viernes, 1 de septiembre de 2017

Los tres primeros días de enfermedad del trabajador no necesitan parte de baja

MADRID.- El pasado mes de junio la Audiencia Nacional resolvió una demanda de conflicto colectivo planteada por el sindicato CC. OO. que cuestionaba que una empresa pidiera a sus trabajadores el parte de incapacidad temporal desde el primer día de enfermedad. 

En este caso según la norma convencional, un Acuerdo de Homologación de condiciones de trabajo para el personal de la empresa demandada, los trabajadores podían disfrutar de un permiso retribuido durante los tres primeros días de cada período de enfermedad, sin necesidad de ser declarados en situación de baja médica. Con el único requisito de contar con un justificante de ausencia o reposo, distinto del parte de baja, emitido y firmado por un facultativo del Servicio Público de Salud o Mutua, recoge Cinco Días.
La sentencia pone de manifiesto las diferencias prácticas entre el permiso por enfermedad (de hasta tres días) y la incapacidad temporal. En primer lugar, el hecho que da lugar a cada una de las dos situaciones. Mientras que para el permiso retribuido es la enfermedad del trabajador justificada por el sistema sanitario público durante los tres primeros días de cada período de enfermedad, la incapacidad temporal es un supuesto de suspensión del contrato de trabajo. 
Otro punto distinto es que durante el permiso retribuido el trabajador tiene derecho a percibir su salario íntegro mientras que durante la baja médica percibe una prestación de la Seguridad Social cuyo objeto es paliar la pérdida del derecho al salario, propia de cualquier situación de suspensión del contrato de trabajo.
A pesar de estas diferencias y de lo que dicta la norma convencional, desde marzo de 2016 en Galicia, y posteriormente en otras delegaciones de la empresa, se empezó a exigir el parte de baja para justificar tal permiso, amparándose en la entrada en vigor de la Orden ESS/1187/2015, de 15 de junio que desarrolla el Real Decreto 625/2014 por el que se regulan determinados aspectos de la gestión y control de los procesos por incapacidad temporal en los primeros 365 días de su duración.
La sentencia sin embargo, reconoce que el precepto convencional que regula este permiso es claro a la hora de admitir que la enfermedad esté justificada por el sistema sanitario público del trabajador, lo que avala cualquier tipo de justificante, práctica que además venía siendo admitida por la empresa con anterioridad.
En conclusión, la Audiencia Nacional otorgó la razón al sindicato y declaró, en virtud del tenor literal del artículo del convenio aplicable, el derecho de los trabajadores de la empresa a disfrutar del permiso retribuido durante los tres primeros días de cada período de enfermedad, sin necesidad de ser declarados en situación de baja médica o incapacidad temporal.

¡Ay!, Froilán que ya tiene novia / Jaime Peñafiel *

El 17 de julio, Felipe Juan Froilán cumplió 19 años. Todo un hombrecito  que se ha convertido en un personaje pijo y mediático. No porque el muchacho ocupe el “cuarto” puesto en la lista de sucesión al trono, una frivolidad de ciencia ficción, sino, a lo peor, contra su voluntad. Pero ya se sabe, este país nuestro es muy cortesano y muchos, incluida la prensa, siguen creyendo que Froilán pertenece a la Familia Real.

Y no es cierto. Sobre todo desde que Felipe VI decidió que sólo lo son sus hijas, Leonor y Sofía, sus padres los eméritos y la inefable Letizia , por supuesto.

De todas formas, es hijo de una infanta y nieto y sobrino de reyes. Y debería comportarse más discretamente . No morreándose, en público, con Mar Torres-Fontes, como  lo hacen  Daniel y Andreita o Gloria Camila y Kiko, esas parejas tan jóvenes y tan vulgares.

Ha sido la foto de la semana. El beso del verano. Un beso apasionado en la boca. Sin preocuparse por disimular, que no disimulaban y sin temor a ser vistos que todo el mundo los veía.

Un beso que, a lo mejor, confirma lo que era un secreto a voces.

El personal se preguntará : ¿quien es ella? Para empezar … una rica heredera como nieta del dueño de la empresa agroalimentaria mas importante de España como es el Grupo ElPozo.  ¿Un braguetazo  de Froilán?,  ¿como el de su padre cuando se casó con  su madre? Por lo que sucedió después no fue tal sino un calvario sobrellevado con mucha dignidad, que sigue manteniendo hoy.

En este caso no se trata de una  princesa, de una infanta sino de una de las dos nietas, la otra es Marta, de Tomás Fuertes, el rico empresario.

Aunque, como suele suceder, incluso, hasta en las mejores familias, la felicidad no es total. Porque  a Mar y a Felipe les unen  varias circunstancias: tienen la misma edad, pero son hijos de  divorciados. El padre de ella, Juan Torres-Fontes abandonó a su esposa, Mar Fuertes Quintanilla, para unirse a otra mujer con la que tiene, también, dos hijas.

Felipe (Froilán) y Mar, comenzaran sus estudios universitarios en Madrid. Él, en la universidad privada The College for International Studies (CIS) donde cursará Administración de Empresas. Esperemos que con mejores resultados que en su bachillerato.


De todas formas prefiero juzgar a las personas no por lo que son, sino por como se comportan. No se es responsable por ser quien es ni por ser lo que se es, sino por lo que se hace, que dijo alguien.


(*) Periodista


La reciente fortaleza del euro: causas y consecuencias / Álvaro Anchuelo *

La cotización del euro en el mercado de divisas acaba de superar la barrera de los 1.20 dólares. Esto sitúa el tipo de cambio de la moneda única en máximos de dos años y medio. Desde finales de 2016, cuando inició esta remontada, el euro se ha apreciado algo más de un 16% respecto a la divisa estadounidense. 

También ha ganado valor frente a otras divisas, como la libra esterlina. La moneda británica cotiza respecto al euro en mínimos que no se veían desde hace ocho años. Algunos servicios de estudios apuestan porque ambas monedas lleguen a alcanzar la paridad hacia principios de 2018.

¿A qué causas obedece la reciente fortaleza del euro? Algunas tienen que ver con la incertidumbre, que ha disminuido en la zona del euro, mientras se disparaba en Estados Unidos y el Reino Unido. En efecto, tras las derrotas populistas en las elecciones de Holanda y Francia, el escenario apocalíptico de desintegración de la Unión Europea se ha desvanecido. Esto ha coincidido con la llegada al poder en Estados Unidos de un presidente enloquecido e imprevisible. 

En el Reino Unido, la herida autoinfligida del Brexit, la pérdida de poder de Theresa May tras las últimas elecciones, el escaso éxito inicial de las negociaciones con la Unión Europea y los malos datos económicos se han ido sumando, hasta dibujar un cuadro muy poco alentador de cara al futuro. Paradójicamente, ahora es la eurozona la que se considera un modelo de estabilidad (y su moneda un refugio ante crisis como la de Corea del Norte) en comparación con Estados Unidos y el Reino Unido. ¡Las vueltas que da la vida!

Existen otras causas de la apreciación del euro, relacionadas con diferencias en los fundamentos macroeconómicos de las economías. En Estados Unidos, el fracaso de la presidencia de Trump hace cada vez más difícil la puesta en marcha de sus proyectos de reducción de impuestos y aumento del gasto en infraestructuras. Esto es importante para el dólar, pues implica que la Reserva Federal no tendrá necesidad de ir aumentando los tipos de interés tan deprisa como se anticipaba (para contrarrestar los potenciales efectos inflacionarios de esas medidas).

