Hay un tren que viene resoplando y va
cargado con el Auditorio de Puerto Lumbreras. El socialista Rafael
González Tovar quiere tomarlo, porque sabe que para él no habrá más
trenes, y ha decidido emprender una carrerilla, echando su último
resuello, para incorporarse al paso. Pero el riesgo es grave: si se
lanza en marcha y no consigue aferrarse a los asideros del vagón
principal podría caer al andén y ser arrastrado a las vías, donde
resultaría aplastado por la insensible máquina ferroviaria. Pero qué más
da. Ahora o nunca. De perdidos, al río. Es la última y la única
oportunidad para Tovar.
Sin el tren del Auditorio, ya estaría jubilado
de la política, de manera que no hay riesgo mayor. Ya se estrelló en las
elecciones autonómicas y en todas las que vinieron después, pero ahora
tiene una oportunidad, no tanto sobrevenida como prevista, dado que su
adversario del PP, PAS, presenta una grave avería. Tovar no va a
desperdiciar la oportunidad. Se va a lanzar al tren en marcha, y si no
consigue sujetarse a la barra de acceso y cae a las vías, mala suerte.
Esto último ya se daba por descontado, así que si la probabilidad de
éxito fuera del 0,009, lo intentaría de todos modos. ¿Y si sale?
No
es algo extraordinario en la vida política. Lo más frecuente es que los
jefes políticos conduzcan mientras puedan a sus partidos hacia su
proyecto personal, que no es otro que el de sobrevivir, aunque las
consecuencias posteriores para la organización a la que pertenecen sean
terribles. Lo estamos viendo cada día: ahí está Vistalegre 2 en el caso
de Podemos o la propia apuesta ciega del PP por PAS. P´alante, y ya se
verá. El caso de Tovar es todavía más evidente, pues es imposible
disociar sus posiciones respecto a la política general de sus intereses
en lo orgánico, es decir, en el poder interno del PSOE.
El planchazo de Ciudadanos
La pasada semana, Tovar convocó a Ciudadanos para iniciar un diálogo sobre la moción de censura al presidente popular, un instrumento en que concurren dos circunstancias: una, sólo la puede presentar el PSOE, por la lógica del reglamento que exige un número de diputados del que no disponen los otros partidos de la oposición; y dos, sólo puede triunfar si la apoya Ciudadanos, dado que es el partido que dispone de la llave para abrirle paso a la izquierda PSOE/Podemos.
Ciudadanos, que iba de invitado, aprovechó la
ocasión para dictar públicamente su hoja de ruta, dejando a los
socialistas en el párking: Miguel Sánchez, el portavoz del partido de
Rivera, vino a decir que en el centro del ruedo están ellos, por mucho
que el PSOE intente ocuparlo. A éste, en todo caso, le correspondería
activar el recurso de la moción de censura si es que el PP no se atiene,
hasta el próximo día 27, a las condiciones que unilateralmente le
impone Ciudadanos.
Este gesto dejaba a Tovar, el jefe del partido
mayoritario (aunque poco) de la oposición a expensas de la estrategia de
los riveristas, proclive a volver a amistarse con el PP si éste
sustituyera a PAS por otro candidato a la presidencia o, digan lo que
digan algunos de sus portavoces, a seguir apoyando a PAS en caso de que
en el tramo hasta el 27 de marzo, fecha del ultimátum ´ciudadano´, se
hubiera producido un carpetazo judicial al caso Auditorio, algo no
improbable, como tampoco lo es que el TSJ decida trasladar el expediente
a la vía contencioso-administrativa, con lo que la cuestión penal
contra PAS quedaría en el limbo.
En el PSOE creen que los ´plazos´ de
Ciudadanos son mero postureo a la espera de esa posibilidad, de manera
que Tovar, urgido por las prisas para convertirse en presidente del
Gobierno, ahora o nunca, se vea obligado a sobreactuar.
El problema de Tovar es que en una situación crítica como la que se da en este momento en la Región sólo hay dos maneras de actuar para un líder político que se pretenda alternativo. Una, gestionar los tiempos; dos, controlar las propias ambiciones. Y es obvio que en el caso del socialista, el último epígrafe se le va de las manos, y en consecuencia, también el primero. Es la ansiedad.
El calendario y las primarias
Veamos
su calendario: ha convocado para mañana a la ejecutiva de su partido,
donde a pesar de que hay personalidades interesantes (pongo por caso a
Emilio Ivars, a quien ni siquiera conozco, pero adivino) resolverán con
el ´señor, sí señor´, para después, el miércoles, acudir a un comité
regional algo más complejo, pero en el que las propuestas de Tovar serán
aprobadas sin dificultad y puede que hasta con fingido entusiasmo.
