lácteos de Aliada, como los batidos, proceden de la misma fábrica.

¿Quién no se ha levantado un domingo después de una noche con amigos y ha decidido hacerse un plato de pasta para comer? Creo que todos hemos hecho esto alguna vez, especialmente cuando se es joven y eso de cocinar comida sana no es lo primordial. La pasta de la marca blanca de El Corte Inglés es una de las más populares ya que tiene un precio bastante bueno para la calidad que ofrece, y no es de extrañar.
La marca conocida de la pasta de El Corte Inglés es nada más y nada menos que Gallo. La empresa Gallo lleva muchos años en el mercado y es lo que hace que sea una de las opciones más habituales de los consumidores. ¿Seguirá siendo igual cuando muchos de ellos descubran que la pasta de Aliada está hecha por Gallo?

Aunque no soy una persona amante de las salsas, tengo que admitir que de todas, me quedo con la mayonesa. En casa siempre hemos comprado la marca Ybarra, ya que es la que más nos gusta, así que imaginad la sorpresa cuando descubrimos que la mayonesa de El Corte Inglés, de la marca Aliada, está fabricada por Ybarra.
La textura y el sabor son muy parecidos, por lo que es una muy buena opción para usar en ensaladillas o en cualquier otro plato que se necesite una gran cantidad de mayonesa ya que el precio es bastante más bajo que en la original. Así que si quieres una mayonesa que esté bien de precio y que tenga una buena calidad, la de Aliada es una buena opción.

Las ensaladas deberían estar incluidas en nuestros menús diarios ya que son platos saciantes y muy sanos que nos ayudarán a mantener la línea (y a perder los excesos de las Navidades, que seguro que las cenas han sido fantásticas y llenas de platos un poco calóricos). Es por eso por lo que siempre recomiendo tener alguna que otra ensalada ya preparada en la nevera de casa.
¿Cuál escoger? En el mercado hay multitud de opciones pero las ensaladas preparadas de la marca Aliada son muy sabrosas y económicas. Lo mejor de estas ensaladas es que son fabricadas por Florette, la marca líder en ensaladas y verduras, así que, ¿Qué más se puede pedir?

El aceite de oliva de la marca blanca de El Corte Inglés es buenísimo. Tiene un sabor intenso y un olor muy agradable, muy típico de los aceites de alta calidad y es que las marcas blancas también tienen productos buenos, especialmente cuando están fabricados por empresas tradicionales como es Coosur.
Coosur es el responsable directo de la elaboración del aceite de oliva que se vende en El Corte Inglés. Su precio, claro está, es mucho más reducido que si compramos el que lleva la marca original en la etiqueta. Así que si quieres un aceite de buena calidad y un buen precio, el de Aliada no está nada mal.

Comprar cervezas de marca blanca para cada día es algo muy habitual ya que son mucho más económicas y tienen más cantidad. Ahora bien, ¿Cuál es una buena opción? Esto depende mucho de cómo te guste a ti la cerveza, si rubia, negra, tostada, roja…, es una decisión muy personal, por lo que te recomiendo conocer los fabricantes de las marcas blancas de cervezas (Carrefour, Mercadona, Lidl, El Corte Inglés…).
El Corte Inglés, por ejemplo, ofrece una amplia variedad de cervezas, con y sin alcohol, que están fabricadas por Mahou, aunque estén bajo el nombre de Aliada. Así que si te suele gustar la cerveza Mahou, te gustará esta de El Corte Inglés. Muy económica y variada.

En cuestión de quesos siempre apuesto por lo seguro y compro marcas conocidas, pero, ¿Y si las marcas conocidas también fabrican quesos de marcas blancas? ¿Que dirías? Serían más económicos y tendrían un sabor espectacular. Este es el caso de la marca blanca de El Corte Inglés, Aliada, que ofrece los quesos de la familia García Baquero.
García Baquero trabaja con quesos de oveja, con quesos de cabras y con quesos de vaca, por lo que todos los quesos de la marca Aliada vienen directamente de las fábricas de García Baquero, un referente en el mundo de lo lácteos y de los quesos. ¿Te animarás a probarlos y a compararlos? Es posible que te lleves alguna sorpresa.

¿Eres amante del chocolate? Entonces te alegrará saber que los chocolates de la marca Aliada son fabricados por la marca Valor, una empresa líder en todo tipo de chocolates (y no es para menos ya que llevan en funcionamiento desde el año 1881). En principio parece que todos los chocolates los fabrican en la misma fábrica, por lo que la calidad será excelente.
Chocolate negro, chocolate con leche, chocolate intenso, chocolate blanco, chocolate con avellanas, con almendras, extrafino…, una gran variedad, sin ninguna duda, es más, parece que incluso la marca Aliada ofrece más opciones que la propia marca Valor. No te quedes con la duda y compáralos. Es posible que salgas ahorrando.

Si hay algo que no puede faltar en un desayuno para estar completo es un buen vaso de zumo de naranja. Lo ideal es que el zumo de naranja sea natural y exprimido al momento, pero no siempre tenemos el tiempo suficiente para hacerlo, ¿No es cierto? Es por eso por lo que siempre recomiendo consumir un zumo de naranja refrigerado pero de calidad, como el de la marca Aliada.
El zumo de naranja de la marca blanca de El Corte Inglés está fabricado por Don Simón, la empresa líder en zumos envasados. Es un zumo bastante económico y tiene una sabor bastante bueno, por eso de que está fabricado por la empresa de Don Simón, aunque donde esté un buen zumo natural que se quite todo lo demás.

Dejamos el plato fuerte, y nunca mejor dicho, para el final de la lista. Se trata del whisky de la marca blanca de El Corte Inglés. Normalmente no recomendaría a nadie tomar bebidas destiladas de marcas blancas, ya que no suelen ser demasiado buenas, pero este caso es muy diferente.
El whisky de El Corte Inglés está fabricado por la empresa escocesa de Angus Dundee. Es un whisky muy popular en Edimburgo que está ganando terreno en nuestro país ya que, además, tiene un precio bastante asequible, tanto en la marca blanca como en la marca principal. Así que si quieres tomar un vaso fuerte pero sabroso, esta es una buena opción y es que las marcas blancas El Corte Inglés no están nada mal.

El mal viaje de las elefantas accidentadas en Albacete: 30 años cautivas de un domador

MADRID.- Belinda, Pira, Diana, Thai y Baby son los nombres de las cinco elefantas que hace menos de dos semanas estuvieron involucradas en un accidente de tráfico en Albacete cuando eran transportadas a un circo para una nueva función. Diana murió pocas horas después de que la inusual imagen de estos paquidermos deambulando por las inmediaciones de la A-30 saltara a los medios de comunicación, recuerda El Confidencial

El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) ha presentado una denuncia para que los animales no vuelvan con su dueño, Joy Gartner, quien según una investigación llevada a cabo por este partido contaría con varias denuncias por maltrato animal en otros países europeos.
Desde aquel día, las elefantas se encuentran en una carpa en Pozo Cañada bajo custodia del Seprona tras ser rescatadas por agentes de la Guardia Civil. "Tememos que el domador se lleve a las elefantas de España, hemos comprobado que esto ya ha ocurrido antes y hemos solicitado a la Justicia que evite que se vuelva a repetir", explica a este diario Silvia Barquero, presidenta de PACMA. 
La formación animalista ha presentado una denuncia contra Gartner en la que solicitan la incautación de las cuatro elefantas y han pedido a la Justicia que pidan información a países como Alemania, Austria y Croacia, donde el domador podría tener causas pendientes.
Por el momento, el Ayuntamiento de Hellín (Albacete), ha cancelado el contrato que tenía con Gartner para llevar a cabo la función a la que se dirigían las elefantas cuando tuvieron el accidente, según ha podido saber este diario. Hace ya más de 13 años desde la primera vez en que Gartner se halló envuelto en la polémica que cambiaría la forma en que desarrolló su carrera como domador después.
Según la investigación llevada a cabo por PACMA, Gartner eludió presuntamente a la Justicia en Alemania en el año 2005. Según la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico, uno de los elefantes de su propiedad le fue incautado debido al alto riesgo de que muriera. 
Finalmente fue trasladado a un zoo, donde los veterinarios alargaron su vida un año, hasta que finalmente murió. El resto de paquidermos —de acuerdo con el registro de elefantes en cautividad Gartner ha sido dueño de 11 elefantes— iban a ser trasladados a un santuario, pero un día antes desaparecieron, según la denuncia.
La organización One Voice las localizó en un circo de Brehemont (Francia) donde dos de ellas habrían realizado una "cruel función", mientras las restantes habrían esperado atadas a una cadena y enfermas dentro de una carpa. 
Según PACMA, tras este escándalo, Joy Gartner habría vuelto a buscar refugio en países más laxos con la protección animal. Así, después de un intento frustrado por la presión de los animalistas en Rumanía, y después de seis meses entre Túnez y Marruecos.
La mayoría de elefantas pertenecen desde 1981 a Gartner y no al circo Gottani, como viene afirmando el denunciado, según la investigación. Gartner proviene de una familia de domadores y circenses famosa en toda Europa y contra la que los activistas por los animales se han manifestado continuamente por la crueldad animal presente en sus espectáculos y que utilizaría para entrenarlos. 
De hecho, según consta en documentación de activistas de los animales, varios de sus elefantes tienen algún ojo de cristal, una práctica utilizada "para poder golpearles mejor por ese lado". PACMA ha solicitado en su denuncia un informe pericial a la Guardia Civil que corrobore el buen estado de salud de las elefantas.
Sin embargo, según el partido animalista, el de Albacete no sería el primer accidente en el que se ha visto involucrado Gartner. De acuerdo con la investigación, la madre de Joy Gartner murió en 1982 en un accidente en el que estaba involucrada una de sus elefantas. En 1996 su padre Joseph, murió "cuando estaba golpeando a Sabie y esta le atacó". 
En 2012 la elefanta Baby cayó sobre una persona que las visitaba, y tuvo que ser atendida de gravedad en un hospital de Blackpool-Cork (Irlanda). Ese mismo año, en Riga, el hijo de Joy Gartner habría resultado herido por un elefante.
"Hemos solicitado una reunión con la ministra (Isabel García Tejerina) para pedirle que halle una ubicación temporal para estos elefantes y la creación de un espacio de recuperación y rescate de animales en peligro de extinción", explica Barquero. 
Las cuatro paquidermo son elefantes asiáticos, animales en peligro de extinción, por lo que según el convenio CITES, al que está suscrito Europa, España debería otorgarles protección. Sin embargo, "esta catalogación no impide que puedan ser utilizados sin ningún problema en espectáculos errantes cumpliendo los siguientes requisitos, que son mínimos", añade.