En la zona del euro, por su parte, los datos recientes muestran un panorama de creciente fortaleza. La recuperación económica se consolida y se extiende geográficamente. La tasa de crecimiento del PIB se aceleró hasta el 0.6% en el segundo trimestre, dejando el crecimiento interanual en el 2.1%. Los índices de confianza de consumidores y empresarios están en valores máximos de una década, lo que apunta hacia la continuidad del crecimiento. Esto favorecerá que el Banco Central Europeo vaya abandonando paulatinamente su política monetaria ultraexpansiva y reduciendo el importe mensual de las compras de activos en los mercados secundarios. 

Este cambio de expectativas, hacia una política monetaria menos contractiva en Estados Unidos y más restrictiva en Europa, favorece la apreciación del euro.

En cuanto a los efectos, el más inmediato es la repercusión sobre la competitividad de las exportaciones de los países que utilizan la moneda única hacia el exterior de la eurozona. Los precios de esas exportaciones están subiendo en las monedas extranjeras, lo que dificulta su venta. Esto puede restar algunas décimas al crecimiento futuro de la producción en la zona del euro.

Un segundo efecto consiste en que las compañías multinacionales europeas que tienen sucursales fuera de la zona del euro ven penalizados sus ingresos y beneficios exteriores al convertirlos a euros. Aunque, en la coyuntura actual, el efecto más importante de la apreciación es el relacionado con la tasa de inflación. Las importaciones europeas provenientes de fuera de la zona del euro se están abaratando en nuestra moneda, lo que contribuye a que la inflación disminuya. Esto dificulta alcanzar el objetivo del Banco Central Europeo (el 2%), lo que resulta preocupante cuando las tasas negativas no están todavía lejos en el tiempo. La inflación en el conjunto de la zona del euro fue del 1.3% en julio.

Los efectos anteriores no se distribuirán de forma similar entre los distintos países de la eurozona. En el caso de España, nos favorece que dos tercios de nuestras exportaciones se dirijan al resto de la eurozona; nos perjudica, por el contrario, la composición de las exportaciones al resto del mundo, ya que (en general) dependen de la competitividad-precio, en vez de la sofisticación tecnológica o la alta calidad. Si se acelera una normalización de la política monetaria del BCE, que se traduzca en subidas de los tipos de interés, España (debido a su alta deuda) estará entre los países más perjudicados.


