MADRID.- Podemos sigue en caída libre. El último barómetro del CIS
de enero daba al partido de Pablo Iglesias un 0,5% más respecto al
último estudio de noviembre, frenando el descenso continuo que ha
sufrido en las encuestas desde verano, pero situándose como cuarta
fuerza tras el sorpasso de Ciudadanos.
Ahora, el último informe interno elaborado por Carolina Bescansa, al que ha tenido acceso El Independiente, no
da credibilidad al crecimiento de medio punto en estimación de voto y
advierte que “todos los indicadores directos e indirectos consolidan el
descenso de Podemos iniciado en enero de 2017”, justo hace un año. La
socióloga experta en análisis electoral atribuye a la ‘cocina’ del CIS
el espejismo de la subida en las encuestas.
El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas publicado el 5
de febrero fue un balón de oxígeno para Podemos después de la profunda crisis que atravesó a raíz de su gestión de la situación catalana. Tras el retroceso electoral
del 21-D, las estimaciones del sondeo más importante del país mejoraban
los datos de otras encuestas privadas y la cúpula de Podemos respiraba
aliviada.
“Hay que ser prudentes con las encuestas pero después de todos
los titulares anunciando nuestra debacle, el CIS dice que subimos”,
celebraba el secretario general de Podemos a través de las redes poco
después de que se publicara el barómetro. El partido intentó trasladar
la idea de que con esos datos “cualquiera” podría ganar las elecciones
generales.
Sin embargo, el análisis demoscópico de la fundadora de Podemos es bien
distinto y advierte de que “la intención directa de voto a Unidos
Podemos y las confluencias ha evolucionado negativamente”. Apunta que en
esta ocasión la caída es del 0,4%, una proporción significativamente
menor a la de octubre, que fue del 2,8%, pero continúa la tendencia a la
baja. “Los resultados de enero de 2018 apuntalan el descenso iniciado
en enero de 2017 y señalan que, en términos de intención directa de
voto, Unidos Podemos y sus confluencias han perdido un tercio de su
electorado a lo largo de 2017”.
En este punto, añade que las pérdidas
más significativas de apoyos han sido en el grupo estatal de Unidos
Podemos y en su confluencia catalana, En Comú Podem. Las más leves se
dan en la confluencia gallega, En Marea, y en la Valenciana.
En el apartado Afinidad electoral de los partidos: suelos y techos,
la experta en demoscopia analiza la intención de voto reflejada en el
CIS y detalla que “los datos que se recogen a través de esta escala son
consistentes con el resto de indicadores directos e indirectos del voto”
y reafirman dos tendencias: “La caída de Podemos y el ascenso de Ciudadanos
continúan”.
Estos movimientos, además, “ofrecen proporciones
estadísticamente significativas, mientras que PSOE y PP apuntan a la
baja pero de manera más leve y no significativa”.
El documento hace referencia a otro elemento que ya destacó este periódico: Podemos es el partido que más rechazo genera
entre sus propios votantes. La experta en estadística analiza el número
de encuestados que votaron a Unidos Podemos en las últimas elecciones
que ahora “nunca” votaría al partido de Pablo Iglesias, y relaciona este
dato con la última vez que se realizó esta pregunta, en julio de 2017.
Así, afirma que desde entonces esta proporción “ha crecido del 55% al
59%, convirtiéndose en la formación que despierta mayor rechazo en
España, 6 puntos por encima del rechazo al PP, 18 por encima de Cs y 22
puntos por encima del PSOE”. Estas consideraciones vienen acompañadas
por una gráfica que muestra el porcentaje de votantes leales a Podemos
que votarían “siempre” al partido. Una cifra que ha caído del 3% al 1%.
Este rechazo a Podemos sería el responsable de que el CIS infle el
resultado del partido en las encuestas, según este dossier. La
socióloga y profesora de Políticas en la Universidad Complutense de
Madrid destaca que “la gran novedad” del barómetro tiene que ver con el
recuerdo de voto. “Por primera vez en la vida de Podemos, hay menos
personas que recuerdan habernos votado de las que realmente lo
hicieron”, avisa el Informe Bescansa.
“Entre octubre de 2017 y enero de 2018 un 0,6% de nuestros votantes
han olvidado que nos apoyaron en 2016”, advierte. Por este motivo, la
dirigente establece un paralelismo entre Podemos y el PP, fuertemente
desgastado, y atribuye este rasgo a partidos en declive. “Este rasgo
típico del PP y/o de las formaciones en posición declinante constituye
un hito en nuestra historia”.