Cuatro CCAA, sin animales en circos

En los últimos tres años Cataluña, Baleares, Galicia y la Región de Murcia han prohibido los circos con animales y más de 470 municipios han hecho lo propio a nivel municipal.
Además, la Comisión Europea declaró oficialmente que el Reglamento 1/2005 sobre protección de los animales salvajes durante su transporte no se aplica a los animales de los circos, por lo que no existe una legislación específica para los animales utilizados en los circos, de manera que el transporte en el que viajaban los elefantes no estaba "homologado para trasladar elefantes", como se ha difundido desde el sector circense.
Un informe de Eurogroup for Animals apunta que en los últimos 22 años se ha tenido constancia de más de 300 accidentes en los que se han visto involucrados más de 600 animales salvajes de circos en toda la Unión Europea.

Los secretos de La Moncloa, el gran centro de poder en España


MADRID.- Es una miniciudad a cinco minutos de Madrid que tiene como objetivo apoyar al presidente del Gobierno, que es su único inquilino. Así es La Moncloa, un territorio al que muy pocos tienen acceso, y así trabajan los asesores de Rajoy, según un reportaje de El País.

Antes de las ocho, a la misma hora en que Rajoy termina de machacarse en la elíptica, comienzan a encenderse las luces en un inmueble con forma de H contiguo a la burbuja de alta seguridad que alberga su despacho y el salón del Consejo de Ministros. El llamado edificio de Semillas, construido en 1950 dentro del pomposo estilo historicista que domina la arquitectura del poder al oeste de Madrid, se utilizó durante décadas como laboratorio de simientes selectas. 
En 1977 experimentó una inusitada metamorfosis. Y se convirtió en laboratorio de ideas. Desde entonces alberga al equipo de asesoramiento del presidente del Gobierno. Su ingesta diaria de neuronas. Sus guardaespaldas intelectuales. Con el jefe del Gabinete, José Luis Ayllón, como director de orquesta. Eva Valle en el papel de directora de la Oficina Económica. Y Cristina Ysasi-Ysasmendi al frente del Departamento de Seguridad Nacional y número dos del Gabinete. Un político bregado desde la base, una tecnócrata placeada en el FMI y una alta funcionaria que conoce todos los resortes de la Administración.
Son la bisagra. Los ojos, oídos, la voz sin sordina y, llegado el caso, el puño de hierro del jefe del Ejecutivo. Los analistas que tienen que advertirle de los riesgos al final de cada curva política; interpretar su pensamiento y componerle discursos memorables; diseñar respuestas y réplicas y contrarréplicas rápidas, mordaces y fundadas (Rajoy es un obseso de la trazabilidad de cada dato que le proporcionan) para sus citas parlamentarias; convertirle en un líder indiscutible en el show del estado de la nación; realizar un exhaustivo seguimiento del cumplimiento del programa electoral; coordinar, vigilar y poner orden entre los estancos y recelosos departamentos ministeriales (y sus titulares aspirando a ocupar un día su sillón de La Moncloa); aconsejarle qué hacer, a quién ver, adónde ir (“hay que proteger al presidente incluso de sí mismo”, sentencia José Enrique Serrano, director del Gabinete de Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2011); calcular la oportunidad de cada anteproyecto de ley (y, cuando no conviene, congelarlo); gestionar las crisis y analizar las encuestas; manejar las delicadas relaciones con la Corona (todos los discursos del Rey, incluido el de Navidad, son leídos, retocados y visados desde Moncloa, donde también se valora la oportunidad de sus viajes y se prepara el guion de los encuentros de cada lunes entre Felipe VI y Rajoy); tramitar su relación con los ciudadanos (30.000 peticiones cada curso de las que se contestan el 99%). Incluso alimentar su cuenta de Twitter.
“Y todo sin olvidar cuál es tu lugar. Eres un asesor, un mediador, un secretario (que viene de secreto). No puedes usar en vano la voz del césar. Tú eres su major domus. El remolcador no puede ser el que dirija el portaaviones”, reflexiona Carlos Aragonés, director del Gabinete de José María Aznar entre 1996 y 2004. 
“No te puedes saltar los rangos. No decides: asistes y aconsejas. No puedes tener una agenda propia. Si quieres poder real tienes que aspirar a un ministerio, no a trabajar en Moncloa. El Gabinete no tiene poder, sino influencia. Y, en todo caso, poder delegado. Cuando llamas a un ministro, sabe de parte de quién lo haces. Puedes reclamar todo lo que el presidente quiera ver. ¡Todo! Y luego ves lo que el jefe te deja que veas. El presidente es, de lejos, la persona mejor informada de este país”.
Unos argumentos que corrobora su sucesor en Moncloa (y buen amigo), José Enrique Serrano, un hombre al que incluso sus rivales reconocen estar sobrado de auctoritas: “El presidente decide cuánto debes saber. Por ejemplo, los análisis del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) llegan a Semillas por escrito y en sobre cerrado. Tú los recoges. Y el presidente te los muestra o no. El cliente de los servicios de Inteligencia es el presidente. El Estado es una montaña, y cuanto más asciendes, más ves. Pero en la cumbre solo hay sitio para una persona. Que lo ve todo. Porque está obligada a tomar las decisiones”.
Serrano insiste en que la fisonomía y funciones de cada Gabinete dependen de la personalidad del jefe del Gobierno y de la persona que ponga al frente. Su número dos en Moncloa durante la primera legislatura de Zapatero (y negro del presidente socialista, con un récord de 150 discursos redactados en un año), Enrique Guerrero, hoy eurodiputado, apoya esa idea: “Zapatero confiaba mucho en su círculo externo a La Moncloa, y estaba todo el día colgado al móvil. Aznar era muy disciplinado y se apoyaba en una estructura más formal. Y Felipe representaba el tipo con criterio propio, intuición y capacidad de análisis. Usaba el Gabinete de una forma más heterodoxa que Aznar. Pero ambos se leían todo”. Gabriel Elorriaga, subdirector del Gabinete de José María Aznar entre 1996 y 2000 y hoy director internacional del Grupo Planeta Formación, recuerda: “Aznar se leía todos los papeles que le mandábamos y nos los devolvía subrayados y glosados. Era un empollón”.
¿Y Rajoy? Alguien que ha trabajado a su lado como consejero describe su estilo: “Como persona es más fácil que Aznar, pero como asesorado es más impermeable. No le gusta tomar la iniciativa. Se piensa mucho las decisiones. El asesoramiento con él es menos productivo que con otros presidentes”.
Como resultado del temperamento de cada líder, el Gabinete de Felipe González (bajo su presidencia se creó la metodología y el esquema del staff, dividido en departamentos que funcionan como espejo de los ministerios) fue el más numeroso, muy de partido y dedicado al control político de los ministros bajo el dictado de Alfonso Guerra. 
Aznar cedió la célula de Moncloa a sus jóvenes cachorros liberales (Aragonés, Elorriaga, Tomé, Lasquetty, Timermans), un equipo muy compacto ideológica y personalmente que funcionó de forma engrasada. 
Zapatero, ante lo inesperado de su victoria en 2004, recurrió en su primera legislatura a los gabineteros de Felipe (Serrano, Guerrero y Martínez-Fresno) y se confeccionó un Gabinete a su medida en la segunda, con su primo José Miguel Vidal Zapatero como director adjunto. 
Y Moragas, en plena crisis de 2011, tiró de altos funcionarios, reservándose la política exterior y de seguridad y renunciando a la económica, que asumió Álvaro Nadal y después Eva Valle.
Para que el presidente afronte en las mejores condiciones lo que Aragonés define como “el temblor de la gran decisión”, la obligación de esos equipos es suministrarle información independiente. Ser sparring y coach. A través de notas de despacho (el Gabinete de Serrano redactó 14.000 en los siete años de Zapatero), “solo para los ojos del presidente”, confidenciales, concisas y, a poder ser, entretenidas (para que se las lea). 
“Que pongan en relación información de distintas fuentes”, explica Cristina Sádaba, exasesora de política nacional de Rajoy. “Con honestidad, libertad intelectual y sentido crítico”, concluye. Informes en los que cada experto de Semillas está obligado a mojarse y rubricar las opiniones que suministre al “jefe”. Salpimentarlo, recibir el visto bueno de los gabineteros jefes y servir el cóctel al presidente. Y que este ejecute. O no.
“Cuando un jefe de Gobierno tiene que tomar una decisión crucial, nunca elige entre una solución buena y otra mala, sino entre una mala y otra peor”, explica el diplomático Bernardino León, secretario general de la Presidencia con Zapatero entre 2008 y 2011 y hoy director de la Escuela Diplomática de Emiratos. 
“Como asesor debes ser responsable, tener buen juicio y afinar tus recomendaciones”, explica Aragonés, “porque, como nos decía Aznar, ‘ahora me toca a mí subir a la tribuna y soltarlo”. 
“Cuando haces un informe al presidente nunca sabes si te va a hacer caso. Pero aunque decida lo contrario, tienes que tomar esa decisión como tuya. Y defenderla. En eso consiste la lealtad. Te proporciona un baño de humildad. Y eso es bueno en Moncloa, donde abundan los egos”, explica Carlos Alonso Zaldívar, ingeniero y embajador, que fue jefe del Departamento de Estudios de Felipe González entre 1990 y 1994.
Trabajar en el laboratorio del presidente no es sencillo. Menos aún sosegado. A pesar del entorno bucólico y escurialense de La Moncloa. Y los plácidos e inmaculados pasillos de Semillas, por donde circulan en silencio analistas con traje a medida, ordenanzas de levita, guardias con tricornio y atildadas altas funcionarias. 
La actualidad manda. La realidad pulveriza la planificación. Y se trata de ir por delante. “Hay tres elementos que complican la vida a la hora de asesorar al presidente: la velocidad de los acontecimientos, la complejidad y variedad de los temas y la presión de los lobbies”, explica Antonio Núñez, asesor de Políticas Sociales del Gabinete entre 2012 y 2014. “Los asuntos que escalan hasta su mesa son siempre complicados”, explica Bernardino León. “Todo es duro. En Moncloa no hay día bueno. Hay que tener un talante y una dureza especial para trabajar allí. Le llaman sentido de Estado”.
La vida del director del Gabinete transcurre conectado a su presidente 24 horas al día, 365 días al año, con las vacaciones irremediablemente interrumpidas y jornadas de trabajo de 12 horas ambientadas por los trinos de las aves y el susurro de los cedros de La Moncloa. Su territorio es el enorme despacho de la primera planta de Semillas, que un día fue de Alfonso Guerra. 
A la derecha de su gran mesa, el sistema de videoconferencia de alta seguridad Malla B, de conexiones blindadas con los poderes del Estado. Sobre ella, toneladas de papel. Y alguna carpeta estampillada con el inquietante rótulo “¡Destruir!”. José Luis Ayllón, director del Gabinete desde enero, ya se ha convertido en el último trabajador en abandonar ese edificio pasadas las once de la noche.
El equipo de asesores del presidente Rajoy es pintoresco y multidisciplinar. Empezando por sus directores. Bichos raros en sus partidos. Mudos, distantes y solitarios. Refractarios a los focos. Soberbios en su humildad. Una atipicidad que les contagian sus jefes. Y provoca una curiosa relación de amor-odio entre ellos. 
“Eres el único que se puede cabrear con el presidente”, explica Jorge Moragas, director del Gabinete de Rajoy entre 2011 y 2017. “Nadie se atreve. Y a los ministros les ve en privado cada dos semanas. Nadie le discute. Excepto tú. Va en tu sueldo. Pero tienes que dosificar tu espíritu crítico. No puedes abusar de la cercanía. No puedes estar todo el día calentándole la oreja”. 