(*) Catedrático de Economía Aplicada, Universidad Rey Juan Carlos de Madrid


Donald Trump, abrumado por el partido antirruso / Serge Halimi *

Habrán bastado, pues, algunos meses para que Estados Unidos se retire del acuerdo internacional de París sobre el cambio climático, adopte nuevas sanciones económicas contra Rusia, invierta la dinámica de normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba, anuncie su intención de denunciar el acuerdo nuclear con Irán, dirija una advertencia a Pakistán, amenace a Venezuela con una intervención militar y se declare preparado para atacar a Corea del Norte “con un fuego y una ira que jamás se han visto antes en este mundo”. Desde que la Casa Blanca cambió de inquilino el pasado 20 de junio, Washington solamente ha mejorado sus relaciones con Filipinas, Egipto, Arabia Saudí e Israel.
La responsabilidad de Donald Trump en esta escalada no es exclusiva. En efecto, los representantes electos neoconservadores de su partido, los demócratas y los medios de comunicación lo ovacionaron cuando, durante la primavera pasada, ordenó la realización de maniobras militares en Asia e hizo lanzar 59 misiles contra una base aérea en Siria (1). Por el contrario, se le impidió actuar cuando exploró las posibilidades de un acercamiento con Moscú, e incluso se vio obligado a promulgar un nuevo paquete de sanciones estadounidenses contra Rusia. En definitiva, el punto de equilibrio de la política exterior de Estados Unidos resulta cada día de la suma de las fobias republicanas (Irán, Cuba, Venezuela), a menudo compartidas por los demócratas, y de las aversiones demócratas (Rusia, Siria), refrendadas por la mayoría de los republicanos. Si existe un partido de paz en Washington, por ahora no es detectable.
No obstante, el debate presidencial del año pasado sugería que el electorado estadounidense pretendía romper con el tropismo imperial de Estados Unidos (2). En primer lugar, Trump no hizo campaña sobre temas de política exterior. Pero cuando abordó esos asuntos, fue para sugerir una línea de conducta en gran medida opuesta a la del establishment de Washington (militares, expertos, think tanks, revistas especializadas) y a la que sigue en la actualidad. Al prometer subordinar las consideraciones geopolíticas a los intereses económicos de Estados Unidos, se dirigía a la vez a los partidarios de un nacionalismo económico (“America First”), numerosos en los estados industrialmente siniestrados, y a aquellos que quince años de guerras ininterrumpidas, con el deterioro progresivo de la situación o el caos generalizado (Afganistán, Irak, Libia) como resultado, los habían convencido de los méritos de cierto realismo. “Nuestra situación sería mejor si no nos estuviéramos ocupando de Oriente Próximo desde hace quince años” (3), concluía Trump en abril de 2016, convencido de que la “arrogancia” de Estados Unidos había provocado “un desastre detrás del otro” y “costado la vida a miles de ciudadanos estadounidenses y billones de dólares”.
Este diagnóstico, inesperado por parte de un candidato republicano, coincidía con el sentimiento de la fracción más progresista del Partido Demócrata. Peggy Noonan, quien escribió los discursos más destacados de Ronald Reagan y de su sucesor inmediato, Georges H. Bush, lo recalcaba entonces: “En materia de política exterior, [Trump] se ha posicionado a la izquierda de Hillary Clinton. Ella es belicista, desea con demasiado ahínco utilizar la fuerza armada y le falta discernimiento. Será la primera vez en la historia moderna que un candidato republicano para las elecciones presidenciales se posicionará a la izquierda de su rival demócrata, lo que hará que la situación se vuelva interesante” (4).
Interesante, la situación aún lo es, pero no exactamente como Noonan predijo. Mientras que “la izquierda” postula que la paz deriva no de la intimidación hacia las demás naciones, sino de relaciones más equitativas entre ellas, Trump, totalmente indiferente al sentimiento de la opinión pública mundial, opera como un embaucador en busca del mejordeal para él y sus electores. Así pues, el problema de las alianzas militares no es tanto, desde su punto de vista, que amenacen con extender los conflictos más de lo que disuaden las agresiones, sino que cuestan demasiado dinero a los estadounidenses. Y que, a fuerza de pagar la cuenta, estos ven como su país se convierte en “una nación del Tercer Mundo”. “La OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] está obsoleta –repetía Trump el 2 de abril de 2016 durante un mitin–. Defendemos a Japón, a Alemania, y solo nos pagan una fracción de lo que nos cuesta. Arabia Saudí se derrumbaría si nos fuéramos. Hay que mostrarse dispuesto a abandonar la mesa; si no, nunca se obtendrá un buen deal”.
El presidente de Estados Unidos esperaba alcanzar ese “buen deal” con Moscú. Una nueva asociación habría invertido el deterioro de las relaciones entre las dos potencias, favoreciendo su alianza contra la Organización del Estado Islámico (OEI) y reconociendo la importancia de Ucrania para la seguridad rusa. La actual paranoia estadounidense relativa a todo lo relacionado con el Kremlin conduce a olvidar que en 2016, tras la anexión de Crimea y la intervención directa de Moscú en Siria, Barack Obama también relativizaba el peligro representado por Vladímir Putin. Según Obama, sus intervenciones en Ucrania y en Oriente Próximo solo eran improvisaciones, “señales de debilidad frente a Estados-clientes a punto de escapársele” (5).
Y añadía: “Los rusos no pueden cambiarnos o debilitarnos de manera significativa. Es un país pequeño, un país débil, y su economía no produce nada que otros quieran comprar aparte de petróleo, gas y armas”. Lo que entonces temía de su homólogo ruso era sobre todo... la simpatía que inspiraba en Trump y en sus partidarios: “El 37% de electores republicanos aprueba a Vladímir Putin, el exjefe del KGB. ¡Ronald Reagan debe de estar revolviéndose en su tumba!” (6).
Desde enero de 2017, el sueño eterno de Reagan ha recuperado su tranquilidad. “Los presidentes llegan y se vuelven a ir, pero la política no cambia”, concluía Putin (7). Algún día, los historiadores estudiarán esas semanas durante las cuales convergieron los esfuerzos de los servicios de inteligencia estadounidenses, de los dirigentes del sector favorable a Clinton del Partido Demócrata, de la mayoría de los representantes electos republicanos y de los medios de comunicación hostiles a Trump. ¿Su proyecto común? Impedir cualquier alianza entre Moscú y Washington.
Los motivos de cada uno eran diferentes. Los servicios de inteligencia y algunos elementos del Pentágono temían que un acercamiento entre Trump y Putin los privara de un enemigo presentable una vez destruido el poder militar de la OEI. Los dirigentes favorables a Clinton estaban impacientes por imputar su inesperada derrota a otros que no fueran la candidata de su elección y su inepta campaña: el “hackeo” de los datos del Partido Demócrata imputado a Moscú serviría. Los neoconvervadores “que habían promovido la guerra de Irak, que detestaban a Putin y que consideraban que la seguridad de Israel no era negociable” (8) se escandalizaron ante las tentaciones neoaislacionistas de Trump.
Finalmente, los medios de comunicación, The New York Times y The Washington Post en particular, soñaban con un nuevo “caso Watergate”. No ignoraban que sus lectores –burgueses, urbanos, con formación– detestaban apasionadamente al presidente electo, despreciaban su vulgaridad, sus tropismos de extrema derecha, su violencia, su incultura (9). Y, como consecuencia, buscarían cualquier información o rumor que pudiera provocar su destitución o su dimisión forzada. Un poco como en Asesinato en el Orient Express, la novela de Agatha Christie, cada uno tenía, en definitiva, sus razones para golpear al mismo objetivo.
La intriga se tramó con mucha facilidad, puesto que las fronteras que separan esos cuatro universos eran bastante porosas. La alianza era evidente entre los halcones republicanos, encarnados por John McCain –presidente de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado– y el complejo militar-industrial. Los arquitectos de las últimas aventuras imperiales estadounidenses, en particular en Irak, llevaron mal la campaña de 2016 y los ataques que Trump reservó a su pericia. Unos cincuenta intelectuales y oficiales anunciaron que, aunque eran republicanos, se negaban a apoyar al candidato de su partido, quien “ponía en peligro la seguridad nacional del país”. Algunos dieron el paso y votaron a Clinton (10).
Quedaba la prensa. También temía que la incompetencia de Trump amenazara el orden internacional dominado por Estados Unidos. No tenía ninguna opinión preconcebida contra las cruzadas militares, sobre todo cuando estas podían recubrirse con grandes principios humanitarios, internacionalistas, progresistas. Ahora bien, según estos criterios, ni Putin ni su predilección por los nacionalistas de derechas eran irreprochables. Pero tampoco lo eran mucho más Arabia Saudí o Israel. Lo cual no impedía que la primera pudiera contar con The Wall Street Journal, ferozmente antirruso. En cuanto a Israel, casi la totalidad de los medios de comunicación estadounidenses apoyaban su política, aunque la extrema derecha participa en su Gobierno.
Algo más de una semana antes de que Trump asumiera sus funciones, el periodista y abogado Glenn Greenwald –a quien le debemos la publicación de las revelaciones de Edward Snowden sobre los programas de vigilancia masiva de la National Security Agency (NSA)– alertaba sobre el transcurso de los acontecimientos. Observaba que los medios de comunicación estadounidenses se habían convertido en “la herramienta más preciada” de los servicios de inteligencia “que, en su mayoría, habían soñado, apoyan, a la que sirven y en la que creen”.
En el mismo momento, le parecía que los demócratas, “aún conmocionados por un fracaso electoral tan inesperado como traumatizante”, “habían perdido la razón y se adherían a cualquier evaluación, alababan cualquier táctica, se aliaban a cualquier canalla” (11).
La coalición antirrusa aún no había alcanzado todos sus objetivos, pero Greenwald ya vislumbraba las ambiciones del “Estado profundo”: “Estamos asistiendo en estos momentos a una guerra abierta entre, por una parte, esa facción no elegida pero muy poderosa que reside en Washington y que ve pasar a los presidentes y, por otra parte, aquel a quien la democracia estadounidense ha elegido como presidente”. Alimentada por los servicios de inteligencia, una sospecha galvanizaba a todos los adversarios del nuevo inquilino de la Casa Blanca: Moscú poseía secretos comprometedores –financieros, electorales, sexuales– contra Trump que lo paralizarían en caso de crisis entre ambos países (12).
La sospecha de una tenebrosa alianza de este tipo, que Paul Krugman, un economista favorable a Clinton, resumió al hablar de un “ticket Trump-Putin”, transformó la militancia antirrusa en un arma de política interior contra un presidente cada vez más detestado fuera del bloque ultraconservador. Ya no es algo poco común escuchar que militantes de izquierdas se convierten en apologistas del FBI o de la CIA desde que estas dos agencias sirven de refugio a una oposición larvada al presidente estadounidense. Y desde que combaten contra él mediante filtraciones permanentes.
Se comprende por qué el “hackeo” de los datos del Partido Demócrata, imputado por los servicios de inteligencia estadounidenses a Rusia, hechiza al Partido Demócrata y a la prensa. Dos pájaros de un tiro: permite deslegitimar la elección de Trump y le prohíbe promover cualquier tipo de acercamiento con Moscú. Sin embargo, cuando Washington se ofende ante la injerencia de una potencia extranjera en los asuntos internos de otro Estado: ¿quién pone de manifiesto aún esta extravagancia?
¿Y quién señala que no fue el Kremlin el que espiaba las conversaciones telefónicas de Angela Merkel, sino la Casa Blanca de Obama? Cuando el exdirector de la CIA James Clapper formuló algunas preguntas a un representante –republicano– de Carolina del Norte, Thom Tillis, este rompió dicho silencio el pasado mes de enero. Recordó que Estados Unidos “se había involucrado en 81 elecciones diferentes desde la Segunda Guerra Mundial. Esto no incluye los golpes de Estado ni los ‘cambios de régimen’ a través de los cuales hemos pretendido modificar la situación a nuestro favor. Por su parte, Rusia ha actuado de la misma manera en 36 ocasiones”. Mejor no esperar que semejante perspectiva atempere con demasiada frecuencia las fulminaciones de The New York Times contra las deshonestidades de Moscú.
El periódico también olvida recordar a sus jóvenes lectores que el presidente ruso Boris Yeltsin, quien eligió en 1999 a Putin como sucesor, había sido reelegido tres años antes, aunque muy enfermo y a menudo en estado de embriaguez, tras un escrutinio fraudulento llevado a cabo con la ayuda de asesores estadounidenses y con el apoyo declarado del presidente de Estados Unidos. The New York Times había celebrado este resultado en un editorial titulado “Una victoria para la democracia rusa” (4 de julio de 1996). “Las fuerzas de la democracia y de la reforma han conseguido una victoria decisiva pero no definitiva”, consideraba entonces. “Por primera vez en la historia, una Rusia libre ha elegido libremente a su dirigente”.
En la actualidad, el diario neoyorquino se sitúa a la vanguardia de la preparación psicológica ante un conflicto contra Rusia. Contra semejante dinámica apenas se opone resistencia. En la derecha, mientras The Wall Street Journal reclamaba, el 3 de agosto, que Estados Unidos arma a Ucrania, el vicepresidente Mike Pence mencionaba en Estonia el “espectro de la agresión” rusa y, más tarde, animaba a Georgia a unirse a la OTAN, para finalmente alabar a Montenegro, que acaba de sumarse a la alianza militar. Lejos de preocuparse ante esta avalancha de gestos provocadores, los cuales coinciden con un aumento de la tensión entre las dos grandes potencias (sanciones comerciales contra Moscú, expulsión de diplomáticos estadounidenses por parte de Rusia), The New York Times juega con fuego. Alababa, el 2 de agosto, la “reafirmación del compromiso estadounidense de defender las naciones democráticas contra los países que las amenazarían”; a continuación lamentó que el sentimiento de Pence “no sea experimentado y celebrado igualmente por el hombre para el que trabaja en la Casa Blanca”. Pero a estas alturas poco importa, a decir verdad, lo que Trump siga sintiendo. El presidente de Estados Unidos ya no está en condiciones de imprimir su voluntad en este dosier. Tras haber constatado esta impotencia, Moscú extrae sus consecuencias.
En septiembre, maniobras militares rusas, sin precedentes desde la caída del muro, deberían movilizar a cerca de 100.000 soldados, marines y aviadores en las inmediaciones de Ucrania y los países bálticos. Lo que ofrecería material a The New York Times para un artículo en portada que recuerde la campaña de pánico que el periódico alimentó en 2002-2003 contra las supuestas “armas de destrucción masiva” de Irak. No faltaban ni el coronel estadounidense que anunciaba de manera sombría: “Cada mañana, cuando nos despertamos, sabemos quién es la amenaza”, ni el inventario del arsenal ruso, tanto más aterrador cuanto que se reforzaba con una disposición para las “campañas de desinformación”, ni la mención de vehículos de combate de la OTAN que, entre Alemania y Bulgaria, “se detienen para dejar que los niños suban a bordo”. Pero lo más delicioso en este modelo de periodismo (en el mismo barco que el Ejército) fue seguramente el momento en el que, para localizar los ejercicios de Moscú en su propio territorio y en Bielorrusia, The New York Times recurrió a la expresión “en la periferia de la OTAN” (13)...
De ahora en adelante, cualquier intento de apaciguamiento con Moscú que provenga de París o de Berlín será juzgado como “favorable a los Acuerdos de Múnich” por un establishment neoconservador que ha retomado el control en Washington y criticado con inmediatez por casi la totalidad de los medios de comunicación estadounidenses. Nos encontramos en un punto en el que, volcándose en el importante descenso de popularidad del presidente francés, The New York Times ha desenterrado una explicación que refleja a la perfección su obsesión: “La lujosa recepción de Donald Trump y de Vladímir Putin, ambos poco apreciados en Francia, sobre todo entre la izquierda, no le ha ayudado” (14).
¿Sabrán los Estados europeos frenar el engranaje militar que se dibuja? ¿Tienen la voluntad de hacerlo? En cualquier caso, la crisis coreana debería recordarles que Washington se muestra indiferente ante los platos rotos lejos de su territorio. El senador republicano Lindsey Graham, preocupado por otorgar credibilidad a la amenaza nuclear del presidente Trump en el Lejano Oriente, dejó caer el 1 de agosto que “si miles de personas mueren, morirán allí, no aquí”. Añadió que el presidente de Estados Unidos compartía su sentimiento: “Me lo ha dicho”.    

