jueves, 13 de julio de 2023

El aeropuerto de Corvera sigue muy alejado de sus niveles de 2019


MURCIA.- El aeropuerto de Corvera ha cerrado el mes de junio de 2023 con 109.450 pasajeros, lo que supone superar en un 2,1% los datos del mismo periodo de 2022 y reducir en un 18,3% las cifras del 2019, una distancia que se antoja insalvable a falta de obtener los datos de julio y agosto, donde se registra la mayor actividad del año. 

En cualquier caso, estas cifras le permiten elevarse hasta la posición número 22 en el ranking de Aena de las terminales con mayor actividad del mes de junio.

De la cifra total de viajeros registrada en junio, 108.307 correspondieron a pasajeros comerciales, según informaron fuentes de Aena en un comunicado. De ellos, el tráfico internacional fue el mayoritario, y superó en un 3,2% las cifras de 2022 con 97.751 viajeros registrados. Los pasajeros nacionales descendieron un 14,9% con 10.556.

En cuanto a las operaciones, el aeropuerto murciano gestionó 788 movimientos en junio, un 3,3% menos respecto a los vuelos de 2022 y un 18,8% por debajo de la marca fijada en el 2019.

Corvera gestionó un total de 380.107 pasajeros durante el primer semestre del año, lo que supone un aumento del 8,8% en el tráfico de viajeros respecto a los mismos meses del año anterior y una caída mayor, en este caso del 22%, respecto a las cifras pre pandemia.

En este caso, también la posición en el ranking se resiente y queda relegado al puesto 26 entre las terminales con mayor número de viajeros en el pasado junio. Con relación a los movimientos, la infraestructura murciana operó 3.020 vuelos, un 2,4% más que el mismo periodo de 2022.

 

Seis países conectados con Murcia este verano

Bélgica - Amberes

Bélgica - Brujas/Ostende

Egipto - Abu Simbel

España - Gran Canaria

España - Mallorca

España - Menorca

España - Oviedo

España - Santander

Irlanda - Dublín

Marruecos - Casablanca

Marruecos - Oujda

Reino Unido - Birmingham

Reino Unido - Bournemouth

Reino Unido - Bristol

Reino Unido - East Midlands

Reino Unido - Glasgow

Reino Unido - Londres Gatwick

Reino Unido - Londres Luton

Reino Unido - Londres Stansted

Reino Unido - Manchester

República Checa - Praga

República Checa - Brno

El aeropuerto de Alicante supera el millón y medio de pasajeros este junio, un 12% más que en 2022


ALICANTE.- El aeropuerto de Alicante ha registrado un total de 1.505.989 pasajeros este pasado junio, una cifra que supone un aumento del 12 % respecto al mismo mes de 2022.

De la cifra total de viajeros, 1.503.853 correspondieron a pasajeros comerciales, de los que 1.312.356 viajaron en vuelos internacionales (un 13,8 % más que en 2022), mientras que 191.497 lo hicieron en vuelos nacionales (un 1 % más), ha explicado Aena en un comunicado.

Desglosando por nacionalidades el tráfico internacional, el país que más pasajeros aportó durante este pasado junio fue Reino Unido, con 546.969 viajeros; seguido de Alemania, con 97.796; Países Bajos, con 88.527; Bélgica, con 75.447; Noruega, con 74.523, y Francia, con 65.434 viajeros.

En cuanto a las operaciones, el Aeropuerto de Alicante gestionó un total de 9.454 vuelos, lo que supone superar en un 6,9 % los movimientos gestionados en el mismo periodo de 2022.

Asimismo, Aena ha destacado que el aeropuerto alicantino ha gestionado un total de 7.072.459 pasajeros en este primer semestre de 2023, un 24 % más que en 2022.

En relación a las operaciones, desde enero hasta junio la infraestructura alicantina atendió un total de 45.829 vuelos, un 13,1 % más que el mismo periodo del año anterior

martes, 11 de julio de 2023

Las amistades peligrosas de Vox / Claire Gruié *

Apoyar o votar a Vox es poner España en manos de Israel a través de sus sectas mesiánicas y del neofascismo sionista.

Vox (enero 2014) se puede vincular directamente a la Organización nacional del Yunque financiada por el Instituto Phoenix de Arizona, por neoconservadores a las órdenes del lobby pro-israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) y del Estado de Israel. El símbolo del Yunque es una V con una cruz debajo que, puesta de lado, forma una X. De esta manera, tenemos la V y la X de VOX.

Desde sus inicios, la sombra de la secta paramilitar Yunque planea sobre el ascenso de este partido político. Organización ultracatólica de extrema derecha, empezó a funcionar en 1955 en México y, a partir de los años 70 fue entrando en España por medio de Miguel Ángel López Zabaleta

Su capacidad para acosar, presionar y desestabilizar al poder político tras su desembarco en España fue posible gracias a la financiación de la familia Ruiz Mateos y a la creación de asociaciones-pantallas como Hazte Oír (Ignacio Arsuaga), CitizenGo, Abogados Cristianos, Organización del Bien Común, Instituto de Política Familiar, que son colectivos vinculados hoy a Vox.  

Abascal nunca habría sido presidente de Vox sin El Yunque. Vox pretendía ser al principio un partido regeneracionista liberal, al estilo de los partidos americanos, pero en manos de Abascal se convirtió en una sociedad secreta cuyos dirigentes (Santiago Ribas, Rocío Monasterio, José Manuel Menéndez) participaron en la activa captación de jóvenes miembros. 

En 2019, Vox recibía más donaciones privadas que todos los demás partidos españoles juntos. En mayo de 2023, colocó como concejal en el ayuntamiento de Barcelona a un fundador de la filial española del Yunque, Liberto Senderos Oliva, número 2 de la candidatura encabezada por Gonzalo de Oro-Pulido.

Por otro lado, Vox ha sido financiado durante sus primeros años por el CNRI, el Consejo Nacional de la Resistencia en Irán, siendo asimismo un movimiento paramilitar. El CNRI, grupo de origen islamista (pero en realidad sionista), es una organización política iraní con sede en Francia. Figuró desde 1981 hasta 2012 en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos. 

Constituye el brazo político de la Organización guerrillera de los Mujahideen-e-Khalq o Guerreros Sagrados del Pueblo de Irán: MEK o PMOI que tiene una larga historia lobbista, especialmente en Washington y cuyo armamento financia directamente Israel. 

Lleva años trabajándose el respaldo de políticos estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, a golpe de talonario. Cuando la Revolución Islámica del ayatolá Jomeini triunfó en febrero de 1979, el grupo se enfrentó con violencia al nuevo sistema. Se quedó enterrado en la irrelevancia (excepto por los grandes mítines de parafernalia maximalista que organizan cada verano en las cercanías de París) hasta que Donald Trump llegó a la Presidencia. 

En España, la financiación de Vox llegó a casi 800.000 euros a través del CNRI. Por esta razón, Iván Espinosa de los Monteros intentó blanquear la imagen de esta organización.

Abascal fundó también en julio de 2020 la Fundación privada Disenso, think tank de VOX que tiene como meta canalizar y controlar la disidencia en España y en los países latinoamericanos. El partido ha convertido a Disenso en una potente plataforma para su desembarco en América Latina. Vox traspasó estos dos últimos años, dos millones de euros a la fundación sin informar a sus afiliados. Esta donación supuso casi el 20% del dinero que había en la caja: 10,2 millones.

Por último, podemos relacionar a este partido político con Rafael Bardají: el desconocido “halcón” de Vox que está vinculado con la creación en 2010 (Miami) de un proyecto de defensa de Israel, es decir la fundación Friends of Israel Initiative. Además de Rafael Bardají participaron en esta iniciativa, Enrique Navarro Gil, Carlos Bustelo y Pablo Casado

La fundación recibió 10 millones de dólares en donaciones procedentes de “Adelson Family Foundation” del magnate de los casinos (Las Vegas), el judio Sheldon Adelson (fue también uno de los principales donantes de la campaña electoral de Trump y presionó en la decisión de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén). 

El pacense Bardají es la cabeza pensante de Vox desde marzo de 2018, la pieza clave en su ascenso. Su estrategia es ser el refundador del PP y de Vox dentro de una reubicación de la derecha española diseñada por él y José Maria Aznar mediante la Fundación privada FAES que aplica los mandatos de la denominada Red Atlas Network (red internacional ultracapitalista + ultraliberal). 

Bardají (que utiliza como avatar a Darth Vader de Star Wars) mantiene encuentros con Jared Kushner, de ascendencia judía y con Steve Bannon que vino a España a asesorar a Vox. En mayo de 2017, fue el primer español en visitar la Casa Blanca de Trump.

Eli Vered Hazan, director de Relaciones Internacionales del partido israelí Likud (liderado por Benjamín Netanyahu) afirma que Bardaji ha sido el eje fundamental del nuevo mapa de las poderosas relaciones internacionales de Vox. Hablamos aquí del mismo clan de la ultraderecha de Nueva York en el que participa activamente el comisario José Manuel Villarejo que llegó a decir:  “Bannon no es el hombre de Trump, es nuestro socio».

A partir de aquí, que cada quien voté en conocimiento de causa.

 

 (*) Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de La Sorbona. París.

 

 https://ntvespana.com/11/07/2023/las-amistades-peligrosas-de-vox-por-claire-gruie/

López Miras en la COPE: "La Región de Murcia puede ser un espejo de lo que pase en España"


MADRID.- El presidente en funciones del Gobierno murciano, Fernando López Miras, ha considerado hoy en la COPE que la Región de Murcia no es un "laboratorio" de cara a las elecciones generales, tal y como se ha dicho tras su intento fallido de investidura, pero sí que cree que "puede ser un espejo de lo que puede pasar en España".