Serán un «allá tú», «haz lo que te parezca», «lo que tú veas», lo cual
significará en la traducción al momento político que vive el PSOE, en
pleno desarrollo de las primarias nacionales para la elección de
secretario general (o, más probablemente, secretaria), un «estréllate, y
así nos facilitas las cosas».
Y es que todo lo que tiene que ver con la
crisis de PAS se puede leer desde el PSOE en el contexto del pulso
interno de este partido. Es obvio, por ejemplo, que si Susana Díaz gana
las primarias en la Región de Murcia, Tovar se vería en una situación
muy comprometida. No tanto como para dimitir, porque para eso es más
rocoso que el propio PAS (ya se ve que no se ha dado por aludido por los
sucesivos fracasos electorales que ha protagonizado, él mismo y su
partido en las distintas convocatorias) como por el hecho de que la
fuerza emergente de la nueva hornada socialista lo aparcaría en el
congreso regional, una vez que su hija, María González, ha perdido peso
en el control de la organización al tener que someterse al amor filial
antes que a la razón política.
María González, sin embargo, tiene
su futuro político despejado, pues es obvio que gane quien gane las
primarias del PSOE, lo hará con una mayoría precaria. O sea, que aunque
Susana Díaz se proclame secretaria general tendrá que contar con la
gente de Patxi López, o viceversa. Si María González, después de haber
posado para Zapatero, con más razón siguió haciéndolo después para
Rubalcaba en los fondos de pantalla a fin de rejuvenecer al viejo
intrigante de las alcantarillas del poder ¿quién podría sorprenderse de
que apareciera tras Susana Díaz, como cuota juvenil o de integración
patxista en la nueva era el poder andaluz?
La apuesta de los Tovar por
el candidato vasco se inscribe en esa posibilidad, pues aunque pierdan
aspiran a ser rescatados, más bien en singular, quiero decir, María en
representación del clan. Con mucha más claridad si desde la Gestora se
observa que Pedro Sánchez, que va por libre, pudiera dislocar la
previsiones, lo que conduciría a última hora a un pacto Susana/Patxi, en
plan salvamento. No olvidemos que en Ferraz se ha elaborado el lema «o
el PSOE acaba con Pedro Sánchez o Pedro Sánchez acaba con el PSOE». Lo
cierto es que el sanchismo ha prendido entre la militancia desencantada y
podría dar sorpresas, incluso sin moverse demasiado ni aplicarse a una
campaña intensiva. También en Murcia dispone de saque Sánchez, aunque
los Tovar no han tenido la paciencia para abandonar su suerte a la magia
del Señor No es No y se han apuntado a Patxi.
Sin embargo, el
próximo sábado, fecha en la que PAS se entronizará como presidente
regional del PP en el congreso de ese partido, la vicealcaldesa de
Cartagena, la socialista Ana Belén Castejón, ha contraprogramado un
mitin de Susana Díaz, al que es previsible que acudan todos los alcaldes
y concejales del PSOE en la Región para fortalecer esta opción frente
la diluida candidatura de Patxi López, a la que, como sabemos, se han
enganchado los Tovar, y en aliento de éstos, López se desgañita contra
Ciudadanos por mostrarse esquivo a la moción de censura que convertiría
de rebote a Tovar en presidente de la Comunidad de Murcia a pesar de la
animadversión que le han mostrado las urnas, de las que sigue huyendo
bajo pretexto del gasto público, argumento que sin embargo su partido no
utilizó tras el 20D, cuando provocó, por no abstenerse ante Rajoy, unas
nuevas generales, que concluyeron con la sumisión ´por imperativo´ al
Gobierno del PP. Unos millones de euros de nada y un año perdido para
acabar haciendo tras el 26J lo que se negaron a adelantar tras el 20D.
¿Cómo se atreven a emplear argumentos tan peregrinos?
El
municipalismo socialista, que supera al popular en la Región, apuesta
por Susana Díaz, de manera que ésta dispondrá de agentes electorales en
la mayoría de los municipios en una Comunidad que, en teoría, le habría
de ser adversa y que González Tovar le ha puesto en bandeja porque la
andaluza ha encontrado aquí un germen de renovación promovido por la
simpleza política de Tovar, un político sin registros que sólo ve
enemigos en cualquiera que contradice sus ingeniosidades contra su afán
se mantenerse o de promocionarse.