José Enrique Serrano, que trabajó con Felipe y Zapatero, reflexiona: “A la hora de que el presidente tome una decisión, su director tiene que tener todo en cuenta. Pero él no. El poder ciega. Llega un día en que se comienzan a oír gritos en Moncloa: ‘¡Presidente, esto no se puede hacer!’, y su respuesta es, ‘¡he ganado las elecciones!’. Y tú contestas, ‘la ley dice que las cosas se tienen que hacer de determinada forma’. Hay que tener mucho coraje para hacerle ver la realidad. Porque es el presidente”.
Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica de Zapatero entre 2004 y 2006, asegura: “Yo era su abogado del diablo. Solo le decía la verdad. No tenía el BOE pero tenía el Power Point. Si él estaba feliz porque el paro había bajado de los dos dígitos, yo le aguaba la fiesta y le explicaba que en poco tiempo volvería al 15%. Era su tocapelotas económico particular”. “Tienes que hacer muchas llamadas a la realidad”, reflexiona Serrano. Pero en este oficio lo último que se puede ser es pelota”.
Javier Zarzalejos, secretario general de La Moncloa entre 1996 y 2004 y hoy responsable de FAES, el think tank de Aznar, cree que es clave hacerle ver la verdad al presidente por desagradable que sea. “Porque si no corres el riesgo de convertirte en la corte del faraón. Que desaparezca la tensión interna y el debate. No ha sido elegido para tener una vida fácil. Tu trabajo es protegerle, pero no aislarle. No puede estar a disposición de todos, pero tampoco puede estar en una burbuja”. 
Dentro de esa fauna endémica que ha gobernado el Gabinete desde 1995, José Enrique Serrano sería el político con mayúsculas; un profesor de Derecho con el Estado en la cabeza, que tardó décadas en pedir el carnet del PSOE. Carlos Aragonés, un diletante filósofo liberal tan iconoclasta en materia política como conservador en los usos y costumbres. Jorge Moragas, un inquieto diplomático apasionado por el protocolo (“es la plástica del poder”), que ha convivido durante 13 años con tres presidentes (González, Aznar y Rajoy). Y José Luis Ayllón, un estajanovista chusquero de la política, con una visión panorámica del Estado, muñidor de la Ley de Transparencia, íntimo de Soraya Sáenz de Santamaría y pieza clave en el futuro diseño electoral de Rajoy. No es un especialista en asuntos internacionales ni un old boy de ningún gran cuerpo del Estado, pero es un excelente cocinero de política nacional. Lo que necesita Rajoy.
Por debajo de Ayllón, la materia gris de Rajoy se compone de 47 asesores entre el Gabinete (35 analistas distribuidos en los dos pisos del ala norte de Semillas) y la Oficina Económica (12 personas en la primera planta del ala sur). El sótano concentra al equipo de Atención al Ciudadano. Y un pasaje custodiado por la Guardia Civil que comunica Semillas con el ala privada del presidente. Del despacho de Ayllón al de Rajoy hay dos minutos. 
El área blindada del líder del Ejecutivo solo está conectada con sus equipos a través de tres puntos estratégicos: el Gabinete (los asesores); la Vicepresidencia (la cocina política) y el Portavoz (comunicación y propaganda). A espaldas de este edificio se encuentra la que fue pista de tenis de Suárez, de pádel de Aznar y de baloncesto de Zapatero. Hoy languidece. Como los abandonados invernaderos de naranjitos de Felipe.
El ala sur del segundo piso de Semillas alberga la secretaría general, dirigida por la abogada del Estado Charo Pablos. Sus colaboradores son dos militares, el coronel Andrés Costilludo al frente del protocolo (del Estado y del presidente) y el coronel de la Guardia Civil Alejandro Hernández Mosquera como responsable de su seguridad. 
El número de efectivos policiales que dirige es secreto, aunque distintas fuentes los cifran entre 600 y 700, una combinación de guardias civiles y policías de los que en torno a 50 mujeres y hombres protegen a diario el círculo más próximo al jefe del Ejecutivo en tres turnos.
“El objetivo de la maquinaria de Moncloa es la asistencia integral al presidente”, explica Jorge Moragas. “Dentro de esa premisa, el Gabinete sería el software político, y la Secretaría General, el hardware, la parte tangible que se encarga de que todo funcione, desde los viajes y las comunicaciones hasta la informática y la logística. Los asesores pueden cambiar, pero esa parte técnica y administrativa de la secretaría general es clave para que aquello nunca pare, aunque cambien los presidentes”. 
Y sus titulares (los secretarios generales, que son los responsables de saber dónde se encuentra el jefe del Ejecutivo en cada momento), profesionales de su máxima confianza, a los que encarga delicadas misiones de Estado, como Javier Zarzalejos, pieza clave en la lucha de la Administración de Aznar contra ETA y miembro del grupo de contacto con la banda terrorista en Zúrich, en 1998, o Bernardino León, sherpa de Zapatero en el G20 y su superasesor internacional a partir de 2008. 
“Un buen día, los jefes de Gobierno descubren las relaciones internacionales y les fascinan, porque es el juego político por excelencia. En la segunda legislatura pasan de Soria a Siria. Y hay que llevarlos de la mano”, describe León.
Zarzalejos reconoce que la convivencia entre el Gabinete de Presidencia y la Secretaría General no es fácil. Tampoco lo es entre el departamento de Internacional de Moncloa con el Ministerio de Exteriores (Moragas se llevaba fatal con el ministro Margallo) ni el de la Oficina Económica con el Ministerio de Economía (Barea y Rato, y Sebastián y Solbes no se podían ni ver). 
Y mucho menos entre la Vicepresidencia con el Gabinete (sería el caso de Álvarez-Cascos y Carlos Aragonés o Teresa Fernández de la Vega con Serrano). Según Javier Zarzalejos, “surgen las lógicas fricciones. Y cada uno debe encontrar su sitio. Tienes una ubicación orgánica, pero es solo una parte de lo que te puede encargar el presidente. A mí Aznar me pedía papeles de estrategia en el País Vasco. Y al tiempo yo no opinaba de temas económicos ni sociales. Así es como Aznar repartía juego. Y funcionaba”. ¿Y Soraya?, para un sabio de La Moncloa, “se limita a ser la superasesora jurídica del presidente. Manda menos de lo que se piensa”.
La presidencia del Gobierno representa una partida de 36 millones de euros dentro de los 1.208 millones del presupuesto del Ministerio de la Presidencia. Los analistas reciben sueldos entre los 60.000 y los 100.000 euros al año. Salarios bajos para un analista sénior en el sector privado. Lo que dificulta el fichaje de talentos externos. De las 47 mentes pensantes de Semillas, 23 son altos funcionarios y 24 han sido captados extramuros. Todos adquieren el nivel 30 (el más alto de la Administración). “Pero el sueldo es lo de menos. Es una vida apasionante. Desmitificas otros puestos. Incluso ser ministro”, explica Moragas. “Yo tuve opción de ir al Gobierno y dije no. El ministerio que me ofrecía el presidente no me estimulaba. Hay 13 ministros y solo un director del staff del presidente”.
El Gabinete es un puré de altos funcionarios, asesores parlamentarios, profesores, consultores, sociólogos, expertos en redes sociales y gurús. Que varía en su estructura según la coyuntura: si pesa más la economía, la política internacional o la nacional (es decir, si se vislumbran elecciones). 
Según el catedrático de ciencia política Juan Luis Paniagua, el profesor que mejor ha analizado la estructura de La Moncloa (junto al politólogo Ignacio Molina), “los asesores suelen ser jóvenes profesores universitarios o de reciente acceso a la función pública. No tienen una gran carrera ni una filiación rotunda. Pero es clave que sepan buscar y administrar la información”. 
Se los conoce en política como porteros, fontaneros, cocineros o príncipes de las tinieblas. Son invisibles pero se dejan sentir. El líder habla a través de ellos. Cuando este cae, se evaporan. Y pasan a posiciones de escaso relumbrón. Al olvido. “En este trabajo no haces amigos”, sentencia Gabriel Elorriaga, que fue número dos del Gabinete de Aznar. “Te ganas fama de mosca cojonera. Entras en conflicto con los ministros porque nunca le dices al presidente lo que hacen bien sino lo que hacen mal. Los ministerios son una olla de grillos y chocan constantemente. Sobre todo con Hacienda. Y tienes que imponer orden. Estás presente en todos los órganos colegiados más importantes de la Administración. Y eres el hombre del presidente”. 
“Este trabajo no es un trampolín”, recalca José Luis Ayllón, el actual director. “Y, para mí, mejor. No soy mitómano, no me da vértigo este puesto. Sé de qué va esto. He pasado seis años con la vicepresidenta como secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. He hablado en el Congreso hasta con Amaiur. Y estuve en 2011 en el traspaso de poderes con el PSOE. Y ahora se trata de apoyar al presidente. Mañana… ya veremos”.
La Moncloa tiene 20 hectáreas. Un tercio es la zona de seguridad del presidente, herméticamente vallada, alambrada y amurallada. Para el intruso no es fácil orientarse en ese laberinto. Lo mejor es recorrer su perímetro. Solo así se entiende la expansión del “centro presidencial” (como lo define el profesor Paniagua), desde aquel relamido palacio construido en 1953 por Diego Méndez, el arquitecto de cámara del general Franco, sobre una finca del siglo XVII, rodeado de monásticos caserones del Ministerio de Agricultura, al que llegó Adolfo Suárez en enero de 1977 y donde el Consejo de Ministros se celebraba en su comedor, hasta convertirse en un auténtico centro de poder a ocho minutos en coche del CNI y a diez de La Zarzuela.
El complejo se compone de 16 edificios donde trabajan 2.000 personas. Incorpora, además del edificio de Semillas, un helipuerto, el palacete de la vicepresidencia, el Ministerio de la Presidencia, inmuebles de servicios, seguridad, protocolo y comunicaciones; gimnasio, banco, ambulatorio, estafeta y parque móvil. Y un búnker que alberga, tras una gran puerta blindada, el Departamento de Seguridad Nacional (al mando del capitán de Navío Joaquín Castellón), desde el que el presidente conduciría las situaciones de crisis. Una de las últimas veces que desempeñó esa función fue durante la boda del príncipe Felipe, en mayo de 2004, cuando, ante la amenaza de un magnicidio, se reunió un gobierno de secretarios de Estado hasta que todo acabó bien.
Cuenta la número dos de Semillas, Cristina Ysasi, que cuando llegó a La Moncloa en 2011, tras el triunfo electoral de Rajoy, el edificio ofrecía un aspecto fantasmal. Los despachos de los analistas estaban desnudos y los discos duros borrados. Siempre ha sido así. Antes del traspaso de poderes, todo el material generado por el Gabinete saliente es retirado. Y queda a disposición del expresidente. Lo que sustrae a la historia documentos clave del jugo de neuronas desplegado por los asesores en cada coyuntura política. 
Para Carlos Aragonés, el hombre de Aznar entre 1996 y 2004, “se borran las notas de despacho del servidor de Moncloa. El presidente se las lleva en soporte digital. Es cierto, podrían acabar en el Archivo General de la Administración, porque explican cómo sucedieron las cosas, pero son documentos políticos. Incluyen apreciaciones y opiniones (incluso sobre ministros, empresarios y líderes mundiales) que no siempre son agradables. Hay juicios severos, análisis operativos, consejos de qué debería hacer el presidente en cada situación. Pero quizá es mejor que nunca se sepa qué pasó realmente y todo quede congelado entre aquellas cuatro paredes”.