(*) Periodista y director de 'Le Monde diplomatique'

(1) Véase Michael Klare, “La transformación de Donald Trump en jefe guerrero”, Le Monde diplomatique en español, mayo de 2017.
(2) Véase Benoît Bréville, “Estados Unidos está cansado del mundo”, Le Monde diplomatique en español, mayo de 2016.
(3) “Today”, NBC, 21 de abril de 2016.
(4) Peggy Noonan, “Simple patriotism trumps ideology”, The Wall Street Journal, Nueva York, 28 de abril de 2016.
(5) “The Obama Doctrine”, entrevista con Jeffrey Goldberg, The Atlantic, Boston, abril de 2016.
(6) Rueda de prensa del 16 de diciembre de 2016.
(7) Le Figaro, París, 31 de mayo de 2017.
(8) Michael Crowley, “GOP hawks declare war on Trump”, Politico, Arlington, 2 de marzo de 2016.
(9) Véase “El desconcierto de la ‘intelligentsia’ estadounidense”, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 2016.
(10) “Statement by former national security officials”, 8 de agosto de 2016, www.globalsecurity.org
(11) Fox News, 12 de enero de 2017. El día anterior, Greenwald había detallado sus declaraciones en “The deep state goes to war with president-elect, using unverified claims, as Democrats cheer”, The Intercept, 11 de enero de 2017.
(12) Véase “Marionetas rusas” y “El Estado profundo”, Le Monde diplomatique en español, enero y mayo de 2017.
(13) Eric Schmitt, “US troops train in Eastern Europe to echoes of the cold war”, The New York Times, 6 de agosto de 2017.
(14) Adam Nossiter, “Macron’s honeymoon comes to a halt”, The New York Times, 7 de agosto de 2017.

Todo vale para la banda de ladrones / Ramón Cotarelo *

Que el PP no es un partido político sino algo más parecido a una banda, una asociación de malhechores lo sabe ya todo el mundo en España, incluidos los jueces que son quienes han enunciado estas categorías. No hace falta mayor elaboración. Los peperos están en política básicamente para robar y enriquecerse a costa del erario. Han arruinado y hundido el país con sus corrupciones, malversaciones y saqueos y eso está a la vista pública, incluida la de quienes los votan. Si todavía no están todos en la cárcel –que es donde debieran- se explica por una serie de factores que consideraremos continuación.

La actitud general de la banda es hacer una cosa y decir la contraria con absoluto descaro y, por lo general, insultando a quien lo duda o berreando directamente, como suele hacer Celia Villalobos. O con la chulería de matón que se gasta el portavoz, Rafael Hernando, o la arrogancia y desprecio de que hace uso el Sobresueldos en sus casi inexistentes comparecencias parlamentarias. Estas son un buen indicador de hasta qué punto son capaces de mentir unas gentes que, robando a mansalva los fondos públicos dicen que “no están en política por dinero” cuando no están por otra cosa. Según el Sobresueldos, ha comparecido en el Parlamento siempre que se le ha pedido. Una de sus desvergonzadas trolas: lo ha hecho dos veces en seis años y ha sido necesario arrastrarlo para que cumpla.

Por eso es incomprensible que la oposición no solo no denuncie la sarta de embustes y mentiras que el personaje soltó en sede parlamentaria, sino que se deje maltratar de palabra por un chulo que no merece respeto alguno. Si los partidos de izquierda no quieren pasar por dos asociaciones de cobardes que se encogen ante un vulgar perdonavidas cobrador de sobresueldos en negro, deben ir al juez y presentar la correspondiente querella contra Rajoy por perjuro, por haber mentido en la Audiencia Nacional sobre si conocía o no los aspectos económicos de la financiación ilegal de su partido. Y deben hacerlo cuanto antes, salvo que quieran sentar plaza de cómplices.

Si esta obligada querella prospera o no es altamente problemático por cuanto la banda de ladrones, a fuerza de corromperlo todo, también ha corrompido la administración de justicia. Promoción de jueces amigos, incluso por medios ilícitos, aislamiento de los jueces profesionales, cuando no persecución de estos, injerencia permanente en el ministerio fiscal, obstaculización sistemática de los procesos judiciales, ocultación y destrucción de pruebas, falsificaciones de todo tipo, etc., etc. 
 