"Si con una victoria tan clara y rotunda del PP en la Región, Vox ha sido capaz de bloquear junto a Podemos y PSOE un gobierno del Partido Popular, también puede hacerlo en España", tal y como ha advertido López Miras.

A este respecto, ha recordado que todavía hay dos meses de margen, hasta el 7 de septiembre, para poder llegar a un acuerdo y que haya una nueva sesión de investidura. "Pero ahora la pelota está en el tejado de Vox", según López Miras, que ha señalado que el PP "sigue con la mano tendida", a pesar de que la formación que dirige Santiago Abascal a nivel nacional "ha activado el botón de repetición electoral".

López Miras ha lamentado que Vox "lleva dos semanas sin querer sentarse a negociar" porque lo que le ha propuesto el PP es "poder llegar primero a un acuerdo programático de medidas, y que digan cuáles son las políticas que quieren aplicar en la Región". En base a ello, la intención del PP es colaborar con Vox "desde el respeto" en la aplicación también de sus compromisos electorales.

Sin embargo, durante esta entrevista en la Cope, ha criticado que los representantes de Vox "no han querido sentarse a negociar" si no se hablaba "de sillones en el Consejo Gobierno".

Ha recordado que Vox le dio este lunes un papel con doce puntos. "El primero de los cuales es, desde luego, difícil de asumir porque es un paso atrás en la protección del Mar Menor", según López Miras, quien ha señalado que ese documento también exigía una vicepresidencia y dos consejerías.

Sin embargo, Vox no señalaba de qué eran esas dos consejerías. "Parece que lo que les interesa son esos sillones", según López Miras, quien ha calificado esto de "sorprendente" por el hecho de que la negociación consista en exponer "un papel en cinco minutos públicamente".

lunes, 10 de julio de 2023

La investidura de López Miras fracasa y PP y Vox buscan en la Región de Murcia un pacto para después del 23J


CARTAGENA.- El candidato a la presidencia de la Región de Murcia, Fernando López Miras, no ha logrado obtener tampoco este lunes la mayoría simple que necesitaba para ser investido presidente en la segunda votación de la sesión de investidura. Necesitaba, al menos, la abstención de Vox para revalidar mandato.

El partido liderado por José Ángel Antelo ha sumado de nuevo sus votos a los de PSOE y Podemos -un total de 24- para sobrepasar a los 21 votos populares.

“Nadie vio venir tras el 28M que este bloqueo se pudiera producir con esta victoria tan contundente por parte del PP por el no de Vox”, ha señalado el jefe del Ejecutivo murciano en funciones.  López Miras ha recordado que “el tacticismo electoral de Vox puede llevar a la Región de Murcia a nuevas elecciones”.

"Este tacticismo electoral supone que Vox pueda abocar a Murcia a nuevas elecciones" si en dos meses sigue sin alcanzarse un acuerdo, pues "no hay una mayoría alternativa", ha advertido López Miras, que no ha dudado en criticar a Antelo. 

“La mano sigue tendida. Queremos que las políticas y los compromisos de Vox se puedan plasmar en ese Gobierno del PP en solitario”, ha dicho el candidato fallido a la investidura.

“Las urnas pidieron un Gobierno estable, serio y en coalición y le llamé la misma noche electoral”, se ha dirigido el líder de Vox en la Región, José Ángel Antelo, al candidato popular. 

“Pero usted no contestó hasta pasadas tres semanas y sufrimos un veto”, ha añadido. Antelo ha reivindicado a Vox como “un partido responsable” y ha detallado el acuerdo de doce puntos junto con la exigencia de la vicepresidencia y de dos consejerías para un futuro Gobierno regional de coalición. 

Entre esos puntos se encuentra la supresión o modificación de la Ley del Mar Menor, el fomento del aumento de la superficie de regadíos o “la integridad del trasvase Tajo-Segura”. 

 El portavoz del PP en la Asamblea Regional, Joaquín Segado, ha negado que los populares vayan a aceptar un acuerdo con Vox que pase por derogar la Ley del Mar Menor: “Respecto al Mar Menor ni un paso atrás, esa es nuestra condición”, ha subrayado.

Y ha reprochado a Vox una “falta de seriedad” en su propuesta programática: “No es serio poner en un documento que quieren derogar o modificar la Ley del Mar Menor. Digamos que quieren exactamente con la Ley, derogar es una cosa y modificar es otra bien diferente”. 

Segado ha insinuado que Vox pagará con creces su ambición perdiendo representación en la Asamblea: "Si por unos sillones nos llevan a elecciones, es probable que algunos de los que están hoy aquí no estén en unos meses".

El líder regional de Vox ha vuelto a recordar que el Gobierno de López Miras “incumplió el acuerdo programático alcanzado hace cuatro años”. Y ha puesto sobre la mesa a última hora un acuerdo programático de 12 puntos que el PP ha descalificado sin matices.

 "Lo que quieren son sillones y les dan igual las competencias que asuman". Antelo ha firmado ante la Asamblea Regional el citado documento, con medidas que van desde la derogación o modificación de la ley del Mar Menor a la "erradicación de la violencia intrafamiliar. A continuación, ha instado a López Miras a hacer lo mismo.

Por otro lado, Santiago Abascal ha señalado en diferentes ocasiones que no tiene “confianza” en López Miras ya que tras la moción de censura que sufrió en marzo de 2021, el jefe del Ejecutivo murciano ahora en funciones incluyó en su Gobierno a “tránsfugas” de este partido de extrema derecha.

La mesa de la Asamblea Regional dispone, desde hoy, de un plazo de dos meses para celebrar una segunda sesión de investidura. Presumiblemente ésta se llevará a cabo a finales de julio, tras las elecciones generales. 

Un día en el búnker de Miguel Barroso / Jesús Cacho *

El Hormiguero. Pedro arrincona a Pablo, le desborda con el torrente de su verborrea, le anega con la bomba de racimo de su palabrería hueca. 

Aquella madrugada José Miguel Contreras pasa horas pegado al móvil enviando mensajes, ¡Sánchez se ha merendado al Motos!, escribe exultante a amigos y conocidos, ¡Pedro está vivo!, y la ola dura 24 horas, ¡todo el mundo con Pedro!, porque al día siguiente frente a Pablo Motos se sienta un señor tranquilo, un gallego que parece decir las cosas con ese equilibrio que nace de lo consuetudinario, y cuando aparecen las audiencias de la entrevista con Alberto Núñez Feijóo resulta que el señor aburrido ha barrido al gañán de la verborrea incontenible. Desde entonces, Contreras no ha vuelto a aparecer por el twitter de la gente a la que trató de apabullar la noche del martes 27 de junio.

Son “los Migueles”, José Miguel Contreras y Miguel Barroso, quienes en la noche triste del 28 de mayo acuden a consolar al jefe. Él quiere resistir y ni se le pasa por la cabeza disolver las Cámaras, la presidencia europea, tanto tiempo tan esperada, tanto lucimiento echado por la alcantarilla de un mal día, pero es Barroso quien le conduce al pesebre, no tiene sentido aguantar seis meses lamiéndote las heridas, sobre todo porque las cosas podrían ir peor en diciembre, golpe sobre la mesa, recupera la iniciativa, convoca generales, no les dejes disfrutar siquiera 24 horas de la victoria.

Los Migueles se han inventado la historia de que fueron ellos los que hicieron a Felipe González ganar aquel segundo debate televisado frente a un Aznar que le había propinado una buena tunda en el primero. Y ahora convencen a Sánchez de que también pueden darle la vuelta a esta tortilla, la de los millones de huevos rotos por las mentiras y las vejaciones a la ciudadanía. En último caso, presidente, seremos nosotros quienes administremos la derrota, quienes mantengamos el control del partido y evitemos cualquier golpe interno que pudiera ponerte en la calle. “Hagámonos fuertes en la derrota”.

El anuncio fue un golpe de mano con todos los efectos de la gran pirotecnia. La victoria del contrario diluida por el audaz golpe de mano de un tipo que habiendo perdido tiene arrestos para tomar la iniciativa. Disolver y sacar a la calle a Zapatero, el amigo íntimo de Barroso, ponerle en valor, blanquear al tipo que en noviembre de 2011 salió por la puerta de atrás de Moncloa dejando al país hundido en la miseria. Es Zapatero, agresivo y faltón, el único aliado dispuesto a defender al sátrapa, a partirse la cara por él, “Sánchez no ha mentido, solo ha cambiado de opinión”. De modo que ZP ha dejado coyunturalmente su negociado sudamericano, el Grupo de Puebla que pastorea, para volcarse con Sánchez. 

Toda gran empresa europea sabe a qué puerta hay que llamar si se topa con un problema en cualquier país con Gobierno izquierdista del otro lado del charco. Zapatero resuelve discreto el contencioso y aduce que lo hace “gratia et amore”. Lo que pocos saben es que días después aparece puntual el cobrador del frac. No falla. ZP ya es un hombre rico, pero ahora se trata de ayudar a Sánchez. Apuntalar en España el largo brazo de la izquierda marxista sudamericana. Sánchez odiaba a ZP, pero Barroso les ha convertido en aliados circunstanciales, ha conformado un grupo dispuesto a mantener el PSOE bajo control pase lo que pase el 23 de julio.

  1. Mediante la estricta supervisión del grupo parlamentario que salga del 23J, para lo cual hemos sacado de las listas a todos los dudosos. Un grupo parlamentario de fieles aguerridos dispuestos a morir por Sánchez.
  2. Evitando que los barones nos monten un Congreso Extraordinario en caso de debacle el 23J.

