Con más de doscientos mil votos a favor del PP, casi un 30% de diferencia, con sólo tres ayuntamientos del Noroeste como reserva y una caida en picado de los votantes en un antiguo feudo socialista, aún tiene valor Pedro Saura para salir al balcón de Princesa para gritar “viento en popa, a toda vela”, como aquel capitán pirata de Espronceda.
Y todo porque Zapatero ha ganado en Madrid como si la Región de Murcia fuese una franquicia o una colonia. En los últimos años los socialistas han caído en picado. Si extrapolamos los datos de los comicios del domingo, con una participación muy alta, los populares tendrían mayoría absoluta en 42 ayuntamientos, más de dos tercios de representantes en la Asamblea Regional y hasta los dos senadores autonómicos.
Los socialistas murcianos se han ido ‘abunquerando’ en su pequeña parcela de oposición y buscando causas exógenas a sus problemas internos. Recuerdan a aquellos hidalgos medievales venidos a menos que descuidan la casa solariega, que con la capa roída esperan la ayuda de un pariente indiano, y culpan de las goteras o de los yerbajos a los vecinos.
Los vecinos, por los populares, hace años que se dedicaron a hacer sus deberes como los comerciantes y pequeños burgueses de la restauración, a crear una infraestructura de partido unido, modernizado y vinculado con los votantes, que también aprovecharon los hilos de poder para tejer una poderosa madeja en la Región de Murcia.
Pero esas oportunidades también las tuvieron ellos antes y las derrocharon en “cainismo” y batallas internas. Ahora están donde están por sus propios méritos.
Carecen de un discurso regional, han dado bandazos en temas tan trascendentes como el agua o las comunicaciones. Su presencia como oposición en la Asamblea Regional o en los principales ayuntamientos ha sido desconcertante en los últimos doce años. O han estado de vacaciones o han irrumpido de golpe como elefantes en cacharrería. Se ha perdido la organización interna y el sentido de la autocrítica y muchos de ellos han llegado a la conclusión de que en la oposición se vive mejor, según me comenta un veterano analista.
Ortiz y Miguel Navarro, que desempeñaron papeles protagonistas en la caida de Collado, empezaron liderando la primera travesía e iniciaron la brecha a favor de los populares. Ortiz se retiró a un segundo plano como perdedor pero evitó que Hurtado accediera a la secretaria general, colocando al triunvirato de los alcaldes fáciles de manejar, encabezado por Abellán, con Escudero y Sanes.
Zapatero impuso a Saura como el que nombra representante en Murcia de una franquicia y se incorporaron a la dirección regional valores emergentes. El máximo líder socialista en Murcia ha tenido pleno poderes para hacer listas municipales, autonómicas y generales. Sin embargo la brecha ha ido in crescendo y sus cambios de discurso no han calado en la sociedad murciana.
Incluso hasta un chungo ya manda mensaje que se ofrece en alquiler la sede de un conocido partido político, ante la falta de votos “con todos los servicios y sin agua”. A los socialistas parece que les toca cambiar de estrategia y de discurso ante los murcianos y de posicionamiento ante Madrid para intentar ser algo más que una franquicia de Zapatero. Dicen que hay que revisar causas exogénas y endógenas y “también el crédito de Saura”, empiezan a comentar militantes socialistas.
Pilar Barreiro, referente de Valcárcel para los “tiempos venideros”
Ha encabezado la lista con mayor porcetanje electoral de los populares en toda España y ya lleva doce años de alcaldesa de Cartagena. Pilar Barreiro se ha trabajado toda la Región de Murcia como una gran candidata en campaña, considerando innecesario un cara a cara con el socialista Bermejo. Al final los votos de los murcianos le han dado la razón. Y ahora se proyecta como una de las personalidades de futuro entre los populares murcianos.
Valcárcel, el todopoderoso presidente del PP en la Región, personalizó en Barreiro el gran logro electoral al superar por primera vez el techo del 61% en la Región. “Pilar está en el proyecto de tiempos venideros”, afirmó Valcárcel. El presidente popular se ha distinguido en los últimos tiempos por su hermetismo y por imponer sus decisiones personales como líder incuestionable de los populares murcianos. Él decidió apostar por Barreiro para el Congreso, cuando su destino era el Senado, cerrando posibles anhelos de Cámara para el mismo puesto y a la vez rompiendo el posible pacto municipalista para la sucesión.
Barreiro ha dado el salto de municipalista cartagenera a referente regional de los populares murcianos en Madrid. Valcárcel anuncia que está en proyectos para “tiempos venideros”, y “la palabra de Valcárcel es palabra de César”, dice un veterano militante del PP.
Ángel González, cuestionado dentro del PSRM
Tras el 9-M se inicia una nueva etapa en las relaciones entre Murcia y Madrid. La cohabitación y el dialogo, frente a la crispación y el enfrentamiento. Valcárcel ya lo ha hecho público. Y los socialistas murcianos también apuestan por un nuevo marco. El nuevo delegado del Gobierno sería el encargado de defender los proyectos de Zapatero en la Región y los socialistas murcianos arrimarían el hombro en defensa de los intereses territoriales.
La figura bicéfala de González-Saura, tendría los días contados y el sacrificado sería el actual representante del Gobierno Central. González, según estas fuentes, ha procurado implicarse lo menos posible en su defensa de la gestión del gobierno de Zapatero en Murcia, porque no ha querido o porque no le han dejado, y su continuidad está más que cuestionada. La de Fuentes Zorita en la Confederación no ofrece dudas.
