Hay optimismo entre el 75% de los inversores internacionales sobre las perspectivas de la economía global y, especialmente, en la eurozona aunque luego la gran mayoría se incline antes por Estados Unidos (29%) y el Japón.
Porque un 48% tiene incluso expectativas de beneficio. De hecho, la
Agencia Internacional de la Energía (AIE) acaba de pronosticar para 2014
un incremento rápido de la demanda de petróleo. Pero como contraste, la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) acaba de revelar que el
desempleo mundial era a diciembre de 2012 del 6% de la población activa,
unos 200 millones de personas, de las que más de 60 se lo debían a la
crisis económica global.
El
reciente informe de la ONU sobre la coyuntura económica internacional
ve el fin de la recesión en la eurozona, el crecimiento en EE UU, una desaceleración detenida entre los países emergentes y una aceleración del crecimiento en América Latina y África.
Pronostica un crecimiento del PIB global del 3% este año y del 3,3% en
2015. Y eso que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha urgido
esta semana a aplicar sus recientes acuerdos de Bali para liberalizar
cuanto antes las transacciones de servicios y mercancias, reduciendo las
subvenciones agrícolas, con exención creciente de aranceles a países en
desarrollo y aligerando la burocracia aduanera.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI) es más prudente que la ONU en sus
apreciaciones económicas pese a considerar unos riesgos globales a la
baja y un pronóstico de crecimiento del 3, 3,7 y 3,9% hasta 2015. A su
juicio, el sur de Europa es, en este momento, la parte más
preocupante de la economía mundial por su frágil crecimiento a pesar de
unas exportaciones fuertes. Por contra su deuda y fragmentación
financiera frenan la demanda interna, hasta debilitarla como a empresas y
bancos.
La
reciente cumbre de Davos, sumida en el escepticismo por un aumento de
la desigualdad global, ha tenido que oir de boca del premier conservador
británico, David Cameron, que sin democracia y justicia no es posible
sacar a la gente de la miseria dentro de la lucha contra la corrupción.
Tras afirmar el ministro ruso de Desarrollo, Alexéi Uliakáyeb, que hay
una concentración de fuerzas internas de crecimiento para la
reindustrialización de EE UU y Europa, Cameron apuesta por la vuelta de producciones de Asia a Occidente para fortalecer el tejido industrial e impulsar y recuperar empleo.
Miradas puestas en la eurozona
En la eurozona,
el mismo Mario Dragui, máximo responsable del euro como presidente del
Banco Central Europeo (BCE), ha advertido contra un excesivo optimismo
por riesgo significativo todavía de reveses. En Davos ha pedido cautela
por el carácter débil e irregular de la recuperación que se observa por
fuertes exportaciones y aumento de la demanda interna. Y ha propugnado
menos gasto corriente y menores impuestos en los Estados miembros y
mayor inversión en infraestructuras y capital humano ante el elevado
desempleo e infrautilizada aún capacidad productiva.
Para
Dragui, la eurozona estaría hoy como EE UU hace un año al notar ya su
economía real los efectos de las medidas o reformas y, aunque ve signos
de recuperación débiles y dispares en la economía, no detecta para nada
una deflación real pese a la baja inflación registrada en 2013 del 0,8%.
Esa escasa inflación también la ve el FMI demasiado
baja, por un tipo de interés del 0,25% fijado por el BCE, con riesgo de
deflación potencial del 10 al 2o%, que también considera posible la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y
rechaza Dragui, quien dice que actuará si la cosa va a más mientras
asegura que el BCE mantendrá por tiempo el actual tipo de interés.
Entretanto,
la agencia calificadora Fitch ve en la eurozona un claro descenso de
riesgos sistémicos y macroeconómicos, con mejora de su solvencia
exterior, pese a que la OCDE alerta de un déficit de capital de 84.000
millones de euros en la banca mientras se habla desde la Comisión
Europea de mejorar el fondo de ayuda para la francesa y alemana, las más
golpeadas por la crisis junto a la española.
Enmedio
de un sólido crecimiento del sector privado en la eurozona, bajada de su
deuda pública por primera vez desde 2007 y de previsiones para su PIB
por el FMI del 1 y del 1,5% para este año y el 2015, el comisario
Joaquín Almunia ha recordado en Davos que el sistema financiero fue el
origen de la crisis actual.
