La Sala de recursos del Tribunal Supremo tendrá en cuenta la mayoría
independentista que salió de las elecciones del pasado 21 de Diciembre
para la decisión que tiene que tomar sobre la libertad provisional del
líder de Esquerra Republicana de Cataluña, Oriol Junqueras. Esa mayoría
sería un impedimento en contra de Junqueras ya que podría influir en la
reiteración delictiva. La Sala de recursos la preside el magistrado
Miguel Colmenero, que también hará de ponente en el recurso de
apelación. Igualmente forman parte de la Sala los magistrados Alberto
Jorge Barreiro y Francisco Monterde.
Con la resolución que se conocerá este jueves, se decide, también, en
cierto modo, el futuro del nuevo Gobierno de la Generalitat que
comenzará a debatirse, a partir de la primera reunión del nuevo
Parlament catalán el 13 de Enero, fecha fijada por el presidente del
Gobierno español Mariano Rajoy, en virtud de la intervención, en su
momento, de la Autonomía en aplicación del artículo 155 de la
Constitución.
Ese futuro del Gobierno de la Generalitat depende de si este jueves
la Sala que estudia el recurso para la puesta en libertad de Oriol
Junqueras, en prisión desde hace dos meses en la cárcel de Estremeras, e
imputado en delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales
públicos, según auto judicial del juez de la Sala Segunda del Supremo,
Pablo Llarena, decide o no, la libertad provisional de quien fue
vicepresidente de la Generalitat.
Horas antes de que se produzca la comparecencia judicial del líder de
Esquerra, todas las informaciones indican que, de acuerdo con la
petición del Fiscal, no se producirá la puesta en libertad de Junqueras
ya que no se cree que el dirigente político catalán, que antes de la
intervención de la Autonomía, se consideraba como el futuro Presidente
de la Generalitat, esté dispuesto a acatar la Constitución, reconocer y
aceptar el artículo 155, y rechazar la unilateralidad del llamado
“Procés”, cuando durante la campaña electoral ha venido defendiendo la
ilegal declaración de independencia de la República catalana.
La Fiscalía insiste en que hay riesgo de reiteración delictiva. Una
reiteración que afecta a la unilateralidad y, también, a la posible
realización de incidentes graves en la calle. Su puesta en libertad,
insisten fuentes judiciales relacionadas con el Supremo, no garantiza
que se puedan producir nuevos incidentes de orden público, como los que
se produjeron durante el registro de la Consejería de Economía de
Junqueras, por orden de la autoridad judicial, donde se encontraron
papeles comprometedores sobre la tebelión, pero dónde también acciones
de una gran gravedad contra miembros de la Guardia Civil, cercada
durante horas por miles de manifestantes.
Si sigue en prisión se complica la situación del expresidente fugado
Carles Puigdemont, y aumenta las diferencias entre Junqueras y
Puigdemont, y entre Esquerra y Junts Pel Catalunya (la llamada “lista
del Presidente”, la primera fuerza política independentista), por la
actitud del expresidente de ser de nuevo investido, a pesar de que no
quiere comparecer personalmente (requisito legal imprescindible) para
defender su programa de investidura, por miedo a ser detenido.
Puigdemont pretende que el Govern cesado por Rajoy, recupere el poder,
ya que legalmente él sigue considerándose Presidente de la República
catalana en exilio, un delirio del que tiene que alejarse Oriol
Junqueras, y Esquerra, y aplaudido por la CUP, que pretende profundizar
sobre esa declaración de independencia. Por otra parte, los planes de
Puigdemont, no han sido ni siquiera pactados con quienes están imputados
por rebelión y que están en prisión o en libertad provisional, tras
comprometerse a todo lo contrario de lo que está defendiendo Puigdemont.