Un panorama propio de la cosa nostra y la mafia, que son las formas de organización del PP. Y justamente, cuanto más interfiere en la justicia, más declama estar colaborando con ella. Esta situación de corrupción de lo judicial a manos de los malhechores queda clara cuando se lee a la vicepresidenta del gobierno diciendo que el Tribunal Constitucional anulará la Ley catalana del referéndum en cuanto se presente. Un sistema político en el que los tribunales reciben las órdenes del gobierno es una dictadura.

La Ratita Hacendosa presume de formación jurídica. La misma que la de los juristas fascistas o soviéticos: el derecho al servicio del poder. Mientras, se habla por los codos de Estado de derecho con la voz engolada, como si estos franquistas tuvieran la menor idea de él.

Y así es todo. Afirma el gobierno y la banda que lo sostiene que en España hay libertad de expresión, cuando la realidad dice lo contrario y los organismos internacionales de estudio de crédito de los medios dicen que los españoles son unos de los menos creíbles del mundo. Por cierto, va siendo hora advertir que esta mentira es sostenida por los otros partidos dinásticos que mantienen relaciones clientelares con algunos otros medios, singularmente el PSOE con El País y Podemos con Público y La Sexta. Proceden con estos medios lo mismo que el PP con los suyos públicos y privados: propaganda a favor de su partido y censura, manipulación y tergiversación sobre los demás.

Lo primero que hizo el Sobresueldos al ganar las elecciones de 2011 fue cambiar la Ley de Televisión de Zapatero (que exigía una mayoría muy cualificada para nombrar director del medio) a fin de nombrar a dedo a quien le diera la gana. Exactamente lo que ha venido haciendo desde entonces: al frente RTVE auténticos esbirros a sueldo del PP, capaces de las mayores bajezas para contentar al jefe que para eso paga. Y eso mientras se dice con la mayor desvergüenza que la información es libre en España.

Como se dice que aumenta el empleo y su calidad cuando a la vista está que es al revés.

Como se dice que estamos saliendo de la crisis y es una evidente, palmaria, mentira.

Igual que se dice que el gobierno lucha contra la corrupción cuando la corrupción es el gobierno.

El PP emplea los dineros públicos como si fueran suyos en subvencionar los medios privados partidarios de su política y comprar periodistas dispuestos a mentir, difamar, calumniar y, en general, ladrar y rebuznar al servicio del amo a cambio de suculentas pagas que salen directamente del bolsillo del contribuyente. Columnistas, tertulianos, presentadores, locutores, toda una recua de mercenarios de la pluma y la palabra, llenando el foro público de basura, insultos, demagogia y pura estupidez.

Tal es el rasgo más característicos de estos corruptos: que engañan a la gente con su propio dinero. Considérense medios como la COPE y TreceTV, financiados por la iglesia con el dinero de todos los contribuyentes y que se dedican a mentir e insultar a quienes no comulgamos (nunca mejor dicho) con sus cuentos y suspersticiones

Este es uno de los misterios de la demoscopia: por qué la gente vota a un partido que la roba y la insulta.

A veces los periodistas al servicio de la banda tratan de hacer méritos propios para agradar más al amo y, seguramente, tener mejor trato en el reparto de los fondos robados. En estas fechas se ha hecho celebre el intento de Enric Hernández, director de El Periódico y hombre literalmente al servicio del unionismo facha y su vicefranquita, Sáenz de Santamaría. 

El tal Hernández parece haberse inventado un comunicado de una supuesta CIA en el que se avisaba a los Mossos del atentado de la Rambla. La finalidad probablemente era poder acusarlos de negligencia frente al terrorismo o, incluso, de complicidad. Y, de paso, boicotear cuanto se pueda el proceso independentista, que para eso el gobierno subvenciona su panfleto con dineros robados a los contribuyentes

Ignoro si Hernández dimitirá o no. Como periodista pepero ni se le pasará por la cabeza, supuesto que la tenga. Al contrario, dará una conferencia sobre la libertad de prensa y la deontología profesional del periodismo.  Es lo habitual en esta gente, lo típico de la banda: hacer una cosa y decir la contraria.

En cuanto al común de los mortales, conviene que nos preparemos. Las marranadas soportadas hasta la fecha serán nada en comparación con las que nos esperan hasta el 1/10.



(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

Revista de Prensa / A. R. Mendizabal *


Viernes que deja atrás el in­fernal agosto por tantos mo­ti­vos, que inicia en 30 el ti­c-tac de días hasta el 1-O y que echa más leña al fuego con el do­cu­mento ori­ginal de la CIA que pu­blica El Periódico y con un ti­tular a toda pan­talla en Vozpopuli que es todo un puñe­tazo al es­tó­mago: 'Puigdemont co­nocía dos meses antes del aten­tado la alerta de la CIA: el propio pre­si­dente de la Generalitat in­formó el pa­sado mayo al di­rector de 'El Periódico de Catalunya' del men­saje de los ser­vi­cios de in­te­li­gencia es­ta­dou­ni­den­ses, que ad­vertía de la po­si­bi­lidad de que se pro­du­jera un aten­tado yiha­dista en La Rambla bar­ce­lo­nesa. Después del acto te­rro­rista, Puigdemont des­mintió que hu­biera re­ci­bido esa co­mu­ni­ca­ción' (Rubén Arranz). 

Todas las demás por­tadas y grandes ti­tu­lares echan chispas con los de­ta­lles pre­vios a los aten­tados del 17-A y a las ar­gu­cias y con­tra­me­didas sobre la se­ce­sión. Otros ejes in­for­ma­ti­vos: el ré­cord ab­so­luto de tu­ristas en un mes; el laudo sobre la vi­gi­lancia en El Prat y lo que su­pone para otros ae­ro­puer­tos; las ne­go­cia­ciones de BBVA para re­ti­rarse de Chile con la venta de su fi­lial; y la re­be­lión en Podemos contra los es­ta­tutos im­puestos por Iglesias. 

ATENTADOS
El Periódico: EEUU con­firma que alertó a los Mossos: nuevas notas de la CIA de­mues­tran con­tactos con 'The Mossos' (Enric Hernández). Otro ti­tu­lar: Esta es la nota ori­ginal que re­vela que EEUU alertó a los Mossos del riesgo de aten­tado en la Rambla. Otro ti­tu­lar: Colau: ‘Nunca ningún cuerpo po­li­cial nos tras­ladó la alar­ma’. La Vanguardia: El Govern ad­mite alertas sobre la Rambla pero ca­li­fica el do­cu­mento de 'montaje': niega cual­quier con­tacto con la CIA (Quico Sallés). El Mundo: El Govern mintió para ocultar que la alerta llegó a los Mossos: el con­se­ller de Interior y el mayor Trapero ad­miten ahora que el aviso de la CIA les llegó en mayo (Ángeles Escrivá y Javier Oms). La Razón: La Generalitat mintió al decir que no había una alerta de la CIA sobre el 17-A. Otro ti­tu­lar: La fluida re­la­ción de los Mossos con la CIA: re­ciben cursos en la cen­tral de Virginia. Otro ti­tu­lar: El in­forme de EE UU que sí evitó un ataque en la Costa del Sol (J.M. Zuloaga). 

El País: La Generalitat ad­mite que tuvo in­for­ma­ción y culpa al 'Estado' (Jesús García). Otro ti­tu­lar: El úl­timo icono de los ‘indepes’: el co­mi­sario Trapero brilló en la ex­pli­ca­ción de los aten­ta­dos, pero ha arre­me­tido contra los me­dios ante las crí­ticas (J.G.B.). Otro ti­tu­lar: Los par­tidos re­parten res­pon­sa­bi­li­dades entre el Gobierno y la Generalitat (D. Cordero, J.J. Mateo y J. Marcos). Otro ti­tu­lar: El con­se­jero de Interior acusa a la prensa de ‘intoxicar’ a los ciu­da­danos (J.G.). ABC: La cú­pula de los Mossos ig­noró el aviso de la CIA obre un aten­tado en las Ramblas. El Correo: El aviso previo de un po­sible aten­tado en las Ramblas em­barra la crisis ca­ta­lana. El Confidencial: La Generalitat cierra filas con los Mossos ante la bronca por la alerta de aten­tado (Marcos Lamelas). 

