jueves, 8 de mayo de 2008

Solbes adelanta que el Gobierno reordenará el esquema de supervisión del sistema financiero

MADRID.- El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, adelantó ayer que el Gobierno llevará a cabo una reordenación de las competencias en materia de supervisión e inspección del sistema financiero español para mejorar la vigilancia de la "solvencia y competitividad" de los intermediarios financieros.

Durante la primera Comisión de Economía y Hacienda que se celebra tras elecciones del nueve de marzo, Solbes concretó que el Gobierno separará la supervisión de la solvencia de las entidades de la de los comportamientos y de la transparencia de las prácticas en los mercados que actúan.

Durante su comparecencia, Solbes señaló que estas actuaciones se enmarcarán dentro de la política comunitaria de estabilidad e integración financiera, y explicó que, de esta forma, se mejorará la supervisión del sector financiero, cuyo "papel central" dentro de la actividad económica general exige contar con "mecanismos eficaces" de supervisión.

Para Solbes, el adecuado funcionamiento del sistema financiero y crediticio es de "capital importancia" para el desarrollo de la actividad económica en general.

El vicepresidente destacó la fortaleza del sistema financiero español que, a su juicio, ha demostrado una "gran solidez" ante las turbulencias internacionales, tanto por su "robustez intrínseca" como por su exposición "prácticamente nula" a los valores hipotecarios estadounidenses de alto riesgo.

No obstante, reconoció que estos factores no confieren "inmunidad" a España ante lo que está sucediendo en el resto del mundo, ya que su sistema financiero español está muy relacionado con el de otros países y porque la apertura económica española le hace sensible a la evolución de la economía real en el resto del mundo.

En declaraciones a los medios tras la Comisión económica, Solbes explicó que la reordenación consistiría en aplicar el modelo del doble regulador que existe en otros países, "el famoso Twin Peaks", que en España "estaría fundamentalmente vinculado" al Banco y la nueva Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Solbes aseguró que la reordenación de las competencias se centrará en lo que se refiere a solvencia y al comportamiento de las entidades financieras. "Es un tema complejo y ya habrá tiempo para hablar de él", concluyó.

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Legalidad universitaria / Manuel Hernández Iglesias

Uno de los principios básicos de todo estado democrático de derecho es el imperio de la ley. Es decir, que todas las instituciones, públicas o privadas, deben estar sometidas a la legalidad. Otro de los principios básicos de un estado moderno es la demarcación clara entre lo público y lo privado. Y otro es la separación entre el Estado y las confesiones religiosas. Pues bien, hay razones para sospechar que estos tres pilares de la democracia están siendo conculcados en la Región de Murcia en el terreno de la política universitaria.

El primero porque, en virtud de los acuerdos entre España y el Vaticano (conocidos popularmente como el Concordato), hay un tipo de Universidades, las Universidades de la Iglesia, que no están sujetas ni a las reglas, requisitos y controles legalmente establecidos para las Universidades públicas ni tampoco a las reglas, controles y requisitos legalmente establecidas para las Universidades privadas.

La consecuencia es que dichas Universidades, como es el caso de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) se sitúan en una “zona gris”, en una especie de limbo legal en el que, por un lado, el Estado tiene la obligación de reconocer sus títulos pero, por otro, carece legalmente de competencias para verificar que se cumplen ciertos requisitos que garanticen la idoneidad de dichos títulos. Lo que significa que, a diferencia de las demás universidades, tanto públicas como privadas, las de la Iglesia disfrutan de un cheque en blanco para impartir títulos con la misma validez que las que sí están sometidas a requisitos y controles legalmente fijados.

La necesaria demarcación entre lo público y lo privado también se difumina desde el momento en que una Universidad no sometida a control público, y que, como es el caso de la UCAM, tiene como titular a una sola persona, recibe fondos públicos y un trato de privilegio por parte del gobierno regional en detrimento de las propias universidades públicas. Nos encontramos con que recursos públicos son entregados a manos privadas.

