Apoyar o votar a Vox es poner España en manos de
Israel a través de sus sectas
mesiánicas y del neofascismo sionista.
Vox (enero 2014) se puede vincular directamente a la Organización nacional del Yunque financiada por el Instituto Phoenix de Arizona, por neoconservadores a las órdenes del lobby pro-israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee)
y del Estado de Israel. El símbolo del Yunque es una V con una cruz
debajo que, puesta de lado, forma una X. De esta manera, tenemos la V y
la X de VOX.
Desde sus inicios, la sombra de la secta paramilitar
Yunque planea sobre el ascenso de este partido político. Organización
ultracatólica de extrema derecha, empezó a funcionar en 1955 en México
y, a partir de los años 70 fue entrando en España por medio de Miguel Ángel López Zabaleta.
Su capacidad para acosar, presionar y desestabilizar al poder político
tras su desembarco en España fue posible gracias a la financiación de la
familia Ruiz Mateos y a la creación de asociaciones-pantallas como Hazte Oír (Ignacio Arsuaga), CitizenGo, Abogados Cristianos, Organización del Bien Común, Instituto de Política Familiar, que son colectivos vinculados hoy a Vox.
Abascal nunca habría sido presidente de Vox sin El Yunque.
Vox pretendía ser al principio un partido regeneracionista liberal, al
estilo de los partidos americanos, pero en manos de Abascal se convirtió
en una sociedad secreta cuyos dirigentes (Santiago Ribas, Rocío
Monasterio, José Manuel Menéndez) participaron en la activa captación de
jóvenes miembros.
En 2019, Vox recibía más donaciones privadas que
todos los demás partidos españoles juntos. En mayo de 2023, colocó como
concejal en el ayuntamiento de Barcelona a un fundador de la filial
española del Yunque, Liberto Senderos Oliva, número 2 de la candidatura encabezada por Gonzalo de Oro-Pulido.
Por otro lado, Vox ha sido financiado durante sus primeros años por el CNRI, el Consejo Nacional de la Resistencia en Irán, siendo asimismo un movimiento paramilitar. El CNRI, grupo de origen islamista (pero en realidad sionista), es una organización política iraní con sede en Francia. Figuró desde 1981 hasta 2012 en la lista de organizaciones terroristas
de Estados Unidos.
Constituye el brazo político de la Organización
guerrillera de los Mujahideen-e-Khalq o Guerreros Sagrados del Pueblo de
Irán: MEK o PMOI que tiene una larga historia
lobbista, especialmente en Washington y cuyo armamento financia
directamente Israel.
Lleva años trabajándose el respaldo de políticos
estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, a golpe de
talonario. Cuando la Revolución Islámica del ayatolá Jomeini triunfó en
febrero de 1979, el grupo se enfrentó con violencia al nuevo sistema. Se
quedó enterrado en la irrelevancia (excepto por los grandes mítines de
parafernalia maximalista que organizan cada verano en las cercanías de
París) hasta que Donald Trump llegó a la Presidencia.
En España, la
financiación de Vox llegó a casi 800.000 euros a través del CNRI. Por
esta razón, Iván Espinosa de los Monteros intentó blanquear la imagen de
esta organización.
Abascal fundó también en julio de 2020 la Fundación privada Disenso, think tank de VOX que tiene como meta canalizar y controlar la disidencia en España y en los países latinoamericanos.
El partido ha convertido a Disenso en una potente plataforma para su
desembarco en América Latina. Vox traspasó estos dos últimos años, dos
millones de euros a la fundación sin informar a sus afiliados. Esta
donación supuso casi el 20% del dinero que había en la caja: 10,2
millones.
Por último, podemos relacionar a este partido político con Rafael Bardají:
el desconocido “halcón” de Vox que está vinculado con la creación en
2010 (Miami) de un proyecto de defensa de Israel, es decir la fundación Friends of Israel Initiative. Además de Rafael Bardají participaron en esta iniciativa, Enrique Navarro Gil, Carlos Bustelo y Pablo Casado.
La fundación recibió 10 millones de dólares en donaciones procedentes
de “Adelson Family Foundation” del magnate de los casinos (Las Vegas),
el judio Sheldon Adelson (fue también uno de los
principales donantes de la campaña electoral de Trump y presionó en la
decisión de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a
Jerusalén).
El pacense Bardají es la cabeza pensante de Vox desde
marzo de 2018, la pieza clave en su ascenso. Su estrategia es ser el
refundador del PP y de Vox dentro de una reubicación de la derecha
española diseñada por él y José Maria Aznar mediante la Fundación
privada FAES que aplica los mandatos de la denominada Red Atlas Network
(red internacional ultracapitalista + ultraliberal).
Bardají (que
utiliza como avatar a Darth Vader de Star Wars) mantiene encuentros con
Jared Kushner, de ascendencia judía y con Steve Bannon que vino a España a asesorar a Vox. En mayo de 2017, fue el primer español en visitar la Casa Blanca de Trump.
Eli Vered Hazan, director de Relaciones Internacionales del partido israelí Likud
(liderado por Benjamín Netanyahu) afirma que Bardaji ha sido el eje
fundamental del nuevo mapa de las poderosas relaciones internacionales
de Vox. Hablamos aquí del mismo clan de la ultraderecha de Nueva York en
el que participa activamente el comisario José Manuel Villarejo que llegó a decir: “Bannon no es el hombre de Trump, es nuestro socio».
A partir de aquí, que cada quien voté en conocimiento de causa.
(*) Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de La Sorbona. París.
https://ntvespana.com/11/07/2023/las-amistades-peligrosas-de-vox-por-claire-gruie/