Y todo porque Zapatero ha ganado en Madrid como si la Región de Murcia fuese una franquicia o una colonia. En los últimos años los socialistas han caído en picado. Si extrapolamos los datos de los comicios del domingo, con una participación muy alta, los populares tendrían mayoría absoluta en 42 ayuntamientos, más de dos tercios de representantes en la Asamblea Regional y hasta los dos senadores autonómicos.
Los socialistas murcianos se han ido ‘abunquerando’ en su pequeña parcela de oposición y buscando causas exógenas a sus problemas internos. Recuerdan a aquellos hidalgos medievales venidos a menos que descuidan la casa solariega, que con la capa roída esperan la ayuda de un pariente indiano, y culpan de las goteras o de los yerbajos a los vecinos.
Los vecinos, por los populares, hace años que se dedicaron a hacer sus deberes como los comerciantes y pequeños burgueses de la restauración, a crear una infraestructura de partido unido, modernizado y vinculado con los votantes, que también aprovecharon los hilos de poder para tejer una poderosa madeja en la Región de Murcia.
Pero esas oportunidades también las tuvieron ellos antes y las derrocharon en “cainismo” y batallas internas. Ahora están donde están por sus propios méritos.
Carecen de un discurso regional, han dado bandazos en temas tan trascendentes como el agua o las comunicaciones. Su presencia como oposición en la Asamblea Regional o en los principales ayuntamientos ha sido desconcertante en los últimos doce años. O han estado de vacaciones o han irrumpido de golpe como elefantes en cacharrería. Se ha perdido la organización interna y el sentido de la autocrítica y muchos de ellos han llegado a la conclusión de que en la oposición se vive mejor, según me comenta un veterano analista.
Ortiz y Miguel Navarro, que desempeñaron papeles protagonistas en la caida de Collado, empezaron liderando la primera travesía e iniciaron la brecha a favor de los populares. Ortiz se retiró a un segundo plano como perdedor pero evitó que Hurtado accediera a la secretaria general, colocando al triunvirato de los alcaldes fáciles de manejar, encabezado por Abellán, con Escudero y Sanes.
Zapatero impuso a Saura como el que nombra representante en Murcia de una franquicia y se incorporaron a la dirección regional valores emergentes. El máximo líder socialista en Murcia ha tenido pleno poderes para hacer listas municipales, autonómicas y generales. Sin embargo la brecha ha ido in crescendo y sus cambios de discurso no han calado en la sociedad murciana.
Incluso hasta un chungo ya manda mensaje que se ofrece en alquiler la sede de un conocido partido político, ante la falta de votos “con todos los servicios y sin agua”. A los socialistas parece que les toca cambiar de estrategia y de discurso ante los murcianos y de posicionamiento ante Madrid para intentar ser algo más que una franquicia de Zapatero. Dicen que hay que revisar causas exogénas y endógenas y “también el crédito de Saura”, empiezan a comentar militantes socialistas.
Pilar Barreiro, referente de Valcárcel para los “tiempos venideros”
Ha encabezado la lista con mayor porcetanje electoral de los populares en toda España y ya lleva doce años de alcaldesa de Cartagena. Pilar Barreiro se ha trabajado toda la Región de Murcia como una gran candidata en campaña, considerando innecesario un cara a cara con el socialista Bermejo. Al final los votos de los murcianos le han dado la razón. Y ahora se proyecta como una de las personalidades de futuro entre los populares murcianos.
Valcárcel, el todopoderoso presidente del PP en la Región, personalizó en Barreiro el gran logro electoral al superar por primera vez el techo del 61% en la Región. “Pilar está en el proyecto de tiempos venideros”, afirmó Valcárcel. El presidente popular se ha distinguido en los últimos tiempos por su hermetismo y por imponer sus decisiones personales como líder incuestionable de los populares murcianos. Él decidió apostar por Barreiro para el Congreso, cuando su destino era el Senado, cerrando posibles anhelos de Cámara para el mismo puesto y a la vez rompiendo el posible pacto municipalista para la sucesión.
Barreiro ha dado el salto de municipalista cartagenera a referente regional de los populares murcianos en Madrid. Valcárcel anuncia que está en proyectos para “tiempos venideros”, y “la palabra de Valcárcel es palabra de César”, dice un veterano militante del PP.
Ángel González, cuestionado dentro del PSRM
Tras el 9-M se inicia una nueva etapa en las relaciones entre Murcia y Madrid. La cohabitación y el dialogo, frente a la crispación y el enfrentamiento. Valcárcel ya lo ha hecho público. Y los socialistas murcianos también apuestan por un nuevo marco. El nuevo delegado del Gobierno sería el encargado de defender los proyectos de Zapatero en la Región y los socialistas murcianos arrimarían el hombro en defensa de los intereses territoriales.
La figura bicéfala de González-Saura, tendría los días contados y el sacrificado sería el actual representante del Gobierno Central. González, según estas fuentes, ha procurado implicarse lo menos posible en su defensa de la gestión del gobierno de Zapatero en Murcia, porque no ha querido o porque no le han dejado, y su continuidad está más que cuestionada. La de Fuentes Zorita en la Confederación no ofrece dudas.
