LA CORUÑA.-
En su última comparecencia en el Congreso, la presidenta de la
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pilar Platero,
puso el acento en el cambio de tendencia que había experimentado Navantia,
una de las principales compañías de la corporación, con una destacable
subida en su cifra de negocio, tal como recoge La Voz de Galicia.
Durante el pasado ejercicio, el incremento de los ingresos en los astilleros públicos del país fue de un 20 % hasta alcanzar los 850 millones, según las primeras cifras de cierre del 2017, auspiciado fundamentalmente por los pedidos de construcción naval.
Pero ese repunte no evitó, de nuevo, que los números
rojos continuasen creciendo. De hecho, si en el 2016 ya se
habían registrado las pérdidas más altas de su historia, el pasado
ejercicio el balance financiero fue peor, rozando los 300 millones de
euros.
Los malos resultados económicos se produjeron en un año en el que todos los astilleros contaron con pedidos, aunque la carga de trabajo generada no fue suficiente para acabar con la subactividad de las instalaciones.
Después del vaciado de las gradas que se produjo durante los años más duros de la crisis económica, la empresa que preside el gallego Esteban García Vilasánchez accedió a nuevos encargos con precios muy competitivos, como sucedió con el contrato para la construcción de los dos buques logísticos para la Armada de Australia, que arrebató hace dos años al astillero coreano Daewoo.
Los malos resultados económicos se produjeron en un año en el que todos los astilleros contaron con pedidos, aunque la carga de trabajo generada no fue suficiente para acabar con la subactividad de las instalaciones.
Después del vaciado de las gradas que se produjo durante los años más duros de la crisis económica, la empresa que preside el gallego Esteban García Vilasánchez accedió a nuevos encargos con precios muy competitivos, como sucedió con el contrato para la construcción de los dos buques logísticos para la Armada de Australia, que arrebató hace dos años al astillero coreano Daewoo.
También se ha
adentrado en el mercado civil, con el pedido de construcción de cuatro
petroleros para la naviera vasca Ondimar; ahí la compañía tuvo que
realizar una oferta en alianza con Daewoo, que envía los materiales
desde Corea.
Las obras, que sirvieron para generar actividad y ocupación
en las plantas, obligaron, no obstante a la empresa pública a tener que
incrementar las provisiones y también llevó a su accionista, la SEPI, a
realizar distintos créditos participativos en los últimos años.
Los portavoces de los trabajadores también llevaban varios años advirtiendo de la necesidad de desterrar el modelo de gestión aplicado en la anterior etapa, que se cambió con la nueva reorganización aprobada a mediados del pasado ejercicio.
El cierre económico del 2017 aún está pendiente del visto bueno de la SEPI, que junto a la dirección de la compañía ha presentado un plan estratégico para despejar definitivamente la situación financiera de la compañía pública pero también para apuntalar su futuro, con un cambio radical del negocio, con un modelo de Astillero 4.0. y con plantillas rejuvenecidas.
Los portavoces de los trabajadores también llevaban varios años advirtiendo de la necesidad de desterrar el modelo de gestión aplicado en la anterior etapa, que se cambió con la nueva reorganización aprobada a mediados del pasado ejercicio.
El cierre económico del 2017 aún está pendiente del visto bueno de la SEPI, que junto a la dirección de la compañía ha presentado un plan estratégico para despejar definitivamente la situación financiera de la compañía pública pero también para apuntalar su futuro, con un cambio radical del negocio, con un modelo de Astillero 4.0. y con plantillas rejuvenecidas.
Uno de los objetivos que se persigue con la
materialización del plan -está pendiente de una nueva reunión con los
sindicatos para entrar de lleno en el debate de las nuevas
incorporaciones a las plantillas- es conseguir que el equilibrio de las cuentas se lleve a cabo en torno al año 2021.
Tras el acuerdo -aún no rubricado en forma de contrato- con Arabia Saudí para la construcción de cinco corbetas, Navantia confía en firmar este año la orden de ejecución e las F-110, valoradas en 4.000 millones.
Tras el acuerdo -aún no rubricado en forma de contrato- con Arabia Saudí para la construcción de cinco corbetas, Navantia confía en firmar este año la orden de ejecución e las F-110, valoradas en 4.000 millones.
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