Los bancos fían su futuro a un alza de los tipos que no termina de llegar

MADRID.- La travesía en el desierto a la que alguna vez ha hecho referencia el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, para referirse a la situación de anormalidad que vivía su entidad y el sector va a durar más de lo previsto, según elEconomista.

Hoy nadie duda de que el entorno es mucho mejor, pero las cuentas de resultados y la rentabilidad de los grupos financieros españoles seguirán bajo presión al menos en 2018 y 2019. A partir de entonces las esperanzas de volver a coger una velocidad de crucero son más optimistas. 2020 y 2021 serán dos ejercicios determinantes para que este ritmo se confirme.
Los planes estratégicos presentados en los últimas semanas por cuatro bancos recogen en gran medida esta percepción de lo que puede suceder, pero todo dependerá en gran medida de las decisiones que adopte el BCE. La política de estímulo económico aplicada en los últimos años se ha alargado, pero pronto tocará su fin. Los pasos que dé el organismo monetario determinarán si el sector consigue cumplir con estas expectativas. Así ha sido hasta ahora y así continuará siendo.
En los dos últimos años las entidades han esperado un cambio de tendencia en el precio del dinero y en el impulso del euribor para elevar sus márgenes operativos, pero el primero sigue plano, en el cero por ciento, y el segundo no para de descender en un terreno negativo inédito, del que no ha salido desde febrero de 2016. Ni siquiera los mensajes del BCE de que a finales de año empezará a endurecer su política han modificado el rumbo del euribor, la variable principal que mide los ingresos de la banca por su uso masivo en los créditos que conceden.
Desde hace tiempo la banca viene reclamando al organismo monetario mayor celeridad en el giro de su estrategia porque los efectos para la economía se pueden ser nefastos. Hasta ahora, admiten, las consecuencias han sido positivas, pero un mantenimiento de los estímulos podría suponer un cierre del crédito y el salvamento de los grupos menos sólidos.

Margen en depósitos, agotado

Las perspectivas indican que en todo 2018 el euribor se quedará instalado bajo cero, pero a final de año podría empezar a su ascenso lento y paulatino. Y sólo con que vuelva al terreno positivo los ingresos de la banca repuntarían sustancialmente. 
Ayer, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, indicó en una jornadas organizadas por la Universidad de Navarra que lo importante es esto, no que se sitúen en niveles más o menos elevados, porque la capacidad de mejorar los márgenes vía descenso de los intereses de los depósitos se ha agotado. A su juicio, esto no sucederá hasta dentro de dos trimestres.
Las entidades prevén que el euribor se mantendrá por debajo del 1 por ciento -en la actualidad se encuentra en el -0,19 por ciento-, al menos, hasta finales de 2020. Si el alza es menor es probable que más de una tenga que integrarse en otra, máxime cuando aún existen otra serie de desafíos muy relevantes.
El exdirector general del Banco de Basilea y próximo consejero de BBVA, Jaime Caruana, citó en las mismas jornadas algunos retos, como la adaptación a las nuevas normas de capital, la digitalización o el pesado lastre de activos tóxicos.
En este sentido, el director de supervisión de BBVA, Ricardo Gómez, explicó que la transformación tecnológica y la irrupción de nuevos jugadores en determinados segmentos de actividad que ha monopolizado hasta hace muy poco la banca provocará cada vez más caídas en la rentabilidad. 
"Esta será cada vez menor", señaló el directivo, que añadió que estos actores -fintech, fondos y gigantes de internet y el móvil- competirán con precios bajos y las entidades tendrán que adaptarse a esta realidad.
Otra losa que pesa sobre la banca es que el volumen de crédito todavía no crece, debido al proceso de des apalancamiento de empresas y familias, a pesar de que las concesiones nuevas están mejorando. Es posible que a final de año el stock crezca por primera vez en un decenio. Todo dependerá de la evolución que experimenten las hipotecas. 
Sobre este aspecto hay división en el sistema. Mientras que algunos expertos, como el presidente de la patronal AEB, José María Roldán, esperan una subida en 2018, CaixaBank, por ejemplo, espera que el incremento se dará en 2019.
Una mayor actividad crediticia permitiría mayores ingresos, pero los bancos descartan que se vuelva a la locura del boom. El crédito, una vez se normalice, crecerá en torno al PIB. El ejercicio pasado cayó casi un 3 por ciento.
Todos estos desafíos y previsiones se tendrán en cuenta por las cúpulas de Santander y CaixaBank, que preparan ya los nuevos planes 2019-2021. Una peor realidad a las estimaciones han obligado a ambas ajustar determinados objetivos de sus proyectos de negocio que finalizan este ejercicio.
La meta de todo el sector es conseguir una rentabilidad por encima del coste de capital, que se sitúe por encima del 9 por ciento. Las dificultades encontradas en el camino colocan todavía esta variable muy por debajo de este umbral. No alcanza el 5 por ciento y es inferior a la cifra que tienen los competidores en el conjunto de la Unión Europea. 
Esta es la asignatura pendiente que tendrán a la que se tendrán que enfrentar en esta larga travesía hacia la normalidad. Y no todos tienen la lección aprendida.

