ÁGUILAS.- Unas mil personas, algunas de ellas extranjeros, convocadas por la coordinadora de la plataforma "Murcia no se vende", protagonizaron esta tarde en Águilas una marcha a pie, de dos kilómetros, entre la playa de El Hornillo y la plaza de España de esta localidad litoral fronteriza, donde se ubica el Ayuntamiento, gobernado en minoría de nuevo por el PP, con la que quisieron protestar contra la especulación urbanística y defender simbólicamente el territorio protegido y, especialmente, la costa vírgen de la Región de Murcia de los proyectos depredadores auspiciados desde el mismo gobierno regional en el puro beneficio de grandes empresas, como "Iberdrola", "Caja Murcia" y "Polaris World", entre otras, acaparadoras de su actual suelo agrícola para vender ahora a precio de urbanizable por recalificado.
Esta 'VI Marcha en Defensa del Litoral' desfiló bajo el lema 'Contra la mentira de que se construye a 500 metros de la costa', en una manifestación "muy animada y llena de colorido", según el portavoz de la Coordinadora 'La Región de Murcia no se vende', Héctor Quijada. "Es propaganda. Dicen que en la Región hay mucha costa virgen y que no se alcanzan las cotas de construcción de Málaga o Valencia. Pero es que no tenemos ninguna ilusión por alcanzarlas. Estamos en contra de que se destruya el patrimonio natural. No nos oponemos al turismo, a un turismo rural adecuado al entorno, sí a un turismo devastador. Hay mejor que incentivar los valores naturales de los que disponemos".
Esta 'VI Marcha en Defensa del Litoral' desfiló bajo el lema 'Contra la mentira de que se construye a 500 metros de la costa', en una manifestación "muy animada y llena de colorido", según el portavoz de la Coordinadora 'La Región de Murcia no se vende', Héctor Quijada. "Es propaganda. Dicen que en la Región hay mucha costa virgen y que no se alcanzan las cotas de construcción de Málaga o Valencia. Pero es que no tenemos ninguna ilusión por alcanzarlas. Estamos en contra de que se destruya el patrimonio natural. No nos oponemos al turismo, a un turismo rural adecuado al entorno, sí a un turismo devastador. Hay mejor que incentivar los valores naturales de los que disponemos".
En la pancarta de cabecera de la marcha podía leerse "Gobierne quien gobierne la Región de Murcia no se vende. Por nuestra cultura y por nuestra tierra", así como otras con los lemas: "En defensa de nuestro litoral"; "Salvemos nuestra tierra de golfos y especuladores" y "Autopista Cartagena-Vera de la especulación".
Entre las pancartas, algunas menos en esta edición, también se vieron las de ‘El Noroeste no se vende’, portada por miembros del colectivo ecologista ‘Caralluma’, la de los propios aguileños ‘Águilas no se Vende, salvemos nuestras costas’, y otra menor de "Ecologistas en Acción", con el mensaje de ‘Salvemos el litoral’. Esa menor presencia de pancartas era compensada, sin embargo, con la profusión de las consignas que se corearon, como: “El Gorguel no se vende, corruptos a la cárcel”, “El Mar Menor no se Vende, corruptos a la cárcel”, “Cabo Cope no se vende, corruptos…”, “Valcárcel a la cárcel” , “Menos ladrilos y más membrillos” o "El pueblo está enladrillado, el desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será".
El portavoz de "Ecologistas en Acción" -una de las decenas de organizaciones que integran la coordinadora-, Pedro Luengo, dijo que el objetivo de esta acción de protesta pacífica era concienciar a la población de los continuos despropósitos de políticos y constructores en esa "vorágine urbanística".
Por su parte, el portavoz de la coordinadora, Héctor Quijada, confió en que uno de los proyectos estrella del Gobierno regional, es decir, 'Marina de Cope', no se lleve a cabo hasta que no se conozca la resolución del Tribunal Constitucional, porque alterar un espacio natural "sería irreversible".
Luengo y Quijada restan importancia a los cambios en la consejería de Obras Públicas, o al hecho de que haya desaparecido Medio Ambiente sustituido por Desarrollo Sostenible, y coinciden en afirmar que las políticas y el rumbo del Ejecutivo murciano seguirán como hasta ahora, "y los cambios han sido mas bien estéticos", indicó el portavoz ecologista.
