MADRID.- BMN, Liberbank y Caja 3, los grupos de cajas que peor parados han salido
de los test de estrés elaborados por Oliver Wyman, se abocan a una
nueva ronda de despidos en un momento en que en algunos casos aún se
encuentran inmersos en el anterior ERE. Las tres entidades tendrán que
recibir con casi total seguridad fondos públicos que llevarán aparejados
nuevas reestructuraciones obligadas por Bruselas.
BMN, surgido de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caixa Penedès y Caja Granada, necesita 2.208 millones de euros para cumplir con Oliver Wyman, y tiene muy difícil poder lograrlos pos sí mismo. La entidad inició a finales de agosto el ‘Segundo Plan de Adecuación Laboral’, que estará ejecutado previsiblemente para este mismo mes. 389 trabajadores presentaron solicitudes para adherirse a esta nueva reestructuración de la plantilla, de los que 353 han pedido bajas voluntarias, 25 suspensiones y 11 excedencias. Unido al anterior recorte llevado a cabo, habrán abandonado ya sus puestos 650 empleados antes de ver las nuevas condiciones impuestas por Bruselas.
En los casos de Liberbank y Caja 3, será difícil que puedan esquivar la inyección de ayudas públicas después de que Ibercaja les haya dado la espalda ante el agujero que presentaba el proyecto de fusión a tres bandas que negociaban. El informe de Oliver Wyman señalaba unas necesidades de 226 millones de euros de capital para Ibercaja, una cifra muy baja que en solitario puede cubrir sin acudir a las ayudas públicas, mientras que Liberbank y Caja3 necesitaban 1.198 y 779 millones de euros.
Liberbank, que el año pasado se libró in extremis de recibir ayudas públicas, surgió de la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Este proyecto ya provocó un ajuste que afectó a 1.227 empleados, un 17% de su plantilla. En ese sentido, el responsable de Finanzas del sindicato independiente de cajas y afines (CSICA) y consejero general de Caja Extremadura, José María Solano, ha explicado en declaraciones a la agencia Efe que el futuro para los trabajadores del grupo es poco halagüeño después de la ruptura de esta alianza, por lo que ha asegurado que se encuentran intranquilos y nerviosos.
Caja 3 (CAI, Caja Badajoz y Caja Círculo) aún confía en reconducir las negociaciones y fusionarse con Ibercaja, pero aún así pesan sobre la entidad como una losa los 779 millones de déficit de capital que presenta. La entidad ya realizó un ERE en el momento de su fusión que afectó a 273 trabajadores y se realizó a través de prejubilaciones. Entonces, se les ofreció a los empleados unas condiciones muy ventajosas: dos años paro bonificado y una retribución posterior hasta el retiro de entre el 90% y el 95% del sueldo neto fijo, según publica Elperiodicodearagon.com. Si se realiza finalmente una nueva ronda de despidos, será difícil que se repitan estas condiciones.
http://www.elboletin.com/index.php?noticia=62419&name=economia
BMN, surgido de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caixa Penedès y Caja Granada, necesita 2.208 millones de euros para cumplir con Oliver Wyman, y tiene muy difícil poder lograrlos pos sí mismo. La entidad inició a finales de agosto el ‘Segundo Plan de Adecuación Laboral’, que estará ejecutado previsiblemente para este mismo mes. 389 trabajadores presentaron solicitudes para adherirse a esta nueva reestructuración de la plantilla, de los que 353 han pedido bajas voluntarias, 25 suspensiones y 11 excedencias. Unido al anterior recorte llevado a cabo, habrán abandonado ya sus puestos 650 empleados antes de ver las nuevas condiciones impuestas por Bruselas.
En los casos de Liberbank y Caja 3, será difícil que puedan esquivar la inyección de ayudas públicas después de que Ibercaja les haya dado la espalda ante el agujero que presentaba el proyecto de fusión a tres bandas que negociaban. El informe de Oliver Wyman señalaba unas necesidades de 226 millones de euros de capital para Ibercaja, una cifra muy baja que en solitario puede cubrir sin acudir a las ayudas públicas, mientras que Liberbank y Caja3 necesitaban 1.198 y 779 millones de euros.
Liberbank, que el año pasado se libró in extremis de recibir ayudas públicas, surgió de la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Este proyecto ya provocó un ajuste que afectó a 1.227 empleados, un 17% de su plantilla. En ese sentido, el responsable de Finanzas del sindicato independiente de cajas y afines (CSICA) y consejero general de Caja Extremadura, José María Solano, ha explicado en declaraciones a la agencia Efe que el futuro para los trabajadores del grupo es poco halagüeño después de la ruptura de esta alianza, por lo que ha asegurado que se encuentran intranquilos y nerviosos.
Caja 3 (CAI, Caja Badajoz y Caja Círculo) aún confía en reconducir las negociaciones y fusionarse con Ibercaja, pero aún así pesan sobre la entidad como una losa los 779 millones de déficit de capital que presenta. La entidad ya realizó un ERE en el momento de su fusión que afectó a 273 trabajadores y se realizó a través de prejubilaciones. Entonces, se les ofreció a los empleados unas condiciones muy ventajosas: dos años paro bonificado y una retribución posterior hasta el retiro de entre el 90% y el 95% del sueldo neto fijo, según publica Elperiodicodearagon.com. Si se realiza finalmente una nueva ronda de despidos, será difícil que se repitan estas condiciones.
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