Libertad Digital: Las alertas in­ter­na­cio­nales de los aten­tados en Cataluña de­latan las men­tiras de la Generalidad (Pablo Planas). El Español: Los do­cu­mentos del NCTC prueban la men­tira de Puigdemont: los Mossos re­ci­bieron avisos el 23 y 24 de marzo (Alejandro Requeijo y Daniel Montero). Otro ti­tu­lar: El error de Assange: Trump obliga a la CIA a llamar ISIS (y no ISiL) a DAESH (Alejandro Requeijo y Jorge Sáinz). El Confidencial: Un alto mando po­li­cial in­sistió al jefe de los Mossos en que las Ramblas eran un ob­je­tivo (Roberto R. Ballesteros). Otro ti­tu­lar: La Generalitat cierra filas ante la bronca por la alerta de aten­tado (Marcos Lamelas). Otro ti­tu­lar: Josep Lluís Trapero, de la aca­demia del FBI a li­diar con yiha­distas y prensa (B. Rodrigo y T. Fariñas). 

Economía Digital: Fuentes an­ti­te­rro­ris­tas: la in­for­ma­ción de El Periódico es ‘impecable’. OKdiario: Los Mossos tam­poco con­tro­laron los 500 li­tros de ace­tona para bombas que com­praron los yiha­distas (Manuel Cerdán). Confidencial Digital: La Policía in­ves­tiga viajes a Andalucía del autor del aten­tado en Las Ramblas. Otro ti­tu­lar: La Audiencia Nacional in­ves­tiga el triple de de­litos de te­rro­rismo yiha­dista que hace diez años: los datos ra­ti­fican que más de la mitad han sido co­me­tidos en Cataluña, Ceuta y Melilla. Esdiario: Amenazan de muerte al pe­rio­dista que ha hun­dido al jefe de los Mossos: el in­de­pen­den­tismo en­seña sus fauces al di­rector de El Periódico. 

1-O -30
La Vanguardia: La AMI ga­ran­tiza al Govern la lo­gís­tica del 1-O: los ayun­ta­mientos in­de­pen­den­tistas 'invitan' a 150 al­caldes de todo el mundo el día del re­fe­réndum (Quico Sallés). Otro ti­tu­lar: Arran cuelga una es­te­lada gi­gante en un puente de Madrid. El Periódico: Montoro ame­naza a la Generalitat con los ‘hombres de ne­gro’ (Rosa María Sánchez). Otro ti­tu­lar: La Diada de la ‘libertad’: los actos ins­ti­tu­cio­nales del Onze de Setembe se ba­sarán en los de­re­chos hu­manos y la au­to­de­ter­mi­na­ción. La Razón: Motín de al­caldes del PDeCAT: 'No nos vamos a jugar la in­ha­bi­li­ta­ción' (Toni Bolaño). El Economista: Montoro, dis­puesto a en­viar ‘hombres de ne­gro’ a Cataluña. El Mundo: La ANC uti­li­zará a las víc­timas para am­pli­ficar la Diada: el 11-S ren­dirá ho­me­naje a los fa­lle­cidos y los Mossos (Víctor Mondelo). ABC: Puigdemont reta al Estado de Derecho: ‘No pa­rarán el re­fe­rén­dum’ (Àlex Gubern). Otro ti­tu­lar: Montoro afirma que Cataluña no ha gas­tado un euro en la con­sulta. 

El Confidencial: Moncloa, lista para un Consejo de Ministros ur­gente si Puigdemont ac­tiva la se­ce­sión (Juanma Romero). OKdiario: Felipe VI está muy preo­cu­pado por la frac­tura so­cial en Cataluña (Carmen Enríquez). Otro ti­tu­lar: La Generalitat no tiene vo­lun­ta­rios y los fun­cio­na­rios temen pre­siones ante el re­fe­réndum ilegal (Luz Sela). Otro ti­tu­lar: La ANC agita la Diada y su líder ame­naza: ‘La sus­pen­sión del re­fe­réndum no saldrá gra­tis’ (Agustín de Grado). Otro ti­tu­lar: Rajoy or­dena no atacar a Sánchez para salvar la frágil unidad hasta el re­fe­réndum (Luz Sela). El Español: El PSOE se des­mar­cará del Gobierno si toma me­didas ex­cep­cio­nales contra el 1-O (Alberto Lardiés). Confidencial Digital: Campaña para con­vertir sep­tiembre en ‘mes de la unidad de España’ como res­puesta al re­fe­rén­dum: mo­vi­li­za­ción para co­locar ban­deras en bal­co­nes, redes so­ciales y pul­se­ras. 

OTRA INFORMACIÓN NACIONAL
Vozpopuli: Amenazan a Iglesias con los tri­bu­nales si no reha­bi­lita a la pre­si­denta de Garantías (Segundo Sanz). El Mundo: Revuelta en Podemos: las Comisiones de Garantías de­claran nulos los Estatutos im­puestos por Iglesias (Álvaro Carvajal). El País: La ma­yoría de la co­mi­siones de ga­ran­tías de Podemos de­claran nulos los nuevos es­ta­tutos (Elsa G. de Blas). La Razón: Rebelión en Podemos: de­cla­rados nulos los es­ta­tutos de Iglesias. El Periódico: Los jueces de Podemos dan un ul­ti­mátum a Iglesias (Iolanda Mármol). Libertad Digital: Motín contra Iglesias (Míriam Muro). Eldiario: La pre­si­denta del tri­bunal in­terno de Podemos suma apoyos en su pugna con la di­rec­ción es­tatal (Aitor Riveiro). El Español: Lambán re­pite y con­so­lida el frente de ba­rones crí­ticos con Sánchez (Jorge Sáinz). 

ECONOMÍA
Capital Madrid: Montoro acusa a la Generalitat de ser el único riesgo para la eco­nomía es­pañola: los prin­ci­pales in­di­ca­dores an­ti­cipan otro cre­ci­miento in­ter­anual por en­cima del 3 % (José Hervás). El País: Julio de 2017 se con­vierte en el mes con más tu­ristas de la his­toria en España: lle­garon 10,5 mi­llones de vi­si­tantes ex­tran­jeros (Cristina Delgado). Otro ti­tu­lar: El co­mercio mi­no­rista se des­ace­lera en julio pese al inicio de las re­ba­jas: el ne­gocio al por menor crece al 1,1%, más de un punto por­cen­tual por de­bajo del mes an­te­rior (Hugo Gutiérrez). Otro ti­tu­lar: UGT y CCOO exigen co­menzar ya la ne­go­cia­ción del pacto sa­la­rial para 2018 (Manuel V. Gómez). El Independiente: El boom del tu­rismo deja en sólo seis meses más de 25.000 mi­llones de euros (David Page). Eldiario: Los datos ofi­ciales con­tra­dicen el op­ti­mismo ini­cial sobre el im­pacto de los aten­tados en el tu­rismo de Barcelona (Sergi Franch). 

