MADRID.- La sociedad concesionaria de la autopista Cartagena-Vera (Aucosta) cuenta con plazo este martes para lograr que sus bancos acreedores acepten otorgarle un aplazamiento al vencimiento de su deuda de unos 500 millones.
La compañía busca ampliar el plazo de refinanciación de este pasivo hasta que el Ministerio de Fomento y el sector busquen una solución a los problemas financieros que afrontan algunas de estas vías por los sobrecostes de explotación y la caída del trafico.
Aucosta cuenta aún con toda la jornada de mañana martes para negociar con los bancos. En caso de que finalmente no lograra el aplazamiento, para el que necesita la autorización unánime de todas las entidades, podría verse abocada a presentar concurso de acreedores, según indicaron dichas fuentes.
La concesionaria que construyó la autopista entre Cartagena y Vera, de unos 100 kilómetros de longitud, en servicio desde febrero de 2004 y que cuenta con un plazo de explotación de 36 años, está participada por Globalvía (FCC y Bankia), Ploder, Unicaja, BMN y CAM.
Aucosta ya advirtió a comienzos de diciembre de 2011 de que se podía declarar en quiebra si no prosperaban las negociaciones que entonces mantenía con sus bancos acreedores para que le aplacen el pago de deuda que entonces le vencía el 15 de diciembre.
La firma negocia con un sindicato bancario integrado por una treintena de entidades, entre las que figuran Santander, Banesto, RBS, Ahorro Corporación y la propia Unicaja.
La autopista achaca fundamentalmente su "grave" situación a que el tráfico que registra está "muy lejos" del inicialmente "previsto por la Administración cuando promovió" esta vía.
Según sus datos, en 2011 circularon por la autopista una media de 1.949 vehículos diarios, lo que arroja un descenso del 7,10% en comparación con el mismo periodo de 2011, "ejercicio en el que, a su vez, el tráfico de la autopista ya acusó una importante desviación respecto a las previsiones", añade la concesionaria.
No obstante, Aucosta recuerda asimismo que su situación "no es un hecho puntual". La Cartagena-Vera forma parte del grupo de autopistas del país que actualmente bordean la quiebra, bien por los sobrecostes que registraron con las expropiaciones de terrenos para su construcción o por el desplome de los tráficos respecto a las previsiones iniciales.
El Ministerio de Fomento ya ha iniciado los contactos con el sector de las autopistas para tratar de solventar el riesgo de quiebra que actualmente afrontan esta sociedades, según indicó recientemente el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Rafael Catalá, quien reconoció que se trata de un problema que "no es fácil de resolver".