El recuerdo de voto es uno de los factores que el Centro de
Investigaciones Sociológicas utiliza para dar una estimación final de
voto distinta de la intención directa que muestran los encuestados. Es
la llamada “cocina” del CIS: un procedimiento que pondera
varias variables como la simpatía hacia un partido, la valoración de los
líderes o la identificación ideológica. Son fórmulas estadísticas que
Bescansa analiza en su estudio. A pesar de que los votantes de Podemos
no reconocen ahora el apoyo otorgado al partido el 26-J, el barómetro
del CIS acaba situando al alza en 0,5 puntos a Podemos.
“El subrecuerdo es lo que explica que, a pesar de que todos los
indicadores directos e indirectos de la encuesta consolidan el descenso
de Podemos iniciado en enero de 2017, la estimación de voto que publica
el CIS nos dé un incremento del 0,5% en relación al barómetro de
octubre”, señala el informe, que abunda en la explicación y hace una
valoración objetiva de la situación real del partido citando varios
factores adversos que recoge la encuesta.
“El CIS ha aplicado un
multiplicador mayor que 1 a nuestra intención directa de voto, lo que
explica que logremos subir en la estimación de voto a pesar de haber
empeorado nuestra intención directa de voto, del grado de rechazo, la
proporción de leales y la valoración del secretario general”.
Bescansa es la encargada de elaborar estudios sobre estadísticas
electorales pese a que en Vistalegre II dejó de ser la secretaria de
Análisis Político y Social tras su intento de abrir una tercera vía, mal recibida en el entorno
de Iglesias. Después del congreso, la fundadora de Podemos -fue una de
las tres firmantes del acta fundacional del partido- también fue
apartada de dirección del grupo parlamentario y de la representación legal de la organización, donde fue sucedida por Pablo Echenique.
Pese a no pertenecer a la ejecutiva, Bescansa continuó los meses
siguientes elaborando sus análisis electorales tras cada barómetro del
CIS. En esta línea elaboró el otro documento sobre el CIS del pasado
abril, tres meses después de que Podemos iniciara el declive. “Caemos de manera preocupante“, alertaba la dirigente, en un documento firmado por el Equipo de Análisis Electoral y Demoscopia (AED) de Podemos.
Sin embargo, la situación cambió a raíz de sus críticas hacia el discurso de Podemos en el conflicto catalán, que le valieron su purga en el Congreso de los Diputados y su sustitución por Irene Montero.
Tras el divorcio
entre el núcleo duro de secretario general y la fundadora, es ella
quien ha continuado su labor como experta en demoscopia y ha elaborado motu proprio este análisis. Eso explica que este informe del CIS de enero, a diferencia del documento adelantado en exclusiva por El Independiente
el pasado abril, no tenga el membrete oficial de Podemos ni venga
firmado por el departamento correspondiente. El estudio, que ha llegado a
la cúpula del partido, ha tenido también una difusión más restringida.
El estudio de Bescansa también aborda la valoración de líderes nacionales,
entre los que destaca el ascenso de Albert Rivera como la “modificación
más significativa del trimestre”, que sube del 3,75 al 4,01 sobre 10.
“En la otra cara de la moneda -continúa-, Pablo Iglesias cae del 2,67 de
octubre al 2,54 de enero, consolidando su posición como líder peor
valorado”. Además el estudio contradice de plano a los argumentos
ofrecidos por la cúpula de Podemos, que siempre han atribuido este
desgaste de Iglesias a la polarización política por la que los afines al
PP darían un 0 sobre 10 al líder de Podemos.
La experta en demoscopia, sin embargo, niega esta hipótesis y añade
que Iglesias recibe la peor puntuación “sin que quepa atribuir este
resultado a la polarización que pudiera suscitar entre defensores y
detractores, puesto que el indicador de la desviación típica es más
pequeño que el de las valoraciones a M. Rajoy o Albert Rivera”.
La ejecutiva de Podemos negó la mala valoración de Iglesias tras el CIS, argumentando que “arrasaba” en programas de prime time y que duplicaba las cifras de audiencia del programa El Objetivo
de La Sexta. El análisis demoscópico de Bescansa contrasta con estos
argumentos y se muestra contundente.
“Pablo Iglesias es el líder estatal
peor valorado en términos absolutos y relativos. Es el líder que recibe
peor valoración de su propio electorado”, asevera el dossier interno,
que apunta a que “su desgaste no es homogéneo en todo el país”, y que su
liderazgo resiste mejor entre su electorado de Cataluña y Galicia,
“mientras que se deteriora significativamente más en el resto del país, y
de manera muy acentuada en la Comunidad Valenciana”.
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