ABC: España roza los 47 mi­llones de tu­ristas entre enero y julio en otro año ré­cord. Otro ti­tu­lar: Las re­servas para Barcelona se re­cu­peran de los aten­ta­dos. Otro ti­tu­lar: Baleares du­pli­cará la ‘ecotasa’ que aplica a los tu­ristas a partir de 2018. Cinco Días: España, ca­mino de arre­ba­tarle a Francia el li­de­razgo mun­dial como des­tino tu­rís­tico en 2017; po­dría su­perar los 84 mi­llones de tu­ristas a final de año pese a los aten­ta­dos; agen­cias de viajes y ho­te­leros niegan can­ce­la­ciones desde el ataque te­rro­rista (Carlos Molina). Otro ti­tu­lar: Baleares du­plica la tasa que cobra a los vi­si­tantes por per­noctar en la isla. Otro ti­tu­lar: Las con­se­je­rías de Salud deben 834 mi­llones a las tec­no­ló­gi­cas. Vozpopuli: Fomento lanza su propia ‘operación as­fal­to’: li­cita más de 300 M. en obras de ca­rre­teras en 15 días (Raúl Pozo). 

EMPRESAS
El País: El laudo obliga a Eulen a pagar hasta 200 euros más a los vi­gi­lantes de El Prat: el ár­bitro toma como re­fe­rencia la oferta del me­diador de la Generalitat re­cha­zada por los tra­ba­ja­dores (Manuel V. Gómez y Josep Catà). El Mundo: Amenazan con nuevas huelgas si el laudo de El Prat no se ex­tiende al sector (Víctor Martínez). Cinco Días: Fomento prevé evitar el otoño ca­liente en los ae­ro­puertos tras el laudo de El Prat (C. Martínez y J. Fernández Magariño). Otro ti­tu­lar: Renault y Ferrovial lanzan su em­presa de al­quiler de co­ches en oc­tu­bre. El Economista: El laudo de El Prat aboca a alzas sa­la­riales en otros ae­ro­puer­tos. Otro ti­tu­lar: CCOO de­nuncia que el laudo del Gobierno ante el con­flicto de Eulen en El Prat ‘coarta el de­recho de huel­ga’. Otro ti­tu­lar: Ferrovial y Renault lanza ‘Zity’ para com­petir con Car2Go. La Vanguardia: Fin al con­flicto de El Prat con un plus de 200€ para los tra­ba­ja­dores de Eulen. El Periódico: El laudo acaba con el con­flicto de Eulen en El Prat. 

SECTOR FINANCIERO
Capital Madrid: FG tira la toalla en Chile ante la pu­janza del Santander: BBVA ad­mite ne­go­cia­ciones con Scotiabank para la venta de su fi­lial chi­lena, des­pués de que con una cuota del 6%, el banco haya sido in­capaz de crecer en el país an­dino (José Luis Marco). Otro ti­tu­lar: El metal bur­sátil re­luce más en agosto: Acerinox y ArcelorMittal se dan un baño es­tival en una Bolsa in­cierta y cam­biante en la que los ana­listas elevan las re­co­men­da­ciones sobre las dos em­presas me­ta­lúr­gicas (por J. Muñoz). El Economista: BBVA ne­gocia la venta de su fi­lial chi­lena por más de 800 mi­llo­nes: con­versa con Scotiabank al no poder crecer más. 

Cinco Días: La pri­mera de­manda civil por Popular abre una nueva vía ju­di­cial. Otro ti­tu­lar: La guerra de la banca por ganar cuota ace­lera la firma de hi­po­te­cas. El Confidencial: Los ca­jeros de ING Direct, en pe­li­gro: Bankia y Sabadell re­chazan sus­ti­tuir al Popular (Eduardo Segovia). Expansión: Ránking de la Bolsa en 2017: diez em­presas del Ibex suben más del 20%. Otro ti­tu­lar: El Banco de España in­for­mará sobre el pro­blema de li­quidez de Popular. El Periódico: Una em­presa ca­ta­lana pre­senta la pri­mera de­manda civil contra el Popular.

OPINIÓN
Editorial en El Periódico: ‘Separar a los Mossos de la po­lí­ti­ca’. Jesús Núñez Villaverde en el mismo dia­rio: 'Jugando con la cre­di­bi­li­dad: la Generalitat po­dría ha­berse aho­rrado el bo­chorno de tener que ad­mitir lo que ne­ga­ba'. Emma Riverola en el mismo dia­rio: ‘Asunto de Estado: el pe­ligro de la pro­pa­ganda desatada es que acaba do­meñando a la cau­sa’. Editorial en ABC: ‘Es hora de atajar la se­ce­sión’. Editorial en La Razón: 'La Generalitat mintió sobre el 17-A y debe res­ponder por ello'. Otro edi­to­rial: 'Parche ne­ce­sario en el agu­jero negro de AENA'. Editorial en El Español: ‘Los ca­ta­lanes no me­recen un Gobierno que les mien­ta’. José María Espejo en el mismo me­dio: ‘Un Parlament con­ver­tido en la ges­toría de Puigdemont’. 

Editorial en La Vanguardia: ‘Excluir la se­gu­ridad de la brega po­lí­ti­ca‘. Pilar Rahola en el mismo dia­rio: ‘Operación des­pres­ti­gio: se tra­taba de en­su­ciar a los Mossos porque ha­bían hecho bien, de­ma­siado bien, su tra­ba­jo'. Màrius Carol en el mismo dia­rio: ‘Con la se­gu­ridad no se hace po­lí­ti­ca’. Otro edi­to­rial: ‘Laudo en el ae­ro­puer­to’. Editorial en El País: ‘Ataque a la li­ber­tad: la Generalitat se re­vuelve contra los me­dios para evitar rendir cuen­tas‘. Juan Cruz en el mismo dia­rio: ‘El fol­kló­rico des­pres­tigio del men­saje: a la Generalitat no le ha gus­tado que El Periódico de Catalunya diera a co­nocer que los Mossos re­ci­bieron de la CIA el aviso de que en la Rambla po­dría haber un aten­ta­do’. Xavier Vidal-Folch en el mismo dia­rio: ‘Viene un otoño más ca­liente: más con­flic­tos, por la falta de pacto sa­la­rial y las de­siguales se­cuelas so­ciales de la cri­sis’. 

Editorial en El Mundo: ‘Confusión y men­tiras para ocultar errores inad­mi­si­bles’. Teresa Freixes en el mismo dia­rio: ‘¿Existen al­ter­na­tivas al 155?’. Raúl del Pozo en el mismo dia­rio: ‘Cataluña es OK Corral: Otro edi­to­rial: ‘Un laudo que debe poner fin al con­flic­to’. Tom Burns en Espansión: ‘Brexit y el pro­cés’. Editorial en Libertad Digital: 'Barcelona y Cambrils: se viene abajo el re­lato men­ti­roso de la Generalidad'. J. Arias Borque en el mismo me­dio: '¿Necesitan los Mossos que la CIA les diga que Las Ramblas son un ob­je­tivo te­rro­ris­ta?'. Eduardo Olier en El Economista: ‘Las fi­nanzas del Estado Islámico’. Mar Revuelta en La Carta de la Bolsa: ‘El Ibex, de nuevo en manos del la­dri­llo; y de­cían que ya no ha­bría otra bur­bu­ja’. 



(*) Periodista


https://www.capitalmadrid.com/news_links/2423 

Desde hoy, también estamos en www.murciaconfidencial.com

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jueves, 31 de agosto de 2017

La Madre de todos los murcianos de la Vega del Segura regresa a la Catedral de Murcia para la Feria de septiembre


MURCIA.- El presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, el lorquino Fernando López Miras, ha recibido a última hora de esta tarde a la patrona de la Vega del Segura, la Vírgen de la Fuensanta, a su llegada a la iglesia del Carmen camino de la Catedral para pasar doce días entre los murcianos con motivo de su Feria de Septiembre, que comenzó esta misma noche.