La mortalidad entre sin papeles sube un 15% desde la reforma sanitaria

MADRID.- La mortalidad entre la población sin papeles aumentó una media de un 15% entre 2012 y 2015, los tres años posteriores a la aplicación de la ley sobre la reforma sanitaria implementada en España en septiembre de 2012 a través del Real Decreto 16/2012, que deja sin cobertura a personas en situación administrativa irregular

Así lo afirma una reciente investigación, la primera de este tipo, del Instituto de Economía de Barcelona y la Universidad Pompeu Fabra. Se titula The deadly effects of losing health insurance (Los efectos letales de perder la cobertura sanitaria) y ha sido presentada el 13 de abril en la Escuela Nacional de Sanidad de Madrid), recoge El País.
En términos absolutos, se corresponde con un incremento de 70 muertes anuales, y el porcentaje aumenta con el tiempo: en el tercer año de estudio, el 2015, la mortalidad ascendió un 22,6%. Estos resultados sugieren que la modificación de la cobertura sanitaria ha tenido "un gran efecto" en el estado de salud de poblaciones vulnerables con pocas alternativas de acceso a la atención médica.
Los investigadores han estimado el efecto del Real Decreto en la tasa de mortalidad de inmigrantes indocumentados al comparar el patrón de mortalidad entre el grupo de población por cuya nacionalidad tienen más probabilidades de ser irregulares y el de la población española que no ha sido afectada por la reforma. 
Para ello, se han servido de información pública obtenida del Instituto Nacional de Estadística (INE), que registra todas las muertes acaecidas en España: son datos individuales de los fallecidos de nacionalidades con una mayor proporción de sin papeles entre 2009 y 2015. Desde 2009 hasta 2012, la mortalidad en ambos grupos se mantiene o incluso decrece. 
En 2012 hay un punto de inflexión y comienza a aumentar la de los inmigrantes, según ha explicado a El País Judit Vall, coautora del informe e investigadora del Instituto de Economía de Barcelona (IEB) y del Centre de Recerca en Economia y Salut (CRES-UPF).
La científica advierte que los resultados obtenidos son una estimación mínima de una realidad que sospechan mayor porque en el primer grupo de referencia, el de los migrantes en situación irregular, se han incluido los fallecidos que sí tenían papeles.
"Sabemos que este grupo incluye personas que no se vieron afectadas; no los podemos distinguir porque los registros de mortalidad no proporcionan información sobre el estado administrativo", detalla Vall. 
"Y aún así, encontramos ese aumento del 15%, con lo cual estimamos que el impacto que hemos hallado es lo mínimo que en realidad debe haber".
El estudio presenta los resultados diferenciados por tres grupos de edad: de 0 a 19 años, de 20 a 39 y de 40 a 64. Los mayores de 65 no se han incluido porque hay muy pocas personas en situación irregular que rebasen esa edad. 
Gracias a las excepciones marcadas por el Real Decreto, que son las embarazadas, la atención de emergencia en caso de enfermedad grave o accidente y los menores, se ha observado que no hay ningún efecto de la reforma en estos últimos. En el grupo de edad de 20 a 39 años ha aumentado la tasa de mortalidad mensual en un 16,49%. El efecto para el grupo de 40-64 años es del 19,89%. 
Por continente de origen, la reforma aumenta la tasa de los africanos en un 16,69% con respecto al nivel anterior a la reforma, en un 23,42% para los centro-sudamericanos y en un 30,40% para los asiáticos.
Los resultados también muestran que los efectos de las restricciones en la cobertura sanitaria son más altos en el caso de muertes acaecidas por causas evitables si se cuenta con acceso rápido al sistema de salud público: la falta de detección de enfermedades mortíferas y la interrupción de tratamientos en caso de enfermos crónicos. El impacto más fuerte, según Vall, es en las muertes por cáncer. 
"En algunos tumores la detección precoz es muy importante y sabemos que el cáncer, muchas veces, no da signos de alerta", explica. La experta recuerda que, si se pierde la tarjeta sanitaria, también se pierde el acceso a toda medicación subvencionada y a tratamientos como la quimioterapia.
 "Y en el caso del cáncer, es carísima", incide. En el caso de otras dolencias que requieren medicación crónica como VIH, o en enfermedades contagiosas como tuberculosis, sí que se ha hallado un coeficiente positivo, pero no significativo.
Es difícil obtener una cifra precisa del número de personas que han tenido acceso restringido al sistema de salud como resultado de la reforma. "Ha sido complicado encontrar datos porque la población inmigrante en situación irregular no está muy bien identificada", afirma Vall, que advierte que, hasta el momento, solo se disponen de algunos informes de organizaciones no gubernamentales como los de Red Acoge o Médicos del Mundo cuyas estimaciones se sustentan, más bien, en casos particulares. 
No obstante, sí sabe que en 2016 las autoridades españolas detectaron a 37.295 inmigrantes viviendo de manera irregular. Además, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó en el Congreso de los Diputados el 20 de febrero de 2013 haber retirado 873.000 tarjetas sanitarias. Este último número representa un 13,87% de la población inmigrante en España en 2012 y un 1,86% de la población total.
El RD 16/2012 fue justificado por el Gobierno como la manera de evitar el fraude en la obtención de la tarjeta de salud española (el turismo sanitario) y ahorrar unos 500 millones de euros. Ha sido muy polémico desde su aprobación porque restringe el acceso al sistema de salud pública a la población inmigrante indocumentada, que hasta entonces solo necesitaba el padrón para obtener la tarjeta sanitaria. 
La reforma estableció que debían estar en posesión de un permiso de residencia oficial y para obtenerlo, tenían que demostrar que estaban trabajando regularmente o que tenían recursos suficientes para cubrir los gastos de subsistencia durante su estadía en el país. Diversas comunidades autónomas han introducido leyes autonómicas que permiten el acceso al sistema de atención médica para inmigrantes indocumentados. Aragón, Valencia, Cantabria, Baleares o la Comunidad de Madrid son algunos ejemplos.
Aunque el impacto es mayor en las Comunidades Autónomas que lo aplican a rajatabla, el estudio no ha hallado diferencias significativas entre ellas, algo que Vall se explica porque la mayoría de decretos regionales se introdujeron después del Real Decreto, y para entonces este colectivo ya era reacio a hacer uso de los servicios de atención médica por el temor a revelar su situación irregular. 
"Se ven como perseguidos y señalados, y convencerles que de van a poder acceder al sistema de salud ya no es tan fácil porque ya tienen miedo a ser deportados o denunciados", explica la investigadora.

Montoro destapa que diez autonomías gastan más de lo que permite la ley

MADRID.- El Ministerio de Hacienda elevó el viernes al Gobierno, según los preceptos de la Ley de Estabilidad, un informe en el que detalla, por Administraciones, el grado de cumplimiento del déficit, la deuda y la regla de gasto. 

El citado informe, al que tuvo acceso elEconomista, no incluye novedades respecto a los dos primeros parámetros, conocidos ya. Pero sí detalla que una decena de comunidades autónomas decidió saltarse por su cuenta y riesgo las normas y elevó sus desembolsos por encima del 2,1 por ciento que, como límite, había fijado con anterioridad el Ejecutivo. 
El asunto adquiere mayor gravedad en el caso de tres regiones: Navarra y Castilla y León, que casi triplicaron esa tasa; y la Comunidad de Madrid, que gastó un 4,8 por ciento más.
La regla de gasto es, dentro de las normas de estabilidad fiscal, la más desconocida. Fija el límite por el cual las Administraciones pueden elevar sus desembolsos, y lo hace teniendo en cuenta el crecimiento del PIB a medio plazo. 
De ahí que el Gobierno determinase que el ejercicio pasado, con un avance del 3,1 por ciento pero a la baja en lo sucesivo, el margen era del 2,1 por ciento. Era el más generoso de los últimos ejercicios. Sin embargo, y a tenor de los resultados, no ha sido suficiente.
Al margen de los casos de Navarra, Castilla y León y Madrid, incumplieron también el citado 2,1 por ciento Aragón, Asturias y Castilla-La Mancha, en manos socialistas; La Rioja y Murcia, gobernadas por el Partido Popular; Cataluña, donde hasta octubre llevaba la batuta la extinta Junts pel Sí; y País Vasco, bajo el mandato del PNV. Se de-muestra así que la disciplina fiscal no entiende de ideologías, al menos en nuestro país.
Porque, entre las pocas que sí se ciñeron a los límites impuestos por el Gobierno, están Andalucía, Comunidad Valenciana y Baleares, del PSOE; Galicia, del PP; Canarias, bajo el mando de Coalición Canaria; y Cantabria, del PRC de Miguel Ángel Revilla. 
En esta lista llaman la atención varios resultados. Extremadura, flagrante incumplidora del déficit, fue la única región que rebajó su gasto en 2017, demostrando que, al menos, está haciendo un esfuerzo por reconducir sus cuentas públicas. 
Algo similar a lo que ha hecho Baleares en los últimos años, que de incumplir los objetivos de estabilidad ha pasado a engrosar la lista de Administraciones más disciplinadas. Mención que merece también Galicia, donde el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo ha hecho de la estabilidad fiscal una de sus cartas de presentación.

