Tomo el título del famoso relato de Steinbeck, aunque rebajando varios enteros la intensidad del drama.
¡Qué
espectáculo el del PSOE! Se lleva todos los titulares, abre los
telediarios y los cierra. Pulula por las tertulias repletas, como se
sabe, de especialistas en historia del PSOE, psicólogos, antropólogos,
sociólogos y politólogos todos al cabo de la calle de lo que pasa. El
rostro de Sánchez es ya más familiar a los españoles que la reproducción
de la Última Cena que tienen en los comedores. Hasta ha eclipsado a los
de Podemos y eso que se pasan el día en los platós. Es tal el exitazo
de imagen que nadie se acuerda del proceso en marcha del expolio
millonario de las black y del que se abre el lunes por la Gürtel con,
cosa verdaderamente insólita, todos los tesoreros y casi todos los
secretarios generales del partido del gobierno encausado. No están
Cospedal Y Rajoy, también secretarios generales, por razones nada
fáciles de entender aunque sí de imaginar.
Los
periodistas, aficionados a la prosa colorida, dicen que "el PSOE arde",
que está "en guerra abierta", que "quiebra", que está "roto", etc.
Falta de perspectiva histórica. El PSOE ha estado así desde su
fundación, hace 137 años: periodos de bronca y tumulto alternados con
otros, los menos, de paz. Cuando los socialistas se ponen ditirámbicos,
suelen decir que, en realidad, el PSOE es España. No solo que la vertebra,
sino que España es él mismo.
Es obvio que es el único de los partidos
que ha estado en todos los momentos críticos de la historia del país:
estuvo en la huelga general de 1917, con Largo Caballero en la cárcel y
pasando de ahí al Consejo de Estado de Primo de Rivera; estuvo en el
Pacto de San Sebastián, en la República y la redacción de la
Constitución de 1931; pero también estuvo en la revolución de 1934, en
el Frente Popular de 1936 y en la Junta de Casado de 1939 que, mediante
un golpe de Estado, entregó la República a Franco; estuvo en el
Contubernio de Munich de 1962, en la Plataforma de Convergencia
Democrática, luego en la "Platajunta" y, por fin, en el gobierno.
Y en
todas las veces hubo broncas: Largo Caballero y Prieto se detestaban y
Negrín no iba en zaga y Besteiro a los tres y los tres a Besteiro. En el
exilio las cosas no fueron mejor. Felipe González defenestró a Rodolfo
Llopis y luego se enfrentó a la izquierda marxista del partido, como
ahora este se enfrenta a la derecha abstencionista. Esta pelea de hoy es
la enésima de la familia. Porque el PSOE no se escinde nunca
duraderamente. Es un partido democrático en donde cabe gente muy
distinta, a veces contraria.
La
única escisión real que tuvo el PSOE fue la de los comunistas en 1921 y
esa aún perdura. Las relaciones entre los dos siguen siendo pésimas.
Como lo son con Podemos en la media en que en Podemos están los
comunistas. Cierto que colaboraron en el Frente Popular y en la
Platajunta, pero siempre mirándose por el rabillo del ojo, poniéndose
cual no digan dueñas y hasta entrematándose como durante el golpe de
Casado.
Ayer
compareció Sánchez en Ferraz en rueda de prensa para explicitar su
posición ya que había decidido que no intervendrá en el Comité Federal
de hoy. Y sin admitir preguntas. Mal hecho. Cuando un dirigente político
no admite preguntas es porque no está seguro de las respuestas. O sea,
no está seguro de sí mismo pues, obviamente, igual que las preguntas,
las respuestas se fabrican. Nadie responde lo que no quiere responder
salvo que no se controle.
En
todo caso, dijo que hoy se votaría entre a) comisión gestora que abrirá
camino al gobierno del PP, en cuyo caso él, al parecer, dimitiría; y b)
gobierno alternativo a Rajoy.
Su
posición es débil por dos razones. En primer lugar, carece de sentido
imponer al CF una decisión sobre si el PSOE se abstiene o no. Si no
recuerdo mal, el NO es NO fue una decisión de ese CF que, obviamente,
está legitimado para reafirmarla o revocarla. En segundo lugar, Sánchez
debe saber que el gobierno alternativo es imposible porque Podemos no
quiere mientras el PSOE sea la parte más fuerte. Podemos también
prefiere que el PSOE se abstenga porque así evita las terceras
elecciones y se constituye en "verdadera" oposición frente a un PSOE
claudicante. Y prepara la cuchilla del sorpasso.