Junto a López Miras también recibieron a la Madre de todos los murcianos de la capital, el alcalde de Murcia, José Ballesta Germán, y el obispo de la Diócesis, monseñor José Manuel Lorca Planes.

La Morenica lucía hoy, al igual que el Niño, el pectoral de la Cruz de Caravaca en alusión al Año Jubilar en ésta romería de venida enmedio de vivas, alabanzas y vítores constantes de una multitud de devotos que han acompañado a la imagen desde su santuario del monte hasta la ciudad de Murcia, donde la esperaban con una traca y la recibieron docenas de fieles junto al jardín de Floridablanca.

Antes de entrar en el templo carmelitano, desde el balcón anejo de la Archicofradía de la Preciosisima Sangre se descargaron sobre La Fuensanta varias lluvias de pétalos de rosa mientras repicaban las campanas que luego dieron paso a los sones del Himno Nacional español.

Luego, a su llegada al Puente Viejo,  antes del arco floral recreado como se hacía a principios del siglo pasado, la Fuensanta se giró a la izquierda y se detuvo de cara a la Virgen de los Peligros.

El martes 12 de septiembre la Vírgen de la Fuensanta protagonizará la romería de regreso al santuario de Algezares junto a esa Virgen de los Peligros. Peregrinarán juntas, por primera vez en su historia ambas imágenes, hasta El Carmen, con motivo del 275 aniversario de la instalación en la hornacina de la segunda en el Puente Viejo.

Nace a partir de mañana el digital 'La Tribuna de Cartagena', un nuevo periódico en la Región


CARTAGENA.- Un nuevo periódico digital, 'La Tribuna de Cartagena', nace y aparece mañana en Internet de la mano de un grupo de cartageneros conservadores y regeneracionistas identificados con la reivindicación de una nueva provincia dentro de la Región de Murcia a tenor de la composición de su primer consejo asesor editorial y a partir de su sesgo ideológico claro. Su lema de cabecera es 'Periodismo con valores desde el sureste de España'.

En ese consejo, que está presidido por el prestigioso escritor César Vidal, están entre otros Pablo Cerezuela Fuertes, Julio Frigard, José Antonio Luque, Rafael Amat Tuduri, Carlos León Roch, Benito García Soto, Antonio García Sánchez y Luis Villegas.

(...) Nos declaramos completamente enamorados de nuestra tierra. Quien no ama a sus padres es muy difícil que sepa amar a sus hijos. Más de tres mil años de historia nos avalan y nos convierten en la sociedad que hoy somos, una Cartagena orgullosa de su pasado (sin el que sería imposible concebir España) y defensora de su presente y de su futuro (...), dice su director, Josele Sánchez, un valenciano de Buñol, en su primera carta a los lectores.

Este digital, que nace en Cartagena y para Cartagena, aspira a ser de nuevo un medio local y localizado frente a las redacciones sucúrsal de otros medios radicados en Murcia por su capitalidad regional. Su correo electrónico es: redaccion@latribunadecartagena.com

El presidente del consejo asesor editorial de 'La Tribuna de Cartagena', César Vidal, escribe en este primer número (...) Desde esta nueva barbacana estoy más que convencido de que defenderemos aquello que Cartagena ha encarnado tantas veces: el amor a la patria, a la justicia a la libertad, a la belleza, a….  Discúlpenme.  Me he vuelto a emocionar, pero es que - no se lo puedo ocultar - yo amo Cartagena (...).

En cuanto a la empresa editora, Grupo SUR ESTE PRENSA EDITORIAL, S.L., Antonio Vidal Olivo figura como presidente y María Josefa Ruiz Dorado como consejera-delegada. El director es Josele Sánchez, ex falangista y republicano de 53 años, y el redactor-jefe, Marcos Larrazábal.

Josele Sánchez es Licenciado en Periodismo, Licenciado en Ciencias Empresariales, Máster en Dirección de Empresas por la Universidad Politécnica de Madrid y Máster en Marketing Farmacéutico por EADA Business School

Como explicaba hace poco el propio Josele Sánchez, “el cartagenerismo se basa, se fundamenta y se arraiga en su profundo amor a España; se basa en una historia real de tres mil años, en una historia de la que consideran su parte más gloriosa las aportaciones de Cartagena a España, a su defensa y a su unidad nacional. Y el cartagenerismo es un sentimiento que debería ser contagioso; ¡ojalá una pandemia de cartagenerismo nos afectara a los españoles infectándolo todo, llenando cada rincón y cada casa de la nación del orgullo, del sentimiento, de la dignidad, de la rebeldía y del patriotismo de las buenas gentes de Cartagena!”. 

El tema central de este primer número tiene que ver con el intento privatizador del Faro de Cabo de Palos, dentro de una trama local de Cartagena que el nuevo digital desvela en su integridad, incluida sus conexiones fuera de la Región.


C's Cartagena recuerda al Partido Popular que lleva exigiendo la bajada del recibo del agua desde 2015

CARTAGENA.- Con motivo del comunicado difundido hoy por el PP de Cartagena en el que lamentan que Ciudadanos no tratara la bajada del agua en la última reunión mantenida con la concejal de Hacienda, Isabel García, el portavoz de la formación naranja, Manuel Padín, ha explicado que "esa reunión se convocó única y exclusivamente para hacer un seguimiento a las enmiendas que incluimos en los últimos presupuestos municipales y que para nuestra satisfacción se encuentran en diversas fases de ejecución; exigir que se cumpla el compromiso de bajar el agua es algo que estamos haciendo de manera ininterrumpida desde que entramos en la Corporación".

"Para algunos puede ser sorprendente este trabajo de oposición constructiva, pero ésa es nuestra filosofía, por un lado fiscalizar con mano de hierro la labor del Gobierno, pero por otro proponer, sumar y colaborar por el bien de Cartagena", ha indicado Padín, que considera que "los cartageneros no nos pagan el sueldo sólo para señalar problemas, sino también para trabajar y proponer soluciones".
El edil de Ciudadanos ha querido aclarar hoy que en su momento Ciudadanos condicionó la aprobación de los presupuestos a la incorporación de ocho enmiendas por valor 1.25 millones de euros, como la mejora del acceso peatonal al Hospital Santa Lucía, intervenciones en el Anfiteatro Romano, incentivos a emprendedores, o adecuar el firme en la calle Beatas y sus vías perpendiculares, entre otras inversiones". 
"Nuestro apoyo -según Padín- también estaba supeditado a la firma de un documento por el cual el exalcalde de Cartagena, José López, la actual alcaldesa, Ana Belén Castejón, y los portavoces de los Grupos Municipales que forman el Gobierno se comprometían, a la mayor brevedad posible, a remitir a la Comunidad Autónoma una propuesta para rebajar el recibo del agua con los informes pertinentes, el económico, el jurídico, el de Intervención y el de los técnicos de Infraestructuras". 
Para Manuel Padín, "el portavoz del PP debe confundir la firma de un compromiso, con el compromiso en sí mismo, pero le recuerdo al señor Espejo que Ciudadanos no es gobierno, es oposición, y como es obvio, no está en nuestra mano hacer efectiva la bajada del agua; en otras palabras, nosotros sólo podemos exigir que se cumpla el compromiso adoptado por el Gobierno de Cartagena". 
"Eso sí, vemos realmente difícil, volver a negociar nada con un Gobierno que no cumple su palabra", ha advertido el portavoz de C's.
Por otra parte, Manuel Padín insiste: "los que sí tuvieron en su mano durante más de veinte años establecer, junto con la empresa concesionaria, un pago justo por el agua que se consume en Cartagena fue el Partido Popular, que prefirió mirar hacia otro lado, y castigar año tras año a los vecinos de Cartagena con una de las tarifas más caras de España".