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"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio" (Cicerón) "Toda verdad pasa por tres fases: primero, es ridiculizada. Segundo, se le oponen violentamente. Y tercero, es aceptada como auto-evidente." (Schopenhauer) * Newsletter de opinión e influencia, sin ánimo de lucro ni subvencionado con dinero público o privado, fundado en enero de 1984 por Francisco Poveda, periodista profesional licenciado en la Universidad Complutense desde 1976.
MADRID.- La Península y Baleares se encuentran bajo la influencia de una DANA (depresión aislada en niveles altos) que se localiza actualmente en el nordeste peninsular. Según informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet),
en los días sucesivos se desplazará primero hacia el oeste y después al
sur, situándose en el suroeste peninsular el jueves. Posteriormente es bastante probable que se dirija hacia el norte al tiempo que se va rellenando hacia finales de la semana.
Esta situación, en conjunción con un flujo húmedo de componente este,
dará lugar a precipitaciones intensas acompañadas de tormentas,
localmente muy fuertes, y persistentes, en distintas zonas,
especialmente en el área mediterránea, informa Aemet.
Hoy miércoles, el área mediterránea continuará siendo la zona con mayor inestabilidad con chubascos y tormentas
que pueden ser localmente fuertes o muy fuertes, incluso persistentes,
alcanzándose las mayores acumulaciones de precipitación a lo largo de la
jornada en puntos de Baleares, Comunidad Valenciana y sur de Cataluña,
donde se podrían superar los 100 mm.
La inestabilidad también afectará al suroeste peninsular, aunque con
menor intensidad, con chubascos y tormentas que pueden ser localmente
fuertes. El jueves, la mayor inestabilidad seguirá dándose en el área
mediterránea y otros puntos del nordeste, con precipitaciones
acompañadas de tormentas localmente fuertes o muy fuertes y persistentes
en puntos de la Comunidad Valenciana, Cataluña y este y sur de Aragón y Baleares.
Este día, las mayores cantidades se registrarán probablemente en el
norte de la Comunidad Valenciana y sur de Cataluña, iniciándose una
mejoría de sur a norte a lo largo de la jornada.
Por otro lado, con el desplazamiento de la DANA al suroeste peninsular aumentará la inestabilidad en esta zona, con chubascos y tormentas que pueden ser fuertes, sobre todo en puntos de Andalucía occidental.
A lo largo del día las precipitaciones se extenderán a la zona centro.
A
partir del viernes, con el desplazamiento de la dana hacia el norte y
según se va rellenando, se espera que se pueda dar por concluido este
episodio de precipitaciones intensas y persistentes, aunque durante el
viernes aún se podrían producir chubascos y algunas tormentas localmente
fuertes en puntos del suroeste y la zona centro, tendiendo a disminuir a
lo largo del día.
"DANA es el acrónimo de depresión aislada de niveles altos;
es decir, un seno de bajas presiones que se aísla del chorro polar a
unos 9000 metros de altura sin reflejo inicial en superficie", explica Francisco Martín, meteorólogo de Meteored y coordinador de la RAM.
"Los episodios de fuertes lluvias no siempre son
debido a DANAs, tal y como pudimos comprobar en las recientes lluvias
torrenciales de Benicàssim o Sagunto. Allí medió una convergencia de
vientos local y algo de aire frío en altura, sin haber una depresión
aislada del jet stream.
La DANA es como un ‘director de orquesta’ que
puede, o no, combinar a buenos músicos para desarrollar un concierto
malo o extremadamente maravilloso dependiendo de la calidad de dichos
músicos. Para que se produzcan lluvias torrenciales debe haber “gasolina de primerísima categoría”, esto es una unión eficiente de mucha humedad, inestabilidad y convergencias locales. La DANA puede ser la cerilla de ignición".
"En los últimos años, los efectos de las lluvias torrenciales se están recrudeciendo. Parafraseando al Dr. Jeff Masters, experto meteorólogo americano, podemos decir que han aparecido danas de “nueva generación”. El
aire retiene en la actualidad un 4% más de humedad por cada 1ºF/0,55ºC
de aumento de temperatura. De hecho, sobre los océanos este incremento
es de hasta un 10% respecto a 1970. Ese acrecentamiento adicional puede
conducir a un 30% más de precipitaciones", concluye el especialista.
MADRID.- “No tenemos constancia”, ha declarado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al ser preguntada por cuántas vacunas Covid-19 han caducado en España en las últimas semanas. Aunque no dispone de un conteo determinado, el departamento sí tiene constancia de la voluntad de “algunas comunidades autónomas”
de dar salida a dichas dosis, próximas a caducar, inoculándolas a los
nuevos grupos fijados por la Ponencia de Vacunas para evitar que sean
desechadas, según informa Redacción Médica.
Estos serán además los destinatarios de las vacunas que están “en nevera” y que el departamento intenta cuadrar. De momento, Sanidad ha decidido “pausar los envíos pendientes” ante la evaluación continúa de Salud Pública sobre el siguiente paso en la vacunación”.
Este miércoles, además, la evaluación independiente de la gestión de la pandemia ha dado un paso adelante con el nombramiento del equipo de coordinación y planificación, que a su vez será el encargado de designar a los evaluadores “de campo”.
Ha sido la ministra la encargada de dar a conocer sus nombres tras el
Consejo Interterritorial. Así, esta unidad estará formada por Rosa Urbanos Garrido, experta en economía de la Salud y presidenta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administrativa Sanitaria, Fernando Rodríguez Artalejo, vocal del consejo científico asesor de Lilly, Carmen Pérez Romero, presidenta de la Asociación de Economía y Salud y Xurxo Hervada Vidal, experto en epidemiología y sanitario del Sergas.
Su objetivo, ha dicho Darias, será proponer medidas de cara a futuras
críticas y trasladar el conocimiento para “poder mirar hacia el futuro”,
con las herramientas “necesarias” para abordarlo.
MADRID.- España tiene tantas vacunas que, con las que le sobran, podría poner la tercera dosis a todos los españoles y le sobrarían para regalar una más a toda Alemania y Países Bajos juntos. A pesar de ello, como ha podido comprobar Vozpópuli, el Gobierno español ha comprado vacunas a otros países en acuerdos al margen de los firmados por la Comisión Europea.
No solo eso, sino que se niega a decir desde qué países proceden
estas vacunas. Este diario ha trasladado dicha consulta en múltiples
ocasiones al Ministerio de Sanidad sin conseguir respuesta por su parte. Por supuesto, tampoco ha querido hacer público el precio por el que se han adquirido tales dosis. Lo que sí ha podido constatar este diario es que estamos hablando de millones de dosis y que varias de ellas pertenecen a Pfizer.
El único gesto de cierta transparencia por parte del Ministerio de
Carolina Darias en este sentido aparece en letra muy pequeña en el informe de vacunas que actualiza de lunes a viernes.
En el apartado de dosis recibidas en España, donde figuran aquellas que
han pisado suelo español pero no necesariamente se han utilizado en
nuestro país, aparece un pequeño asterisco.
Este asterisco lleva a una nota a pie de página donde
se indica que en el apartado de dosis recibidas en España se incluyen
tanto vacunas compradas en el cuarto trimestre y adelantadas al tercero,
como "adquiridas a otros países".
La ministra presumía de que, en el marco de la Estrategia Europea de
Vacunación, España había adquirido mediante compra adelantada más de 2,7 millones de vacunas contra la covid-19 de plataforma proteica, desarrolladas por Sanofi/GSK y Novavax y cuya entrega está prevista para finales de 2021 y principios de 2022.
Al margen de la nota a pie de página en los informes de vacunación, el Gobierno español no ha hablado nunca en público del proceso de compra de dosis a otros países, cosa que sí que han reconocido otros países de Europa.
Rumanía ha vendido a Dinamarca más de un millón de vacunas de Pfizer contra
la covid, recibidas de la Comisión Europea (CE), debido a la caída en
las últimas semanas de la demanda de vacunación en el país balcánico.
Junto a Dinamarca, Irlanda también acudió a Rumania para la compra de un millón de dosis, 700.000 de Pfizer y 300.000 de Moderna.
No son los únicos. La República Checa ha comprando más de 300.000 dosis a Hungría, al igual que Portugal, que ha comprado a este mismo país 200.000 dosis de AstraZeneca. Además, Dinamarca envió a Alemania 55.000 viales de AstraZeneca.
Llama especialmente la atención, en el caso español, la compra de
vacunas a otros países cuando mediante los acuerdos firmados con la
Comisión Europea las dosis sobrantes superan las 160 millones en estos momentos, como adelantó este diario.
Incluso inoculando la tercera dosis a toda la población, seguirían sobrando 120 millones de vacunas. España está adscrito a siete contratos de compra de dosis por parte de la Comisión Europea y, con toda seguridad, va a tener que deshacerse de stock donando o vendiendo dosis a otros países, como está haciendo hasta ahora. ¿Para qué comprar más?
Una vez más, la transparencia en el Ministerio de
Sanidad perdura como asignatura pendiente. En su informe de vacunas
continúan desapareciendo dosis de los apartados de recibidas y
entregadas en España, sin que haya explicación por parte del Gobierno.
NUEVA YORK.- Dos investigadores de la Universidad de
Princeton, en Estados Unidos, han descubierto un método que, según
aseguran, motiva con éxito a las personas para que pidan cita para
vacunarse y sigan sistemáticamente medidas como el distanciamiento
social y el uso de mascarillas, según publican en la revista Basic and Applied Social Psychology.
«Creemos que estamos
ante algo único que no se ha probado todavía en el contexto del covid
--asegura Joel Cooper, profesor de psicología de Princeton--. No dejaba
de pensar que hay un grupo de personas al que los anuncios de servicio público nunca van a llegar, porque ya están de acuerdo.
Puede que no sean los más entusiastas, pero ya están de acuerdo en que
las vacunas son buenas, y la gente debería tomarlas. Pero son ellos los
que encuentran excusas, esas son las personas a las que no se va a
llegar con los otros métodos que hay, pero a las que se puede llegar con
nuestro método».
En lugar de dirigirse a la
minoría de personas que insisten en que nunca se vacunarán, Cooper y su
estudiante de posgrado Logan Pearce se centraron en individuos cuyas acciones no coinciden con sus creencias declaradas. En total, estudiaron a 101 participantes.
«Persuadir a los
restantes escépticos es extremadamente importante, pero los datos ponen
de relieve una historia más desconcertante y alarmante --resalta
Cooper--. En un estudio reciente, entre el 80 y el 90% de los adultos
estaban de acuerdo en que el uso de la mascarilla es un método eficaz
para prevenir el contagio del covid-19, pero sólo el 50% de los
encuestados dijo que «siempre» o incluso «casi siempre» se ponía una
mascarilla cuando estaba en contacto estrecho con otras personas. Es
fundamental conseguir que la gente se comporte de acuerdo con las
directrices, no sólo que crea que son lo correcto».
«Me encantaría convencer a los antivacunas, pero sinceramente no sé qué puede convencerles
en este momento --reconoce Pearce, estudiante de posgrado en psicología
y primer autor del artículo--. Pensé: 'Es más fácil convencer a la
gente que ya piensa que es lo correcto, pero que todavía no lo hace'».
Investigaciones anteriores habían descubierto que inducir la disonancia cognitiva
-pedir a las personas que mantengan en mente dos cosas contradictorias
al mismo tiempo- puede ser una herramienta eficaz para fomentar cambios
de comportamiento.
Pearce y Cooper crearon
disonancia cognitiva en los participantes de su investigación
animándoles primero a defender una postura de salud pública -como «Es
importante llevar mascarillas» o «Las vacunas nos ayudarán a acabar con
la pandemia»- y pidiéndoles después que recordaran las ocasiones en las
que no habían actuado de acuerdo con esa actitud. Los seres humanos se
sienten incómodos con la disonancia cognitiva, y la forma más fácil de aliviar ese malestar es cambiar los comportamientos para que sean coherentes con las actitudes.
Algunos estudios han
descubierto que la parte de mindfulness por sí sola -animar a la gente a
recordar cuándo sus acciones no coinciden con sus creencias- puede
cambiar los comportamientos, pero Cooper no ha encontrado pruebas de
ello en su propio trabajo. La parte de la defensa, que consiste en
argumentar enérgicamente a favor de la creencia o el comportamiento, es
vital, señala. Sin ella, dijo, el trabajo de mindfulness puede inclinar la balanza de forma contraproducente.
«La gente se forma una
opinión de sí misma, basada en su comportamiento --explica--. Si le
dices a la gente: 'Bueno, recuerda cuando no hacías esto', ya sea ir al
gimnasio o llevar una máscara, no debería sorprender que digan: 'Sí,
supongo que soy el tipo de persona que no hace esto. Supongo que no hago
ejercicio, no me pongo una mascarilla, voy a la tienda sin llevarla. No
era mi intención, pero esto debe ser lo que soy'. Así que para mí, la
idea de simplemente recordarse a sí mismo, si se quiere, el 'mal
comportamiento', o el comportamiento contrario a sus actitudes, no me
sorprende que no funcione».
Su investigación se
realizó en dos oleadas, con datos recogidos con una semana de
diferencia. Durante la primera sesión, los participantes del grupo de la
prueba de disonancia cognitiva primero abogaron por el cumplimiento
sistemático de los protocolos de seguridad y luego se les pidió que
recordaran las ocasiones en las que habían actuado de forma insegura o
habían evitado vacunarse cuando tenían la oportunidad.
Otros voluntarios fueron
asignados a uno de los tres grupos de control: sólo defensa, sólo
atención plena o ninguno. Los participantes de los tres grupos vieron un
breve vídeo en el que se animaba a llevar una máscara y a adoptar otras
medidas contra el covid-19.
Una semana después, los investigadores evaluaron los comportamientos de los participantes. Los miembros del grupo de disonancia cognitiva eran mucho más propensos, durante la semana intermedia, a cumplir las directrices y a acudir a las citas de vacunación que los participantes de uno de los grupos de control.
Pearce encontró a los 101
participantes a través de la herramienta online Prolific, mientras
trabajaba a distancia en su casa cerca de Atlanta. Los participantes
tenían edades comprendidas entre los 18 y los 67 años y procedían de 18
países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Polonia y Portugal.
Gran
parte de esta investigación se realizó antes de que las vacunas
estuvieran ampliamente disponibles, por lo que Cooper y Pearce se
centraron en gran medida en el uso de la máscara y el distanciamiento
social. Al iniciar el estudio, decidieron añadir algunas preguntas sobre
si los participantes habían concertado o tenían intención de concertar
una cita para vacunarse.