Si además se tiene en cuenta que estos tratos entre instituciones públicas y negocios privados incluyen adquisiciones de suelo público y recalificaciones de terrenos, la cosa resulta especialmente seria. Y más todavía si, como sucede, una de las personas que gestionó una de esas adquisiciones está procesada precisamente por presuntas irregularidades en operaciones de este tipo (concretamente un general que gestionó la adquisición por parte de la UCAM de terrenos del Ministerio de Defensa).

En cuanto a la separación entre las confesiones religiosas y el Estado, ésta queda totalmente desvirtuada desde el momento en que, por el mero hecho de ser de la Iglesia, se exime a un proyecto de universidad de cumplir los requisitos que sí se exigen a cualquier otra universidad (incluidas las universidades católicas privadas que no son de Iglesia, que las hay) y además se le concede un trato de favor con relación a las universidades a las que sí se le exigen esos requisitos.

Resumiendo: debido, por una parte, al Concordato y, por otra, al trato de favor concedido por el Gobierno regional y los Ayuntamientos de Murcia y Cartagena, hay una institución que, por el mero hecho de ser de la Iglesia, sin más requisito, ve homologados sus títulos y, además, se beneficia de generosas subvenciones públicas y un trato de favor por parte de la adminsitración educativa. O sea, recursos públicos puestos a disposición de una entidad privada que, por ser de la Iglesia, no está sometida la legalidad universitaria. Conclusión: ni principio de legalidad, ni demarcación de lo público y lo privado ni separación Iglesia-Estado.

Para intentar cambiar eso se ha constituido la Plataforma por la Democracia Universitaria, en la que se ha integrado la agrupación de la Región de Murcia de Unión Progreso y Democracia.

Sólo le pondría dos pegas a la Plataforma. Una es que no me convence mucho el nombre; pero lo importante es su objetivo fundamental, que es la defensa de la legalidad universitaria (que es como yo hubiera llamado a la plataforma, porque creo que es lo que es: una plataforma en defensa de la legalidad universitaria). La otra pega es que es demasiado tímida en sus planteamientos, porque no incluye entre sus objetivos la crítica a la regulación que hace el Concordato de las Universidades de la Iglesia.

Es verdad que ese es un asunto que desborda el ámbito regional de la plataforma. Pero también lo es que, mientras exista la obligación por parte del Estado de reconocer validez oficial a los títulos de unas instituciones (las universidades eclesiásticas) que están eximidas de cumplir los requisitos legales que se exigen al resto de las universidades (incluidas, repito las privadas, sean católicas o no), estos problemas serán inevitables, y gobierne quien gobierne y gobierne como gobierne en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia o en los Ayuntamientos de la Región.

Lanzan la campaña "Costa contra la corrupción"


MURCIA.- La condena de que fue objeto el profesor Pedro Costa Morata, aguileño, uno de los fundadores del movimiento ecologista español y Premio Nacional de Medio Ambiente 1998, de resultas de las alusiones en prensa al "trabajo mejorable de nuestros fiscales en la costa", y concretamente al fiscal del Juzgado de Lorca, José Martínez Blanco, del que no se conoce iniciativa alguna en relación con la situación político-urbanística en que vive el municipio de Águilas desde hace años, ha escandalizado al movimiento social de la Región de Murcia.

Por eso, y con independencia del recurso de apelación que Pedro Costa hizo en su día para que el asunto se vuelva a ver en la Audiencia Provincial de Murcia, se ha decidido el lanzamiento de una campaña, "Costa contra la corrupción", con el fin de responder colectiva y solidariamente con la colecta de los 18.000 euros en que consistió la sentencia condenatoria.

Esta cantidad y en tanto Pedro Costa continúa la vía de los recursos judiciales- se depositará en una banca solidaria y se constituirá en fondo solidario a disposición del movimiento social murciano, con el fin de atender necesidades derivadas de asuntos judiciales que puedan seguir presentándose. La C/c específicamente abierta en "Triodos Bank", lo es con el ccc 1491-0001-21-0010001125.

La campaña estará promovida y coordinada por una Comisión formada por José Antonio Pujante, líder de IU en la Región, Pedro Guerrero, profesor de la Universidad de Murcia, Martín Rodríguez, de la Coordinadora "Murcia No Se Vende" y Jesús Solá, miembro histórico del Grupo Ecologista Mediterráneo.