Y para mantener el control del partido es determinante conservar el del grupo Prisa. Más importante aún si perdemos. El problema se llama Josep Oughourlian, el mandito franco armenio del que ya no nos fiamos, porque aquí nadie se fía de nadie. Fue Isidro Fainé quien lo metió en España, después de haberle financiado una curiosa operación ideada por el armenio contra el grupo Suez a propósito de Aguas de Barcelona (Agbar). 

Amber es un “fondo activista” que invierte y se mueve dentro de los consejos de administración, no se queda quieto, revienta las empresas, intenta trocearlas y venderlas por partes, un tipo dispuesto a concertarse con otros accionistas sin que pueda demostrarse. Un cazador de recompensas. Un sociópata como Sánchez. Dos gotas de agua a las que Barroso pone en contacto. El armenio intuye que la política puede ser una vía no solo para ganar dinero, sino para recuperar su inversión en Prisa.

-Tú y yo tenemos un enemigo común que se llama Juan Luis Cebrián –le dice Pedro.

Y cuando Sánchez gana la moción de censura al lamentable Rajoy, lo primero que hace es tomar al asalto el grupo Prisa despidiendo a Antonio Caño. “Tú no te preocupes, que te compensaremos” le dicen. Y el Gobierno Sánchez lo mete en Indra de hoz y coz, la gran empresa tecnológica española, quizá la única, que, como le ocurre a su amigo Mohamed VI, Pedro no tiene muy clara la distinción entre lo que es del Estado y lo que es de Palacio. 

El armenio está ganando dinero en Indra, porque la acción ha ido subiendo, pero no ha podido dar el pelotazo. No le han dejado. Todavía no. Y bien, ¿qué podemos hacer para mantenerle atado sin que rompa la baraja tras el 23J? Oughourlian lo haría de mil amores si mañana apareciera alguien dispuesto a soltarle 90 céntimos de euro por acción (0,38 al cierre del viernes), pero no hay nadie en España con audacia suficiente para lanzarse a esa piscina, nadie con dinero y mucho menos con cierta vocación de editor. Un solar.

El recorrido de Oughourlian como gestor de Prisa, un negocio en quiebra técnica desde hace demasiado tiempo, es manifiestamente mejorable. Si nos atenemos a las dos variables que definen la calidad de una gestión (volumen de Deuda sobre Ebitda, y veces que el Ebitda cubre el coste financiero), hay que decir que el armenio ha fracasado lastimosamente. La Deuda lleva demasiado tiempo estabilizada en el entorno de los 1.000 millones (ahora algo menos), y el grupo vale en Bolsa 380 millones. ¿Cuánto valen los activos? 

La banca valora el negocio de medios en 300, pero si alguien estuviera dispuesto mañana a poner la mitad sobre la mesa, Ana Botín obligaría a vender la SER y El País al día siguiente. Y ¿qué vale el negocio de Educación? En su mejor momento no ha llegado a rebasar los mil millones, pero su localización geográfica en zona de alto riesgo político y cambiario hace muy difícil su valoración. ¿Valen esos activos lo suficiente para pagar la deuda? A duras penas. El armenio ha intentado una ampliación de capital que no le ha salido y se ha inventado una emisión de bonos convertibles para tapar agujeros que ha resultado un mal negocio para la sociedad. 

Tal vez convenga recordar que los accionistas han puesto capital por importe de unos 1.600 millones, lo que habla de la dificultad de recuperar la inversión. Razón de más, por eso, para tratar de mantenerle uncido al carro de Prisa. Algo habrá que darle. Consolidemos el pacto, Josep –le dice Barroso-, blindémonos, hagámonos fuertes en la adversidad, que los medios siempre viven mejor a la contra, siempre crecen cuando están en la oposición. Y mientras tanto:

  1. Quédate con el negocio de medios en Colombia –las dos emisoras de radio más escuchadas, entre otras cosas- y en México.
  2. Y maneja la división de Educación en Sudamérica, la parte mollar de Prisa (80% del beneficio bruto de explotación), desgaja, corta y pega a tu gusto, que a nosotros solo nos interesa la SER y El País, es nuestro salvoconducto para el duro peregrinaje por el desierto de la oposición.

Sánchez participa plenamente de ese planteamiento, le ha comprado a Miguel el “pack” entero. Miguel es su guía, su asesor, su confesor y probablemente también será su enterrador. Habrá que hacer cambios en la cúpula tras el 23J, “Bueno, Pepa” está condenada, lo mismo que Montse Domínguez y que Angels Barceló, muy por debajo de las expectativas. Y Pedro está de acuerdo. 

Sostiene Pedro que con el control de su grupo parlamentario y del grupo Prisa le puede hacer la vida imposible a Feijóo desde la oposición, porque además la Economía se va a complicar mucho, me lo ha contado Calviño con detalle, Nadia lo explica como nadie, Bruselas va a empezar a presionar para poner orden en las cuentas públicas, de modo que, con tipos de interés arriba e inflación alta, ahora sí que puede empezar a pasarlo mal esa clase media que nos odia, ahora sí se van a enterar, y, en el peor de los casos, ya nos encargaremos nosotros de sacarle los sindicatos a la calle.

¿Y qué podría hacer Feijóo? Algo bastante simple, para lo que no necesitaría gran acompañamiento orquestal. Acabar con el blindaje de la ley antiopas, un texto en teoría hecho para defender las empresas estratégicas españolas de indeseados ataques del exterior, pero en realidad una ley hecha a la medida de Prisa, o más bien a la medida de Sánchez y su interés estratégico en controlar el grupo, una ley que ahora (Real Decreto-Ley 5/2023 de 28 de junio) Sánchez acaba de reforzar para hacerla aún más proteccionista. 

Bastaría con que el nuevo Gobierno levantara esa cancela para que Oughourlian entregara al día siguiente a Vincent Bolloré (multimillonario francés dueño del grupo del mismo nombre, 33.000 personas en nómina, y primer accionista de Vivendi), con un lacito rosa su paquete del 30% en el grupo fundado por Jesús Polanco, poniendo fin a la dramática historia de una empresa editora que pudo hacer tanto bueno, tanto bien, por la definitiva reconciliación entre españoles, pero que ha preferido, en manos de los Migueles, terminar sus días abriendo de nuevo en canal la vieja herida de las dos Españas irreconciliables. 

Bolloré, un conservador a carta cabal, hace tiempo que tiene a Prisa en el punto de mira, con idea de convertirla en puente capaz de servir para el desembarco de su negocio editorial en Sudamérica.

-Es que tú sacas en Latam una tarjeta del grupo Prisa y de inmediato el presidente de México se te abre de piernas.

De modo que Moncloa y los Migueles tienen identificado a Bolloré, 11,7% del capital de Prisa, como el gran enemigo, el hombre que podría hacer naufragar en un santiamén todo el complejo esquema diseñado para “gestionar en nombre de Pedro la derrota del 23J”. 

Perder Prisa significaría poner fin a los negocios en Sudamérica, esa especialidad que tan bien representa el sinvergüenza de Zapatero, las comisiones, el río de pasta que acaba de inaugurar la llegada a la presidencia de Colombia del ex guerrillero comunista Gustavo Petro, una alianza que acaba de sellar el nombramiento como nuevo vicepresidente primero de Prisa y “consejero coordinador del consejo” del también colombiano Fernando Carrillo, ex embajador de su país en España, varias veces ministro y aspirante a la presidencia de la República. 

Carrillo es cuñado de Gustavo Serpa, amigo y cofundador de Amber junto al propio Oughourlian, además de alto directivo del club Millonarios, que uno de los negocios de la pareja, como bien saben Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, es el de la compraventa de jugadores. De modo que Serpa ha nombrado a su cuñado vicepresidente primero de Prisa. Así, con un par. Los negocios en Colombia van, pues, viento en popa.

Barroso pasará el día encerrado con Pedro, preparando el debate con Feijóo, disputa que Miguel quiere a cara de perro, convencido como está de que ahí su pupilo podría arrastrar medio millón de votos a su orilla, no de los convencidos del PP, lógicamente, sino de esa masa de socialistas honestos que han vivido escandalizados la coyunda de Sánchez con sus socios, Sánchez y su banda, gente asqueada que ahora podría tener la tentación de quedarse en casa o incluso votar al “moderado” Feijóo. 

Miguel sabe que Pedro tiene que arriesgar, porque los resultados del 28M y las encuestas le han convertido en aspirante, mientras el verdadero aspirante se mueve ya con la vitola de presidente. Por eso tenemos que intentar arrinconarle. Sacar menos de 100 escaños sería un desastre que nos mandaría a casa. El listón al que hay que llegar, incluso superar, es el de los 110. Esa es la frontera que nos permitirá seguir controlando el partido y manejar la oposición. La sepultura que, sin revolución interna, conducirá definitivamente al PSOE a la extinción.

Los Migueles están vendiendo entre el empresariado que las cosas están muy igualadas, que a Pedro le está saliendo de cine su peregrinaje por los platos y los estudios de radio, que sus últimas encuestas, y son muy serias, Fulano, no te engaño, hazme caso, advierten los Rosauros, nos están dando 130 escaños por 140 el PP, les tenemos a tiro, Mengano, no te equivoques. 

Es la enésima burbuja sanchista, que terminará por explotar la noche del 23 de julio. Mientras ese día llega, las terminales de Moncloa echan humo, laburan los De Paz tratando de llevar el acojono a los centros de poder económico y financiero del país, mucho ojo, que nadie se mueva, nadie enseñe la patita antes de tiempo, y el glorioso capitalismo patrio, siempre tan decidido y valiente, aprieta el culo y cierra la boca, puro acollone, sin atreverse a decir ni mu en público, no vaya a ser que estos vuelvan a ganar, no vaya a ser que Sánchez y su banda lo vuelvan a hacer y tengamos que salir por pies camino del exilio.   