No
se entiende porqué Sánchez no remedia ese punto débil de su opción,
hablando de las terceras elecciones. González y Rajoy coinciden en
calificarlas de "ridículas", poco menos que la irrisión del mundo
entero. Los dos presuponen, ignoro por qué, que no lo somos ya. Pero de
ridículas, nada. Ahora hay mucha más información, ha quedado todo muy
claro, se sabe que Rajoy es el verdadero tapón del bloqueo, que Rivera
es una moda pasajera y Podemos lleva camino de serlo también. Y Sánchez
emerge como el único líder consistente en su NO es NO y el que está
dispuesto a jugarse el cargo para que prevalezca su propuesta.
Imposible, por tanto, acusarle de anteponer sus intereses personales a
los del partido y el país, como parece dispuesta a hacer la señora Díaz,
siempre tan acertada en sus juicios.
Pero
esa debilidad de Sánchez es su fuerza moral. Déjenle intentar su
fórmula. No se rindan prematuramente entregando el gobierno a Rajoy el
PP porque eso significa:
1) amnistiar, olvidar, la pesadilla de la Xª Legislatura;
2)
colaborar con otra, la XIIª que tiene pinta de ser peor que la otra,
pues no hay un solo propósito de la enmienda. Ni siquiera se va a
derogar la "Ley Mordaza", digna sucesora de la "Ley de Orden Público" de
Franco y, por supuesto, el ministro responsable no tendrá que dar
cuenta de sus confabulaciones presuntamente delictivas contra el
catalanismo;
3)
permitir que gobierne un partido que pasa más tiempo en el banquillo de
los acusados que en los cargos públicos. Metido hasta los zancajos en
una miriada de procesos penales por comportamientos que son literalmente
de novela de Mario Puzzo. Somos el pasmo del universo. Y lo seremos
durante meses ahora que el cerebro de la Gürtel, el señor Correa, ha
decidido "colaborar" con la justicia. A saber la consecuencias de esa
"colaboración". Van a dar para titulares de prensa durante meses.
Es
obvio que ningún ciudadano puede querer algo así. ¿Por qué, sin
embargo, los urdidores de este plante-complot, sí? Las razones que han
aducido son todas irrelevantes: el 24 % de escaños es insuficiente para
gobernar (ellos gobiernan incluso con menos); Sánchez lleva dos años
hundiendo más y más el PSOE (no es cierto; el que lo hundió fue
Rubalcaba; Sánchez remonta); un gobierno en minoría del PP se podrá
controlar en la cámara (suma 170, a falta de seis; de controlar, nada).
Finalmente, El País, que es la nave capitana de la flota
"crítica" (en realidad, golpista pues no solo critica sino que ejecuta lo
criticado), añade que debe gobernar el partido más votado. Pura
doctrina Rajoy.
La
razón reservada pero poderosa parece ser que, según los urdidores de la
artimaña, Sánchez tenía propósito de pactar con Podemos y los indepes
catalanes. Pero eso es un juicio de intenciones. También puedo suponer
que Sánchez iba a pactar con los Rosacruces. Aparte de ello, el CF que
aprobó el NO es NO prohibió al tiempo a Sánchez estos pactos
"tenebrosos". Si este los intentara, iría en contra del CF. Así que,
para que no se rebele contra el CF, se rebelan ellos con el plante. Si
hay algo indigno en esta tierra es el ataque "preventivo".
¿Por
qué, pues, los urdidores quieren forzar la abstención en contra la
decisión anterior del CF? La pista la dio hace días González cuando
conminó a sus huestes antañonas a permitir un gobierno de Rajoy y el PP aunque no lo merezcan. La cuestión es curiosa: ¿por que van a gobernar si no lo merecen? La respuesta solo puede ser una: porque, si no es así, sucederá algo peor.
¿Qué
puede ser peor que un gobierno del PP para González, Díaz, Vara,
Corcuera y otros? El proceso independentista catalán o, como dicen sus
medios, el reto catalán. Los urdidores del pintoresco plante,
cuya dimensión kafkiana dio la señora Verónica Pérez, presentándose a
las puertas de la ley, con las que las autoridades en funciones le dieron en las narices. (Incidentalmente, ¿no es delicioso que un gobierno en funciones se enfrente a una oposición en funciones?).
Aquellos no temen a los bolivarianos, ni a la gente,
ni a los referentes llenos o vacíos. Temen al independentismo catalán.
Temen que en el vacío de poder instalado en España hace más de un año,
los indepes avancen en la construcción político-jurídica de su Estado y
acaben confrontando al hipotético gobierno español con un hecho
consumado, un RUI o una DUI. Por eso, ellos se han adelantado y han
querido confrontar al Secretario General con el hecho consumado de su
destitución por una retirada al Aventino. Ante esta perspectiva,
casi certidumbre, los urdidores de la trama, prefieren entregar el poder
al PP. Este se encargará de habérselas con la rebelión catalana y ellos
apluadirán desde los bancos de la oposición.
¿Recuerdan el famoso dictum de "antes roja que rota"? Tiene mensaje de vuelta: "antes azul que rota".
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED