LONDRES.-Un informe respaldado por las principales fuerzas políticas sugiere avanzar hacia la "agroecología" en el Reino Unido. "Influida por unas políticas pobres y unos incentivos perversos, la industria agrícola y la alimentaria se han convertido en uno de los principales factores en la crisis de salud y medioambiental. Desde la deforestación a la pérdida de especies salvajes, de la degradación del suelo a la contaminación extendida y
a problemas de salud relacionados con la dieta, las personas y el
planeta han sufrido las consecuencias", según recoge el corresponsal de El País.
El informe de la Comisión para
la Alimentación, Agricultura y el Campo (RSA, en sus siglas en inglés),
un organismo independiente establecido en 2017 para replantear la cadena
alimentaria en el Reino Unido, alerta de los graves riesgos para la
salud y el medioambiente que han generado décadas de agricultura
intensiva, con resultados devastadores para el campo británico y para el
bienestar físico de las nuevas generaciones.
El informe, en el que han participado expertos en la industria
agroalimentaria y en políticas medioambientales y de sanidad, describe
los últimos 70 años como un proceso destinado a crear alimentos cada vez más baratos que ha tenido consecuencias "perversas y perjudiciales".
Los
precios a los que venden hoy en día los productores son baratos, y los
alimentos en los supermercados tienen precios cada vez más bajos, pero
"el verdadero coste de estas políticas es simplemente trasladado al
resto de la sociedad: un medioambiente degradado, una espiral de mala
salud y núcleos urbanos más empobrecidos".
Con datos concretos, salpicados en todo el
documento, se ilustran las consecuencias a largo plazo de estas
políticas. "Simplemente el coste para el Servicio Nacional de Salud de
una de estas enfermedades relacionadas con una dieta pobre, la diabetes
tipo 2, se acerca a los 30.000 millones de euros al año", indica.
Los expertos señalan que las medidas que se adopten en los próximos
10 años pueden ser fundamentales. Y señalan, desde el lado positivo, que
la ciudadanía ha comenzado a tomar conciencia de la dimensión del reto.
Surgen cada vez más llamadas de atención y movimientos colectivos que
exigen que se adopten las medidas necesarias para combatir esta amenaza.
"Desde los alumnos de las escuelas a los accionistas de las empresas, o
desde las industrias agrícolas y alimentarias, por todas las
comunidades del Reino Unido, estamos encontrando respuestas a favor del
cambio necesario", dice el informe, que incluye en sus conclusiones las
quejas de muchos de los protagonistas de esta situación: "Soy un ganadero y no puedo permitirme la misma comida que he producido. ¿No es algo ridículo?", dice James, un productor de carne de oveja del distrito británico de Peek.
La comisión defiende la disponibilidad y voluntad de la comunidad
agricultora y ganadera del Reino Unido, preparada para cambios drásticos
cuando el Brexit sea una realidad, para acometer las reformas
necesarias en la próxima década. "Los agricultores se adaptan
extraordinariamente a las nuevas circunstancias", ha dicho Sue
Pritchard, directora de la RSA y ella misma una agricultora orgánica en
Gales.
"Tenemos que convivir con los cambios cada día de nuestras vidas.
En estos momentos, muchos agricultores son acosados y retratados como
los malos de la película. Pero sin una agricultura sostenible y segura
en el Reino Unido, no sobreviviremos".
El informe asegura que la actual agricultura británica es responsable
de al menos el 10% de los gases de efecto invernadero que se emiten en
el Reino Unido, y es además la culpable de la desaparición de una gran
porción de la vida salvaje de esta isla. El volumen de especies
autóctonas clave se ha reducido, asegura, en un 67% desde 1970, y cerca
de un 13% de esas especies se encuentra hoy en peligro de extinción.
"El Brexit ha creado una oportunidad que solo se da cada 50 años para cambiar nuestro sistema agroalimentario",
asegura Ian Chesire, presidente de la RSA y asesor del Gobierno en
materia medioambiental. "Necesitamos tomar medidas ahora mismo. La
emergencia climática exige acciones urgentes y radicales".
Entre otras acciones, el informe, respaldado por las principales
fuerzas políticas del Reino Unido, sugiere marchar hacia la
"agroecología", que supone avances en la agricultura orgánica y la
reforestación inteligente de bosques, que combinen árboles con cultivos y
pastos para ganado. Recomienda respuestas tan simples y a la vez tan
lógicas como "apoyar la cría vacuna y de corderos en aquellos lugares
donde lo más fácil de cultivar es la hierba". El ministro de Medio
Ambiente, Michael Gove, se ha comprometido nada más recibir el informe a
incrementar las ayudas destinadas a los agricultores y ganaderos
dispuestos a emprender estos cambios.