He ahí un hombre que desde el confort de su posición ha decidido jugar la carta de la revolución. Como un Melenchon cualquiera, si no podemos gobernar Francia tratemos de romperla. Estamos ante un hombre muy inteligente, muy por encima de la media del socialismo hispano, culto, de conversación agradable, un tipo de familia bien, con propiedades en España, con negocios en Cuba y en Dominicana, pero a quien, al contrario que a su colega Contreras, siempre pensando en el vil metal, no parece interesarle gran cosa el dinero, “yo no aspiro a vivir mejor de lo que vivo: a mí solo me interesa el poder”. 

Miguel se ha puesto despacho al lado del de “Bueno, Pepa” y desde ahí controla todo lo que se mueve. El poder decisorio en Prisa. Fiscaliza la portada del día siguiente y corrige los editoriales. Un día en el búnker de Miguel Barroso es un día en contacto permanente con Pedro Sánchez Pérez-Castejón. ¿Con qué abrimos mañana, Miguel? pregunta Pedro. Y Miguel le destripa la apertura (“La ultraderecha amenaza el medio ambiente”, edición del domingo 2 de julio a cuatro columnas) y le desgrana los editoriales. Solo así se explican las cotas de miseria periodística, rayanas en el vulgar panfleto, que todos los días alcanza la SER y El País, en papel y en la red.

Y ahí tenemos al inteligentísimo Miguel metido de hoz y coz en la cueva del radicalismo, dedicado con mesianismo nuevo a cultivar el huerto viejo de la revolución de la izquierda marxista, aislado de casi todo lo demás, porque los Migueles han perdido fuelle, se han ido dejando pelos en la gatera de su sectarismo, han perdido contactos, Ferreras, por ejemplo, que consideraba a Contreras más que un hermano, las familias juntas, de vacaciones juntos, y ahora se odian, “nunca le perdonaré que haya atentado contra mi familia” cuenta despechado el conductor de La Sexta

Miguel quiere controlar el futuro del PSOE, pero sus aspiraciones vuelan mucho más alto, quiere evitar para el PSOE, sí, ese destino fatal que hizo desaparecer por el desagüe de la historia al PSI italiano, al PSF francés y al Pasok griego, pero él sueña con hazaña mayor, él se cree llamado a la titánica tarea de “rehacer la izquierda española entera”. 

Suya es la operación Yolanda, esa figura de barro moldeada de la nada, llamada a facilitar un nuevo Gobierno de Pedro con comunistas, separatistas, bildutarras y Revillas varios, Pedro al timón de ese nuevo Frente Popular formado por los enemigos de la nación de ciudadanos libres e iguales, con él, con Miguel Barroso, controlándolo todo desde la sombras, la sala de máquinas de Prisa, desde las portadas de El País y las antenas de la SER, maniatando el futuro de un país que el 23 de julio tendrá una oportunidad única, ¿tal vez última?, de romper sus cadenas, de salvarse del cerco mortal que los enemigos de la sociedad abierta, los enemigos de la España liberal, van a intentar de nuevo tejer como hicieron en junio de 2018.  


 (*) Columnista

 

https://www.vozpopuli.com/opinion/dia-bunker-miguel-barroso.html

El PP cae cuatro décimas y pierde un escaño en favor de Vox

 


MADRID.- La última entrega del sondeo diario de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER confirma que la ventaja del PP se ha ido acortando en estas semanas. Ahora sería de 1,7 puntos —31% (-0,4) de los populares frente a 29,3% (+0,1) de los socialistas— cuando el pasado junio, tras el batacazo del PSOE en las municipales y autonómicas, llegó a ser de casi 6. El bloque de la derecha suma 169 escaños (127 del PP, que ha perdido uno en favor de Vox, que suma los 42), inalcanzables para la izquierda, pero insuficientes para gobernar.

El trabajo de 40dB. señala que una parte del electorado socialista ha despertado a raíz del comienzo oficial de la campaña. Un 65,2% de los que eligieron la papeleta de Sánchez en 2019 dicen ahora que irán seguro a las urnas, lo que supone un incremento de casi cinco puntos en apenas cuatro días. 

Aunque todavía está muy lejos del 72,2% de votantes del PP que se muestran dispuestos a emitir su sufragio, una cifra que apenas se ha movido desde el inicio de la campaña. Una estabilidad parecida se observa entre el electorado a la izquierda del PSOE, mientras que el de Vox también ha incrementado su movilización en cuatro puntos. 

El partido de Santiago Abascal aparece desde hace días con una posición consolidada en torno al 15% del sufragio, al igual que Sumar en una cota un escalón inferior: el 13,5%.

domingo, 9 de julio de 2023

Xosé Manuel Beiras: "Vox emerge porque al gran capital ya no le sirven las reglas del juego"


SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Xosé Manuel Beiras (Santiago, 1936) lleva fumando desde que, como le sucede a cualquier fumador, empezó a hacerlo demasiado pronto. Él y sus compañeros de carrera compraban una picadura infame de Tabacalera que suavizaban luego con tabaco habano Partagás, y que alternaban cuando podían con aquellos cigarrillos Ideales que eran como una bomba para los pulmones, sin boquilla, empaquetados en papel y que había que engomar con la lengua antes de prenderlos.

El fundador y exlíder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), probablemente la figura política, intelectual y académica más relevante de Galicia desde la muerte de Castelao en 1950, fumó en tiempos algo de rubio americano y mucho negro durante la mili, y se cambió a la pipa cuando llegó a Francia con 21 años para matricularse en Derecho y Económicas en La Sorbona. La pipa le permitía estudiar, leer y trabajar durante horas con mucha más comodidad. Y además el vicio, por entonces mucho más elegante que ahora, le salía mucho más económico.

Hijo de un histórico galleguista que regentaba un modesto establecimiento de paquetería, el dinero no le sobraba, tanto que en París sólo podía permitirse cenar en días alternos para poder ir al cine, al teatro y a conciertos el resto de noches de estómago vacío pero espíritu pleno y alejado de los años de plomo de la España franquista.

Más tarde, en Londres, se acostumbró a los Dunhill británicos que durante los años 80 y 90 acompañaron su imagen pública de nacionalista irreductible, hasta que se prohibió fumar en el Parlamento de Galicia, en la televisión y hasta en los mítines y las reuniones del Consello Nacional del BNG.

Recibe a Público en su casa de Brión, a quince minutos en coche de la capital de Galicia, y durante casi dos horas de entrevista en gallego enciende seis o siete Benson&Hedges. Le acompañan en sus gestos y hasta parecen indignarse y lanzar bocanadas con él cuando advierte de que la izquierda está condenada a repetirse en sus fracasos si se niega a sí misma sus principios más elementales en el combate contra la ultraderecha.

Beiras estructura su discurso en respuestas largas y reflexivas pero suavizadas con una ironía tierna y cercana, con la que va hilando su biografía con la historia, la economía, la filosofía, la geometría, el cine, la literatura y la música, armadas en volutas azules que el viento podría disipar pero que se asientan en un discurso tan inalterable como las hermosas vistas del valle de A Mahía que se divisan desde su huerta. "Sí, tengo 87 años y sigo fumando. Pero tengo los pulmones limpios".

Estamos en plena ola reaccionaria de ascenso de la extrema derecha en Europa, pero en España las izquierdas han estado tirándose los trastos a la cabeza hasta hace cinco minutos. ¿Esto tiene arreglo?

Primero habría que analizar por qué está ocurriendo esa emergencia descarada del fascismo y de los neonazis, la fascistización del PP y la aparición de Vox, que en realidad es un partido neonazi. Yo no les llamo extrema derecha, son nazis. El fenómeno que representan está perfectamente conceptualizado desde los años 20 y 30 del siglo pasado.

¿En qué sentido?

Este año se cumplen 90 años de El resistible ascenso de Arturo Ui  [la obra de Bertold Bretch que narra el acceso al poder de un mafioso de Chicago] y de todo lo que vino después: la quema del Reichstag alemán de la que se culpó al Partido Comunista y la expulsión de sus ochenta y tantos diputados.

Esa expulsión la propusieron los nazis, que fueron quienes habían quemado el Reichstag, y se ejecutó gracias al voto a favor de la SPD [los socialdemócratas]. ¿Por qué emerge Vox como partido con representación parlamentaria? Porque, como entonces, hay un momento en que al gran capital ya no le sirven las reglas del juego.

¿La situación actual en España es entonces asimilable a la del ascenso de los fascismos en los años veinte y treinta del siglo pasado?

El gran capital nunca asumió la democracia porque es incompatible con sus intereses. Hace cien años, lo que estaba en el centro de la estructura económica del sistema mundo era el capital monopolista de Estado. Ahora se ha convertido en capital trasnacionalizado y financializado. De las tres formas del capital -el comercial, el industrial y el bancario o financiero-, el que tiene la hegemonía desde la época de Thatcher y Reagan es el financiero.

En España, tras el susto de las elecciones de 2015, cuando desaparece el bipartidismo y emerge Podemos, el capital bancario responde montando un Podemos de derechas: Ciudadanos. El Banco Sabadell, ¿verdad? 

Luego ocurre la traición de la cúpula felipista del PSOE en otoño de 2016, cuando fuerzan la abstención para que siga gobernando Rajoy, que llevaba desde 2011 encabezando una dictadura de la oligarquía disfrazada de mayoría absoluta, que no respetaba los derechos constitucionales y que los estaba derogando uno a uno, vaciando de contenido los títulos Primero y Octavo de la Constitución. Es ahí cuando descabezan a Pedro Sánchez. Al año siguiente, emerge Vox.

