MADRID.- Bankia ganó 541 millones de euros en 2019, un 22,7% menos que un año
antes. En el cuarto trimestre estanco, ha registrado pérdidas de 34
millones. El descenso se explica por el persistente descenso de
ingresos que viene registrando el grupo, junto al incremento de las
provisiones para acelerar el saneamiento del balance.
Con todo, Bankia ha destacado la mejora de su actividad básica en el último año (resultado core), es decir, la suma del margen de intereses y las comisiones, menos los gastos de explotación. Esta partida ha alcanzado los 1.287 millones, un 3,8% más.
El objetivo de la entidad para 2019 era registrar un aumento del 5%, si
bien en los últimos trimestres ya había dejado entrever que el aumento
podría ser finalmente menor.
"El beneficio se ha alcanzado tras estabilizar los ingresos recurrentes y reducir los gastos en mayor medida de lo que habíamos previsto, lo que nos ha permitido un aumento del 3,5% del resultado core,
que es el que mide de forma más clara la evolución del negocio
bancario", ha indicado José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.
Esta partida se ha acelerado en la parte final del año, de manera que
en el cuarto trimestre ha crecido a un ritmo del 12% en comparación con
el mismo periodo del ejercicio anterior.
El margen de intereses
alcanzó 2.023 millones, un 1,3% menos. Los tipos negativos siguen
pasando factura al rendimiento de la cartera de crédito del banco, con
un fuerte sesgo hipotecario. Las comisiones mejoran un 1,5%, hasta 1.081
millones. Los resultados por operaciones financieras (ROF) disminuyen casi un 28%, hasta 298 millones. En conjunto, los ingresos rozan los 3.250 millones, un 3,6% menos.
Por
su parte, los gastos alcanzan 1.817 millones, un 2,9% menos. La entidad
ha alcanzado ya sinergias de costes de 220 millones por la fusión con
BMN, más de lo estimado (el grupo descontaba lograr ahorros de 190
millones en 2020). Pese a ello, la ratio de eficiencia (gastos
sobre ingresos y es mejor cuanto más baja) empeora hasta el 56% desde el
55,5% de hace un año.
Bankia cierra 2019 con una plantilla de
16.035 empleados, un 0,7% más que en 2018. Su red se ha reducido un 1%,
hasta 2.275 oficinas.
La
cuenta también se ve lastrada por el aumento de las provisiones. Ante
la debilidad de ingresos, Bankia ha optado por acelerar el saneamiento
de su balance como vía para mejorar su rentabilidad e intentar acercarse
al cumplimiento de los objetivos de su plan estratégico 2018-2020.
Las
provisiones ordinarias crecen un 15,8%, hasta 482 millones y el resto de
saneamientos se incrementan un 18,3%, hasta 190 millones. Con
este esfuerzo, Bankia ha alcanzado ya el 94% del objetivo de reducción
de activos improductivos previsto en el plan estratégico. Los saldos no
rentables representan ahora el 6,4% del balance, cerca del objetivo
establecido para 2020 (inferior al 6%).
El
banco ha cerrado el ejercicio con una solvencia de máxima calidad del
13,02%, tras mejorar la ratio 63 puntos en el año. Su exceso de capital
sobre su objetivo del 12% se sitúa en 795 millones. Bankia prevé repartir entre sus accionistas 2.500 millones de euros en superávit de solvencia hasta 2020.
"Con
esta sólida posición de capital, podemos anunciar nuestra intención de
mantener el dividendo y abonar un total de 355 millones de euros a
nuestros accionistas. Damos así un paso más en la devolución de ayudas a
los contribuyentes", ha señalado Goirigolzarri.
La retribución con cargo a 2019
será de 11,576 céntimos por acción, lo que supone mantener la cuantía
por título y elevar hasta el 65% el reparto de beneficios entre los
accionistas (pay-out) desde el 50% de 2018.
El
Estado, a través del Fondo de Reestructuración (Frob), controla un 61,8%
del capital de Bankia. De mantenerse esa participación en la fecha del
pago del dividendo, el Estado recibirá 220 millones de euros, con lo que
la cifra total retornada a los contribuyentes ascenderá a 3.303 millones de euros.
Bankia y BMN recibieron ayudas públicas de 24.000 millones durante la
crisis financiera. De los 3.303 millones reintegrados al Estado, 2.122
millones corresponden a las dos operaciones de venta de capital (en
febrero de 2014 y diciembre de 2017) y los 1.181 millones restantes, a
los seis dividendos distribuidos por el banco desde julio de 2015.
La
rentabilidad sobre el capital (ROE) está en el 4,2% frente al 5,6% de
hace un año. El retorno sobre el capital tangible (ROTE) está en el
4,3%, por debajo del 5,7% de finales de 2018. Bankia ya anticipó este
verano que no alcanzaría los objetivos de rentabilidad previstos en su
plan estratégico para 2020. Contemplaban lograr un beneficio de 1.300
millones con un retorno sobre el capital tangible superior al 11%.
Goirigolzarri confía en seguir pese a Podemos
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri,
confía en que el cambio de Gobierno no afecte a su posición en el banco y
cree que el próximo año será él quien presente el nuevo plan
estratégico de la entidad.
"Yo me veo dentro de un año presentando los resultados en esta casa. Mi compromiso es absoluto
con el proyecto, pero depende de la confianza de accionistas y
consejo", ha respondido a preguntas de los periodistas tras presentar
las cuentas del ejercicio 2019.
En este sentido, el veterano
banquero vasco ha dicho no haber recibido ninguna noticia del consejo ni
del Gobierno sobre un posible relevo y ha negado injerencias políticas
por parte del Ejecutivo.
El Gobierno también ha respaldado hoy la gestión de la actual cúpula
de Bankia y ha rechazado la propuesta de Podemos de convertir la entidad
en un banco público.
La ministra de Hacienda y Portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero,
ha señalado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que
la intención del gabinete sigue pasando por la privatización de la
entidad, como exige Bruselas para recuperar en la medida de lo posible
las ayudas públicas destinadas en su rescate.
Eso sí, Montero precisó que la operación se realizará atendiendo a criterios de mercado y a "precios razonables".
En relación a su plan, el presidente de Bankia ha señalado que no
contempla la opción de "ampliar el perímetro actual del banco". Es
decir, que la entidad descarta a día de hoy cualquier fusión u operación
con otra entidad como se ha especulado en los últimos meses. "No
contemplamos ninguna operación. No está ni encima ni debajo de la mesa",
ha respondido a las palabras de su homólogo en el Sabadell, Josep Oliu.