La negativa del Supremo a la libertad del líder de Esquerra, rompería
la única esperanza de volver de Puigdemont, que cree que si Junqueras
es liberado el jueves, confía en no ingresar en prisión. A pesar de una
prolongación de su estancia carcelaria, Junqueras, obtendría permiso
para presentarse a la investidura, algo, que no puede hacer, ni siquiera
telemáticamente, a menos que se cambie el Reglamento del Parlament,
como pretende, el fugado Puigdemont.
Análisis urgente
A la espera de la decisión sobre la vista en la Sala de Recursos del
Tribunal Supremo sobre la puesta en libertad o la permanencia en prisión
del dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol
Junqueras, cuando acaban de cumplirse 61 días de su estancia en la
cárcel de Estremera, a cincuenta kilómetros de Madrid, ahora se ignora cuándo
se conocerá.
El día 11 de enero la misma Sala estudiará el recurso de
los Jordis (Jordi Sanchez , Presidente de la Asamblea Nacional de
Cataluña, ANC, y Jordi Ciuxart, Presidente de Òmnium Cultural) presos en
la cárcel de Soto del Real.
Este jueves toda la clase política ha estado pendiente de la Sala de
Recursos, que ha oído las razones que el abogado defensor de Junqueras,
Andreu Van den Eynde, ha esgrimido para su puesta en libertad (no hay
posibilidad de reiteración delictiva, ni riesgo de destrucción de
pruebas, ni por supuesto riesgo de fuga), y que ha escuchado a Javier
Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, que ha insistido en
que el dirigente de Esquerra debe seguir en prisión, precisamente por
posible reiteración delictiva dado el ambiente nuevo,
proindependentista, reforzado el pasado 21 de diciembre en las
elecciones autonómicas. La acusación particular ejercida por el partido
político Vox se ha sumado a las tesis de la Fiscalía.
Según la versión de su abogado, los miembros de la Sala del Supremo
le han dado la palabra al preso y Junqueras ha solicitado su libertad
con el objetivo de representar a la gente que le ha votado, estar con su
familia y manejar esta situación que requiere cintura política. También
ha reafirmado su compromiso con el acatamiento de la situación legal
que se produjo con el artículo 155 y de las vías pacíficas, basadas en
un convencimiento personal y moral de las mismas.
Igualmente ha
insistido en que es un hombre de paz, profundamente religioso que
defiende el diálogo y que siempre ha rechazado cualquier relación de la
lucha política con la violencia.
Para el líder de Esquerra, él debería ejercer sus derechos políticos
por lo que debería salir de prisión.
Por último, el abogado de Junqueras
ha asegurado que ha sido una vista “provechosa” en la que se ha
discutido si el exvicepresidente “merece estar en libertad” y en la que
se ha dejado de lado el “debate de fondo”, que se dará en el juicio. Ha
señalado a los magistrados que no hay riesgo de reiteración delictiva
porque es “altamente improbable” que su excarcelación propicie una
“explosión violenta” en Cataluña.
Fuera, decenas de cargos de Esquerra apoyaban al Presidente del
partido. Nadie del PDeCat, ni de la CUP, hizo acto de presencia, clara
muestra de las divisiones internas del independentismo en la lucha entre
Puigdemont y Junqueras por la Presidencia de la Generalitat.
En estos
momentos, sea cual sea la decisión de la Sala de Recursos del Supremo,
Junqueras está en mejor situación que Puigdemont para ser Presidente de
la Generalitat. Si es puesto en libertad, puede ser investido ante la
ausencia de Puigdemont que se niega a volver por la orden de detención
que pesa sobre él.
Si sigue en prisión, puede conseguir un permiso para
hacer un discurso de investidura, algo que no puede hacer Puigdemont
porque según el Reglamento de la Cámara la investidura tiene que ser
presencial y no telemáticamente ni por Skype.
Además, dadas las circunstancias y el comportamiento mesiánico de
Puigdemont, Junqueras sería el mejor candidato para la Moncloa y para
la actual Presidenta en funciones de la Generalitat, Soraya Saenz de
Santamaria…
(*) Periodista y economista