¿Por qué cree que la izquierda erró en su análisis y en su respuesta a esa situación?

La izquierda rupturista estaba formada por aquel Podemos inicial nacido de la rebelión cívica de 2011. Una rebelión que en realidad ya había nacido en Galicia en 2002 con Nunca Máis, que fue su primera expresión rotunda, y luego con la movilización contra la guerra de Irak en 2003. La ciudadanía se sentía huérfana, "no nos representan", decían.

Y no era sólo el proletariado industrial, sino también las clases trabajadoras y la pequeña burguesía, la estructurada en torno a los pequeños empresarios y los autónomos. Esa rebelión cívica era rupturista, quería cambiar el régimen porque advirtió que el régimen no servía para resolver los problemas, sino sólo para ponerle cataplasmas.

Esa rebelión también provocó un cambio en las alianzas políticas tradicionales de los nacionalismos y la izquierda.

Los pioneros fuimos ese segmento del BNG que decidimos apostar por una alianza con la izquierda estatal que el Bloque rechazó. Si hubiera llegado a aceptarla, Feijóo habría perdido las elecciones y el nacionalismo en Galicia habría sido hegemónico.

Después llegaron las alianzas con las mareas municipales, no sólo aquí: Barcelona, València, Madrid, Andalucía... Y Podemos decide que hay que catapultar esa energía para cambiar la correlación de fuerzas en las Cortes. En un principio lo consiguen, y de las elecciones de diciembre de 2015 salen unas Cortes en las que, sobre todo en el Congreso, desaparece el bipartidismo e irrumpen las fuerzas nacionalistas progresistas: En Marea, Bildu, ERC... Y después aparece Vox.

Esa irrupción no se traduce en un Gobierno de izquierdas. El PP había ganado las elecciones con 123 escaños y Vox no tenía representación, y aunque Ciudadanos tenía 40 diputados, entre el PSOE, Podemos y sus aliados -ERC y EH Bildu- sumaban 172.

Es que no se permite que haya un Gobierno de coalición de la izquierda. Cuando en enero acordamos hacerle una propuesta a Pedro Sánchez, el mensaje que se lanzó fue que Pablo Iglesias había empezado a reclamar carteras determinadas.

Hizo mal en eso, pero ese día por la mañana se acordó una comisión de trabajo para estudiar la forma de ese Gobierno de coalición. ¿Y qué sucede? Que por la tarde Pedro Sánchez se reúne con ese catalán de Ciudadanos, este... ¿Cómo se llama?

¿Se refiere a Rivera?

Sí, a ese... Miguel Primo de Rivera [risas].

Quiere decir Albert Rivera.

Albert Primo de Rivera, claro [risas]... ¿Y qué sucede entonces?, decía. Que para poner a Patxi López de presidente de la Mesa del Parlamento el PSOE accede a que la derecha tenga mayoría en ella. Una Cámara con abrumadora mayoría de izquierdas y nacionalismos emancipadores, y en la Mesa la que tiene mayoría es la derecha.

Fue esa misma Mesa la que retorció el reglamento para evitar que En Marea, que tenía seis diputados, dos senadores y más del 15% de los votos en todas las circunscripciones gallegas, tuviera grupo parlamentario propio. A Compromís le sucedió lo mismo y se fue al grupo mixto, pero nosotros, por lealtad, nos quedamos y acordamos que En Marea funcionaría dentro del grupo de Unidas Podemos como subgrupo con libertad de voto.

¿Cómo fueron aquellas conversaciones?

Lo más increíble es que Felipe VII —yo le llamo así porque Felipe VI fue en realidad Felipe González— recibe a Pablo Iglesias, que le dice que apoya a Pedro Sánchez y que está dispuesto a ir a un Gobierno de coalición con el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes. Después de comer, el monarca recibe a Sánchez y éste le dice que está dispuesto a aceptar, pero que primero hay que consultar al PP porque tenía más votos.

Felipe VII recibe a Mariano Rajoy, que le dice que no. Pero el monarca propone a las Cortes a Rajoy para montar aquella situación de impasse. Cuando la Constitución española no le atribuye la proposición a las Cortes de un candidato, sino informar de las conversaciones a su presidente, que es quien propone.

Y de ahí a las segundas elecciones.

Sí, empieza el follón. A Sánchez le dicen en septiembre que tiene que abstenerse y él se niega. Tuvo agallas. Y empieza a articularse la estrategia que acabaría tras la moción de censura de 2018 en un Gobierno de coalición, que empieza a desmovilizar aquella rebelión cívica.

No se puede estar a la vez en el Gobierno y en la calle a no ser que tengas una red como, por ejemplo, la que tenía la SPD a finales del siglo XIX y principios del XX en Alemania en torno a su espacio político: los sindicatos, las casas del pueblo, las organizaciones juveniles, culturales... Podemos no la tenía, no se instaló en la sociedad. Tampoco En Marea.

Parece que la izquierda es más débil ahora que hace un siglo frente al ascenso de los fascismos.

Ahora es mucho más peligroso. Yo lo explico como una metáfora de geometría. Hay una máxima que dice que la historia siempre se repite, que caló en la izquierda por una interpretación equivocada de El 18 de brumario de Luis Bonaparte, de Carlos Marx. Cuando habla de la revolución de 1848, explica que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa. Pero no se refiere a la propia historia, sino a sus personajes.

Quiero decir que la historia avanza en espiral, en tres dimensiones. Si la proyectas sobre un plano verás un círculo que parece que se repite, pero no, en realidad está en tres dimensiones y es una espiral. Ahora estamos en la vertical de la Europa occidental de los años veinte y sobre todo de los años treinta del siglo XX.

Con situaciones análogas en el contexto socioeconómico, cultural, etcétera. Pero con la diferencia de que la potencia del gran capital se ha multiplicado por varios millones. Hace un siglo no había ninguna compañía trasnacional que tuviera más poder que un Estado. Hoy sí. Incluso con más poder que los Estados Unidos, como vimos en la crisis de 2008.

¿Cómo se traslada esa reflexión a España?

Cuando en España llega un Gobierno progresista, tiene el Gobierno, pero no tiene el poder. Yo le reconozco a Pedro Sánchez que ha sido muy inteligente, porque que en esas circunstancias no puedes tomar medidas rotundas que satisfagan a toda la ciudadanía que había participado en aquel horizonte de combate rupturista.

Una ciudadanía que empieza a sentirse huérfana de nuevo, pero que ya no está en aquella rebelión cívica. La dinámica sociopolítica pasa de estar en la sociedad a estar en las instituciones. Es análogo a lo que sucedió con el proceso de independentismo catalán.

¿Por qué?

Yo viví ese proceso y participé como observador en todas las convocatorias de consultas municipales que se organizaron a partir de 2011 y 2012 en Catalunya. Era impresionante. El referéndum lo estaban impulsando los ciudadanos, no los partidos. El único partido que estaba ahí metido eran las CUP, pero sólo como elemento logístico porque tenían una organización local muy extensa.

Cuando los independentistas ganan las elecciones de 2017 y convocan el referéndum, la dinámica política pasa de la sociedad civil a las instituciones, a la Generalitat, que está dentro del marco del Estatut de Autonomía de Catalunya y de la Constitución española que precisamente el independentismo quiere trascender. Pretendieron la independencia rompiendo las mismas instituciones que ellos dirigían.

Así les cayó la que les cayó, y por eso la sociedad civil empezó a desorganizarse y a desmovilizarse. Hay que tener en cuenta todo eso para entender lo que pasa después de 2018 en el conjunto del Estado, la hostilidad brutal y el acoso sistemático que puso en estado de sitio no sólo al Gobierno de coalición, sino a la mayoría progresista de la Cámara de Diputados.

Sumar ha anunciado que lleva en su programa una consulta popular sobre lo que se decida en la mesa de diálogo con Catalunya. Después de ese proceso del que usted ha hablado, da la impresión de que Sumar nace con miedo. No hace ni una sola mención al referéndum.

Es que Sumar ya había desertado cuando era Unidas Podemos. Yo no hablo mal de Yolanda Díaz, pero es que la historia es la que es. Ella estuvo en Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) y luego en En Marea, que tenía cinco diputados en el Congreso y cuyos estatutos decían que las decisiones políticas que tenían que seguir los representante en las Cortes las tomaba el órgano colegiado de En Marea en Galicia.

De esos cinco diputados, dos provenían del espacio nacionalista, pero no del espacio dogmático, sino del abierto a alianzas. Estaban en minoría. Los otros tres, entre ellos Yolanda Díaz, se pasaron los estatutos de En Marea por el arco de triunfo. Funcionaron en clave de Pablo Iglesias, no en clave de En Marea. Y con el referéndum de Catalunya, se bajaron los pantalones. Ese otoño yo tuve un cristo gordo con Pablo Iglesias por ese asunto.

¿Pesaron también las cuestiones personales?

No lo lean así, pero ellos acababan de empezar en verano un proyecto para sacar un libro colectivo [Repensar la España plurinacional, con participación de Xavier Doménech, Dominique Saillard, Enric Juliana, Irantzu Mendia y los propios Beiras e Iglesias, entre otros] para el que me pidieron un ensayo.

El libro salió en septiembre y no me invitaron a la presentación en Madrid. Y en el periodo entre las elecciones de 2017 en Catalunya y el referéndum adoptaron una postura neutral, cuando en esa situación ser neutral era estar a favor de quienes se querían cargar el proceso.