Dejando España para un siguiente análisis monográfico esta misma semana aquí mismo, Alemania
acaba de aumentar su pronóstico de crecimiento al 1,8 y al 2%, para
este año y el que viene frente al del FMI del 1,6 y 1,4%
respectivamente. Fitch le mantiene la triple A con perspectiva estable
ante el alejamiento del riesgo en la eurozona, bajos costes financieros y
crecimiento, con 42 millones de empleos.
De Francia
no cabe decir nada parecido pese a sus últimos pero tardíos esfuerzos
traducidos a estabilidad en industria y servicios. Por contra, en la
Construcción la pérdida de empleo es todavía continua. En general, una
desaceleración económica que no cede, lleva al país a una calificación
Aa1 por perspectiva negativa de su economía ante la reducción de
competitividad y deterioro de su fortaleza financiera. El FMI mantiene una previsión de crecimiento del PIB del 0,9 y 1,5% este año y el que viene.
Portugal
conoce ya una mejora de la actividad económica, rápidamente
generalizada, y de sus objetivos de déficit público al conseguir un
0,50% más sobre el 5% previsto para 2013 y un 13,1% más de recaudación
fiscal traducida en 36.253 millones de euros.
Gran Bretaña mantiene en un 7,1% el desempleo y en un 0,50% las tasas de interés mientras el FMI espera que crezca un 2,4% en 2015 e Italia un 0,6% este año y un 1,1% el próximo. La emergente Rusia no pasará del 2% en 2014 ni del 2,5% en 2015.
En Estados Unidos la economía marcha
La economía de Estados Unidos
comienza a arrojar datos positivos, mejor de lo esperado. Aunque las
señales de consolidación no impiden calibrar la salida en función del
contexto. Con un PIB del 4,1% y un desempleo del 6,7%, la retirada
gradual de estímulos por la Reserva Federal, desde los 75.000 millones
de dólares mensuales invertidos en bonos, ha significado 10.000 millones
menos ya en diciembre. El aumento de la demanda interna y el freno
fiscal lo justifica, así como la previsión al alza del FMI de un
crecimiento del PIB hasta el 2,8% en 2014 y del 3% en 2015.
Muy al contrario, Canadá acaba de dejar los tipos en el 1%, pese al riesgo de deflación, no tan posible por su conexión con la economía de su vecino del sur.
Por su parte, en Japón
la moderada recuperación no hace plantearse al BoJ (Banco Central)
nuevos estímulos más allá de los monetarios, en busca de un 2% de
inflación para 2015. Algo que no se ve tan claro después de dos décadas
continuas de deflación de la economía nipona pese al tipo de interés del
0,1% y unas importaciones estancadas a la baja. El FMI prevé, no
obstante, un crecimiento del PIB entre el 1,7 y el 1,8% para este año y
el próximo.
China está arrojando datos
contradictorios nada más iniciado el año. Pese a la desaceleración de su
economía y la debilidad de sus manufacturas, hay otros datos
favorables. No obstante, su crecimiento del 7,7% en 2013 es el más bajo
desde 1999. El desempleo urbano del 4,1% quizás se palie con las doce
nuevas zonas de libre comercio a sumar este mismo año a la experimental
de Shanghai. Pero parece que no tanto su tendencia de crecimiento que,
siempre según el FMI, no pasará del 7,5% este año ni del 7,3% en 2015
por el frenazo de sus exportaciones.
En América Latina
ha caído un 53% la inversión española en 2013 ante sus menores
expectativas de crecimiento y cierta inseguridad jurídica en
determinados países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina. En este último país, que ha conocido en 2013 un superávit comercial un 27% menor que en 2012, su situación económica comprometida ha llevado a la fuerte depreciación de su moneda, el peso,
con el consiguiente interés creciente por el euro, el yen y el franco
suizo en todo el Mundo en detrimento de otras monedas depreciadas estos
días a remolque como el dólar, dólar australiano, libra turca, rupia
india o el rand sudafricano.
Mientras Brasil
habla de la potencialidad de su clase media para clamar inversiones, su
ministro de Hacienda, Guido Mantega, niega en Davos una crisis
particular de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) que, a su juicio, en 2014 mantendrán el liderazgo del crecimiento económico mundial.
(*) Periodista y profesor