Tanto su presidente, Modesto Crespo, como su director general, Roberto López, han sido conminados a volver al seno del SIP con Caja Cantabria y Caja Extremadura e informados de que no recibirán ninguna ayuda a nivel individual si optan por salirse de ese grupo.
Tienen una semana, pues, como máximo, para acatar el deseo del Banco de España y evitar así una intervención obligada que, sin embargo, desde dentro de la CAM no se ve tan clara ni tan fácil sin que sufra aún más la solvencia del Reino de España en los mercados internacionales.
Se baraja como hipótesis la entrada de la CAM en otro SIP distinto (se apunta al que lidera Caja Madrid con Bancaja) o un nuevo tipo de fusión con Ibercaja, por ejemplo. Parece que por ahí podrían ir los tiros ahora si el Banco de España lo aceptase como mal menor para dar salida a este imprevisto.
Lo que el Banco de España no desea es que se cree un precedente y quienes se consideran perdedores en un SIP se replanteen ahora su pertenencia y obstaculicen la conclusión de la urgente reforma del sistema financiero alentada desde Francfort y Bruselas.
Es lo que podría suceder a continuación, por ejemplo, con el SIP que lidera Cajamurcia y del que se podrían descolgar en septiembre CajaGranada y Caixa Penedés al comprobar que sus ejecutivos han entregado todo el poder a un señor de Lorca (no confundir con la ley orgánica del mismo nombre) a cambio de nada y sabiendo lo que ahora saben de él e ignoraban en el momento de la firma.
El Banco de España no está dispuesto a que la integración de la CAM con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, que ya tiene aprobadas las ayudas públicas, acabe en papel mojado.
En el encuentro urgente de ayer viernes en el Banco de España, se conminó a los directivos de la CAM a aceptar que el poder del nuevo grupo quede totalmente en manos de Cajastur. Así lo firmaron en el preacuerdo de mayo y en el contrato que entregaron al supervisor el 28 de junio, según aseguran todos los participantes de la operación, salvo ahora la caja murciano-alicantina.
Pero la CAM mantiene que desde el primer acuerdo hasta el que se tiene que aprobar ahora de forma definitiva se ha incrementado de forma descomunal el poder del consejero delegado y primer ejecutivo del nuevo grupo, y a la sazón el presidente de Cajastur, Manuel Menéndez.
La CAM argumenta que tiene tanto poder que ni siquiera se le puede cesar sin que él esté de acuerdo.
Los otros participantes en la fusión niegan este extremo e insisten en que tiene los poderes normales de un primer ejecutivo de una compañía, que puede tomar decisiones pero tiene que someter otras a la aprobación del Consejo de Administración.
La CAM intentará negociar ya este fin de semana con Cajastur, pero ésta no está dispuesta a hacer concesiones porque sabe que es la caja murciano-alicantina la que tiene encima la presión, pues es la que realmente necesita ayudas cuanto antes debido a su grave situación interna.
La CAM se reafirma, no obstante, en su decisión "firme e inequívoca" de integrarse en el SIP y recuerda que su consejo aprobó el contrato, excepto "algunos matices o aspectos respecto a las condiciones de gobierno corporativo". Las objeciones se refieren "a la delegación de las facultades en el consejero delegado", según comunicó la propia caja a la CNMV.
El máximo órgano de la CAM aprobó esta misma semana el contrato del SIP, con los votos en contra de los dos representantes sindicales, pero votó de forma unánime rechazar las condiciones de Menéndez. La CAM entiende que no sólo van en contra del código del buen gobierno, sino que, además, no figuran en el protocolo de intenciones aprobado en mayo.
El futuro consejero delegado impuso en el contrato definitivo la obtención para sí de plenos poderes con carácter irrevocable, lo que significaría evitar el control de la junta del nuevo banco. Además, el "blindaje" se vería reforzado, dado que Menéndez estaría en el cargo durante 12 años, ya que el protocolo sí prevé que su mandato sea de seis años, prorrogables a otros seis en el caso de que las cajas no se pongan de acuerdo sobre su sucesor, siempre según fuentes de la CAM.