Un día llamé a Pablo y le dije: "Oye, ¿pero tú has leído mi artículo?". Me dijo que sí, y hasta me mandó fotos del libro abierto en esas páginas. "Pues estáis haciendo todo lo contrario", le respondí. No tuvieron narices para apoyar el proceso independentista de Catalunya, no entendieron algo crucial por lo que nosotros ya nos habíamos jugado el tipo en el Bloque y que derivó en lo que fue primero AGE y luego En Marea.

¿Cómo relaciona usted ese proceso de AGE y En Marea con lo que en su opinión no entendieron Pablo Iglesias y Yolanda Díaz?

Vamos a ver. Hay que hacer política analizando dos sistemas de ejes de abscisas y coordenadas. Uno, la estructura de clases, es decir izquierda y derecha. El segundo: cuando se trata de una nación sin Estado, los ejes son la nación sometida y el Estado que somete. Hay que situar la expresión de las posiciones políticas en esos dos sistemas de coordenadas y luego superponerlos. Porque puedes llevarte sorpresas.

El nacionalismo gallego siempre tuvo muy claro que para ganar esa guerra había que dar la batalla decisiva en las instituciones centrales del Estado. Nosotros teníamos muy claro por qué habíamos hecho esa alianza. Si los vascos, que habían optado por la lucha armada, habían sido derrotados; si los catalanes, tras un proceso cívico absolutamente ejemplar, no sólo no lo consiguieron sino que sus líderes acabaron en la cárcel... O tienes alianzas con la izquierda estatal, sobre todo si es una izquierda rupturista, o no puedes dar esa batalla. Eso fue lo que nosotros sí entendimos.


¿Se trató entonces de una reflexión científica, digamos, basada en el análisis histórico de lo que había sido el nacionalismo gallego?

El nacionalismo gallego quizá lo entendió mejor que el resto porque siempre fue menos fuerte y porque nunca fue un nacionalismo burgués. Siempre fue un nacionalismo democrático, republicano y popular, que nació con la revolución gallega de 1846.

En La era de la revolución, donde Eric Hobsbawn analiza la historia política de Europa desde la Revolución Francesa de 1789 hasta la de 1848, en el último capítulo explica que esta última no fue una erupción volcánica imprevista, sino que hubo un proceso de erupciones que arrancan de la de 1830 y que una de ellas, que menciona como precedente, es la rebelión popular gallega de 1846.

Era un nacionalismo republicano, conectado con la lucha de los agraristas, de los siervos contra los señores, de los foreros contra los foristas. Un tipo como Alfredo Brañas, que era nacionalista conservador, que era regionalista, de derechas, católico, defendía a los siervos frente a los señores, e invocaba el ejemplo de Irlanda.

¿Esas claves históricas se pueden seguir aplicando hoy ? ¿Las tuvieron ustedes en cuenta a la hora de tejer alianzas en AGE y luego entre Anova y Podemos?

Los nacionalismos emancipadores son fundamentalmente de izquierdas. Un proceso de emancipación nacional en el fondo siempre es un proceso libertario. Marx y Lenin lo tenían muy claro. Yo nunca hablé de nacionalismo español. Eso es chauvinismo. El nacionalismo de un país que tiene un Estado propio y soberano es chauvinismo. Si sólo es nacionalista para oprimir a otros, es nacionalismo imperialista.

¿Qué nos enseñaba a nosotros la historia reciente del Estado español sobre las cuestiones nacionales? Para el Estado español los vascos eran terroristas; los catalanes, fenicios con los que se podía resolver todo con dinero, y Galicia, una colonia a la que podían mandar a un virrey como Fraga, como hizo Felipe González trucando las elecciones autonómicas de 1989.

En el caso catalán, los catalanes hicieron un Estatut muy consensuado, con un referéndum en el que, por cierto, yo hice campaña por el "no" con Carod Rovira... Un Estatut que luego se cargó el Tribunal Constitucional. Pero oiga, ¿quién se cree usted para cargarse un texto aprobado primero por el Parlament de Catalunya, luego por las Cortes Generales y luego por la ciudadanía en referéndum? Los miembros del Tribunal Constitucional tenían que estar en el trullo, procesados e inhabilitados de por vida. Un Estado que hace eso no es un Estado democrático. Eso es lo que la izquierda no se atreve a decir públicamente.

Uno de los puntos del acuerdo exprés que PP y Vox han alcanzado en el País Valencià hace una referencia explícita a la retirada de subvenciones a cualquier tipo de organizaciones que promuevan los Països Cataláns. ¿Cómo pueden los nacionalismos de izquierda en esos territorios plantar cara a eso que usted llama el chauvinismo españolista?

Quien debía plantarle cara es el poder judicial, si fuera constitucionalista. Porque va contra la Constitución. Como cuando en Aragón dicen que se van a cargar la enseñanza del aragonés. El artículo 3 de la Constitución establece que el español es la lengua oficial del Estado, pero también que los otros idiomas tendrán que ser promovidos, apoyados y amparados por el Estado.

Están yendo contra la Constitución. El Tribunal Constitucional debería entrar ahí por iniciativa propia. No hay que encargarle ese trabajo a los nacionalistas, que bastante tienen. Lo que no funciona es la Constitución.

¿No funciona la Constitución o no funciona la manera de aplicarla?

La Constitución funciona cuando se la aplica. Si no, es papel mojado. ¿En que año asesinó ETA a Ernest Lluch? Sobre el 2000, ¿no? Dos días antes yo estaba dando una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid y llevaba un librito editado por el Parlamento de Galicia con el Estatuto de Galicia y con la Constitución. Durante el coloquio, leí algunos de los artículos del Título Primero: la justicia, el sistema tributario, etcétera. "¿Este está vigente?", preguntaba. "No", me respondían. "¿Y éste". "Tampoco". "¿Y este otro?". "Tampoco".

Los alumnos sabían que en pleno año 2000 muchos preceptos de la Constitución no estaban vigentes. Al día siguiente me dieron la noticia del asesinato de Lluch, éramos muy amigos desde los años sesenta y me fui a Barcelona para asistir a la manifestación. Por eso lo recuerdo tan bien. Si la Constitución ya no estaba vigente entonces, imagínense ahora. Los primeros que se la pasan por el forro son los miembros del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Tenían que estar todos en la cárcel.

¿Cómo deberían responder a eso la izquierda y los nacionalismos?

En la izquierda caemos en la trampa que nos impone esa dialéctica de los fascistas apoyada por las brunetes mediáticas, por la cúpula del poder judicial y por buena parte de la magistratura. Mucha de la cual, por cierto, es más fascista que el propio Fríjol [en gallego, feixó significa fríjol, judía]. Y la izquierda sale a dar explicaciones. No hay que darles explicaciones. No se puede razonar con una piedra, con un canto rodado, con una planta. Es inútil.

Es entrar en su juego para acabar hablando de lo que ellos quieren, cuando lo que habría que hacer es cortarles el discurso. No es cuestión de derechas o izquierdas, sino de demócratas o antidemócratas. Lo que está sobre la mesa es si sobrevive por lo menos una interpretación democrática de la actual Constitución, y por lo tanto lealtad y fidelidad a la letra de la Constitución, o si nos arrasan los que van a coger todo eso y van a convertirlo en algo inexistente.

O sea, si vamos a tener un franquismo sin Franco, pero peor que el de los años setenta. Porque en el franquismo de los años setenta la gente tenía el horizonte de que aquello no podía durar, se estaba descomponiendo. Y ahora no, ahora está empezando.

¿También en Europa y el resto del mundo? Orbán, Meloni, Bolsonaro, Trump...

También. Y quien tiene la responsabilidad de lo que está ocurriendo en Europa es la UE. ¿Cómo puede Borrell decir las barbaridades belicistas que está diciendo? ¡Un socialdemócrata! Acabo de leer un artículo sobre lo que pasó con Jürgen Habermas [el filósofo alemán que ha abogado por las conversaciones de paz con Rusia para acabar con la guerra de Ucrania y que ha sido duramente criticado]. Yo no estoy de acuerdo con la invasión de Ucrania, pero es que ni la ONU ni la Unión Europea han puesto coto al proceso que ha ido cercando a Rusia.

Ojo, no cercando a Putin, sino a Rusia. Porque todo lo que se le achaca a Putin viene de los años noventa, de Yeltsin. ¿Quién desmanteló el entramado estatal de la economía rusa? ¿Quién impulsó a los nuevos oligarcas? ¿Putin? No, esa es la herencia de Yeltsin.

Toda esa literatura y esa narrativa cinematográfica sobre el caos nuclear en Rusia, con misiles y bombas nucleares circulando por el mercado negro de armamento de medio mundo, ¿de dónde viene? De la época de Yeltsin, que montó la contrarrevolución de lo que se llamaba el Partido Yanqui en Moscú. La historia es la que es, pero eso no se ve reflejado en los medios ni se debate en las organizaciones políticas de izquierda.

Hablaba de Habermas. ¿Cree que en Europa hay una suerte de persecución contra la intelectualidad que no suscribe el relato oficial sobre la guerra de Ucrania, y que la izquierda la ampara?

Voy a ponerles un ejemplo. Mi pareja y yo somos melómanos a tope, estamos suscritos a canales de música clásica y somos muy admiradores de un director ruso extraordinario, Valeri Guérguiyev. Fue quien mantuvo viva la orquesta del Teatro Mariinski de Leningrado —o de San Petersburgo— durante los años 90, y  en los años 2000 dirigió en la sala Pleyel de París la integral de sinfonías y conciertos para piano y para violín de Prokófiev y la integral de Shostakóvich, sinfonías y conciertos para violín, para piano, para violonchelo...