Pearce y Cooper están buscando formas de aplicar sus conclusiones de forma generalizada,
induciendo la disonancia a mayor escala. «Quiero que este proyecto
llegue más allá del ámbito académico, que realmente marque la
diferencia», afirma Pearce.
Sugiere
celebrar concursos en los que la gente compita escribiendo o grabando
argumentos convincentes para vacunarse, ya sea mediante un vídeo, un
ensayo, un poema o un dibujo. Entre los esfuerzos similares se
encuentran el concurso publicitario Wear a Mask New York y el concurso de vídeo Mask Up Alabama.
Lo que diferencia a su
concurso es el segundo paso: incluir la conciencia. Las reglas
requerirían que los concursantes incluyeran recuerdos de las veces que
no siguieron realmente las directrices del covid-19, como por ejemplo,
la elección de renunciar a una vacuna cuando había una disponible. Admitirlo hará más probable que el participante en el concurso cambie sus propios comportamientos y animará a otros a tomar mejores decisiones.
Para los líderes de la comunidad que no quieran organizar un concurso, Pearce y Cooper tienen otras ideas. Un grupo religioso podría sugerir a sus miembros que realicen el ejercicio como un acto de servicio público, por ejemplo.
Pero sea cual sea el
enfoque que se adopte, la combinación de ambos es la clave, apunta
Pearce. «Puedo utilizar la disonancia cognitiva en mi vida para cambiar
mi propio comportamiento, y quiero ayudar a otras personas a hacerlo
también», concluye.
ÁMSTERDAM.- El comité de seguridad de la Agencia Europea del Medicamento (EMA),
el PRAC, está evaluando si existe un riesgo de síndrome inflamatorio
multisistémico (MIS) con las vacunas COVID-19 tras una notificación de
esta reacción tras la inmunización con Pfizer de un joven danés de 17
años.
MIS
es una afección inflamatoria grave que afecta a muchas partes del
cuerpo y los síntomas pueden incluir cansancio, fiebre intensa
persistente, diarrea, vómitos, dolor de estómago, dolor de cabeza, dolor
de pecho y dificultad para respirar. Anteriormente, se informó MIS
después de la enfermedad COVID-19. El paciente danés, sin embargo, no
tenía antecedentes de COVID-19.
El MIS es raro y su tasa de incidencia antes de la pandemia de
Covid-19 estimada en 5 países europeos era de alrededor de 2 a 6 casos
por 100.000 por año en niños y adolescentes menores de 20 años y por
debajo de 2 casos por 100.000 por año en adultos de 20 años o más.
Actualmente, no hay cambios en las recomendaciones actuales de la
Unión Europea para el uso de vacunas contra el Covid-19. Por el momento,
el PRAC alienta a todos los profesionales de la salud a informar
cualquier caso de MIS y otros eventos adversos en las personas que
reciben estas vacunas.
El PRAC ahora evaluará los datos disponibles en MIS para determinar
si la enfermedad puede ser causada por la vacuna y recomendará si se
necesitan cambios en la información del producto de las vacunas. La EMA y
las autoridades nacionales proporcionarán actualizaciones adicionales
según sea necesario.
NUEVA YORK.- El actor Willie Garson, conocido por su papel de Stanford Blatch en la serie Sex and the City (Sexo en Nueva York, en España), falleció este martes a los 57 años. Se desconoce la causa exacta del fallecimiento, aunque Garson recibió tratamiento de cáncer en los últimos años.
Su hijo, Nathen Garson, confirmó la muerte en su perfil de Instagram:
“Te quiero mucho papá. Descansa en paz, estoy orgulloso de que
compartieras todas tus aventuras conmigo y de todo lo que conseguiste.
(…) Siempre fuiste la persona más fuerte, divertida e inteligente que he conocido”, aseguró.
La plataforma HBO también dedicó unas palabras al actor, que poco antes del fallecimiento estuvo trabajando en el rodaje de la serie And Just Like That…, que servirá de precuela de la popular Sexo en Nueva York.
Entre 1998 y 2004, Garson formó parte del reparto de la popular serie durante sus seis temporadas, junto a Sarah Jessica Parker, Cynthia Nixon, Kristin Davis y Kim Cattrall.
Su personaje, un amigo íntimo de Carrie, se convirtió en uno de los favoritos del público y
fue tomando importancia a lo largo de la serie hasta protagonizar su
propia linea argumental a través de un romance con el bailarín de
Broadway, Marcus Adente.
“Willie Garson era en vida, como
en la pantalla, un amigo devoto y una luz brillante para todos. Creó
uno de los personajes más queridos de HBO y fue miembro de nuestra familia durante casi veinticinco años. Nos entristece profundamente enterarnos de su fallecimiento”, indicó el canal HBO en un comunicado.
El productor de Sexo en Nueva York, Michael Patrick King añadió: “Su espíritu y dedicación a su oficio estuvieron presentes todos los días en el rodaje de And Just Like That… Él estuvo allí, dándonos todo incluso cuando estaba enfermo”.
Garson también trabajó en White Collar, NYPD Blue, y Hawai 5.0., pero su papel estrella fue Sexo en Nueva York, una producción que triunfó entre el público y la crítica: Se llevó tres Globos de Oro y un Emmy a
la mejor serie de comedia o musical, y convirtió en una estrella
mundial a Sarah Jessica Parker, amiga de Garson en la vida real.
IBIZA.- El periodista de Periódico de Ibiza y FormenteraJesús Turel García
(Madrid, 1961) falleció durante el día de ayer de forma repentina a
causa de un ictus fulminante que le sobrevino cuando estaba solo en su casa. Turel
estaba divorciado y era padre de dos hijos, Julia y Víctor, con los que
convivía en Sant Miquel en semanas alternas.
Turel se incorporó a la redacción de este periódico en verano de
2020. Meses más tarde, el director del periódico, Agustí Sintes, le
encomendó funciones de redactor jefe y la responsabilidad de estar al
frente de la edición en fines de semanas alternos, tareas que
compaginaba con las propias de redactor.
Jesús Turel era licenciado en Ciencias de la Información por la
Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en numerosos medios de
comunicación, ejerciendo cargos de diferente responsabilidad a lo largo
de su dilatada carrera.
También ejerció la docencia en la Escuela Universitaria de Turismo
del Consell d’Eivissa, impartiendo clases de Marketing Turístico en la
diplomatura en Turismo y, de Habilidades Directivas en el grado de
Turismo, así como de Comunicación y Dirección Comercial en los cursos de
Técnico en Administración y Dirección de Empresas (TADE) de la
Fundación Universidad Empresa de las Islas Baleares.
Turel llegó a Ibiza hace más de 30 años para trabajar en el periódico
fundado por Enrique Fajarnés La Prensa de Ibiza, donde ejerció como
redactor jefe. Tras la adquisición por parte de Prensa Ibérica de la
cabecera y del Diario de Ibiza y la clausura de la cabecera, Turel se
incorporó al equipo directivo de este último, donde también fue redactor
jefe.
Turel fue coordinador de la primera productora de informativos de IB3
en las Pitiusas, Frame Media, tanto de radio como de televisión.
Posteriormente, fue editor de informativos de la televisión pública.
El periodista fue el escogido por el gobierno de Xico Tarrés en el
Consell d’Eivissa para dirigir la que iba a ser la televisión pública de
la institución, proyecto que finalmente no llegó a ver la luz.