El ministro ya cumple

En conjunto, las autonomías elevaron su gasto un 2,9 por ciento frente al 2,1 por ciento legal, al desembolsar 4.003 millones de euros más que en el ejercicio 2016. También infringieron su límite de deuda por más de 7.000 millones de euros. Una situación que contrasta con la de la Administración Central, que incumplió las reglas de los años 2012 a 2015 pero que, por segunda vez consecutiva, se ciñó a los objetivos, tanto de gasto como de pasivo -que no de déficit-.
En un ejercicio marcado por la tardía aprobación de los Presupuestos del Estado, el ministro de Hacienda y Función Pública Cristóbal Montoro rebajó los desembolsos un 3,8 por ciento, lo que supone 3.800 millones de euros menos que el año anterior.
Las Corporaciones Locales, las más saneadas y cumplidoras con la Ley de Estabilidad desde que esta normativa se aprobara, tampoco sorprendieron y lograron cumplir con holgura. En superávit presupuestario, sus desembolsos aumentaron un 0,6 por ciento, tres veces menos de lo que les permitían las normas, y ello pese a las polémicas que el propio ministro Montoro ha tenido con ayuntamientos como el de Madrid.

La 'sequía escondida' por abusar del riego con energía solar

MADRID.- La energía solar ha emergido como la fuerza inagotable que necesitan los agricultores pobres para regar sus campos, pero el descontrol y las prácticas abusivas pueden conducir a una nueva "sequía escondida" en los acuíferos.

La tecnología solar en agricultura, en plena expansión, permite aumentar la extracción de agua, la superficie irrigada y, con ello, la productividad de los cultivos.
Una ecuación no del todo positiva si se deja de lado el factor de la sostenibilidad ambiental, dados los "riesgos inherentes" que conlleva para los acuíferos, explica la experta Karen Villholth, del Instituto Internacional para la Gestión del Agua (IWMI, por sus siglas en inglés).
"Hemos visto que en muchos países esos sistemas han ido mal porque no se están desarrollando de manera sostenible", apunta Villholth, que recuerda que, una vez sacada el agua, resulta "muy difícil recuperar el recurso".
Por eso recomienda actuar teniendo claro que "prevenir es mejor que curar" y pide adaptar los planes a las circunstancias de cada lugar, limitar el uso de aguas subterráneas, permitir solo ciertos cultivos, supervisar su funcionamiento y promover la recarga hídrica de los acuíferos.
Según estimaciones difundidas esta semana en un foro internacional en Roma, el 41% de las áreas regadas proceden de aguas subterráneas y hasta el 27% de esas aguas se bombean de modo insostenible.
El riesgo de una "sequía oculta" bajo tierra surge en áreas como el este y el sur de Asia, donde los acuíferos ya están sobreexplotados y todavía pueden estarlo más con el potencial de las energías renovables.
En la India, las autoridades subsidian hasta un 90% del coste de las placas fotovoltaicas para llevar la electricidad a los pobres que aún tienen serios problemas de acceso.
En paralelo, el 30% de los acuíferos indios se hallan en estado crítico, entre otros motivos porque en la cuenca del Ganges y los otros grandes ríos que se extienden por el norte de ese país y sus vecinos se concentra la cuarta parte de las extracciones de aguas subterráneas de todo el mundo.
En una aldea de Nepal, el investigador de la Universidad estadounidense de Arizona Netra Chhetri comenzó a ver los primeros paneles hace cinco años, un fenómeno tecnológico que "rápidamente ha cambiado a la gente y las políticas".
Los habitantes se han servido de la energía solar para diversificar sus cultivos y ya no solo cosechan arroz, sino también maíz y verduras, incrementando la producción en un 60%.
Además de incentivar las nuevas tecnologías, Chhetri abogó por innovar en los mercados y las instituciones para extender el tendido eléctrico a todos los hogares rurales.
En Oriente Medio, el experto de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Ahmed Abdelfatah auguró un auge de la competición empresarial en ese sector.
El norte de África suele disfrutar de 330 días de sol al año y, sin embargo, se pierde hasta el 15% de la energía en su transporte a las zonas áridas, por lo que los paneles solares son una alternativa "in situ".
Es la idea que subyace en una iniciativa para elevar la capacidad energética destinada al regadío en el delta del Nilo, en Egipto, y en otra junto a una presa de la provincia jordana de Mafraq, donde están combinando el riego con tecnología solar y el almacenamiento de agua.
La utilización de las aguas superficiales de ríos y embalses puede, además, reducir la presión sobre los acuíferos.
La experta de la Universidad Politécnica de Madrid Rita Almeida subrayó que, al margen de las fuentes energéticas, habría que pensar también en cambiar los sistemas de irrigación.
El proyecto en el que participa, con fondos europeos, busca un consumo de energía 100% renovable y reducir el del agua en un 30%.
Almeida mostró la construcción de estanques en España que sirven para abastecer a toda la comunidad de regantes y que, cubriéndolos con placas solares, permiten aprovechar el espacio y evitar la evaporación de un bien tan preciado como el agua.

La presencia del Estado en el capital de Bankia frustra la fusión con BBVA

MADRID.- El Gobierno español ha tirado la toalla con su deseo de ver al BBVA adquirir Bankia e impulsar la creación de la que podría ser la primera entidad financiera española. La pobre evolución bursátil en los últimos años de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha impedido al Estado reducir su participación al ritmo previsto y provoca que todavía el Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), a través de BFA, ostente más de un 60% del capital, lo que es un escollo para la operación, a juicio de elEconomista.

El plan del Gobierno era plantear una posible integración cuando su participación fuera más pequeña, de alrededor un 10 por ciento, pero el mercado no ha acompañado y dar el paso de salir totalmente del capital de Bankia a los precios actuales podría ser difícil de justificar para el Estado y para el nuevo ministro de Economía, Román Escolano.
En diciembre, Luis De Guindos colocó entre inversores institucionales un 7 por ciento del capital de Bankia a 4,06 euros por acción y el viernes las acciones del banco cerraron a 3,66 euros, un 10 por ciento por debajo.
Si objetivo del Gobierno es recuperar la mayor parte de los 22.000 millones inyectados al grupo- actualmente su participación en Bankia está valorada en 6.850 millones-, la venta de capital debería realizarse al mejor precio posible; algo que impide la volatilidad actual de la bolsa. Por la misma razón, BBVA tampoco podría justificar una prima excesiva, que contentara al Estado, y que no pareciera excesiva para sus accionistas, ya que el banco presidido por Francisco González previsiblemente debería ampliar capital para afrontar la adquisición.
A corto plazo, no parece que la situación vaya a resolverse gracias a un rebote significativo de la bolsa. Los inversores están esperando nuevas colocaciones de acciones de Bankia, ya que España ha fijado diciembre de 2019 como el deadline para desinvertir en Bankia, lo que pesa negativamente sobre el valor. 
Ignacio Goirigolzarri, presidente del banco, ha ayudado a afianzar esta expectativa. El ejecutivo ni siquiera da por definitiva esa fecha, pero lo que sí ha adelantado es que Moncloa podría impulsar colocaciones más grandes de acciones, que alcanzaran el 10 por ciento del capital. Desde el rescate del grupo, ninguna de las dos ventas que se han cerrado -la de diciembre y la de 2014- han sido tan importantes.
A la vez, si el Estado quisiera solucionar la situación de forma rápida, y vender a un precio bajo toda su participación, podría incluso interpretarse como un guiño para el comprador y chocar con las autoridades europeas. 
En una hipotética operación en efectivo, si BBVA comprara a un precio muy reducido -algo que sería bueno para sus accionistas porque le permitiría rentabilizar la operación- la Comisión Europea podría considerar la venta una ayuda de Estado.
 Este riesgo sería menos evidente si el Frob hubiera ya reducido su participación por debajo de lo que se considera una posición de control -el 30 por ciento- porque la influencia del Estado sobre el precio ofertado parecía menor.
El otro hándicap es el BCE. La elevada presencia del Frob en el capital de Bankia, también complica la integración de cara a esta institución, aunque solo fuera por motivos políticos. El nombramiento de Luis de Guindos como vicepresidente de la entidad es muy reciente, por lo que plantear ahora la venta a un tercero del 60 por ciento del capital del banco, que el BCE tendría que analizar, puede no ser el mejor momento para poner sobre la mesa una operación tan compleja.

Fin a los rumores

Con este contexto de fondo, la semana pasada quien había dado alas a las especulaciones sobre una fusión entre BBVA y Bankia se encargó de cerrarlas. Así, José Ignacio Goirigolzarri trató de pasar página a la posible operación en las reuniones con periodistas previas a la junta de accionistas, que se celebró el pasado 10 de abril en Valencia.
Goirigolzarri aprovechó estos contactos para negar la interacción con Moncloa enfocada a trabajar en una posible fusión con BBVA. "Nunca nos hemos sentado, nunca nos han dado ninguna indicación el anterior ministro o el actual ministro. Aquí puedo ser absolutamente radical, claro y tajante. Nunca ha habido nada", señaló. 
Con sus palabras trataba de cerrar una especulación alimentada por una entrevista suya en Financial Times a principios de marzo, en la que se le atribuyó que, en su opinión, Bankia encajaba a la perfección con BBVA.
BBVA, por su parte, nunca ha alimentado esta expectativa y recuerda que su presidente, Francisco González, reiteró hace pocos días ante la junta de accionistas que no iba a comprar bancos "físicos".
Esta afirmación taxativa fue una de las pocas partes del discurso ante sus accionistas en las que González se salió del guion escrito; tratando de dejar claro que él no iba a comprar Bankia y, por tanto, cerrando la puerta a que Goirigolzarri regresara a BBVA.
González pretende dejar su cargo a finales de 2019, lo que ha alimentado las especulaciones sobre su sucesor. El nombramiento de Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España, como consejero del banco le ha colocado como uno de los candidatos favoritos de las apuestas. José Ignacio Goirigolzarri, que fue consejero delegado de BBVA durante ocho años, hasta que abandonó el banco en 2009, podría haber sido el sustituto de Francisco González, en el caso de que finalmente se hubiera impulsado la integración.

