MADRID.- El nuevo Gobierno español priorizará el saneamiento de los balances de las entidades financieras para despejar las dudas sobre las valoraciones de los activos inmobiliarios, aunque no aclaró si apuesta por la creación de un 'banco malo' que aglutine estos activos que están lastrando el balance de la banca.
El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo ayer en su discurso de investidura que para avanzar en este proceso de saneamiento era necesario que las entidades procedieran a la venta de los inmuebles terminados y que hicieran "una valoración muy prudente de los activos menos líquidos (como solares y promociones sin terminar)".
"Estas medidas supondrán la asunción de pérdidas latentes u ocultas en los balances, por lo que es inevitable una segunda ola de reestructuraciones", agregó.
Rajoy reconoció en su discurso que las incertidumbres actuales sobre el valor real de los activos inmobiliarios estaba impidiendo un acceso adecuado de las entidades financieras a los mercados, una contaminación en la credibilidad de la deuda pública, manteniendo asimismo cerrado el grifo del crédito a las familias y pequeñas y medianas empresas.
Ante las necesidades de profundizar en el proceso de saneamiento del sector financiero en España por el excesivo peso del ladrillo en el balance de las entidades, han aumentado las voces que apuntan a la necesidad de que el nuevo Gobierno español cree un 'banco malo' nacional en el que agrupo los activos tóxicos ligados al sector inmobiliario.
Hasta junio de 2011, los activos problemáticos en manos de la banca ascendían a 176.000 millones de euros.
Una vez más, Rajoy dejó sin concretar este lunes cuál sería la fórmula elegida para avanzar en el desapalancamiento del sector financiero y simplemente se limitó a apostar por más fusiones y por un cambio del mapa bancario hasta tener entidades suficientemente sólidas.
"Impulsaremos, por tanto, la culminación del proceso de reestructuración del sector financiero, en los primeros seis meses del año, como requisito imprescindible para que vuelva a fluir el crédito a empresas y hogares y, con ello, fomentar la recuperación del crecimiento y del empleo en nuestro país".
Líderes del Partido Popular han evitado en el pasado hablar de 'banco malo' si bien han reconocido que podría haber fórmulas intermedias para dar salida a los activos inmobiliarios.
El consejero delegado de Sabadell indicó que una alternativa sería crear un mecanismo que proteja a las entidades que están más concentradas en el ladrillo.
En tanto, la gran banca española se ha manifestado contraria a la creación de un 'banco malo' nacional que aglutine los activos tóxicos de todas las entidades.
"Rajoy sigue sin haber decidido si va a crear un banco malo nacional a nivel general o no pero después de que recientemente el Fondo de Garantías de Depósitos privado garantizase a Sabadell la compra de la CAM sin costes públicos, me inclino más por pensar en una solución del problema del balance de las entidades caso por caso", dijo José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney Valores.
El propio gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, dejó recientemente abierta la posibilidad de crear un 'banco malo' en la siguiente fase de consolidación del sector financiero al recomendar apertura de miras hacia nuevas herramientas de reestructuración si lo situación lo exigía.
Aunque sin entrar en detalles, Rajoy también esbozó una crítica velada al Banco de España al solicitar una agilización del proceso de reestructuración del sector financiero, considerado incompleto por algunos analistas, "evitando las indecisiones y bloqueos que lo han caracterizado".
Desde el estallido de la crisis financiera en 2007, el anterior Gobierno ha emprendido un proceso de reestructuración que ha obligado a reducir el número de cajas de 45 a 15, ha intervenido cuatro entidades y ha nacionalizado otros tres grupos de cajas.
En total, el Estado ha comprometido unos 18.600 millones de euros en capital y préstamos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en la reorganización del sistema financiero.
El futuro presidente del Gobierno también reconoció mayores necesidades de capital para mantener la solvencia de las entidades.
la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas inglés) confirmó a principios de diciembre que las exigencias de capital a la banca española serán casi una cuarta parte de los requerimientos al conjunto de la banca de la eurozona.
Esta decisión provocó malestar entre las entidades españolas ante la sensación de que España había recibido un trato desfavorable, ya que entre otros factores no se tuvieron en cuenta las reservas anticíclicas españolas.