Además de su labor docente y al frente de diferentes departamentos de
medios de comunicación, el periodista creó su propia agencia de
comunicación, Ibimeda, editó libros y revistas.Detrás de People from
Ibiza, Ibiza Es, Ibiza 365 de la Federación Empresarial y Hotelera de
Ibiza y Formentera, ¿Conoces Ibiza?, Las Dalias Ibiza Magazine,
Colección de libros Tesoros de Ibiza, Eivissa Jazz, Palladium Magazine y
del suplemento WKND de Periódico de Ibiza y Formentera está el sello
del periodista madrileño afincado en Ibiza.
Era un experto en la realidad turística de Ibiza y Formentera y dominaba cuatro idiomas.
También ejerció la comunicación política durante el periodo en el que fue responsable de la comunicación del PSOE ibicenco.
Desde la redacción de Periódico de Ibiza y Formentera
se lamenta la
pérdida de su compañero, quien ejerció con rigor y profesionalidad
durante toda su carrera el periodismo. Deja un profundo pesar entre los
compañeros con los que ha compartido los últimos meses de profesión. A
lo largo de la tarde de ayer se sucedieron las muestras de condolencia.
NUEVA YORK.- Aunque los funcionarios de salud pública y los principales medios de
comunicación afirman que ahora la pandemia de COVID-19 es “una pandemia
de personas sin vacunar”, sabemos que esta afirmación se basa en estadísticas muy engañosas, según el sitio de Internet https://articulos.mercola.com
En una rueda de prensa de la Casa Blanca, el 16 de julio de 2021, la
directora de los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos, la Dra. Rochelle Walensky, afirmó que
“más del 97 % de las personas que ingresan al hospital en este momento
son personas que no han recibido la vacuna”. Unas semanas más tarde, en
una declaración del 5 de agosto de 2021, ella reveló sin querer cómo se
produjo esa estadística.
Resulta que los CDC analizaban los datos de hospitalización y
mortalidad desde enero hasta junio de 2021, un período durante el cual
la mayor parte de la población de Estados Unidos aún no se había
vacunado.
Pero ese no es el caso ahora. Los CDC también juegan con las
estadísticas de otras formas para crear la impresión falsa e inexacta de
que las personas sin vacunar constituyen la mayor parte de las
infecciones, hospitalizaciones y muertes. Por ejemplo, ahora nos
enteramos de que la agencia cuenta como personas sin vacunar a todas las
que murieron dentro de los primeros 14 días posteriores a la vacuna.
Eso no solo infla de manera imprecisa la cantidad de muertes en
personas sin vacunar, sino que también oculta los peligros reales de las
vacunas antiCOVID, ya que la mayoría de las muertes por estas vacunas
ocurren dentro de las primeras dos semanas. Ahora
los fallecimientos se cuentan como muertes en personas sin vacunar en
lugar de contarse como muertes debido a lesiones por las vacunas o
infecciones por COVID-19!
Cómo cuentan los CDC el repunte de casos
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, no
se considera que una persona está completamente vacunada hasta que
hayan transcurrido 14 días desde la segunda dosis en el caso de Pfizer o
Moderna, o 14 días después de la primera dosis de Janssen. Así es como
los CDC definen un repunte de casos en personas vacunadas:
“Un repunte de infección por la vacuna se define como
la detección de ARN o de antígeno del SARS-CoV-2, en una muestra
respiratoria recolectada de una persona ≥14 días después de haber
completado todas las dosis recomendadas de la vacuna autorizada para el
COVID-19 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos (FDA, por sus siglas en inglés)”.
En otras palabras, si ya recibió una dosis de Pfizer o Moderna y
desarrolla COVID-19 sintomático, ingresa al hospital o muere de COVID,
se contará como un caso de una persona sin vacunar. Si ya recibió dos
dosis y se enferma dentro de los 14 días, todavía se cuenta como un caso
de una persona sin vacunar.
El problema con esto es que más del 80 % de las hospitalizaciones y
muertes parecen ocurrir en las personas que se vacunan, pero esta
realidad está oculta por la forma en que se definen y se cuentan los
casos. Una estrategia muy inteligente y común por parte de los CDC
durante la pandemia, ha sido cambiar las definiciones y reglas para que
apoyen su narrativa nefasta.
Por ejemplo, los CDC cambiaron la definición de “vacuna” sin que
nadie supiera, para poder denominar como vacunas a las terapias génicas
de ARNm antiCOVID. En una versión archivada del 26 de agosto de 2021, los
CDC definen “vacuna” como un “producto que estimula el sistema
inmunológico de una persona para producir inmunidad a una enfermedad
específica y protegerla contra esa enfermedad”.
Pero unos días después, apareció una nueva definición en el sitio web de los CDC, que
ahora dice que una vacuna es una “preparación que sirve para estimular
la respuesta inmunológica contra las enfermedades”. Las diferencias en
las definiciones son sutiles pero distintas: la primera definió una
vacuna como algo que “producirá inmunidad”.
Pero debido a que las vacunas antiCOVID-19 no están diseñadas para
detener la infección, sino más bien, para disminuir el grado de
infección, resulta obvio que la nueva definición se creó para incluir a
las vacunas antiCOVID.
Existen diferentes pautas de prueba para las personas vacunadas y sin vacunar
No es solo la definición de los CDC lo que tergiversa los datos. Lo
que es más atroz e ilógico es el hecho de que los CDC tienen dos tipos
diferentes de pautas de prueba: una para los pacientes vacunados y otra
para los pacientes sin vacunar.
Desde que comenzó la pandemia, los CDC han recomendado un umbral de ciclo de prueba de PCR (CT) de 40. Esto
va en contra del consenso científico, que durante mucho tiempo ha dicho
que un CT superior a 35 producirá un 97 % de falsos positivos.
A mediados de mayo de 2021, los CDC redujeron su recuento de CT
recomendado, pero solo para los pacientes que recibieron una o más dosis
de la vacuna antiCOVID. Por
lo tanto, si ya recibió la vacuna antiCOVID, las pautas de los CDC
exigen que su prueba de PCR se realice a un CT de 28 o menos. Si aún no
se ha vacunado, su prueba de PCR se debe realizar a un CT de 40, lo que
sobrestima la verdadera prevalencia de la infección.
El resultado final es que las personas sin vacunar que se hacen la
prueba son mucho más propensas a obtener falsos positivos, mientras que
las que ya recibieron la vacuna tienen más probabilidades de obtener un
diagnóstico preciso de la infección.
La hospitalización y la muerte son las únicas cosas que cuentan si ya recibió la vacuna antiCOVID
Pero eso no es todo. Los CDC también ocultan las fallas de las
vacunas y refuerzan la narrativa de la “pandemia de las personas sin
vacunar”, al contar solo el repunte de casos que causan hospitalización o
muerte en personas vacunadas.
En otras palabras, si recibió la segunda dosis de la vacuna antiCOVID
hace más de 14 días y presenta síntomas, eso no cuenta como un repunte
de casos en personas vacunadas, a menos que ingrese al hospital o que
muera por COVID-19 en el hospital, incluso si da positivo en una prueba.