El comité y la moción
La
convocatoria del comité regional socialista para el próximo miércoles
tiene como primer objetivo mostrar una imagen de unidad que no existe en
el interior del PSOE. Pero Tovar la venderá porque el punto del orden
del día es la dimisión de PAS, y ahí no hay discusión, salvo en los
procedimientos, quizá. Ahora bien, lo dejarán hacer, sea lo que sea lo
que proponga, porque la percepción de sus errores políticos ayudará a
fortalecer las opciones para la alternativa interna.
El primer rumor
sobre la propuesta que Tovar se proponía hacer a los órganos directivos
de su partido, difundido en el interior del PSOE, era que el próximo
viernes presentaría en la Asamblea la moción de censura contra PAS, sin
contar previamente con el plácet de los dos partidos que debieran
apoyarla necesariamente para que tuviera éxito. Esto habría supuesto una
interferencia en el plazo otorgado por Ciudadanos, que dura hasta el
día 27, lo que habría sido un fracaso a efectos prácticos, pues el
partido de Miguel Sánchez no se iba a sumar a una estrategia diferente a
la propia antes de que concluyera el plazo otorgado a PAS.
Después de
esta señal de alarma, en fuentes socialistas se señala que lo que Tovar
pretende obtener de su comité regional es la autorización para presentar
la moción de censura después del día 27, para tomar de inmediato el
relevo a Ciudadanos y convocar a éste a dicha moción una vez que
previsiblemente PAS no se avenga a dimitir en el plazo dado. Esto
significa que el PSOE podría presentar la moción al registro de la
Asamblea el 28 de marzo, y después de hacerlo, correría un periodo de
cinco días para la celebración del pleno, con la previa suspensión de
cualquier otra actividad parlamentaria. La fecha de la moción sería,
pues, el 29 o el 30 de marzo, según la lógica reglamentaria.
Pero
¿presentaría Tovar su candidatura a la presidencia del Gobierno y un
programa político para dos años sin haberlo negociado antes con Podemos o
Ciudadanos? De no hacerlo, según esta actitud voluntarista, la moción
fracasaría, sobre todo por la no aceptación de Ciudadanos, que aspira a
seguir manteniendo la iniciativa política en este terreno, y esto
significaría que PAS se vería libre de la amenaza política para su
sustitución, ya que habría de transcurrir un año hasta la próxima
oportunidad de verse sometido a un nuevo riesgo de censura, que quedaría
relegado a un año antes de las elecciones convencionales.
La
pretensión de extraer contradicciones en Ciudadanos si éste se niega a
votar una moción de censura para facilitar un Gobierno presidido por el
PSOE para los dos últimos años de legislatura es una ingenuidad, pues a
Ciudadanos no le afectan las imposiciones que provengan desde el PSOE o
desde Podemos, ya que su electorado potencial es otro.
Hay otro
problema añadido para Tovar. Acudir a una moción de censura sin la
certeza previa de que va a ser aprobada puede convertirse en un suicidio
político. La moción de censura es una fórmula parlamentaria en la que
quien se examina no es el presidente al que se pretende derrocar sino el
que protagoniza la operación para sustituirlo. Es, en términos
técnicos, una iniciativa ´positiva´. Por tanto, el debate habría de
producirse en torno a las propuestas políticas para la nueva
gobernación, que tendrían que convencer tanto a Podemos como a
Ciudadanos, una habilidad que rebasa la capacidad dialéctica, el manejo
de los resortes parlamentarios, la virtud tribunicia y la inteligencia
política, según está constatado en el archivo videográfico de la
Asamblea Regional, del actual jefe socialista.
Por otro lado, es
casi una irresponsabilidad política poner a un PSOE sin líder nacional,
con un líder regional agotado y cuestionado, durante el trascurso de un
fragilísimo proceso de primarias del que nadie puede prever el
resultado, en el centro del tablero político de la Comunidad de Murcia,
pues la confianza que la ciudadanía puede prestar a esta opción de
relevo es previsible aun cuando el Gobierno del PP pudiera estar bajo
mínimos. Prestarse a hacer de diana cuando las flechas, hasta ahora,
iban contra PAS y sus apuros, son ganas de exponerse al riesgo.
Lo
lógico sería esperar a que el PP se consuma en poco tiempo, a que
Ciudadanos no pueda asumir más contradicciones y a que la sociedad
murciana ofrezca señales de cansancio constatable con la situación
política que sufre. Adelantarse a esto para ponerse voluntariamente en
el foco cuando los socialistas están en reconstrucción sólo puede
explicarse por la ansiedad derivada de la incertidumbre de Tovar sobre
su propio futuro político, una cuestión personal tan a la vista que sólo
puede resolverse finalmente en el ridículo.
El tren a Tovarlandia va a ser algo así como el AVE del PP.
(*) Columnista