Lógica de negocio

La unión frustrada entre Bankia y BBVA permitía a las dos entidades ampliar su negocio en zonas geográficas en la que ambas tienen más debilidades. Bankia, con el grueso de negocio en Madrid procedente de la antigua Caja Madrid y en la Comunidad Valenciana, por la herencia de Bancaja, podría haber entrado con más fuerza en mercados como Cataluña y País Vasco, en los que BBVA tiene su fortaleza. 
Cabe recordar que el banco que preside Francisco González tiene una amplia presencia en Cataluña tras hacerse en marzo de 2012 con Unnim Banc y en julio de 2014 con CatalunyaCaixa. Del mismo modo, BBVA habría reforzado su negocio en la zona del Levante.
Estas sinergias compensatorias a nivel geográfico hubieran limitado a los dos bancos la reducción de costes ante el menor nivel de solapamiento. No obstante, los ajustes de sucursales y personal se podrían haber realizado sobre todo en este aspecto en Madrid o, del mismo modo, en los servicios centrales. 
La integración hubiera dejado un grupo de 5.442 oficinas y 44.086 empleados, casi el doble de los que tiene el grupo Santander. La posible unión también hubiera fortalecido a BBVA en el perfil de pymes y empresas que mantiene BBVA.

Navantia: "No podemos mirar a qué país le fabricamos corbetas"

FERROL.- "No podemos mirar a qué país le fabricamos corbetas", ha manifestado este sábado el presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol, Javier Galán (CC.OO.), quien ha censurado la postura de IU en relación al acuerdo de colaboración que facilitará su construcción. 

Y es que Izquierda Unida (IU) había advertido al Gobierno de Mariano Rajoy de que será "cómplice" de los asesinatos y la guerra en Yemen con la firma de un acuerdo de colaboración que favorecerá la próxima firma de un contrato para que Navantia construya cinco corbetas para la Armada de Arabia Saudí.
"No me parece bien. Soy consciente que estoy hablando como representante de los trabajadores, e independientemente de que yo sea antimilitarista, entiendo que el conflicto no está en si le vendemos buques a un país o a otro", ha esgrimido e presidente del comité de empresa de Navantia.
Galán, que en la pasada legislatura, 2011-2015, fue concejal de Esquerda Unida en el Ayuntamiento de Ferrol, ha asegurado que Navantia "es una empresa estratégica y no solo para la defensa nacional". "Si solo nos dedicáramos a ello, la carga de trabajo sería cada diez años, estando los otros diez o quince no sé para qué", ha reflexionado.
"Existe cierta controversia, que la verdad que no entiendo, porque a mí me gustaría que los que critican, con todo el respeto a las opiniones que pueda tener cada uno, entiendan que lo que reclamamos los trabajadores es carga de trabajo y nosotros no podemos mirar a qué país le fabricamos fragatas, corbetas o otro tipo de barco", ha agregado.
Con respecto al acuerdo de colaboración, Galán ha trasladado que este contrato "es también muy importante para Ferrol. "Y no porque vayamos a realizar ninguna de las cinco corbetas, pero lo que si es cierto es que si no existiera este contrato, parte de los dos buques del tipo AOR que estamos realizando en este momento para Australia y las cinco fragatas españolas de la serie F-110, que está previsto fabricar en Ferrol, las veríamos compartidas con los astilleros de aquí y de San Fernando (Cádiz)", ha apostillado. Ha manifestado que, según las estimaciones que maneja el comité de empresa, no está previsto que los astilleros de la ría de Ferrol participen en el programa saudí, pero se ha mostrado satisfecho, en todo caso.
"Con este contrato, Cádiz y todo su entorno van a tener una carga de trabajo importante, sólo con las cinco corbetas para Arabia Saudí, y Ferrol tiene también mucha más carga sabiendo que los dos buques de apoyo para la Australia y las cinco fragatas para la Armada Española se van a materializar íntegramente aquí", ha remarcado.
A preguntas de los medios de comunicación, Javier Galán también se ha referido al plan industrial que tanto la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), propietario al 100% de Navantia, como la dirección de la empresa naval pública prevén poner en marcha en los próximos meses.
"Es una declaración de intenciones de lo que pretenden hacer desde su punto de vista como dirección, pero por el momento no han especificado nada concreto. Entendemos que lo que quieren es abordarlo con el plan y el convenio único, y será cuando presenten finalmente un documento cuando iniciemos el debate", ha indicado.
Por último, el máximo represente del comité de empresa en la antigua Bazán ha asegurado que ya se ha recibido la solicitud de convocatoria de una asamblea general con los trabajadores de las empresas auxiliares, cursada por CIG Industria, y que dicha petición "será abordada y estudiada en una reunión de la permanente del comité", en donde están representado los cuatro sindicatos con delegados en el astillero --CC.OO., CIG, MAS y UGT--.

El perfil académico de los presidentes autonómicos

MADRID.- La polémica sobre el máster de la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, ha puesto en el punto de mira los logros académicos de los políticos. Los mandatarios autonómicos son en su mayor parte abogados y con poca formación complementaria posterior, al menos según consta en sus currículos.

Una formación complementaria, como la de los máster, que no era necesaria para ser licenciado en la época en la que cursaron estudios la mayoría de los actuales presidentes regionales.
Sea o no por la edad, son pocos los homólogos de Cifuentes que exhiben algún máster en las biografías oficiales que constan en las respectivas páginas web de los gobiernos autonómicos.
Tiene uno, por ejemplo, su compañero de partido en Murcia, Fernando López Miras, que aún no ha cumplido los 35 años, licenciado en Derecho y que ostenta un título de MBA de ENAE, la escuela de negocios adscrita a la Universidad murciana.
Cifuentes ha sido la más aplicada a la hora de completar sus estudios, a tenor de lo que figura en la web del Gobierno madrileño, ya que además del controvertido máster en Derecho Autonómico por la Universidad Rey Juan Carlos, tiene en su haber un máster en Administración Pública y Dirección de Empresas por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.
En general, en el mundo de la política priman los licenciados en Derecho y el plano autonómico no se escapa a esa generalización.
Son abogados la propia Cifuentes y el ya citado López Miras, así como los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; Castilla y León, Juan Vicente Herrera; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; y la de Andalucía, Susana Díaz, esta última también diplomada en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Telmo.
Es decir, el 40% de los 16 mandatarios actuales es experto en leyes.
Visto por el lado de los partidos, cuatro de las cinco comunidades gobernadas por el PP tienen al frente a abogados y sólo La Rioja se sale de esa tónica.
Si se analizan los méritos curriculares desde el tradicional punto de vista de ciencias o letras, estas últimas arrasan por mayoría, con diez de los dieciséis presidentes autonómicos.
Además de abogados, los estudios más cursados son los de Ciencias Económicas y Empresariales, Periodismo y Magisterio.
Los expertos en Economía son los de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (también es diplomado en Banca y Bolsa por la Universidad del País Vasco) y Canarias, Fernando Clavijo, mientras que el valenciano Ximo Puig y la navarra Uxue Barkos son periodistas, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente riojano, José Ignacio Ceniceros, son maestros.
Revilla es el más veterano de los presidentes regionales, junto a su vecino de la cornisa cantábrica, el asturiano Javier Fernández, que es ingeniero de Minas y diplomado en Calidad Ambiental.
El aragonés Javier Lambán es el único licenciado en Historia Contemporánea y Doctor en Historia por su tesis doctoral "La reforma agraria en Aragón en la II República", calificada con la máxima nota posible: apto "Cum laude", y su compañera de filas balear, Francina Armengol, es la única farmacéutica y además tiene un posgrado en Dermofarmacia y estudios de Derecho.
Guillermo Fernández Vara, de Extremadura, el único que es médico forense, obtuvo el grado mediante tesina de licenciatura en 1989, con calificación de sobresaliente.
En todo caso, aunque muchos hayan ejercido su profesión también llevan muchos años en el mundo de la política, por lo que han dejado atrás los estudios, al menos de momento.

Una crisis muy tonta / Ángel Montiel *

A Alfredo Di Stefano, en los tiempos en que entrenaba al Valencia, se le atribuye una sensata instrucción a un portero algo torpe que por entonces tenía ese equipo: «Las que vayan dentro no las pares, pero las que vayan fuera no las metas». Fernando López Miras debería atender a ese consejo aun no siendo torpe, aunque novato, es decir, nuevo en cualquier facultad o materia, según la RAE. Ya ha de parar suficientes tiros a puerta desde que fue incorporado de entre los reservas como para que atraiga a ella nuevos peligros por causa de su capricho. No es normal que una crisis de Gobierno, sobrevenida por sus propias insinuaciones, se venga prolongando durante un mes sin pretexto lógico que justifique la agonía.

Es imposible entender tamaña dilación si no es por la existencia de dificultades inconfesadas, dado que las consecuencias no pueden ser ignoradas: inquietud y ansiedad entre los propios miembros del Gobierno y de sus respectivos equipos; pérdida de autoridad de los cesantes más rumoreados, si es que alguno de ellos la tuvo en algún momento; expectación contenida entre los agentes dependientes de la acción del Gobierno, sometidos a un prudente compás de espera hasta que se aclare la situación, y acelerada especulación en todos los ámbitos sobre las causas de tan sostenida demora.

Gestionar una crisis de Gobierno no es fácil si, una vez decidida, no se actúa con rapidez y eficacia; de lo contrario, se le puede ir de las manos al líder más pintado, como podría ser el caso. Aparte de que en el entreacto se cuelan todo tipo de oportunidades para instancias exógenas que creen tener o tienen capacidad de influencia y pretenden imponer o retener a sus peones, lo que acaba identificando las deudas del Gobierno, tanto si las paga como si no lo hace.