Entonces, para resumir, el repunte de casos de COVID en personas
vacunadas, solo se cuenta si se aplican todos los siguientes datos:
El paciente recibió la segunda dosis de Pfizer o Moderna al menos
hace 14 días (o una dosis en el caso de la vacuna de Johnson &
Johnson)
El paciente dio positivo para SARS-CoV-2 con un CT de 28 o menos, lo que evita falsos positivos
El paciente ingresó al hospital por COVID-19 y muere ahí mismo
Las personas vacunadas tal vez compensan la mayor parte de las hospitalizaciones
Si las personas vacunadas y sin vacunar no se trataran con estándares
tan variables, tal vez descubriríamos que las personas vacunadas ahora
constituyen la mayor parte de las hospitalizaciones, lo que hace que la
pandemia de COVID involucre a ese mismo grupo de personas. Un artículo
del 30 de agosto de 2021, en el diario The Epoch Times, revela lo que en
realidad sucede:
“Después de una serie de pruebas, a mi amigo le
diagnosticaron pancreatitis. Pero fue más fácil para la burocracia
hospitalaria registrar la admisión como un caso de COVID. Los
principales medios de comunicación dicen que los casos graves de COVID
por lo general ocurren en las personas sin vacunar. ¿Es eso lo que en
realidad sucede?
Pero ese no es el caso de Israel, el primer país en
vacunar a casi todos sus ciudadanos contra el virus. Ya que ahora tiene
una de las tasas diarias de infección más altas y la mayoría de las
personas que contraen el virus (del 77 % al 83 %, dependiendo de la
edad) ya están vacunadas, según los datos recopilados por el gobierno
israelí.
Después de ingresar al hospital, hablé con la
enfermera de la sala de COVID. La enfermera me dijo que ella recibió
ambas vacunas, pero que estaba preocupada porque: ‘Dos tercios de mis
pacientes están completamente vacunados’, dijo. ¿Cómo puede haber tal
desconexión entre lo que me dijo la enfermera de la sala de COVID y los
informes de los principales medios de comunicación?”
El problema es que Estados Unidos ni siquiera intenta lograr un recuento preciso. Como señaló The Epoch Times, “los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reconocieron de forma pública que no tienen datos precisos”.
Entonces, cuando escuche que los casos aumentan y que la mayoría de
ellos ocurre en personas sin vacunar, pregúntese lo siguiente: “¿Estas
personas son las que recibieron una o dos dosis y se enfermaron, o no se
han vacunado? Sin más detalles, es imposible saber lo que en realidad
sucede”, dice The Epoch Times.
Todo lo que sabemos, de acuerdo con un médico que habló para The Epoch Times,
es que “las vacunas no son tan efectivas como los funcionarios de salud
pública nos dijeron que serían. ‘Este es un producto que no hace lo que
se supone que debe hacer. Se supone que debe detener la transmisión del
virus y por desgracia no lo hace’”.
Cuentan diferentes tipos de enfermedades como casos de COVID
Además de todo eso, los hospitales todavía reportan enfermedades no
relacionadas con el SARS-CoV-2 como COVID. De acuerdo con lo informado
por The Epoch Times:
“Las autoridades sanitarias de todo el mundo han
hecho esto desde el comienzo de la crisis de COVID. Por ejemplo, los
funcionarios de salud estatales consideraron la muerte de un joven en el
condado de Orange, Florida, que tuvo un accidente en motocicleta el
verano pasado, como una muerte por COVID.
Y un constructor de mediana edad que se cayó de una
escalera en Croacia, también se contabilizó como una muerte por COVID.
Para complicar más las cosas, incluso las personas que dieron negativo
en la prueba de COVID a veces se cuentan como muertes por COVID.
Considere el caso de Matthew Irvin, de 26 años, padre
de tres hijos y residente del condado de Yamhill, Oregón. De acuerdo
con lo informado por KGW8 News, Irvin fue a la sala de emergencias con
dolor de estómago, náuseas y diarrea el 5 de julio de 2020. Pero en
lugar de admitirlo, los médicos lo enviaron a casa.
Cinco días después, el 10 de julio de 2020, Irvin
murió. Aunque su prueba de COVID dio negativo dos días después de su
muerte, el médico forense le dijo a la familia que no era necesaria una
autopsia y contó su muerte como un caso de coronavirus. La Autoridad de
Salud de Oregón tardó dos meses y medio en corregir el error.
En un ejemplo aún más sorprendente, se reportó de
forma errónea que en una casa de retiro en Nueva Jersey, que solo tiene
90 camas, hubieron 753 muertes por COVID. De acuerdo con un portavoz,
tuvieron menos de veinte muertos. En otras palabras, la cantidad de
muertes se exageró en un 3.700 %”.
No hay necesidad de temerle a la variante Delta si aún no se ha vacunado
En una entrevista del 29 de junio de 2021, Fauci
llamó a la variante Delta “un cambio en las reglas del juego” para las
personas sin vacunar y advirtió que devastará a la población sin
vacunar, mientras que las personas vacunadas estarán protegidas contra
ella. Por desgracia, en el mundo real, la verdad es todo lo contrario,
ya que la variante Delta es peligrosa para las personas que recibieron
la vacuna antiCOVID.
En una aparición en el canal de noticias Fox News, el Dr. Peter McCullough, epidemiólogo y cardiólogo, señaló que “es muy claro por el informe técnico del Reino Unido, que se publicó el 18 de junio, de que la vacuna no brinda protección contra la variante Delta”.
La razón de esto es que la variante Delta contiene tres mutaciones
diferentes en la proteína Spike. Esto permite que esta variante evite
las respuestas inmunológicas en las personas que recibieron la vacuna
antiCOVID, pero no en las que tienen inmunidad natural.
Aun así, la variante Delta es menos agresiva que las variantes
anteriores, según el Informe técnico del 18 de junio de 2021 del Reino
Unido. En
este informe se presentan datos que demuestran que la variante Delta es
más contagiosa pero mucho menos mortal y más fácil de tratar. McCullough
dijo para Fox News:
“Ya sea que reciba la vacuna o no, los pacientes
presentarán algunos síntomas leves como un resfriado y se pueden
controlar muy fácil. Para los pacientes que tienen síntomas graves o que
están en alto riesgo, podemos utilizar algunos medicamentos y superar
la enfermedad desde casa. Por lo anterior, ya no hay motivos para
fomentar la vacunación”.
Compare eso con la siguiente declaración hecha por el presidente
Biden durante una reunión pública de CNN en Cincinnati, Ohio, a finales
de julio de 2021:
“Las personas que no se han vacunado enfrentan una
pandemia. Es así de básico, así de simple. Si ya recibió la vacuna, no
ingresará al hospital, ni acudirá a la UCI y tampoco morirá. Si ya se
vacunó, no va a contraer el COVID”.
Sin embargo, la Dra. Leana Wen contradijo al presidente y dijo que
este guío a las personas en Estados Unidos por el camino incorrecto, al
decirles que no necesitaban utilizar cubrebocas si ya se habían
vacunado, ya que no podían contagiarse ni transmitir el virus a los
demás. De acuerdo con lo informado por CNN Health:
“En particular, Wen se opuso a las afirmaciones
incorrectas de Biden de que es imposible contraer el COVID-19 o la
variante Delta si está vacunado. ‘En realidad me sentí decepcionada’, dijo Wen. De
hecho, pensé que respondía preguntas como si fuera hace un mes. No sabe
lo que sucede en realidad. Creo que es posible que haya guiado a las
personas por el camino incorrecto'”.
CNN agregó que Wen le dijo a su comentarista político Anderson
Cooper, que “muchas respuestas desconocidas permanecen relacionadas con
el COVID-19, y que aún no se sabe qué tan bien protegidas están las
personas vacunadas de una enfermedad leve o si las personas vacunadas
podrían ser contagiosas”.