Pues bien, le invitaron a dirigir la London Simphony, una de las mejores orquestas del mundo, y dirigía también una de las dos grandes orquestas de Baviera. Cuando estalló la guerra de Ucrania, la dirección administrativa de la orquesta le exigió que firmara un documento contra Rusia y contra la guerra. Se negó, lo cesaron y desde entonces está desaparecido del mapa. Ya no dirige, y en las televisiones europeas ni siquiera emiten conciertos suyos anteriores a la guerra.

Díganme, cuando fue la invasión de Irak, ¿hubo algún caso en el que se exigiera a algún director occidental que denunciase a la OTAN bajo amenaza de quedarse sin trabajo? No, ¿verdad? Hay una inquisición que pesa también sobre la izquierda. Es un peso tan brutal que, por ejemplo, obliga a Pedro Sánchez a hacer lo que hizo con respecto a los saharauis, que es absolutamente impresentable. ¿O es que el monarca marroquí es un demócrata consumado? ¿Quién es más tiránico: ese monarca o Putin?

La izquierda política no se está dando cuenta de que está equivocada. Porque lo más importante que está ocurriendo en el sistema mundo no está ocurriendo en la guerra de Ucrania. Allí está ocurriendo lo más grave y lo más peligroso, pero no lo más importante.

¿Y qué es lo más importante que está ocurriendo?

El fin de la hegemonía del dinosaurio norteamericano, que ya está herido de muerte y que enfrenta el peligro de la  desdolarización de la economía mundial con el Nuevo Banco del Desarrollo del BRICS, en el que participan potencias demográficas y económicas como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que preside Dilma Rousseff, y al que otros países como Argentina, la Colombia de Petro y Venezuela ya han dicho que están interesados en entrar.

Si potencias de esas dimensiones económicas y demográficas deciden dejar de funcionar en dólares en sus transacciones comerciales, financieras y monetarias, la hegemonía de Estados Unidos habrá terminado. Ese es el factor que está provocando el nerviosismo de Estados Unidos con China, no Taiwán. Pero la izquierda europea no se está enterando. Es elemental, pero yo no veo que haya ningún debate sobre eso, no lo mencionan ni siquiera en charlas informales. Sólo Ucrania, Ucrania, Ucrania...

Al margen de ese nuevo orden económico mundial al que parece que avanzamos, ¿cree que la izquierda española está contribuyendo por acción u omisión a la distorsión del relato sobre Rusia y Ucrania?

Es que parece como si Rusia no fuera parte de Europa, o como si Crimea no fuera parte de Rusia. Vamos a ver, ¿quién era Catalina la Grande? Siglo XVIII, ¿quién era su ministro más eficaz, y que además fue su amante? Grigori Potemkin. ¿Qué sucedía en Crimea en el siglo XVIII? Que era la puerta de entrada a Europa de turcos y otomanos. La zarina, con Potemkin, elabora un plan para repoblar y ordenar Crimea y taponar la entrada de los turcos.

¿Y qué tiene que ver eso con la Ucrania actual? Me explico: en El acorazado Potemkin, la película de Serguéi Eisenstein de 1925, los acontecimientos tienen lugar en Odesa, la tercera ciudad de Ucrania. ¿Acaso estaba Eisenstein rodando en el extranjero una de las películas básicas sobre la revolución soviética? 

Más aún, la Cantata Alexander Nevsky, de Prokófiev, ¿para qué fue compuesta? Para la película de Eisenstein de 1938 sobre Alexander Nevsky, que en el siglo XIII organizó un ejército popular contra los caballeros teutones, contra los cruzados. La batalla decisiva es la batalla del Lago Peipus, por cierto muy parecida a la batalla de Azincourt que narra Shakespeare en Enrique V.

Pero sigo: ¿Dónde sucede la apoteosis de la película? ¡La entrada en Kiev! [Risas] ¡Hasta podría ponerme en plan cabrón y decir que Putin está haciendo lo que hizo Alexander Nevsky hace no sé cuántos siglos! Hay un analfabetismo tan brutal, una falta de conocimiento y de memoria histórica en los grupos dirigentes de la izquierda que a mí me entra pánico.

¿Eso se traslada a las referencias ideológicas? ¿Hay un déficit ideológico y de solidez en la construcción intelectual del discurso de la izquierda?

Sí. Desde el momento en el que el PC renunció a la lucha de clases. Es como si un científico renunciase a la teoría de la atracción de los cuerpos celestes de Newton, como si dijera que las teorías de Einstein son una carallada o si le diera miedo citar lo que explicó Max Planck sobre las funciones discontinuas, los cuantos, las leyes deterministas en la ciencia y en la física...

¿Se imaginan a un físico diciendo una barbaridad así? Pues hay dirigentes políticos que dicen barbaridades equivalentes, ya no sólo del PP, sino de la izquierda. Y no pasa nada. Sí, hay una cobardía intelectual pasmosa que me cabrea muchísimo y me pone los pelos de punta. ¿Dónde está la fuerza alternativa a la barbaridad que se nos viene encima? Hay miedo a decir que eres socialista, marxista, anticapitalista...

¿Pero la ciudadanía está preparada para recibir ese tipo de mensajes? Si vemos la campaña del PP en las municipales, con el 'Que te vote Txapote' , agarrándose a los apoyos de Bildu al Gobierno en el Congreso para intentar romper la campaña... Eso cala en el electorado socialista.

Porque quien debería rebatirlo no tiene credibilidad. El BNG empezó en el Parlamento de Galicia en 1985 con un diputado, que era yo. En 1989, cuando mandaron a Fraga aquí, fueron seis menos uno, el que nos robaron. En 1993 pasamos a trece, que no fueron quince por muy poco. Y en 1997 dimos el sorpasso al PSOE. ¿Cuál fue mi contribución en todo eso? Decir las cosas como ustedes dicen que la ciudadanía no está preparada para entenderlas.

Eso de que el pueblo es ignorante es falso, es un montaje de la derecha. Es cierto que ha habido un proceso de analfabetización ideológica y política de las sucesivas promociones y generaciones de quienes no vivieron el franquismo, y que no tienen antídotos contra lo que está pasando, porque nadie se lo ha explicado. Hubo una amnistía que amnistió a los asesinos, se hizo borrón y cuenta nueva con la historia, que acaba en la Guerra de Independencia.

Nada de la República ni de la historia del franquismo en la enseñanza, como si la democracia la hubieran traído Juan Carlos y Felipe González y las libertades ya estuvieran ahí. No, es al contrario. Los derechos y las libertades se conquistan, pero o se ejercen sistemáticamente o se pierden, que es lo que está pasando ahora.

Ha dicho que la democracia está en cuestión, ¿pero lo que tenemos es de verdad una democracia plena?

El pacto de la reforma política, además de una aberración, es una traición. Fue un pacto con el franquismo. Y no es exclusivo de España, ha ido sucediendo en Occidente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. A medida que se extendía, el modelo de democracia occidental se vaciaba de contenido. Cada vez más Estados democráticos y cada vez menos democracia en el sentido filosófico de la Grecia clásica.

El mismo Aristóteles, que no era de izquierdas sino de derechas, cuando definía democracia decía que no tenía que ver con la aritmética electoral, sino con el poder del demos, en el sentido de la Atenas de Pericles. Por cierto, ¿saben quién fundó y lideró en Atenas el Partido de los Pobres, el primer partido de base equivalente a los Sans-culottes de la Francia revolucionaria? Fue Aspasia, la amante de Pericles. No entiendo por qué el feminismo no utiliza ese referente.

Pero quiero decir que la democracia consiste en eso. Lo otro es un régimen de partidos y de elecciones libres, entre comillas. En el Estado español no tenemos una democracia. No es un régimen democrático. La Constitución es un diseño con normas democráticas, sobre todo en el Título Preliminar y en el Título Primero, que cada vez se aplican menos. Pero no es una democracia, ni siquiera una monarquía parlamentaria. Es una monarquía constitucional.

Con la Constitución como una 'carta otorgada'.

Más bien diría que la carta otorgada son los estatutos de autonomía. Por eso en Galicia no podíamos aceptarla, porque reivindicamos el ejercicio de la soberanía popular, que somos un pueblo con identidad propia, una nación con casi doscientos años de lucha cívica. Y eso que el nacionalismo gallego nunca fue independentista, pese a que tuvo segmentos independentistas.

Yo me pasé decenios siendo respetuoso con el régimen de la Constitución y del Estatuto, pero mi discurso siempre estuvo dirigido a trascenderlo. Tú puedes optar en las Cortes españolas, y me refiero a Podemos en 2015, 2016 y 2018, a entrar en un Gobierno. Y es cierto que se han hecho muchas cosas positivas que no se hubieran hecho si no hubiera estado Podemos. Las medidas más progresistas en defensa de la ciudadanía que hizo el Gobierno de Sánchez fueron iniciativa de Unidas Podemos con el apoyo de ERC y Bildu.

Pero una cosa es eso y otra que renuncies a un discurso que ponga el norte a medio plazo a trascender el actual régimen político. Porque si no, la gente no sabe hacia dónde vas. Hay que hacer pedagogía, la izquierda tiene que hacer pedagogía. Siempre.

¿Cómo se defiende mejor eso: votando a la izquierda estatal o a los nacionalismos?

En las elecciones del 28M, ¿quién ha resistido mejor a la avalancha de la ultraderecha?

Galicia, Euskadi y Catalunya, ¿no?

