MADRID.- La murciana Teresa Rabal (66) protagonizó en los años 80 la mejor etapa del espectáculo infantil. En total, en aquella década publicó 24 discos que llegaron a vender millón y medio de copias con éxitos como Veo veo o Me pongo de pie, según recuerda hoy El Mundo.
A la vez que la música, la hija de Francisco Rabal y Asunción Balaguer mantiene durante 10 años el espectáculo El circo de Teresa Rabal, que la lleva a recorrer toda España.
Hasta que llegó la televisión, donde Teresa trabajó en varios programas infantiles, tanto en Antena 3 como en Telecinco.
Estas
dos décadas de éxitos acumulados (que se sumaban a sus años como actriz
que comenzaron a finales de los 60) han terminado en la actualidad en
una ruina económica que la propia artista ha desvelado este fin de semana en el programa Socialité, en Telecinco: "Tuve que vender mi casa"
"Quién
no ha tenido deudas, yo tenía unas deudas creadas pues porque en los
momentos de crisis trabajábamos con las instituciones, con las
televisiones, producíamos... Se va haciendo una bola y entonces tuve que vender mi casa", ha desvelado Rabal, que en la actualidad vive junto a su madre, Asunción Balaguer, de 93 años.
"Ella tiene una casa enorme, está muy mayor y al final yo estaba aquí todos los días y estoy encantada", cuenta.
La vivienda que la actriz y empresaria ha vendido, conocida como Villa Renata, fue la que compartió junto a su marido Luis Eduardo, que falleció en 2017 por una enfermedad pulmonar y tras 44 años de amor (40 de matrimonio y cuatro de noviazgo).
"Allí he vivido toda la infancia de mis hijos, todo mi matrimonio con mi marido, tenía las oficinas también allí...", recuerda.
Pero Rabal afronta con optimismo la nueva etapa junto a su madre y asegura que ha trasladado con ella todos los recuerdos creados
en su anterior hogar: "El día que cerré mi casa y que entregué las
llaves fue un dolor, lloré, es normal... Pero los recuerdos se llevan
con uno mismo, las personas queridas también y eso es lo que importa. Las casas, al final, son casas.
He vivido muchísimas cosas y todas ellas me las he traído conmigo. No
sólo dentro de mí, sino que las tengo aquí, mis muebles, mis cosas de
trabajo. Se han quedado los muros, pero lo que había dentro me lo he
quedado yo", dice mientras muestra a cámara algunos de esos enseres
personales que ahora están colocados en la casa de su madre.
La misma entereza que
muestra al hablar de sus deudas, su ruina y la venta de su casa es la
que tiene cuando recuerda el cáncer de mama que padeció en 2017 y que
coincidió con la enfermedad de su marido.
"Entiendo que haya gente que
lo pase mal, pero yo les pediría que no lo hicieran porque hay gente que
está mucho peor".
Sin embargo, Rabal no puede evitar rememorar lo peor de aquella dura etapa: "La quimioterapia es tremendamente dura y lo peor, perder el pelo, eso lo llevé fatal. Tanto es así que me hice rapar la cabeza
rápido porque no podía ver cómo se me caía. Y no me podía permitir
estar mal porque tenía a Eduardo muy enfermo. Lo quería tanto que no
quería que sufriera, aunque sufrió al verme".
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