No es la primera
vez que el club Bilderberg se posiciona y actúa en la política española, ya lo
hizo meses antes de la abdicación del Rey Juan Carlos donde, a pesar del
desmentido de la Casa Real, el entonces rey Borbón tenía las horas
contadas. Una vez más Bilderberg se ha hecho con el tablero y ha
comenzado a mover sus peones, toda vez que, según el todopoderoso club, la
situación tras el pronunciamiento de independencia del gobierno catalán
así lo requiere.
Pero
recordemos la situación, el contesto y como maniobró Bilderberg, para
de esta manera hacernos una idea de cómo lo viene haciendo ahora.
En aquel entonces se supone que todo se orquestó para
salvar a la Monarquía, aunque para ello fuera necesario descabalgar de
la Jefatura de Estado al rey. La abdicación que en sus inicios fue un
secreto de palacio, empezó a ventilarse en público porque en ese momento
la crisis política de España resultaba caótica y había que actuar. Los
poderes fácticos, incluida la embajada alemana, francesa, inglesa y
norteamericana no escondían su nerviosismo como consecuencia del
desgaste de la clase dirigente española, incluida la Corona.
Ese, según
parece, fue el motivo por el que Bilderberg tomando la iniciativa se
propuso ganar la partida utilizando para ello a los conspiradores que,
tras saltar al ruedo, prepararon a la opinión pública para la real
abdicación. Estos no eran otros que periodistas y medios de comunicación
afines al lobby, quienes a pesar de desmentidos oficiales se encargaron
de filtrar que la trama se inició dentro del palacio de La Zarzuela.
El conocido periodista José Antonio Zarzalejos, que fuera
director del diario monárquico ABC se encargó de preparar el escenario
desde su periódico El Confidencial. Zarzalejos fue si no el primero, uno
de los primeros en sentenciar que el rey barajaba su abdicación. Y, aunque para algunos pareciera increíble aquella información, hay quien
apuntó que la mano que movía la cuna de la conspiración palaciega era
nada menos que la esposa del monarca. Sirva como apunte que la Reina
Sofía es miembro permanente del club Bilderberg, un poderoso lobby que
reúne anualmente a las élites del mundo industrial, financiero, político
y de la prensa.
La periodista Pilar Urbano ya lo dejó caer; es más, en
relación al tema que nos ocupa dijo: “El reto del príncipe será hacer
frente a la demanda de redefinir el Estado, y cómo se distribuye
territorialmente España”. Las declaraciones de la miembro numerario del
Opus Dei, Pilar Urbano, hubo quien equivocadamente no se las tomó en serio
al no tener en cuenta que la periodista es además de amiga, portavoz
oficiosa de la reina. Pilar Urbano se adelantaba a los acontecimientos
que meses después sucedieron y que en estos momentos se vienen
sucediendo; indudablemente contaba con información privilegiada.
Bilderberg cuenta con periodistas y medios afines
encargados de vocear lo que el lobby diseña y decide, marcando como no
los tiempos e incluso las personas. Según parece es Felipe el encargado
de conformar una monarquía federal a fin de evitar la república que
acabaría por destronarlo.
"Las monarquías tranquilizan a los poderosos porque dan
estabilidad", declaró Pilar Urbano. Esto es algo con lo que Bildelberg
está de acuerdo y así se lo han hecho saber a Mariano Rajoy y a Pedro
Sánchez en la última reunión del Club, a la que ambos fueron invitados.
Aunque Rajoy y Sánchez no han querido pronunciarse sobre el tema parece
evidente que todas estas cosas se han discutido en el Bilderberg.
Según Pilar Urbano, "un rey en una España en crisis da más
garantía de estabilidad que una república, donde puede venir otra
persona distinta". Otra casualidad acorde al pensamiento de Bilderberg
quienes, adelantándose nuevamente a los acontecimientos, demostraron más
altura de miras que la clase dirigente española y valorando las
protestas ciudadanas vieron el emergente peligro de unos desarrapados
que cercaron el Congreso dirigidos por un profesor con coleta.
Pero ¿es tanto el poder del Club Bilderberg?
Para valorarlo es necesario recordar que, según documentos
desclasificados de la CIA, el club Bilderberg fue, en su época, el
lobby más activo del mundo, tanto que fue el que presionó al dictador
para que nombrase al entonces príncipe Juan Carlos como sucesor al
frente de la Jefatura del Estado, reinstaurando la monarquía. Que
Bilderberg no ha perdido poder está más que demostrado. Bildelberg hizo
rey a Juan Carlos y Bidelberg lo destronó al objeto de instaurar una
monarquía federal y con ello dar una solución a la crisis territorial
que sufre España.
Como se puede intuir se trata de una estrategia y un
programa político diseñado al objeto de poner en marcha una segunda
transición tutelada desde el poder constituido y destinada a desplazar
del poder a los políticos corruptos; políticos que se han convertido en
un estorbo para los poderes fácticos.
¿Casualidad que sea ahora cuando se airean públicamente
las impudicias e inmoralidades que, según parece, ponen en riesgo los
fundamentos del Estado? Resulta difícil creer que así sea, más aun
teniendo en cuenta las continuas campañas en pro de este cometido que
vienen llevándose a cabo en diarios como El País, La Razón y El Mundo.
A decir de muchos politólogos la monarquía federal
responde a intereses. Unos intereses en los que han venido participando, a
pesar de su silencio, políticos de la talla de Felipe González, José
María Aznar, Alfonso Guerra o Carma Chacón que, aunque no han dado la
cara, han utilizado a sus segundos de filas como es el caso de Pere
Navarro i Morera. Recordemos que fue el por entonces secretario del
Partido Socialista Catalán, quien pusiera voz a esta encomienda al
solicitar públicamente la abdicación del rey, anotando como una salida a
la situación, un reinado de Felipe y el arribo de una monarquía federal.
Estos actores como Urbano, Zarzalejos, Aznar, Gonzalez,
Guerra, Chacón y Navarro son, sin duda, unos poderosos emisarios para un
proyecto político ideado y diseñado por Bilderberg; es decir por
aquellos que dirigen las altas finanzas a fin de impedir el avance de
los movimientos sociales y la instauración de una verdadera democracia.
Regenerar la caduca y poco trasparente monarquía fue el
primer paso, el segundo puede ser evitar que pueda instaurarse una
república y para ello está Bilderberg.
(*) Escritor. Editor de Nuevo Diario (https://nuevodiario.es)