Los pacientes vacunados llenan los hospitales de todo el mundo
Los datos del Reino Unido demuestran que la variante Delta es menos
agresiva que los virus anteriores del SARS-CoV-2, mientras que
desmienten la afirmación de que evitar enfermedades graves es una señal
de que las vacunas de verdad funcionan. Dado que la variante Delta por
lo general no causa una enfermedad grave en primer lugar, no tiene
sentido atribuirle a la vacuna una enfermedad menos agresiva.
Pero si hasta el momento la variante Delta es menos agresiva,
entonces ¿por qué tantas personas “vacunadas” terminan en el hospital?
Aunque todavía no tenemos una confirmación clara, esta podría ser una
señal de que la mejora dependiente de anticuerpos (ADE) está haciendo su
trabajo.
Cualquiera que sea el caso, los datos del mundo real, en zonas con
las tasas más altas de la vacuna antiCOVID, demuestran una tendencia muy
alarmante. Por ejemplo, el 1 de agosto de 2021, la directora de los
Servicios de Salud Pública de Israel, la Dra. Sharon Alroy-Preis,
anunció que la mitad de todas las infecciones por COVID-19 ocurrían en
las personas vacunadas. También
aparecen signos de enfermedades más graves en las personas que están
completamente vacunadas, dijo, en especial en las personas mayores de 60
años.
Unos días después, el 5 de agosto de 2021, el Dr. Kobi Haviv, director del Hospital Herzog en Jerusalén, apareció en la cadena Channel 13 News,
y dijo que el 95 % de los pacientes con COVID-19 muy enfermos están
completamente vacunados y que suman del 85 % al 90 % de las
hospitalizaciones relacionadas con el COVID.
En Escocia, los datos oficiales sobre hospitalizaciones y defunciones
indican que el 87 % de los que murieron por COVID-19 en la tercera ola,
la cual comenzó a principios de julio, se habían vacunado.
En Gibraltar, que tiene una tasa de cumplimiento de la vacuna
antiCOVID del 99 %, los casos de COVID aumentaron en un 2.500 % desde el 1
de junio de 2021, mientras
que en Islandia, donde más del 82 % de la población ya recibió la
vacuna, el 77 % de los nuevos casos de COVID ocurren en las personas
completamente vacunadas.
Los datos del Reino Unido demuestran una tendencia similar entre las
personas mayores de 50 años. En este grupo de edad, las personas parcial
y totalmente “vacunadas” representan el 68 % de las hospitalizaciones y
el 70 % de las muertes por COVID.
Una investigación de los CDC de un brote en el condado de Barnstable,
Massachusetts, entre el 6 de julio de 2021 y el 25 de julio de 2021,
descubrió que el 74 % de las personas que recibieron un diagnóstico de
COVID-19 y el 80 % de las hospitalizaciones, correspondían a individuos
completamente vacunados. La mayoría tenía la variante Delta.
Los CDC también descubrieron que las personas que se vacunaron y que
luego contraen la infección, tienen una carga viral en sus fosas nasales
igual de elevada que las personas sin vacunar. Lo mismo se descubrió en un estudio británico, cuya preimpresión se publicó a mediados de agosto de 2021. Esto significa que las personas vacunadas transmiten la infección al igual que las personas sin vacunar.
De manera interesante, un estudio de preimpresión de Lancet, que
examinó los casos de contagio entre los trabajadores de la salud en
Vietnam que recibieron la vacuna antiCOVID de AstraZeneca, descubrió que
“las cargas virales, entre los casos de COVID en vacunados, de la
variante Delta eran 251 veces más altas que las de los casos infectados
con cepas antiguas que se detectaron entre marzo y abril de 2020”.
Además, no encontraron correlación entre los niveles de anticuerpos
neutralizantes inducidos por la vacuna y las cargas virales o el
desarrollo de síntomas. De acuerdo con los autores:
“El repunte de infecciones de la variante Delta entre
los vacunados, se relaciona con cargas virales muy altas, positividad
prolongada de la prueba PCR y niveles bajos de anticuerpos
neutralizantes inducidos por la vacuna, lo que explica la transmisión
entre las personas vacunadas”.
No todas las personas vacunadas están registradas
Como si todo eso no fuera suficiente, todavía existe otro factor de
confusión. El hecho de que haya recibido la vacuna antiCOVID no
significa que se haya confirmado que la recibió. Solo se confirma que
está “vacunado” si su vacuna antiCOVID se agrega a su registro médico, y
esto a veces no sucede si va a una clínica de vacunación temporal o una
farmacia, por ejemplo. De acuerdo con lo informado por CNN:
“Si usted se encuentra entre las innumerables
personas que no recibieron las dosis en el consultorio de un médico de
atención primaria, es posible que no haya ningún registro de la vacuna
en el archivo de su médico”.
Para contar como una persona “vacunada confirmada”, debe enviar su
tarjeta de vacunación al consultorio de su médico de atención primaria y
hacer que la agreguen a su registro médico electrónico. Si recibió la
vacuna en una farmacia, deberá verificar que le hayan enviado el
comprobante de vacunación a su médico. Las oficinas de atención primaria
son responsables de compartir los datos de vacunación de sus pacientes
con el sistema de información de vacunas del estado.
La prueba de la vacuna registrada por el paciente solo se acepta para
las vacunas antigripales y neumocócicas, no para las vacunas
antiCOVID-19. Lo
que todo esto significa es que, digamos que recibió la vacuna hace
varias semanas en una clínica de vacunación y llego al hospital con
síntomas de COVID. A menos que su estado de vacuna antiCOVID se haya
agregado al sistema médico, no contará como “vacunado”.
Esto también puede sesgar las estadísticas, porque sabemos que los
CDC determinan el estado de vacunación al comparar la vigilancia de
casos de SARS-CoV-2 y los datos de CAIR2 con identificadores y
algoritmos a nivel de persona.
Como señaló John Zurlo, director de la división de enfermedades
infecciosas de la Universidad Thomas Jefferson, “la falta de registros
de vacunas confiables complica los esfuerzos para comprender con
precisión la efectividad de la vacuna y determinar cuántas
hospitalizaciones y muertes locales son el resultado de las infecciones
por COVID-19”.
Estamos en el ensayo clínico más grande de la historia médica
Para terminar, vale la pena recordar que la campaña de vacunas
antiCOVID es parte integral de un ensayo clínico. Como señaló la Dra.
Lidiya Angelova en un artículo reciente de Genuine Prospect:
“Muchas personas no saben que participan en el ensayo
clínico más grande de la historia. Esto se debe a que la Organización
Mundial de la Salud, las autoridades sanitarias, los políticos, las
celebridades y los periodistas promueven los tratamientos médicos
experimentales (erróneamente llamados vacunas antiCOVID-19) como seguros
y efectivos, mientras que estos tratamientos se encuentran en la etapa
inicial de investigación clínica.
Significa que no hay suficientes datos para tales afirmaciones y que las personas que participan son sujetos de prueba”.
Como se muestra en un gráfico del portal Genuine Prospect,
en circunstancias normales, la investigación clínica sigue un protocolo
estricto que comienza con pruebas en cultivos celulares. Después de eso
vienen las pruebas en animales, luego las pruebas en humanos limitadas
en cuatro fases. En la Fase 1 de las pruebas en humanos, se incluyen
hasta 100 personas y se les da seguimiento desde una semana hasta varios
meses.