Todo esto resulta todavía más llamativo si, de partida, cabe suponer que es innecesario. Si López Miras diseñó una agenda para su rampa de lanzamiento electoral, a un año vista de las urnas, que contemplaba en un corto espacio de tiempo su legitimación como líder regional a través de un congreso del partido, más la inmediata proclamación de los candidatos municipales y el remate de un ajuste de Gobierno, a estas horas podemos concluir que el primer epígrafe ha sido salvado, pero los dos siguientes siguen pendientes en un aplazamiento inexplicable que solo puede ser debido a una razón paradójica: el poder adquirido no es sinónimo de autoridad. La transición del liderazgo digital y sobrevenido al liderazgo proclamado desde las bases no se está traduciendo, a la vista de los hechos, en una capacidad resolutiva como cabía esperar.

No negar es afirmar. No hay que remitirse solo al sorprendente impasse en la decisión sobre el rediseño del gabinete gubernamental. Tampoco debe ser fácil, por lo visto, anunciar de una tacada la nueva escuadra de candidatos municipales, que se dijo que sería conocida antes de Semana Santa; después se matizó que lo sería a la vuelta de la misma, y ahora ya constatamos que se hará caso a caso, empezando, ayer, por Cartagena. Quizá ocurra que candidatos como José Ballesta, para Murcia, no estén dispuestos a ir en el pelotón y pretendan establecer su propio calendario para el anuncio correspondiente.

La fórmula «mantengo plena confianza en todos los miembros de mi Gobierno» para replicar a las demandas de información sobre la crisis anunciada redunda en la incertidumbre, pues de no existir la previsión de cambio sería más fácil negar que éste se vaya a producir. Jugar con sobreentendidos es divertido, y tal vez López Miras haya descubierto que uno de los privilegios del poder consiste en 'ponerse interesante', pero la lectura tradicional que suele derivarse de un presidente que no resuelve las crisis es que es incapaz de acometerlas. Con el riesgo, además, de que tan prolongado periodo de expectación concluya con un mero cambio de cromos, que de haberse producido en un primer instante habría podido ser aplaudido, pero como resultado final de la inmersión en la nave del misterio puede resultar decepcionante: ¿tanta espera para que al final salga un ratón?

Desde el Gobierno se asegura que el presidente nunca ha dicho oficialmente que tras el congreso del partido dictaría un cambio de Gobierno, y esto es cierto si no evitamos el 'oficialmente', pero tampoco ha dicho lo contrario, lo cual en la vida política, que es donde ejerce su oficio, se resuelve con un dos y dos son cuatro: si no se niega es que la habrá. Aplazar una crisis de Gobierno que no había sido demandada explícitamente desde el exterior sino insinuada en la hoja de ruta del propio presidente introduce una inevitable inquietud más allá de su propio entorno político. 

¿A qué espera? ¿Por qué no se decide? A partir de ahí, toda suposición es legítima. Algunas de las que se acumulan: no es capaz de contrariar a quienes le aconsejan desde fuera; no dispone de recambios sólidos a un año vista de las elecciones sobre las que no existen perspectivas claras acerca de la conservación de la hegemonía popular; no tiene la seguridad de que, si suelta lastre, las 'víctimas' pasen a potenciar los demonios interiores del partido en un periodo en que éste precisa de todos los recursos humanos; no está decidido a rodearse de efectivos que compitan con él en calidad política en una fase tan necesitada para el Gobierno de un especial impulso, cuando la realidad reclama políticos a todo plan antes que sosainas sin ímpetu que esperen a la iluminación presidencial para tomar decisiones...

Hay quien insinúa que el presidente retiene la decisión del cambio porque quiere tomarla cuando no se sienta presionado, es decir, cuando nadie se lo espere o cuando la prensa deje de especular sobre el asunto. Esta reflexión es mejor no tomarla en serio, porque reproduciría una actitud infantil, y más cuando la presión sobre la remodelación del Gobierno se la ha impuesto a sí mismo el propio presidente, pues es una anotación propia en su agenda política tras el congreso del PP. Las crisis del Gobierno se hacen o no se hacen, pero no se ponen a la espera, por las razones antedichas y porque el reloj avanza a gran velocidad hasta la hora final.

Lo previsible del imprevisible. Al presidente murciano no le gusta ser previsible, según confiesa él mismo, y tal vez por eso no actúa del modo como se supone que haría cualquier otro en su lugar. Sin embargo, López Miras, a su pesar, resulta previsible en todo lo demás. Por ejemplo, cuando hace unos días se convirtió en el primer valedor de Cristina Cifuentes tanto en la convención popular de Sevilla como en Los Desayunos de TVE

El presidente que acababa de celebrar un congreso regional con el reclamo de la 'refundación', es decir, con la voluntad supuesta de emprender un nuevo camino, a la primera prueba a que es sometido en el ámbito nacional, sucumbe al doctrinario de carril y todavía con más energía que cualquiera de los otros allegados a Génova que se ganan el pan en sus pasillos. ¿No había alguien para defender lo indefendible que no fuera el murciano de turno? ¿No se daba cuenta López Miras de que hay ciertas cosas que producen vergüenza ajena aunque se entienda que responden a obligación de partido? 

Bien, pero si prevalece ésta sobre el rigor y la exigencia es mejor no presumir de refundación e independencia. Tal vez la enconada defensa que protagonizó López Miras sobre las mentiras de Cifuentes le fuera exigida por ésta, bien directamente o a través de los ejecutivos de su gabinete, ya que en su momento la presidenta madrileña salió en defensa de Pedro Antonio Sánchez cuando éste se encontraba, por otros motivos, en una situación política parecida (de ahí la famosa 'vía murciana' a la que tanto se apela para el caso de la madrileña). Es decir, favor con favor se paga. Menos mal que la desafortunada bromita de López Miras en Los Desayunos de TVE sobre la actriz Paz Vega superó en número de reproducciones en las redes sociales al 'corte' en defensa de la automasterizada, aunque no se sabe muy bien si hubiera sido mejor al revés.

A este respecto, el presidente debería considerar que su imagen requiere equilibrar en la balanza del haber la incompetencia desatada de algunos de sus colaboradores, póngase el caso del diputado Cascales, quien esta semana se aprestó a intentar desacreditar en sede parlamentaria a la Universidad pública de Cartagena, que en última instancia es responsabilidad del Gobierno regional, y todo por la cerrazón de no admitir el choriceo del máster de Cifuentes, abriendo además un capítulo que podría estallar en la cara a una nutrida tanda de miembros relevantes del PP que han cursado sus carreras en la privada amiga mientras ejercían en la política, y salían así tal vez milagrosa y santamente de la intitulación. 

Algo similar a cuando el senador Pedro José Pérez acusó a Alberto Garre de no adaptarse a permanecer sin sillón, esto dicho por quien lleva toda su vida en ellos y tiene una hija que ha heredado el de una dirección general. Siempre hablan los menos indicados. Si López Miras acaba incurriendo también en este tipo de frikadas no quedará reserva en el PP para que supongamos que hay espacios de racionalidad política. Ahí es donde se espera que el presidente, aunque sea contra su voluntad, resulte previsible, es decir, normal.

En realidad, un cambio en el Ejecutivo regional es algo que, si se hubiera producido en el momento correspondiente, es decir, inmediatamente después del congreso del PP, habría tenido una lógica aceptación, pero pasado el tiempo empieza a carecer de interés. La impresión general es que el Gobierno no va a mejorar, pero podría empeorar. Por mucho que se produzca el relevo, pongamos por caso, del consejero de Agricultura, quien no va a cambiar es la ministra de lo mismo, de modo que la política seguirá siendo la misma aunque la gestualidad sea distinta o se transmita una impresión de movimiento. 

Es al propio López Miras, más que a la sociedad regida por su Gobierno, a quien le podrían interesar unos cuantos ajustes. Y esto por dos motivos: unos funcionales, en el sentido de que podría desbaratar algunos de los ingenios de estructura administrativa que han resultado inoperantes o insólitos; otros políticos, porque lo que el presidente necesita es impulso de su gestión, y esto, por mucho que se valore a sí mismo, no lo podrá conseguir, y menos en el tramo por el que se avanza, si no tiene a su lado a gente con iniciativa, imaginación y capacidad de comunicación. 

El distraimiento de la portavoz, Noelia Arroyo, a la candidatura a la alcaldía de Cartagena, aun cuando mantenga sus funciones en el Gobierno, constituirá un déficit en el capítulo político, pues López Miras no dispone de muchas piezas tan valiosas como ella para calcular la iniciativa en la actualidad política.

Una de las cosas que debería interiorizar López Miras, por su propio interés, es que el mundo no empieza ahora, ni él es Adán en el paraíso. Es un líder por hacer en el ámbito general de la sociedad, aunque en su partido le hayan dado el manojo de llaves, y lleva la carga de la gestión de más de veinte años del PP, de la que no puede desentenderse, y menos si lo hace sólo de lo malo, a no ser que lo denuncie. No le basta con haber tomado el mando para que se perciba su autoridad y, por tanto, es peligroso que juegue al científico que mira la jaula de ratones (sus consejeros) para observar su evolución y decidir sobre su sacrificio, pues en política ese método acaba transformando las conductas.

No son pocos los problemas políticos que aceptó López Miras al aterrizar en la presidencia. Puede que acabe resolviendo alguno o ninguno. Pero lo que no cabía esperar es que creara alguno nuevo que le perjudicara especialmente a él. Como decía Di Stefano, «los que vayan fueran no los metas».


(*) Columnista