No, ¿quién resistió mejor en la izquierda a la izquierda del PSOE? En el eje de la contradicción de clase, Unidas Podemos, lo que hoy ya es Sumar, no resistió a esa ofensiva. ¿Y quién no sólo resistió, sino que incluso avanzó? EH Bildu y el BNG, en el eje nación sometida frente a Estado que somete. No hablo de Catalunya, porque es mucho más complejo después de que el Estado español desarbolara todo el independentismo, el independentismo burgués de Junts y el progre de ERC, que no es propiamente obrero ni socialista.

Quiero decir que las posiciones más rotundamente opuestas en su práctica interna, en su discurso frente al nazifascismo que viene, fueron EH Bildu y el BNG. Porque son organizaciones de izquierda, tan de izquierda como Sumar en su discurso, pero porque además defienden a pueblos que llevan siglos de lucha y que tienen memoria del franquismo. 

Y en el caso de Galicia, del fraguismo. El apoyo sociológico que tiene hoy el BNG es el apoyo del BNG más el apoyo del nacionalismo que no estaba en el BNG y que se pasó a él cuando Unidas Podemos reventó aquí por la traición de sus dirigentes, con el incumplimiento de los acuerdos de los que he hablado antes.

Y en Euskadi, el PNV se ha puesto de acuerdo con el PSOE y hasta con el PP para ponerle un dique de contención a EH Bildu. Significativo, ¿no? Claro que este PNV no es el de Arzalluz, Gorka Aguirre, Joseba Egibar, Markel Olano... Ese PNV era otra cosa, un partido socialcristiano. ¿Les cuento una anécdota?

Por favor.

Cuando tras las elecciones autonómicas de 1997 el nacionalismo gallego empezó a cotizarse fuera, empezó nuestra relación con el PNV. La primera vez que nos reunimos fue en Bilbo, en Sabinetxea, la sede del PNV. Acudimos una delegación del BNG en la que había representantes de la UPG, Pilar García Negro y Francisco García. Nos fuimos a comer y al volver, Arzalluz, que no había estado por la mañana, estaba en la sala.

Su recibimiento fue más o menos así: "¿Qué, qué tal os han dado de comer estos chicos? Porque si volvéis a Galicia diciendo que somos unos meapilas, no pasa nada. Pero si volvéis diciendo que no os dimos bien de comer, es una ofensa nacional" [risas]. Arzalluz era otra cosa. 

En el año 98, en el tiempo de Galeuscat [Galeuscat-Pueblos de Europa], nos hicimos muy amigos, de mucha confianza. Mi pareja, Aurichu [la pintora Aurora Pereira] y yo, incluso estuvimos en reuniones del Euskadi Buru Batzar [Comisión Central de Euskadi, el órgano ejecutivo nacional del PNV].

Arzalluz llegó a decirme que el pacto con Aznar en 1996 había sido un error histórico. Y también que fue Pujol quien les arrastró a ese pacto. Luego Pujol me dijo en una ocasión que tras las elecciones de ese año [en las que el PP ganó sin mayoría absoluta con 156 escaños frente a los 141 del PSOE] había llamado inmediatamente a Felipe González para decirle que CiU estaba dispuesta a renovar de inmediato el pacto de Gobierno del 93, y que sólo haría falta que negociasen también con Izquierda Unida para tener mayoría frente al PP de Aznar. 

La respuesta de González fue que no, que tenían que pactar con Aznar. Y Pujol arrastró al PNV.

¿Fue porque González no quería gobernar sin ser la lista más votada?

No, fue porque Felipe González era un sectario anticomunista. Yo le conocí muy bien entre 1974 y 1976, lo que duró la Conferencia Socialista Ibérica. Después creamos la Federación de Partidos Socialistas del Estado español, pero empezaron a sobornarlos uno a uno. Los únicos que no nos dejamos sobornar fuimos el Partido Socialista Galego (PSG), los únicos que no pactamos con el PSOE.

¿Sería factible repetir algo similar a Galeuscat, aquella alianza entre el PNV, CiU y BNG que lideraban Arzalluz, Pujol y usted, cuando las tres eran hegemónicas en los movimientos nacionalistas de Euskadi, Catalunya y Galicia? ¿Serviría para combatir esa oleada ultraderechista de la que habla?

Sí, pero no sería suficiente. Las izquierdas españolas de audiencia estatal tendrían que asumir en la practica lo que declaran verbalmente: que Galicia, Euskadi y Catalunya somos pueblos con historia propia, naciones con derecho a la autodeterminación. Si asumieran eso no habría independentismos porque todos somos pactistas en ese horizonte. Lo sé muy bien porque lo he vivido desde los años sesenta como responsable de asuntos externos del PSG.

Que lo hagan en la práctica y no sólo verbalmente es la clave para parar al fascismo y trascender este régimen. Pero no hay síntomas de que estén dispuestos a hacerlo. ¿Qué acaba de pasar en los ayuntamientos? ¡Parece que no se enteran! El PSOE está renunciando a gobernar en coalición con los nacionalismos de izquierda. 

¿Pero es que sois idiotas, no sabéis lo que se os viene encima? Es una ceguera total. ¿Después de la hostia que se han llevado no son conscientes de que hay que levantar baluartes, y no primar las cuestiones de partido sobre la defensa contra ese enemigo común?

Hacen como la SPD alemana, que en 1933, después de la quema del Reichstag, votó a favor de que se expulsara a los ochenta y tantos diputados del Partido Comunista. Y después, ¿qué pasó? Por eso digo que estamos en una situación análoga a la República de Weimar y a la República española.

Esta conversación deja un poco el ánimo por los suelos.

Es el pesimismo de la razón, como decía Gramsci. Pero yo nunca cedí a la tentación de tenerle miedo a la realidad. Y hay mucho miedo a la realidad en la izquierda, a analizarla y ver que es terrible. Porque frente al pesimismo de la razón está el optimismo de la voluntad. La izquierda no puede lograr las energías necesarias para enfrentarse a los brutales enemigos que tiene si no hace dos cosas: primero una cura de humildad y, en segundo lugar, explorar la realidad, reconocer que es terrible y, a partir de ahí, buscar las fórmulas y las energías para enfrentarse a ella.

Pero parece que en el mes que les queda para las generales ya no les va a dar tiempo...

Es que no están dispuestos a hacerlo. Pese a todo, yo no pierdo la esperanza de que se consiga activar parte del voto de la izquierda que se abstiene, aunque sólo sea para que haya una alternativa electoral que una a todo ese caleidoscopio de grupos de izquierda, si son capaces de hacer el discurso adecuado y darle credibilidad en la práctica.

¿Y cree que Sumar puede tener esa capacidad?

Sí, porque son inteligentes. Que sean miopes no significa que sean tontos, sólo que necesitan las lentes adecuadas. Confío en que se den cuenta de que no sólo se están jugando su propia piel, sino la de la gente del común. Empezando por la más intoxicada y alienada. Alienación, otro término que la izquierda ya no utiliza y que resulta fundamental para entender y explicar muchas cosas.

¿Y usted qué cree que puede pasar?

Pues a lo mejor que ocurre la catástrofe. Y quizá entonces la gente se dará cuenta de que o se pone en modo combate o sucederá aquello del ensayo de Camus Ni víctimas ni verdugos. Llegará un momento en que no quedará otro remedio que ser víctima o colaborar con tus propios verdugos. 

Un ejemplo: cuando en la pasada campaña Ayuso salió con aquello de que en las listas de Bildu había candidatos condenados por ETA, habría que haberle dicho: "Oiga, usted es una asesina en serie, mató a siete mil personas desvalidas, ancianas, que son más de diez veces los muertos de ETA en toda su historia. Y está apoyando a quienes están matando a mujeres todos los días, cientos de ellas al año". Pero lo que la izquierda respondió fue que si ETA ya no existe, que si Bildu ha renunciado a no sé qué... Que no es eso, coño.

Cita a Ayuso, pero en toda esta entrevista apenas ha aparecido Feijóo.

Feijóo es un cipayo, tartufo, felón, ignaro y fascista. En Madrid pensaban que era un moderado y que como nosotros, en Galicia, somos de provincias, no nos enteramos de lo que pasa. Ni siquiera parte de la izquierda sabía quién era. Y a mi edad digo: ¿cómo es posible? 

Verán, hay dos contravalores o antivalores que están en la base de la ideología y la cosmovisión del nazifascismo. Uno es la xenofobia y otro el nihilismo. Y me preocupa que la gente se quede con el diagnóstico que hago de la situación en vez de quedarse con lo que digo sobre lo que hay que enmendar y corregir para enfrentarla. 

Porque eso conduce al nihilismo, es el caldo de cultivo del nazismo y del fascismo.

Hay un fenomenal ensayo sobre eso, A violencia excedente, de Francisco Sampedro, el catedrático de Filosofía. La xenofobia es la negación de la alteridad, no pueden soportar que haya alguien distinto a ellos. Es lo que ocurre con el chauvinismo español. 

Yo estuve en Madrid del 60 al 63, para hacer mi tesis, vivía en el colegio mayor César Carlos y fui muy amigo del cura Aguirre [Jesús Aguirre, duque consorte de Alba]. Salíamos, me presentaban a gente y me preguntaban: "¿De dónde eres?". "Soy gallego", respondía yo. "¡Ah, español, claro!". Esa es la incomprensión de la alteridad: no, no eres gallego, eres español, a cojones.

Yo estoy dispuesto a ser ciudadano del Estado español, y ciudadano europeo, pero a condición de que cuando digo que soy gallego nadie me responda que, no que soy español. No. Entonces váyase usted a la mierda, quédese con su España y que le den la independencia a Madrid: "Toma, Ayuso, todo para ti. Ahí te quedas".

 

https://www.publico.es/politica/xose-manuel-beiras-vox-emerge-gran-capital-no-le-sirven-reglas-juego.html/amp?dicbo=v2-GERCqm6