La fase 2 por lo general incluye cientos de participantes y dura
hasta dos años. En la Fase 3, se prueban hasta 3.000 participantes
durante uno a cuatro años. La fase 4 incluye varios miles de personas a
las que se les da seguimiento durante al menos un año o más. Después de
cada fase, se examinan los datos para evaluar la efectividad y las
reacciones adversas.
Para las “vacunas” antiCOVID no se siguieron los plazos para estas
etapas y fases. La mayoría de los ensayos de Fase 3 concluyeron a fines
de 2020, y todas las personas que recibieron las vacunas desde su
lanzamiento bajo autorización de uso de emergencia son parte de un
ensayo clínico de Fase 4, ya sea que se den cuenta o no. Y
dado que las pruebas no se completaron, no puede hacer afirmaciones
definitivas sobre la seguridad, en especial a largo plazo. Como señaló
Angelova:
“Cuando trabajé en el Instituto Nacional de Alergias y
Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) asistí al
curso llamado Aspectos éticos y regulatorios de la investigación
clínica, donde la primera regla que aprendimos fue que ‘La investigación
clínica debe ser ética’. Todos los aspectos éticos de la investigación
clínica se descartan con las vacunas antiCOVID-19.
Las personas deben saber que nadie puede exigirles la
vacuna para participar en actividades cotidianas como usar el
transporte público, ir de compras, ir a la escuela e incluso al
hospital. Mucho menos deben permitir que los castiguen por negarse a
tomar los tratamientos médicos experimentales.
El uso masivo de las vacunas antiCOVID-19 y las
medidas de COVID-19 constituyen una infracción de los artículos 2, 3, 5,
9, 11, 12, 13, 18, 20, 25, 27, 28 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos. (DUDH)”.
MIAMI.- El médico nigeriano Joseph Ladapo fue
nombrado por el gobernador Ron DeSantis como la máxima autoridad
sanitaria del estado de Florida. Con amplias credenciales académicas, cobró
notoriedad nacional por su polémico punto de vista sobre el combate a la
pandemia, según https://www.infobae.com/america.
“Florida va a rechazar completamente el miedo como el vehículo para crear políticas públicas. El miedo, lamentablemente, ha sido la pieza central en la salud pública”, dijo el doctor Joseph Ladapo durante la rueda de prensa en la que fue presentado como la nueva cabeza del departamento de salud de la Florida bajo el título de cirujano general del estado.
Ladapo nació en Nigeria
y se mudó a los Estados Unidos a los cinco años. Hijo de un experto en
microbiología, la ciencia siempre fue su camino. Graduado de medicina de
la Universidad de Harvard, trabajó durante años como investigador para UCLA en California.
A partir de este martes, acepta un puesto de investigador en la Universidad de la Florida, y trabajará codo a codo con el gobernador Ron DeSantis para combatir la pandemia que en el estado de Florida ya se ha cobrado cerca de 52.000 vidas y ha infectado a más de tres millones y medio de personas.
Pero a diferencia de la mayor parte de los científicos en el país, Ladapo no cree que la vacuna sea la solución a todos los problemas causados por el COVID 19, pese a las evidencias epidemiológicas de las campañas de inmunización.
“El estado promoverá la buena salud, y la vacunación no es el único camino para lograrlo. Esto se ha tratado como una religión, y no tiene sentido. La vacunación, la pérdida de peso, ejercitar más y comer más frutas y verduras, todo es importante”, agregaba Ladapo.
En un artículo de opinión publicado en el periódico Wall Street Journal, Ladapo aseguró en junio que los
riesgos de la vacuna sobrepasan los beneficios en casos de personas que
no son vulnerables ante el COVID 19, como los niños o los adultos
jóvenes, o personas que se hayan recuperado ya del virus generando
anticuerpos, contradiciendo las conclusiones de los paneles de la FDA.
Además afirma que la inmunidad de rebaño como consecuencia del contagio natural será la única manera cierta de salir de la pandemia.
La visión de Ladapo se alinea con la del gobernador DeSantis,
quien desde comienzos de la pandemia ha tomado un rol más pasivo que
muchos de sus colegas, oponiéndose a los cierres y dejando que la
población se cuide como le parezca sin demasiadas imposiciones
gubernamentales.
Desde ya, la designación de Ladapo ha generado
controversia en Florida, donde algunos legisladores demócratas han
manifestado descontento.
“El cirujano general de
la Florida debe ser un experto en salud pública. Sin embargo, el
gobernador elige a alguien que ha cuestionado la seguridad de las
vacunas contra el COVID 19, ha abogado en contra del uso de máscaras
como una forma de prevenir el contagio del virus y que cree en la inmunidad de rebaño como la mejor manera de controlar la pandemia”, se quejaba la senadora estatal Janet Cruz.
Con
respecto al uso de mascarillas, Ladapo tendrá un rol fundamental en la
disputa llevada adelante por el estado en contra de la obligatoriedad de uso de tapabocas en escuelas. 13
de los 67 distritos escolares de Florida lo exigen pese a que el
gobernador amenazó incluso con quitarle fondos a los distritos que
adoptaran tal medida.
Ladapo es un gran
defensor de los derechos individuales y su postura con respecto a las
máscaras se reduce a que es una opción personal utilizarla -o una
decisión de los padres en el caso de los menores de edad-.
“La
idea de que las personas no puedan tomar sus propias decisiones en
temas de salud está mal y no es algo que vamos a apoyar desde aquí”, informaba.
Tras la designación por parte del gobernador, Ladapo debe ser confirmado en su cargo por la legislatura estatal. De amplia mayoría republicana, se duda que vaya a haber ningún tipo de complicación en el voto.
El año pasado, una DANA (o gota fría) provocó una catástrofe
medioambiental en el Mar Menor, donde todavía hoy son visibles algunos
de los estragos que las lluvias torrenciales y los fuertes vientos
provocaron en el ecosistema marino. Ha pasado casi un año desde que la
gran masa de agua dulce con sedimentos y restos orgánicos que fue
arrastrada por las fuertes lluvias dejó a la vida marina de la laguna
murciana sin oxígeno y empeoró con gravedad los niveles de clorofila de
la zona acuática.
La flora, y especialmente la fauna, sufrieron un
terrible y gravísimo impacto: basta recordar las imágenes de los miles
de peces muertos que aparecieron en la costa. Tras este suceso, el Instituto Oceanográfico Español comenzó a investigar el verdadero impacto que tuvo la DANA en la biodiversidad de la zona
y, recientemente, ha publicado un informe en el que sostiene que se
tardará una década en recuperar la fauna y flora muerta del Mar Menor.
A pesar de los desalentadores datos, el informe también explora
posibles vías para revertir la situación. Con un equipo formado por 28
investigadores, el texto se centra fundamentalmente en el cambio de
estado hallado en la zona marina. En concreto, la evaluación señala que
la recuperación de la laguna pasa por frenar la entrada de sedimentos y
nutrientes a la zona marina, ya que fueron estos los causantes de los
primeros síntomas de declive hacia un estado de eutrofización —es decir,
una fuerte acumulación de residuos orgánicos— que provocó un desequilibrio acuático.
Estas alteraciones, cuyo origen se remontan a la década de los años
noventa y el inicio de la explotación agrícola intensivacausan serios
problemas en el equilibrio del ecosistema marino. A esto se le suma
también los efectos de fenómenos meteorológicos comunes que, como las
lluvias torrenciales, trasladan sedimentos procedentes de la erosión de
suelos agrícolas hacia la laguna.