Pedro Luengo indicó que el movimiento ecologista se ha acostumbrado en la última década a que los políticos del Partido Popular hayan pasado el Medio Ambiente por diversas consejerías, restando la importancia que merece, y advirtió que el Consejo Asesor Regional de Medio Ambiente debiera reunirse antes del verano, pero parece que no será hasta después de la época estival cuando se efectúe la convocatoria.
A su juicio, el PP "seguirá con sus proyectos urbanísticos, reforzados en su política por las urnas; lo han entendido así y seguirán en su línea", agregó.
La marcha, que tenía previsto comenzar a las 18.00 horas, lo hizo con "un poco de retraso" a las 19.00 hora, y trascurrió con total normalidad, según Quijada, desde la playa de El Hornillo, de donde partió, y donde los participantes "pudieron contemplar diversas construcciones a menos de 500 metros de la playa", para seguir luego junto a la Rambla, playa de las Delicias, Paseo de Parra (frente al monumento al ferrocarril los manifestantes protagonizaron un breve sentada de protesta), Explanada del Puerto, Glorieta, Conde de Aranda, Juan Carlos I y Carlos III, hasta concluir en la plaza de España sobre las 21.00 horas.
Desde El Hornillo, la expedición efectivamente se dirigió al grito de 'Alcalde al banquillo con la mafia del ladrillo' y "Alcalde, borrego, irás al talego", entre otros, al casco urbano de la localidad y, concretamente, a la plaza de España, frente al Ayuntamiento de Águilas, donde un portavoz leyó, sobre las 21.00 horas, un texto redactado al efecto por el ecologista aguileño y candidato de IU+Los Verdes a la Asamblea Regional, Pedro Costa Morata, inspirador de la marcha. En esta edición no había representantes de los grupos municipales del PSRM, IU o MASd en la localidad. Y, por supuesto, tampoco del PP gobernante y bajo sospecha de jueces y fiscales.
Sí estaba, en cambio, José Antonio Pujante, concejal de Lorca, diputado regional de IU+LV y coordinador regional de IURM, quien piensa que la denominada Actuación de Interés Regional en la Marina de Cope “va a ser perjudicial, no sólo para el municipio aguileño sino para todo el entorno regional”. Cree, que, en general, en la Región de Murcia “hay una falta de respeto a los espacios naturales y al medio ambiente, que está bastante repartida, quizás más en los municipios costeros, que sufren una mayor presión para llevar a cabo esos procesos urbanizadores, que en zonas de interior".
En el caso específico de Lorca, Pujante afirma que "sí existe una franja costera colindante con la Marina de Cope, Calnegre", en donde “esa presión se está dando de forma importante. Además, Lorca es un municipio que también tiene una fuerte expansión urbanística como consecuencia de los convenios aprobados y asociados a campos de golf”.
Cree, finalmente, Pujante necesarias estas convocatorias “para que la ciudadanía tome conciencia de los procesos depredadores".
El portavoz de "Ecologistas en Acción de la Región Murciana", Pedro Luengo, confirmó que la marcha se había desarrollado "con normalidad y sin incidentes", y concretó que ha venido mucha gente, entre la que no destacó la presencia de ningún personaje en particular "porque es una marcha abierta, donde lo importante es la reivindicación de las más de 70 organizaciones que participan".
Según Quijada, al acto acudieron "personas de distintas procedencias, con pancartas de todo tipo", aunque señaló que la marcha estaba encabezada por el lema principal de la Coordinadora, que es 'Gobierne quien gobierne, la Región de Murcia no se vende. Por nuestra tierra, por nuestra cultura'.
Recalcó las principales reivindicaciones, que abarcan "desde la urbanización en el espacio natural de Marina de Cope, en Águilas, pasando por la autovía Cartagena-Vera, y la construcción desaforada en el Mar Menor".
Al respecto, Quijada se mostró satisfecho "porque la gente responde a la iniciativa en defensa del litoral", y ratificó que "hoy esta marcha, que cumple seis ediciones, tiene más motivo que nunca, porque los problemas más graves se mantienen", y destacó "la pérdida de Cabo Cope como espacio protegido, que si no se detiene su urbanización, podrá perderse".
En este sentido, calificó la urbanización de este paraje como un "asalto a una de las últimas zonas vírgenes de la costa", ya que "sobre él planea un proyecto de construcción de miles de plazas hoteleras, viviendas y campo de golf".