A pesar de todo, corregir inercia en
la que la se encuentra metido desde hace años el Mar Menor es complejo:
el informe alerta de que, aunque la actividad humana fuese inexistente,
pasarían años hasta que la situación pudiese revertirse, ya que la
cantidad de nutrientes introducidos en la laguna se ha convertido en una
carga demasiado pesada.
Sin embargo, las soluciones que proponen los expertos son muchas y
variadas, aunque complejas. Algunos investigadores han propuesto medidas
de carácter paliativo, como el aporte de agua de origen mediterránea,
pero estas no son totalmente óptimas, ya que el estudio ha concluido que
pueden tener efectos colaterales. Aquellas medidas planteadas en
relación a la oxigenación de las aguas han sido también descartadas:
ninguna se revela como una decisión positiva en una escala como la de la
laguna.
¿Qué es, pues, lo que propone el informe técnico? La propuesta
del Instituto Oceanográfico Español es, según se expone en el texto,
establecer una restauración pasiva. Es decir, eliminar el propio elemento de presión o perjuicio de la zona, lo que permitiría, en principio, una recuperación natural sujeta, eso sí, a una constante evaluación técnica.
Estas medidas, que suelen tomarse con vistas a reducir el tiempo de
recuperación, incluyen la biorremediación con bivalvos (que se trata de
establecer un criadero de moluscos bivalvos autóctonos en la zona) y la
restauración de plantas marinas. Por último, varias soluciones
incluyen medidas de base natural, como es la recuperación de cauces, la
reducción de la erosión, el incremento de la cobertura vegetal y la
recuperación de humedales periféricos.
Todas estas actuaciones están orientadas a conservar la biodiversidad
marina y su entorno, así como garantizar el buen estado ecológico del
Mar Menor. Los indicadores, sin embargo, no podrán ser otros que los
propios —e innumerables— aspectos de la laguna murciana: el estado de
los hábitats, de las comunidades y especies marinas y, además, de
aquellas pertenecientes a la franja adyacente del Mediterráneo y otros
espacios asociados a la zona. Con todo, recuperar la biodiversidad del
Mar Menor se presenta como una carrera de fondo en la que todos debemos
participar.
(...) “La medicina es una ciencia social, y la política no es más que
medicina a gran escala”, aseguró el patólogo Rudolf Virchow en el siglo
XIX. De forma similar, nuestro análisis debe ir más allá para intentar
comprender un fenómeno que no puede reducirse exclusivamente a su
dimensión sanitaria.
Esto quiere decir que, aunque en términos globales nuestra principal
carga de mortalidad se encuentra en enfermedades crónicas como el cáncer
y las enfermedades cardiovasculares, nos encontramos en una situación
de vulnerabilidad ante nuevas infecciones con potencial pandémico. Este
cambio se da principalmente en los brotes de origen zoonótico, en los
que un microorganismo salta de animales a humanos.
Por tanto, centrar nuestra mirada en el SARS-CoV-2 (el dedo)
dificulta que intentemos entender las causas detrás del incremento de
estos fenómenos y de su impacto en nuestras sociedades (la luna).
Esto ha situado las interacciones con los animales y la destrucción
de ecosistemas en el centro de las investigaciones de las nuevas
enfermedades infecciosas. El concepto de One Health (una integración de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente) ya está reconocido por la Organización Mundial de la Salud como uno de los principales enfoques para afrontar los problemas de salud emergentes.
Las causas de las causas de las pandemias
Una de las principales funciones de la epidemiología es buscar cuáles
son los elementos que hacen que tengamos una mejor y peor salud. Estos
determinantes se encuentran a diferentes niveles: algunos responden a
nuestras características individuales, pero otros se asocian a elementos
estructurales como el sistema sanitario, el lugar de residencia, o
incluso el sistema económico y político.
Esto es lo que investigadores y organismos internacionales han
denominado “determinantes sociales de la salud”. En ocasiones, se suelen
representar como un río: los determinantes individuales se encuentran
en la parte inferior, mientras que las “causas de las causas” se
encuentran en la parte alta del río. Estas influyen en las causas que
están “río abajo”, como se muestra en la siguiente figura.
Si aplicamos este enfoque a la pandemia de covid-19 podemos situar tres ejes principales de análisis:
1. Incremento de la frecuencia de las zoonosis.
La aparición de zoonosis depende de un delicado equilibrio entre personas, patógenos y biodiversidad.
En el momento en el que uno de estos elementos (como los seres
humanos) altera el equilibrio de un ecosistema, las consecuencias pueden
ir más allá del impacto inicial. Esto puede favorecer el contacto con
patógenos desconocidos o la alteración de la biodiversidad que mantenía a
determinados microorganismos en unos niveles de bajo riesgo de
zoonosis.
2. Rápida difusión de las enfermedades transmisibles.
Con la generalización del acceso a medios de transporte como el
aéreo, el surgimiento en una parte del mundo de una zoonosis que se
transmita entre humanos puede distribuirse a nivel internacional a una
velocidad mayor que la capacidad de respuesta de los sistemas de salud
pública.
Además, también hay que considerar el impacto medioambiental de
determinados modelos de movilidad que pueden alterar el equilibrio que
comentábamos en el primer punto.
3. Impacto desigual de la epidemia.
Aunque en un principio los principales dirigentes intentaron
establecer un marco de solidaridad arguyendo que la pandemia nos
afectaba a todas las personas por igual, pronto esta afirmación se vio
desacreditada por la evidencia que se iba recopilando en diferentes partes del mundo.
Una vez finalizó la primera onda pandémica, los sistemas de vigilancia permitieron observar que el riesgo de contagio se incrementaba a medida que disminuía la clase social,
debido a una mayor participación en trabajos presenciales y con
condiciones precarias o a unas condiciones habitacionales que
dificultaban los aislamientos.
Además, la probabilidad de fallecer por covid-19 tampoco seguía una
distribución homogénea entre grupos sociales. Aquellos grupos que sufren
más ejes de desigualdad presentan mayor prevalencia de patologías –como
diabetes u obesidad– que se asocian con un cuadro grave de la
enfermedad.
A este fenómeno de una pandemia que opera sobre las desigualdades de salud preexistentes es lo que se conoce como “sindemia”.
Por una salud pública de las causas de las causas
Como decíamos al principio, ante los buenos resultados de las vacunas
comercializadas se ha instaurado un discurso que pone a la vacuna como
la única herramienta para mitigar la pandemia.
Sin embargo, si nos fijamos en el análisis de algunas de las posibles causas de las causas de la situación actual, la vacuna no va dirigida contra ninguna de ellas.
Las pandemias no son solo fenómenos virológicos, sino fenómenos
sociales cuya forma está determinada por la actividad humana y la
organización de nuestra sociedad. Por ello, si queremos minimizar su
impacto en el futuro no podemos poner el foco en una vacuna para cada
microorganismo nuevo, sino en poner los medios necesarios para reducir
la probabilidad de aparición, su rápida difusión y su impacto
diferencial en la población.
No es una dicotomía absoluta, pero la atención a las causas de las
causas requiere de estrategias a largo plazo y recursos que no
reportarán resultados inmediatos.
Una salud pública con enfoque de determinantes sociales no puede
limitarse a una campaña de vacunación, sino que debe entender los
fenómenos que subyacen a la aparición de enfermedades nuevas y a su
desigual distribución en la sociedad. Solo así podremos empezar a hablar
de una verdadera salud pública como herramienta para resolver los
problemas de salud colectivos.