Destacó que "hay otras zonas, como el Mar Menor, que también sufren el urbanismo masivo y todas sus consecuencias", entre las que destacó "la construcción en La Manga, los vertidos a la laguna, y el acoso a los espacios protegidos, como el de las salinas, en San Pedro del Pinatar".
Por todo ello, Quijada demandó "que se paralice el proyecto de Marina Cope, que se deroguen todas las normativas dañinas para el litoral murciano, como las Directrices del Litoral y planes generales, como el de Águilas, que tiene aprobada la construcción de 200.000 viviendas, lo que supondrá la desaparición de zonas libres".
Criticó la gestión del municipio de Águilas "como muestrario de todas las irregularidades", puesto que "reúne casos como el de La Zerrichera, que aún está por esclarecer, así como la desprotección de la Marina de Cope y la presencia de políticos corruptos".
Dice que es un espacio natural que se podría haber aprovechado inteligentemente para el turismo, pero que se ha aprovechado para enriquecer a algunos rápidamente. "Hay un recurso pendiente en el Tribunal Constitucional y esperamos que su dictámen llegue a tiempo para evitar el desastre porque el gobierno regional dijo que iba a urbanizar Marina Cope aunque hubiese una decisión judicial en contra, lo que demuestra que es un gobierno insumiso con las leyes democráticas. Esperamos que la Justicia cumpla con algunos que se saltan las leyes", sentencia el portavoz de la coordinadora de estas 70 asociaciones integradas en la plataforma "La Región de Murcia no se vende".
De esta forma, Quijada expresó su deseo de que "esta política cambie", y reclamó que "la Región podría plantearse el desarrollo de otra forma, conservando los espacios naturales para, por ejemplo, la promoción del turismo".
Y es que, aseveró, "este modelo amenaza no sólo al medio ambiente, sino también a la evolución económica, ya que será el sector que sufra las consecuencias cuando haya un pinchazo de la burbuja inmobiliaria", a la vez que rechazó "la corrupción que también trae consigo".
Entre los manifestantes había algunos dirigentes comarcales de IURM + Los Verdes, miembros de las asociaciones integradas en la Plataforma y, paradójicamente, pocos aguileños aunque, a lo largo del recorrido, hubo adhesiones espontáneas y muestras de reconocimiento del motivo de la marcha.
La marcha culminó con la lectura de ese manifiesto en la plaza de España, de Águilas, donde luego se congregaron casi otras mil personas para escuchar las reivindicaciones que motivan y justifican, una vez más, esta convocatoria lúdica y pacífica en favor del medioambiente regional.
Al término de la protesta, Pedro Costa Morata, en una improvisada rueda de prensa declaró: “No nos gusta esta democracia y lo que ha sucedido en esta Región en las elecciones autonómicas. Una sociedad contaminada no puede ser nunca democrática; con disparates, donde el voto va a gente de dudoso comportamiento, imputada en los tribunales. Necesitamos una democracia que cumpla algo más que mínimos. La situación está cada vez peor. No hay más sensibilidad, pero nosotros vamos a seguir esforzándonos”.
Este premio nacional de Medio Ambiente tiene claro que “no podemos esperar a que estalle la famosa burbuja inmobiliaria, por lo que tenemos que recuperar parte de lo perdido en relación con el litoral y con la costa, y esto significa que los ayuntamientos y la Comunidad Autónoma han de ser mucho más restrictivos en los planes, en la política regional del suelo, de la que esperamos bastante más que de la actual”.
Definió finalmente al movimiento ecologista actual como “un movimiento especial, raro, un poder sin poder, autónomo y generoso, que no se expresa como los tradicionales poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, más la prensa. Somos el quinto poder, que se distingue por no tener poder, pero sí a la gente y la generosidad. Pedimos bienes comunes, trabajamos por la colectividad, con una generosidad no reconocida por la clase política, que, con seguridad, no está acostumbrada a ello”.
La elección este año de la playa de El Hornillo como punto de partida ha sido porque en su proximidad se han construido una serie de edificaciones, a menos de 500 metros de la línea de costa, por parte de la empresa promotora de un conocido notario de Lorca pero natural de Águilas.
La jornada de protesta comenzó ya al mediodía con la reunión de un grupo de jóvenes ecologistas en la playa, donde almorzaron, antes de emprender esta tarde la pacífica marcha.- (Agencias)